lunes, 6 de octubre de 2008

¿Reclutamiento forzado o limpieza social?

En varios cementerios del país, sobre todo en zonas complejas de orden público, se están desenterrando los cadáveres de decenas de hombres que fueron sepultados sin identificar. Los NN fueron reportados por el Ejército como bajas en combates contra bandas emergentes.

El ministro de Defensa no ha creído la versión y ordenó una investigación para determinar la situación en que esos
21 colombianos fallecieron. No es para menos: el fenómeno de desapariciones y de reclutamiento forzado está creciendo peligrosamente en Colombia, como si los bandos enfrentados estuvieran preparando el asalto final y esto hace necesario que se aclare si hay participación de uniformados en estos delitos de lesa humanidad.

Es innegable que algunos militares tienen la manía facilista de obtener resultados a como dé lugar y calculan el éxito operativo por el número de bajas enemigas en su jurisdicción. Ciertamente ese es uno de los indicadores de eficacia militar en una guerra, pero incurrir en delitos gravísimos para mostrar resultados no tiene nada que ver con la confrontación y sí con la mediocridad de tomar un atajo para alcanzar los objetivos.

Esa actitud de algunos mandos se convierte en un peligro inminente para todo el país, pues en el afán del positivo, no importa lo que tengan que hacer para mostrar unos cadáveres, envueltos en bolsas negras, para adjudicarles un alias y un prontuario delictivo. La monstruosa ecuación un muerto, un positivo; no puede pasarse por alto y mucho menos dejar tranquila a la ciudadanía.

En el caso de los 21 desaparecidos de Soacha es necesario preguntar cómo llegaron al sitio, quién los llevó a la cita con la muerte y qué actividad estaban desarrollando.

Hay que exigir respuestas y no tragar enteras las justificaciones inaceptables que algunos pretenden dar al señalar que cuatro de los desaparecidos tenían antecedentes penales. No señores: uno de los desaparecidos en Soacha registraba una condena por inasistencia alimentaria. El hombre pudo ser un irresponsable, un criminal que abandonó a su hijo y todos los calificativos que se le quieran dar. Pero de ahí a entrar en combate, sin ninguna experiencia en el manejo de armas, hay una enorme distancia que difícilmente pudo recorrer en tan corto tiempo.

Sin embargo esa justificación obliga a plantear algunas preguntas: ¿Acaso la situación de los reclutadores es tan desesperada como para recibir a los novatos y, sin ninguna instrucción, entregarles un fusil para mandarlos directamente al combate? ¿Cómo hicieron los reclutadores para conocer los antecedentes de los reclutas? ¿Cuáles fueron los “méritos” para incorporarlos a las filas criminales? Mucho me temo que las respuestas a estos interrogantes podrían enfrentarnos a una aterradora realidad: una sofisticada forma de limpieza social en la que estarían participando miembros de las Fuerzas Militares y personas con poder dentro de sus núcleos sociales.

No se puede pasar por alto que todos los jóvenes cuyos cadáveres fueron encontrados en una fosa común del cementerio de Ocaña, Norte de Santander, salieron del municipio de Soacha, Cundinamarca y que algunos fueron reportados como bajas en combate dos o tres días después de su desaparición. De repente a alguien en Soacha le resultaban incómodos estos muchachos y por eso elaboraron una complicada trama de engaños, traslado y ejecución que tendría el “bono adicional” de beneficiar a algún militar con el resultado del supuesto combate.

En la investigación que viene
adelantando la Fiscalía General no se puede descartar ninguna hipótesis y así como se considera la posibilidad del reclutamiento por parte de bandas emergentes, es necesario dejar claro ante el país el recto proceder de las Fuerzas Militares colombianas o en su defecto, dar la cara y señalar a los culpables de esta macabra situación.

No obstante, si efectivamente son las bandas emergentes las que sedujeron a estos jóvenes con promesas económicas y paraísos futuros, resulta también muy grave que puedan seguir operando y reclutando gente como si estuviera cocinándose una vertiginosa escalada de guerra.

Como es tradición en Colombia, son jóvenes humildes los que sirven de carne de cañón. Aquellos a quienes no les importan estos desaparecidos simplemente por ser pobres, deberían ver que la máquina de violencia cada vez es más voraz y poco a poco necesitará más y más sangre, ya no solo de albañiles sino de estudiantes universitarios y jóvenes profesionales del común, pues lo cierto es que aquellos que promueven la violencia protegen a sus hijos con residencia y estudios en el exterior… para que no los toque la barbarie que sus progenitores han esparcido por todo el país.

AL CIERRE: En las últimas horas se conocieron las denuncias sobre una práctica infame que están adelantando algunas unidades militares. Se trata del reclutamiento de jóvenes por parte del Ejército. Los soldados se ubican en sitios estratégicos, hacen las ingratas batidas (requisa, presentación de documentos y al camión), se llevan incluso a los
menores de edad y muchas horas después aparecen en un cuartel en Boyacá.

Retener a menores de edad, incomunicarlos y trasladarlos de ciudad sin que sus padres tengan la menor noticia de lo que ocurre no parece ético ni legal, pues la ley es clara sobre la tutoría de los menores de edad por parte de los padres. Es más: el Estado no puede atribuirse la potestad de decidir por los menores, subirlos en un camión y llevarlos a otra ciudad.

En este sentido es inexplicable que se condene el reclutamiento forzado de menores
por parte de las Farc y de las bandas emergentes, pero se minimice dicho reclutamiento en las Fuerzas Militares con el argumento de que legalmente es permitida la incorporación de jóvenes de 17 años ya que algunos terminan la secundaria a los 16… ¡Eso es una justificación peregrina! Si se necesita incrementar el pie de fuerza, que hagan las batidas y recojan a los adultos que no tienen libreta militar para que porten el uniforme y le laven el carro al coronel.

Además, ese reclutamiento de menores resulta incoherente con la modernización que se viene adelantando en las Fuerzas Militares y sobre todo con la profesionalización del Ejército que implica la paulatina reducción de soldados bachilleres y regulares, para darles paso a aquellos que optan por la milicia como forma de vida.

Se sabe que un ejército profesional es mucho más efectivo que uno conformado por soldados que permanecen 18 meses en las filas y luego regresan a la vida civil. De hecho en ese propósito se han invertido importantes recursos, pues los resultados operacionales y la reducción en el número de bajas se debe, en buena parte a dicha profesionalización, a la permanencia de esos soldados en el Ejército y por consiguiente, a la posibilidad de reentrenamiento para las unidades de combate. Todo lo anterior no es posible con los reclutas bachilleres o con los soldados regulares, que además generan un desgaste innecesario en los cuadros de mando de las Fuerzas Militares.

Por Jaime Restrepo. Director de Atrabilioso.

1 comentarios:

Atrabilioso dijo...

19 Comments:



At <$Comentarios$>, Anónimo

Sobre los menores de edad, después los padres se atreven a gritar que no mas plata pa la guerra.


At <$Comentarios$>, Anónimo

BRABONEL.


Eso de sacar jóvenes de sus lugares comunes para matarlos y hacerlos pasar por falsos positivos es un plan macabro además que los riesgos de ser descubiertos son altos. Yo no creo que eso este sucediendo. Lo más probable sea que los jóvenes muertos pertenezcan a milicias Urbanas de las guerrillas o bandas emergentes. Los frentes terroristas al estar acosados necesitan sus fuerzas de reservas con urgencia y que sean muertos en tan poco tiempo lo único que dice es que el ejército tiene gran parte del territorio copado con inteligencia militar como para frenar los rápidos y nuevos movimientos de las bandas terroristas. Pero también pueden existir otras motivaciones, que los muchachos pertenezcan a milicias Urbanas y al miembros del ejército tenerlos plenamente identificados decidan proceder de otras formas diferentes a las legales.
En todo caso a mi no me parece que sean muchachos sanos victimas de mentes macabras.


At <$Comentarios$>, Atrabilioso

ANÓNIMO:
Usted pone sobre el tapete un asunto directamente relacionado con la profesionalización del Ejército, lo que indudabmente cuesta dinero y es indispensable para enfrentar las amenazas internas y externas.

Gracias por su comentario.


At <$Comentarios$>, Atrabilioso

BRABONEL:
Generalmente los delincuentes no son del todo brillantes y cometen errores. Estos muchachos fueron sacados de Soacha y algunos de ellos murieron a las 36 horas de su desaparición. Como fueron dados de baja en combate, no tenían documentos y fueron sepultados como NN lejos de sus sitios de residencia. Es un plan bien elaborado que además necesita disponibilidades logísticas muy grandes.

Ahora, me pregunto: ¿Si el Ejército tiene controlado gran parte del territorio, por qué no los detuvo en el camino? ¿Por qué permitirles llegar hasta el sitio en el que se darían los combates?

Finalmente, el tema de los muchachos "sanos" es complejo y una limpieza social, por consumo de droga, venta de estupefacientes o delitos menores de alto impacto, no pueden ser justificaciones para la pena de muerte.

Un abrazo y gracias por sus comentarios.


At <$Comentarios$>, Anónimo

Un tema bastante escabroso sin importar los verdaderos motivos pues no existe una justificacion valida. Especialmente cuando hay victimas que no tienen vinculos con grupos armados, segun su columna. Entonces es obligatoria una investigacion a fondo, aunque no creo que sirva de mucho.
En otro tema lo felicito por su cambio de presenatcion del blog lo hace mucho mas facil de leer.


At <$Comentarios$>, Atrabilioso

ANÓNIMO:
Además de escabroso, es un tema que debe abordarse con toda la seriedad posible, pues podríamos estar ante una nueva forma de limpieza social, más elaborada, que finalmente conduce al deterioro social. Pero esto también es consecuencia de la ineficacia judicial y social del país.

Me alegra muchísimo que le gusten las modificaciones del diseño que buscan facilitar la lectura.

Gracias por sus comentarios.


At <$Comentarios$>, jaime ruiz

Yo también discrepo de la visión optimista de Brabonel, que parece que parte del prejuicio de que la perversidad y la estupidez no pueden ir juntas, cuando la evidencia es que suelen estarlo (de otro modo muchos que siguen en las FARC habrían tomado el rumbo de Karina o de Rojas). Y es de verdad urgente que se aclare completamente eso y que si hay militares involucrados en esos asesinatos (parece lo más probable que así sea), vayan a hacerle compañía a Orlando Pelayo, pues son monstruos del mismo nivel.

Creo que es una prueba de fuego para la democracia colombiana: el Mindefensa, que parece el más sólido candidato a suceder a Uribe, no debería esperar a que la Fiscalía muestre resultados, sino liderar la persecución de quienes pudieron hacer eso.


At <$Comentarios$>, Atrabilioso

JAIME RUIZ:
Usted lo ha resumido todo: una prueba de fuego para la democracia. Sea quien sea, me encantaría ver acciones junto a los pronunciamientos, motivando una gran presión para que se aclare esta situación.

Hoy salió una información en la que se asegura que hay diferencias en las fechas de desaparición dadas por las familias de los muertos.

Esta situación debe partir de una evaluación forense que debe darse a conocer ante el público; el apoyo del Estado a los denunciantes y la separación temporal de los cargos de todos aquellos que se presuma están implicados en los hechos, pues la permanencia de cuadros de mando en sus puestos, puede poner en riesgo la investigación.

En esta situación el Ejército pierde con cara y no gana con sello, pues si no se presentaron ejecuciones, mal llamadas extrajudiciales, hay un tufillo de inoperancia en la prevención y un serio cuestionamiento sobre el control territorial que ejerce en la jurisdicción.

Pero esto huele muy mal.

Un abrazo.


At <$Comentarios$>, Anónimo

BRABONEL.


Acepto los regaños.

No creo que mi opinión sea aislada sino que más bien representa la realidad Colombiana, es decir, mi “optimismo” solo es comparable a la frustración mamerta-totalitaria. Antonio Caballero lo dice en su columna semanal y como no le basta continúa en los programas de radio gritándole a la gente sádica pornográfica y demás.
Existe unas instituciones que se han ganado el respeto de todos los Colombianos y entre lo más alto esta el ejército Colombiano, inclusive mucho tiempo antes de la operación jaque.
Porque no revelarse contra el Establecimiento por los macabros falsos positivos se pregunta el Caballero castizo medieval Antonio Caballero y si ponen el grito en el cielo por que un niño de once meces es asesinado cruelmente por su progenitor.
El ejército Colombiano merece el beneficio de la duda y un hecho aislado no puede poner una duda el buen nombre que se ha ganado. Mucha gente espera que la verdad aflore y que los que la hicieron la paguen, pero de ahí a que quemen a toda una institución existe mucho trecho.
Cuando las farc cometieron el cruel atentado al nogal, los defensores del terrorismo hicieron algo parecido a lo que está haciendo Antonio Caballero hoy: se escandalizan cuando mueren unos niños y adultos en un atentado pero los sentimientos no son iguales cuando mueren los niños de hambre y miseria. Siempre en Colombia un sentimiento de positivismo irá acompañado de un ataque de impotencia lleno de veneno precisamente porque la clase alta Bogotana está llena de añoradores de las revoluciones, esas mismas que se hacen con actos macabros. Por esa razón a Antonio Caballero le parece de mal gusto que la gente se indigne por la muerte de un niño y no se levante contra la democracia cuando suceden casas como los falsos positivos.
Estoy de acuerdo Con Jaime Ruiz: se debe liderar para encontrar a los culpables y hacerlos pagar para aislar sus hechos del resto de la institución castrense de lo contrario veremos a los cientos de miles de enemigos de la democracia queriendo pescar en rio revuelto.


At <$Comentarios$>, Atrabilioso

BRABONEL:
Completamente de acuerdo con usted: no podemos permitir que esta monstruosa situación sea manipulada para perjudicar al Ejército como institución.

Creo que las investigaciones irán por buen camino y que los culpables serán castigados, por el bien de la institución. Además, porque es fundamental señalar que estas acciones, por más bien planeadas que estén, no obedecen a una política de Estado y corresponden a conductas delictivas de algunos miembros del Ejército.

Un abrazo y gracias por permitir esta aclaración.


At <$Comentarios$>, la colombia inclaudicable (lci)

Estoy de acuerdo con Brabonel.

El GLORIOSO ejercito Colombiano a tenido suficientes triunfos, demostrando su capacidad operativa dentro de la ley, como para ponerse hacer guevonadas tales como:

- Reclutar muchachos de forma irregular en las barriadas

- Adiestrar irregulares.

- Adiestrarle irregulares a quien sea

- Hacer limpieza social en las barriadas, llevándose unos muchachos y matarlos a 50.000 km.

- Ejecutar extrajudicialmente a los vencidos

La situación es muy otra.

Quienes necesitan gente es la IDC
("Izquerda democratica colombiana")que en su combinación de formas de lucha necesita por un lado guerrilleros que se están acabando y por el otro víctimas para cacariar su huevo (nada) de justicieros sociales frente al gobierno parmilitar y mafioso.

¡Pilas jaimes!


At <$Comentarios$>, Atrabilioso

LCI:
Tenemos el mismo deseo: que no hayan militares involucrados en la situación.

También compartimos la buena imagen del Ejército, reconocemos la destreza y el éxito de sus operaciones y agradecemos el sacrificio de sus hombres. Pero así como la mayoría son eficientes, eficaces y abnegados, apegados a las reglas, con criterios morales y éticos incuestionables; hay unas cuantas manzanas podridas que hacen lo que sea por una felicitación o por una medalla.

Y hay militares mediocres y "descriteriados" -así les dicen a los torpes en las FF.AA., que creen que las limpiezas sociales son positivas para la sociedad. Esas manzanas podridas hay que descubrirlas, enjuiciarlas y condenarlas por el bien del país y de la ciudadanía.

Abrazos.


At <$Comentarios$>, la colombia inclaudicable (lci)

El autor ha eliminado esta entrada.


At <$Comentarios$>, la colombia inclaudicable (lci)

El autor ha eliminado esta entrada.


At <$Comentarios$>, la colombia inclaudicable (lci)

No Jaime, no hay manzanas podridas, hay mentes podridas.
No perdamos el sentido de las proporciones. Quien en la Colombia de hoy coloque en su lista hipotética de autores a ALGUIEN del ejercito antes que a ALGUIEN de uno de estos, es porque tiene la mente en el lugar equivocado:
- La Universidad Nacional
- La universidad Distrital
- La universidad pedagógica
- Fecode
- Asonal Judicial
- El PDA
- La corte suprema de justicia
- El Espectador
- Semana
- Noticias 1
- La corporación arco iris
- El colectivo de abogados
- El Cinep
- Antonio Caballero y no sus muchacha del servicio
-Alfredo Molano y no sus mucanas
-Maria J Dussan y no sus Choferes
-El Padre Giraldo y no sus monagillos
- Garavito
- Jojoy
- Los hinchas de Millonarios
- Redepaz


At <$Comentarios$>, Atrabilioso

LCI:
Su lista es muy válida y no voy a entrar a controvertirla sencillamente porque la comparto, pero ¿por qué esta lista excluye a los posibles delincuentes del Ejército?

Esto no se trata de anteponer unos a otros, ni de señalar a unos y guardar silencio frente a los otros. Por el contrario: las unidades del Ejército no pueden siquiera permitirse el lujo de ser considerados en segundo lugar o después de, sino que deben ser los emblemas del respeto a la ley y del acatamiento de las normas.

Lo que han hecho las Fuerzas Armadas para profundizar la convicción en los derechos humanos, el esfuerzo para capacitar en las normas del DIH a todas las unidades, etc; no pueden ser borrados de plano por algunos miembros mediocres y facilistas.

El Ejército debe dar ejemplo y no hay lugar para la comparación: los militares representan al Estado, a la Constitución y a la ley y por lo tanto no pueden estar al mismo nivel de organizaciones delincuenciales o promotoras del terrorismo.

Finalmente discrepo de usted en cuanto a las manzanas podridas: se sospecha que en los hechos participaron algunos suboficiales y soldados profesionales. Esos suboficiales tienen mando sobre la tropa y solo las investigaciones dirán si dichos suboficiales influyeron en sus subalternos para la comisión de un delito. Es decir, la manzana podrida efectivamente daña el bulto.

Un abrazo.


At <$Comentarios$>, la colombia inclaudicable (lci)

No Jaime. El Ejercito ES el emblema del respeto a la ley y del acatamiento de las normas. O por lo menos eso dicen la encuestas. ¿O cree usted que tal emblema lo es para los colombianos, la Corte Suprema de Justicia con sus procederes?

El hecho de que este claro hecho, sea desconocido en cada "investigación" que inicia el poder judicial, solo pone de presente el guión político al cual obedecen.

Buscar en el ejercito por dejar de buscar en cualquier otra parte, Es como cuando alguien se tira un peo en un velorio y le hecha la culpa al muerto.


At <$Comentarios$>, Atrabilioso

LCI:
De acuerdo: como institución el Ejército es el emblema del respeto a la ley. Eso no lo pueden decir las encuestas, que miden la PERCEPCIÓN de la ciudadanía: el respeto a la ley y el acatamiento de las normas se confirman en el correcto proceder que se evidencia en las investigaciones bien resueltas.

La diferencia que tenemos está en que usted está asumiendo una posición excluyente: que el Ejército sea respetable no significa que la Corte lo sea o viceversa.

En cuanto a la investigación, fue el propio gobierno el que la solicitó, además de las denuncias que ha venido haciendo el propio ministro de Defensa, que ve en esta crítica situación, una amenaza para la estabilidad del país y de la democracia. ¿Santos está siguiendo el libreto que usted menciona?

Finalmente, no se trata de buscar en un lado y no hacerlo en otro: es indispensable buscar en todas partes y fundamentalmente evitar que algunos individuos enloden una institución.

Un abrazo.


At <$Comentarios$>, jaime ruiz

Jaime, lo que quiere decir LCI sobre la noción de "emblema" es que la gente percibe al ejército como tal, no que en su definición esté esa idea. Y sobre las muertes de los muchachos, es interesante que el presidente salga a decir que murieron en combates.

La verdad es que con todas esas cosas hay demasiadas ambigüedades y silencios. Finalmente hay varios militares presos por lo de San José de Apartadó y la acusación a las FARC no tiene quien la promueva. Ojalá se llegara hasta el final con el caso de estos jóvenes.