viernes, 24 de octubre de 2008

Morales miente. Buscará varias reelecciones

Según cables internacional difundidos hoy, Evo Morales afirmó que -a fin de llegar a un acuerdo con la oposición sobre el referendo constitucional- no optará por una segunda reelección y que sólo gobernará hasta el año 2014.

Me dirijo a los bolivianos, y muy particularmente a los líderes de la oposición, para advertirles que Evo Morales está mintiendo abierta y descaradamente, y que su verdadera intención es reelegirse muchas veces, y quedarse indefinidamente en el poder.

Lo aseguro de manera firme y categórica, porque Evo Morales no es un hombre independiente, sino que sigue instrucciones de Hugo Chávez, quien no sólo financió su campaña electoral, sino que gobierna de facto a Bolivia.

Cuando Chávez se ha visto debilitado, ha hecho las mismas promesas que Morales, asegurando que abandonará el poder cuando corresponda; pero apenas respira un segundo aire, vuelve a las andadas, y amenaza con quedarse en la presidencia hasta el año 2030.

Si Morales fuese un hombre democrático y de palabra, no habría inculpado al prefecto de Pando, Leopoldo Fernández, de la masacre perpetrada por el oficialismo; ni habría rodeado al Congreso con sus huestes para amedrentar a los parlamentarios a fin de que aprobaran el referendo.

Evo Morales ha dado abundantes indicios de su vocación totalitaria, por lo que su palabra debe ponerse en duda. Si de verdad Morales no busca una segunda reelección, que lo demuestre ahora, rompiendo su dependencia con Chávez, liberando a Leopoldo Fernández y demás presos políticos, y aceptando de buena manera las autonomías regionales, conquistadas con la abrumadora mayoría del voto popular.

Escuche la entrevista a Peña Esclusa en Buenos Aires.



Por: Alejandro Peña Esclusa. Columnista de Atrabilioso.

1 comentarios:

Atrabilioso dijo...

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At <$Comentarios$>, Luis Eduardo Siles

El rol del poder ejecutivo boliviano en los luctuosos hechos de Pando fue a todas luces, “vil” e “indigno”. No hubiese habido ningún muerto ni herido, no hubiesen habido siquiera enfrentamientos si es que el Señor Ramón Quintana ministro de la presidencia, es decir el más cercano al Evo Morales, no contratara y organizara, presumiblemente con dinero venezolano, a cientos de campesinos en la localidad de Riberalta cuyos líderes fueron armados y preparados para enfrentarse militarmente, mientras el grueso era cínicamente utilizado como carne de cañón.
El señor Quintana ha sido filmado en un video ampliamente difundido anunciando prácticamente en detalle sus intenciones y amenazando al prefecto Leopoldo Fernández, recientemente ratificado en las urnas por el voto popular. Es un acto de desvergüenza y cinismo descarado que a pesar de estos antecedentes se siga insistiendo en el linchamiento de Fernández. Y que se pretenda que un proceso sobre los hechos pueda prescindir del protagonista principal, el señor Quintana. El video en cuestión seria evidencia suficiente en cualquier parte del mundo `para someterlo a proceso e incluso a una diagnostico siquiátrico.
El Hecho de que el prefecto pandino, un hombre con decenas de elecciones ganadas con el apoyo de su pueblo, haya sido secuestrado y tomado de rehén por parte del gobierno constituye una violación a los derechos humanos de Leopoldo Fernández y de los principios más básicos de legalidad. Pretender que luego de haber permanecido ilegalmente secuestrado en la Paz, sometido al incesante desfile de grupos irregulares contratados para amedrentarlo, Leopoldo Fernández no pueda ser ahora conducido a Sucre de acuerdo a un fallo judicial, solo revela el alma de linchadores de quienes, empezando por el presidente Evo Morales y el Vicepresidente García Linera. sustentan semejante despropósito. Ello no es de extrañarse puesto que Morales ha señalado en reiteradas oportunidades que se ríe en la ley y Linera a estado en la cárcel por actos terroristas en los que murió gente.
La actitud de los líderes políticos de la oposición, de su colegas diputados y senadores, así como de los prefectos de la denominada media luna de no mover ni un dedo para representar los derechos del prefecto secuestrado es no solo un error político de gran envergadura sino la prueba de que la indecencia, la cobardía y la falta de hombría de bien no son monopolio del oficialismo en Bolivia. El estridente y cobarde silencio de los prefectos dice muy poco de su verdadera catadura moral y de la talla de su eventual liderazgo. Este mutismo no solo abraca el caso de Fernández como tal sino concierne la situación de decenas de detenidos varios de los cuales fueron torturados, centenares de refugiados políticos, un numero solo comparable a la cantidad de exiliados durante los 7 años de dictadura de Banzer y es cómplice de la ocupación militar de Pando, donde el masismo se aboca a la tarea de destruir a la institucionalidad y a la sociedad pandina. En Pando todo un pueblo es cautivo de estos prepotentes.