viernes, 11 de mayo de 2007

¡Qué rabia!

Por: Miguel Yances Peña. Columnista de El Universal de Cartagena.
myances@msn.com

Imagínese que está construyendo un edificio, y en la medida que avanza y va tomando forma, viene otro con una cuadrilla demoliendo lo que ha construido.

Más o menos eso es lo que está sucediendo en el país con la imagen internacional.

Después de la demolida que le dio al país un vanidoso candidato derrotado -que originó, no que viniera un arbitro angelical a arreglar esas desavenencias, (en la tierra no hay de esos) sino que los inversionistas miraran hacia otro países, y los que ya estaban aquí se pusieran a rezar, listos para salir- llega a la presidencia un candidato elegido con el voto de opinión de los colombianos y contra la maquinaria política, que se dedica a trabajar en todos los flancos: el interno y el externo, la economía en lo macro y lo micro, la reingeniería estatal y la administración publica, la educación y la salud, la cultura y el deporte, y el clima de negocios y la equidad, sin olvidar la asistencia social.

El país aprendió en solo cuatro años con el ejemplo, lo que es un gobernante cerca del pueblo, que escucha sus quejas en concejos comunales; que toma decisiones objetivas con miras a producir resultados, y no como antes para mantener tranquilo a los perturbadores; que promete y cumple, que cambia la manera de hacer política, que acaba con las crisis ministeriales que en el pasado servían para que todos pudieran entrar a la fiesta y darle su mordisquito al presupuesto nacional, y que poco a poco comienza a construir un país, con la misma gente, pero con un alma renovada llena de esperanzas.

Y el país toma altura, y desde el exterior ven el edificio que se está levantando, y todos quieren venir a invertir en él, y los turistas a conocerlo, y los colombianos empiezan a sentirse orgullosos después de muchos años de humillaciones internacionales, y el nombre de Colombia en el exterior, que antes era asociado a café, y luego a coca, empieza a adoptar el nombre de sus figuras deportivas, de sus artistas, de sus escritores, y hasta de su presidente.

Tanto trabajar para conseguir al menos eso: elevarnos un poco del suelo, para que vengan otros, que se hacen llamar también colombianos, simplemente porque nacieron aquí, pero no porque lo sean, con martillos y cinceles, monas y buldózeres a derrumbar lo que se ha levantado.

¡Qué rabia!

Imagínense un enorme rompecabezas, de esos que tienen todas las fichas de igual forma, y que representan un monótono paisaje otoñal, y que estando ya a punto de terminarlo venga el hermanito que ve que usted pudo y él no, y se lo desordene. O una partida de ajedrez que su contrincante desbarata cuando usted tiene armada la estrategia que le dará la victoria. O el saboteo de un debate cuando el opositor se queda sin argumentos.

Afortunadamente, como la hormiguita que se cae casi llegando al techo, y como lo harían muchos de ustedes ante los tropezones de la vida, el gobierno en pleno, inicia la maratónica tarea para levantar lo que sus paisanos derrumbaron.

No se necesita mucha inteligencia para entender que los colombianos, que son los que eligen el gobierno con sus votos, se pondrán del lado de la hormiguita indefensa y trabajadora, y contra los destructores de los buldózeres. Así es la vida, sino, miren el repuntazo en la imagen presidencial.

La gran paradoja que muchos colombianos ya descubrieron, es que al buscar amigos en el imperio para derrumbar nuestra obra, ellos mismos se han convertido en arrodillados del imperio. Como si el imperio fuera buen aliado para el mal, pero malo, para el bien; y las armas buenas para derrocar gobiernos, pero malas para defenderlos

No hay nada que atente más contra la credibilidad que la falta de coherencia.

1 comentarios:

Atrabilioso dijo...

4 Comments:


At <$Comentarios$>, FreeWill

Siempre ha sido más fácil destruir que construir.

No es de extrañar que estos señores en sus años mozos hayan optado por las vías de hecho, y luego de asesinar y destruir por decadas nos vienen a dictar catedra de moral.

Además se ofenden cuando les dicen lo que son!!! A todo esto que iran a pedirle los democratas a cambio por hacerles el favorcito?


At <$Comentarios$>, La Realista

Excelente, excelente blog el de hoy, definitivamente me quito el sombrero.
Ojala tuvieramos la misma claridad para salir a las calles a manifestarlo.


At <$Comentarios$>, Anónimo

Muchas gracias a Realista y a freewill, por sus voces de apoyo.

Siempre guarda uno temor de que tanta violencia verbal, se convierta en violencia fisica en contra de quienes apoyamos al gobierno

MIGUEL


At <$Comentarios$>, stella

Tácticas de guerra donde se usa al enemigo a su favor. Yo creo que ni el señor presidente Uribe ni los colombianos de bien debemos preocuparnos ni perder el tiempo escuchando lo que dicen los enemigos. Debemos aprender que todas las cosas tienen su punto alto y bajo. Las noticias buenas o malas mueren rápido. En lugar de darle cabida a las malas noticias debemos contrarestarlas generando buenas noticias.
Cuando invertimos nuestra energía en cosas buenas notamos con asombro como todas las cosas marchan a nuestro favor. JAMAS dejaremos de tener inconvenientes, porque los inconvenientes son retos a nuestra inteligencia y el saberlos manejar es nuestro mejor premio.

Una buena noticia que seguramente alegraria a muchos y entristecería a muchos más es ponerle talanqueras a todo lo que suene, huela o se parezca a corrupción.
Uribe ha hecho muchas cosas a su favor. Cierre a muchos estamentos públicos donde los trabajadores empezando por LOS JEFES además del sueldo que nosotros les pagamos también nos roban.

Uribe está en deuda con la educación que se ha convertido año tras año en un problema que ya casi parece insoluble. Y yo no creo que el problema sea de dinero, el problema de la educación está en la cantidad de profesores (NO TODOS) MALA GENTE. Profesores que no saben ni hablar, como aquí se dice corronchos. Ocupando cargos públicos ayudados por los políticos. Puestos que se heredan de padres a hijos. Trabajan los días que les dá la gana patrocinados por directores de colegio que tampoco trabajan. Y eso se ve mucho en los pueblos.
Un botón para probar que lo que digo es cierto?? miren los puestos que ocupan los colegios públicos en relación con los privados.
Mientras un profesor de un colegio privado gana la mitad de lo que gana un profesor de un colegio público, el primero trabaja, prepara clases, pone tareas, hace exámenes. El último lleva un tema para que lo desarrollen los alumnos , mientras se van a un cuartico a chismosear.

NO SERIA BUENA IDEA QUE EL GOBIERNO COLOCARA CAMARAS ESCONDIDAS O SE AYUDARA DE ALGUN INVESTIGADOR para ponerlos en la palestra pública y votar a esa partida de vagos de las escuelas y darle oportunidades a tantos educadores buenos que no tienen trabajo??

Yo no sé como son las escuelas públicas en el interior, pero aquí en la costa las que se salvan son como los dedos de mi mano izquierda, y que conste que los tengo completos (5)

NO QUEREMOS A NAME COMO GOBERNADOR DEL ATLANTICO ES UNO DE LOS CULPABLES DEL MAL ESTADO DE LA EDUCACION, DE LOS HOSPITALES.