miércoles, 30 de mayo de 2007

Amanecederos

Por: Miguel Yances Peña. Columnista de El Universal de Cartagena. myances@msn.com

En la medida en que se levantan nuevos edificios a orillas de la bahía de Cartagena, aumenta el número de personas afectadas por quienes han convertido en amanecedero, los muelles y bahías de estacionamientos, construidos a lo largo de sus paseos peatonales.

No se puede desconocer que es agradable ver amanecer a orillas del mar o de la bahía, y hasta se podría argumentar que tienen tanto derecho los particulares como quienes reclaman privacidad y tranquilidad, porque pueden disfrutarlo desde los balcones en los edificios que se han construido a sus orillas.

Argumento difícil de controvertir porque estando estas construcciones en sitios tan apetecidos por los demás, es difícil concederles la razón -se trata de espacio público, y como tal, nadie podría prohibir su sano disfrute- si no fuera porque al estar bajo el efecto del licor, estos amanecidos se desinhiben y convierten el sano placer de ver el amanecer cartagenero, en un asunto de escándalo publico. Y ahí si, violan normas establecidas, y ya no solo los privilegios, sino el “derecho” a dormir tranquilos, de los vecinos del sector.

Las personas a pesar de estar ebrias, usualmente se inhiben en presencia de quienes están sobrios (los vecinos y madrugadores caminantes). No obstante en este caso ese regulador natural no surte efecto.

Cuando la policía atendiendo las quejas del vecindario acude al sitio, dialoga con quienes alteran la tranquilidad, pero nadie sabe a que acuerdos llegan, porque cuando se retira, vuelven a las mismas. En otras palabras: involucrar a la policía, igual que el esperar que se inhiban en presencia de otros, no funciona.

En la avenida Miramar del barrio de Manga, la situación es realmente crítica, y por falta de autoridad, el asunto ha venido subiendo de tono: ya se llegó al extremo de desenfundar pistolas y hacer tiros, por ahora al aire.

Al menos tres violaciones a la ley se estarían presentando en estos casos: el manejar embriagados (bastaría hacer la prueba de alcoholemia); escándalo en la vía publica, y porte ilegal de armas, pero podría haber hasta consumo de drogas, suficientes razones para inmovilizar el vehiculo o ponerlos un rato tras las rejas.

Si se colocaran cámaras de TV estratégicamente distribuidas, se podría controlar estos desmanes e identificar a los agentes de la policía que transan con los violadores de la ley. Los vecinos del sector las reclaman. También servirían para dejar registros fílmicos de otros violadores de la ley, y cuidar el amoblamiento urbano instalado en los paseos peatonales: bancas, muelles, arborización, y el recién instalado sistema de iluminación. Y como valor agregado, controlar el comportamiento de las parejas que hacen al aire libre lo que forma parte de la intimidad.

En la pagina Web de la Alcaldía, el día 2 de febrero, se publicó una noticia en la que el Alcalde prometió “… recuperar este sector, tradicional para muchos cartageneros, de importancia dentro de la vida del barrio, de interés turístico y además de gran utilidad para el disfrute de actividades de esparcimiento y recreación” ya es hora de cumplirlo.

Algunos vecinos han propuesto patrullaje en la avenida Miramar los días viernes, sábado, y los previos a los festivos, entre las 10 PM y las 6 AM para empezar. Otros que se terminen los puentecitos –según se comenta recuperados por iniciativa privada- que al no tener barandas sirven de asiento para los amanecidos.

En fin ideas hay varias, y lo mejor sería combinarlas, porque no son excluyentes, ni redundantes, sino complementarias.

Afortunadamente Cartagena esta rodeada de mar, y esos amanecederos pueden crearse en otras zonas de la ciudad menos pobladas, siempre y cuando el Distrito les diera ese uso, las desarrollara y las mantuviera vigilada para evitar los desmanes.

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