domingo, 20 de abril de 2008

Yidis, Yidis, Yidis…

Yidis Medina se sentía amenazada: Por eso concedió la entrevista. ¿Quién la pretendía amenazar? No sería el Gobierno a quien su voto le permitió un triunfo sin precedentes en la historia del país. Entonces ¿quién estaría interesado en amenazarla? Pues bien. Evidentemente las presiones provenían de aquellos que la obligaron a firmar un documento en el que ella se comprometía a votar negativamente la reelección, entre ellos el propio ex presidente Andrés Pastrana.

Esa es la causa para que ella contara los hechos, pues la primera condición que Yidis Medina puso fue no revelar la entrevista a menos que le pasara algo. Después, al final, Yidis puso otra condición: Que saliera a la luz si el gobierno no era serio con sus compromisos.

Pero ella tenía miedo de que le incumplieran, según se desprende de sus palabras. Unos días después de la votación, su jefe, el representante Díaz Mateus, le dijo que tuviera cuidado porque si hablaba el gobierno no le iba a cumplir. Es decir, Yidis Medina o no confiaba en las promesas del Presidente y de sus asesores, pues la incertidumbre parece que la consumió al poco tiempo del voto, o se sintió tan presionada por el desprecio y ataques de la oposición, que decidió salir por la puerta que consideró más fácil: Decir que fue comprada.

Dice Yidis Medina que el Presidente le dijo “que lo ayudara, que eso era hacer patria, que los compromisos con Alberto Velásquez se los cumpliría, que él quería salvar a este país, que lo ayudara, que no lo dejara solo, que él (Uribe) nunca iba a tener con que gratificar ese favor”.

Hace un par de meses, el mismo periodista que escribió el libro de Madame Rochy sobre las prepago, se lanzó a escribir el libro de Yidis Medina y Teodolindo Avendaño en el que supuestamente cuentan la historia de la reelección. En esa ocasión (el libro TODAVÍA NO HA SALIDO) ella contó que fue prácticamente secuestrada por los que apoyaban el no. También habló de tenerlo grabado todo, pero ¡Oh sorpresa! Las grabaciones no aparecen y ni siquiera parece habérselas querido entregar a Daniel Coronell.

Según Yidis, ella solicitaba el control regional del SENA, del Seguro Social y de la Red de solidaridad… pero es claro que no obtuvo el control de ninguna de esas instituciones.

Uno se pregunta: ¿Si el gobierno ganó con el voto de Yidis, no era lógico que le cumpliera con algo y mantenerla en silencio? ¿Acaso el gobierno Uribe quería que esta desconfiada mujer saliera a hablar y a entregar las pruebas que dice tener? No estamos hablando del alcalde de un pueblo, sino de un Presidente que tiene a su disposición una nómina cercana al millón de puestos, disponibles para pagar favores… ¿Por qué Uribe no utilizó su poder? Es más: ¿Por qué, cuando surgió el escándalo no la llamó y le tapó la boca con unos cuantos puestos?

Las preguntas anteriores hacen pensar que no existieron tales ofrecimientos, pues lo cierto es que hace unos años la señora Medina, en una declaración juramentada ante la Procuraduría, negó que el gobierno le hubiese ofrecido algo por su voto. La intención de este escándalo, por parte de Yidis Medina, es promover su libro, así vaya a disfrutar de las regalías en una cárcel, pues igual tendrá que explicar los motivos que la llevaron a firmar un pacto por el no y luego deberá presentar las grabaciones que dice tener de las promesas del gobierno.

Si no lo hace, esto será un escándalo más de la palabra de una persona que dice haberse vendido al mejor postor, cuando el supuesto comprador niega tales acusaciones y tiene la prueba reina: No se adjudicó un solo puesto a Yidis Medina, como ella misma reclama.

Es más: Si resulta que accidentalmente un funcionario de todo el gobierno pertenece a la cuerda de Yidis Medina, entonces quedaría deteriorada la credibilidad de la entrevista, pues no habría motivo para que la señora armara el escándalo y recaería la sospecha sobre el que emitió la entrevista y sobre todo, sobre la seriedad de las denuncias.

Por Jaime Restrepo. Director Sistema Atrabilioso.

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