martes, 2 de septiembre de 2008

La Tormenta Perfecta

La tormenta perfecta es el nombre de una película norteamericana producida en año 2000, basada en una novela homónima de Sebastián Junger. La historia está basada en un hecho real y trata de unos pescadores de Massachussets, que en octubre de 1991 fueron atrapados dos tormentas, una de origen frío en el continente y otra de origen caliente en las cercanías de la isla Sable. La fusión de ambas anomalías atmosféricas desencadena una monstruosa tormenta; la más aterradora, violenta y destructiva de la historia moderna; que por supuesto acaba con el barco pesquero y con todos sus tripulantes.

La situación política venezolana se asemeja al relato de la película, pero se diferencia en que no se están formando dos frentes, sino siete –imposición de un modelo totalitario, división de los venezolanos en dos bandos, descontento militar, anarquía desbordada, inseguridad, hiperinflación y desabastecimiento–, que amenazan con conjugarse para producir la tormenta social más poderosa de nuestra historia.

Frente a la tormenta que se avecina, Venezuela se encuentra en el peor de los escenarios: por un lado, un gobierno ciego y sordo, que sólo le interesa mantenerse el poder y dilapidar nuestros recursos en el exterior, mientras el pueblo se hunde; y por el otro, amplios sectores de la oposición, incapaces de visualizar la realidad, y cuyo único objetivo es ponerle la mano a algún cargo público, para provecho propio. En otras palabras, no hay capitán que guíe al barco durante el huracán.

Ya no es posible impedir la “tormenta perfecta”, porque los siete frentes que la conforman están desatados de manera irreversible. Cuando llegue, arrasará con gobierno y oposición por igual. No dejará títere con cabeza. Lo que sí es posible es contener sus efectos destructivos, para que no acabe con todo el país, tomando cuatro sencillas medidas.

La primera consiste en implementar un plan de reconstrucción económica, basado en dos aspectos: el apoyo irrestricto a la empresa privada, particularmente a los sectores productivos, como lo son la agricultura, la ganadería y la industria; y, paralelamente, la construcción y reparación de las grandes obras de infraestructura, especialmente las relacionadas con el transporte y el suministro de agua y electricidad. Un plan como éste solucionaría los problemas de inflación, desabastecimiento y desempleo.

La segunda consiste en depurar y reestructurar las fuerzas militares y policiales, a fin de devolverles su espíritu de cuerpo y su condición profesional, quitándoles todo tinte político e ideológico. Esto permitirá llevar a cabo una guerra eficiente contra el hampa y la inseguridad.

La tercera consiste en rescatar las instituciones democráticas, particularmente los poderes públicos, devolviéndoles su razón de ser, su autonomía y su independencia; a fin de que sirvan a todo el colectivo, y no solamente a una parcialidad política.

Y la cuarta consiste en crear un nuevo liderazgo nacional, elegido democráticamente por la base de los partidos políticos, los gremios, los sindicatos, las asociaciones civiles y demás agrupaciones sociales; cuyo norte sea atender las necesidades del pueblo y no los intereses particulares.

Se aproxima la “tormenta perfecta”. Esperemos que sus estragos hagan reflexionar a los venezolanos, para emprender un nuevo rumbo, basado en el amor a la patria, la solidaridad y la justicia social; requisito indispensable para que más nunca vivamos esta terrible experiencia.

Por: Alejandro Peña Esclusa. Columnista de Atrabilioso.

1 comentarios:

Atrabilioso dijo...

3 Comments:



At <$Comentarios$>, DieGoth

En realidad Venezuela está dividida en tres. Entre chavistas y antichavistas hacen la mitad del país con porcentajes que han variado con el tiempo pero en general siempre están relativamente parejos.

La gran masa que llaman "ni-nis" es la que hasta ahora se ha dejado usar por el chavismo para asegurarle el poder, aunque ellos digan que no están con Chávez ni con la oposición.

Yo no soy nada optimista con respecto al futuro de Venezuela para los próximos 20 años. El país tendrá mucha suerte si antes del 2030 empieza un proceso de modernización y avance social y económico perceptible.

Cuando la gente está dividida ni siquiera en dos bandos sino en tres, es imposible ponerla de acuerdo en asumir un solo proyecto de país. La mayoría de los venezolanos ni siquiera saben qué quieren, pero lo cierto es que han permitido al chavismo asentarse en el poder con tal de no arriesgarse a darle una oportunidad a la oposición. Les está pasando lo mismo que está pasando ahora en Nicaragua: por ese estúpido complejo y miedo a tener un presidente rico y empresario "neoliberal satánico" prefirieron elegir de presidente a un pedófilo borrachín inepto que hoy tiene a siete de cada diez nicas deseando largarse del país y a ocho de cada diez opinando que la economía va cada vez peor.

A veces la gente por un simple temor o complejo prefiere tomar la peor decisión, porque en el fondo el latinoamericano se siente más seguro con el peor de los populismos antes que arriesgarse con un sistema de libre comercio y competencia.

Por eso es muy difícil que aparezca un nuevo liderazgo en Venezuela. De quién sería: ¿los socialdemócratas y conservadores de siempre (adecos y copeyanos) que ya probaron su incapacidad, o los comunistas de diversos matices aglomerados alrededor del chavismo? Entre todos ellos el más seguro ganador será el que más prometa populismo para el pueblo.

Si llegara un líder excepcional, digamos una mezcla de Uribe y Mockus sin ningún chisme o rumor de cercanía con paramilitares ni narcos de ningún tipo y con excelentes ideas y una gran decisión y compromiso por todos, prometiendo al pueblo sudor y lágrimas solamente para sacar el país adelante, lo van a despreciar.

Si los venezolanos estuvieran cansados del populismo hace rato hubieran tumbado a Chávez.


At <$Comentarios$>, ERAGON

La vieja politica Venezolana es la culpable de tener a Chavez en el poder lo mismo que aca en Colombia las culpables de tener a Alvaro Uribe, son las farc. Dos polos opuestos, el uno encarna el totalitarismo cubano y el otro el neoliberalismo mas severo, ambos sistemas nefastos para beneficiar a un pueblo. Latinoamerica necesita desenquistar la vieja politiquería y corrupción, e infortunadamente no se ha gestado un movimiento que de verdad piense en el pueblo. Sera que el capitalismo social se abre paso ante el fracaso de estos dos esquemas tan inequitativos? Pero aca en Colombia mientras existan las farc, que pasaron al terrorismo desmedido, habrá Uribe para buen rato inexorablemente.


At <$Comentarios$>, DieGoth

Jajajaja, "neoliberalismo más severo". Dios mío, toca imprimir millones de copias de "Manual de neoliberalismo para dummies" y repartirlas gratis en la calle.

Apenas esta semana el gobierno eliminó restricciones a los fondos de capital extranjeros. Después de SEIS AÑOS en el poder toman esa decisión. ¿Qué tiene eso de "severo"?