martes, 14 de abril de 2009

Fujimori

Alberto Fujimori (ingeniero agrónomo, físico, matemático y político de nacionalidad japonesa-peruana) fue condenado en Perú a 25 años de prisión, en lo que ha sido considerado como un histórico y trascendental fallo, porque ningún ex presidente elegido popularmente había sido condenado en su propio país, y por sus implicaciones en un continente que tiende a imitar a los vecinos.

Según el fallo condenatorio, se le habían probado mas allá de toda “duda razonable”, la "autoría mediata" de dos matanzas y dos secuestros, que según quienes le juzgaron, correspondían a una política de Estado diseñada por él. Fujimori, quien asumió su propia defensa, negó que hubiese implantado una política de "guerra sucia" y ha comunicado que apelará.

Como se recordará, a Fujimori se le acredita haber combatido hasta reducir al movimiento guerrillero Sendero Luminoso de orientación maoísta y al MRTA; y haber recuperado el crecimiento y la estabilidad macroeconómica, enfrentando de manera enérgica la corrupción política y administrativa enquistada en el Perú. Enredado en los mismos escándalos que combatía, llamó a elecciones en el 2000 y se asiló en el Japón, desde dónde renunció.

El juicio se realizó durante el gobierno de quien le antecedió y repite, tras ser perseguido por corrupción y asilado en Colombia. Y el diario español El País, al que según los cargos le había secuestrado un periodista en 1992, publicó comentarios elogiosos del fallo del escritor Mario Vargas Llosas, quien a su vez había sido derrotado en las urnas por el condenado.

Si el fallo no fue político, contrario a lo que el lector podría imaginar conociendo estas circunstancias, las reacciones si están fuertemente politizadas. Perú se encuentra hoy dividida: por un lado los familiares de las victimas y las ONGs nacionales e internacionales de derechos humanos lo celebran, y por el otro la congresista Keiko Fujimori (su hija) quien encabeza las intensiones de voto para la presidencia en el 2011, ha dicho que si es elegida, lo primero que hará será perdonar a su padre. Todo hace pensar que el fallo elevara la intención de voto a su favor.

De ser así, se estaría creando con los hechos, jurisprudencia sobre la voluntad soberana de los pueblos, y en contra del fundamentalismo que enfrenta la sentencia maquiavélica “el fin justifica los medios”. Si alguien puede dirimir ese conflicto entre fines y medios, no me queda ninguna duda que no son los jueces -tienen limitaciones legales y debilidades humanas- ni los políticos y periodistas, sino el pueblo, que lo expresará en las urnas.

Por ahora, al caído caerle, y la señal que trasmite a los países que combaten movimientos similares, y se enfrentan a la corrupción y la politiquería galopante, es intimidante.

No me queda ninguna duda, pues, que dicho fallo será utilizado en Colombia por los movimientos guerrilleros, sus simpatizantes civiles infiltrados en instituciones públicas y organizaciones privadas, y la politiquería, para intimidar; no al actual presidente y a las FFAA (lo hecho, hecho está), sino a quien sea elegido en el 2010 (que lo pensará dos veces antes de actuar), lo que por supuesto las fortalecerá.

¿Regresaremos entonces a la inoperancia de antaño, en la que nuestros gobernantes hacían el papel y se enriquecían, más no emprendían la tarea?

Por Miguel Yances Peña. Columnista de El Universal de Cartagena.
myances@msn.com

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