lunes, 12 de mayo de 2008

¿Uribe debe renunciar?

Si hay un discurso que me gusta de Antanas Mockus es el del atajismo, en el que describe la tendencia de los colombianos a tomar atajos para solucionar problemas. Desde la campaña presidencial de 2006, Mockus expuso con todo detalle esa filosofía e incluso señaló que uno de los ejemplos de atajismo era el paramilitarismo.

Ahora Mockus está insistiendo en la renuncia del Presidente por cuenta del escándalo de Yidis Medina, posición en la que
coincide con la del cabecilla terrorista alias ‘Iván Márquez’. Esa petición es un atajo en el que pasa por alto la presunción de inocencia: una cosa sería que la plenaria de la Cámara ya hubiera aprobado el juicio contra el Presidente en el Senado y otra muy distinta es que hasta la fecha solo se hayan enviado copias a la Comisión de Acusaciones para que decida si abre o no investigación contra el Mandatario.

El atajo que está tomando Mockus es simple: si a alguien le organizan una estrategia de escándalos y descrédito que incluya los señalamientos judiciales, esa persona debe renunciar porque –aquí va otro atajo de justificación- “cuando el río suena, piedras lleva” y si hay tanto ruido es que seguramente el desacreditado es culpable. Ese atajo de pasar por alto la presunción de inocencia es común en los colombianos, pero es mucho más frecuente en el facilismo de la oposición.

Básicamente lo que están haciendo Mockus e ‘Iván Márquez’ es reconocer su incapacidad para llegar por las vías legales al poder y por eso buscan una trocha que les permita sacar del camino al que consideran su principal obstáculo, sin importar los métodos empleados y la opinión de la nación frente al tema. Pero resulta esclarecedor que las FARC se sumen a la petición de Mockus y de otros columnistas menores, cada uno con sus respectivos intereses políticos y mediáticos: para las FARC derrocar a Uribe sería el mayor triunfo de su historia y los dejaría a pocos pasos del poder.

El segundo atajo que está tomando Antanas es el de adherir a un escándalo e intentar obtener réditos políticos con esa decisión: ante la incapacidad de convencer a las mayorías de las bondades que tendría un gobierno Mockus, recurre al atajo de sumarse a la coral de los escándalos y a lo que está sonando en los medios, para tener alguna vitrina: en Colombia no hay nada que tenga más espacio en la prensa que un opositor al gobierno y si es inteligente y con un discurso aparentemente sosegado, pues mucho mejor.

Pero con el ojo afuera, no hay Santa Lucía que valga: ahora Mockus
propone que los ciudadanos y los sectores sociales realicen una gran movilización nacional para rechazar, según él, la actitud del gobierno de tomar "atajos" para garantizar la reelección del presidente Álvaro Uribe, lo que “curiosamente” coincide con los planteamientos del terrorista refugiado en Venezuela.

Pero en eso tampoco hay que recurrir a atajismos: ¿Para qué quedarse en una movilización, cuando se puede convocar una consulta popular que determine si la nación rechaza las causas y consecuencias de la supuesta compra del voto de Yidis Medina y de Teodolindo Avendaño? Es más: como es una acción de democracia primaria, ¿por qué no consultarles de una vez a los ciudadanos, con nombre propio, si quieren que Uribe permanezca 4, 6, o más
años en la presidencia? Y para que el tema resulte interesante, si Uribe pierde ese referendo, que se comprometa a convocar elecciones anticipadas SIN SU PARTICIPACIÓN, por supuesto.

Es que la obstaculización política, la brecha entre los políticos y sus representados, el anhelo de acabar con el terrorismo y la visión regional del conflicto deben ser consideraciones estructurales para la construcción del país y no pueden estar sujetos a los caprichos, apetitos y ambiciones de unos cuantos: si la mayoría de colombianos se pronuncia sobre estos asuntos y determina el futuro de los mismos, esas minorías que creen tener el derecho a decidir por los millones de palurdos, que es como nos ven a más de 44 millones de ciudadanos, no pueden imponer sus posiciones fundamentalistas y sesgadas y deberán someterse a la voluntad del constituyente primario. Si Mockus va a tomar el atajo de apostar por una movilización nacional, pues convirtamos ese atajo en un camino para determinar lo que quiere de verdad la ciudadanía y que no ocurra lo mismo que estaba pasando en el debate del Acto Legislativo para la reelección, en el que el pueblo quería pronunciarse, pero unos cuantos intentaron impedirlo a toda costa.

Es que el tema de Yidis, con todo lo escandaloso que el ex alcalde y los áulicos de las FARC quieran hacerlo aparecer, no es tan simple: es un dilema ético en el que se debe considerar que una gran parte de los colombianos querían pronunciarse (democracia) sobre la reelección del Presidente, como se demostró en las urnas, y las ambiciones de unos cuantos, unidas al autismo de los dirigentes frente a sus electores, eran los obstáculos para satisfacer los deseos de la nación.

En ese orden de ideas, los obstáculos estaban motivados en juegos de poder, pues resulta obvio pensar que personajes como Clara Pinillos y Andrés Pastrana, quienes presionaron por el no, en ningún momento estaban pensando en el bien del país o en sintonizarse con el pueblo para escuchar su voz: ellos querían abrir espacios para sus propias aspiraciones o las de sus grupos y para eso era fundamental impedir a toda costa que los ciudadanos se pronunciaran para decidir si querían o no que Uribe siguiera en la presidencia.

Entonces el asunto Yidis no pasa por la compra de conciencia como falsamente expone la Corte: ella, como en remate, se puso en venta al mejor postor, y no era su conciencia lo que estaba negociando sino el poder clientelista que obtuviera de su decisión. ¿Alguien cree que Yidis Medina pensó por un segundo lo que le convenía al país? Para nada. Ella primero se reunió y firmó con los del no, con foto incluida, a cambio de acomodar a sus clientelas en administraciones locales y luego, si nos atenemos a la decisión de la Corte, se reunió con otros para vender su voto a cambio de ubicar sus clientelas en organismos nacionales. ¿Eso es conciencia? No. Es una transacción de puestos por una decisión que en ningún momento consultó el interés nacional ni mucho menos sus convicciones personales.

Lo anterior es moral y políticamente cuestionable, pero no es un hecho delictivo: Que un político solo atienda sus propios intereses es algo tan frecuente en Colombia que incluso, institucionalmente, no hay ningún mecanismo para que el elector se comunique con su elegido y le pida cuentas. Incluso se podría afirmar que en todas las democracias se dan ese tipo de transacciones, al mejor estilo Pelosi- Bush.

Sin embargo, en ese escenario en el que jurídicamente no se puede deshacer un obstáculo institucional que tradicionalmente ha desatendido los interese del país, ¿qué se debía hacer? De alguna manera se tenían que romper esos obstáculos, pues era importante que la ciudadanía se pronunciara apoyando o rechazando la reelección... ¿Acaso impedir el pronunciamiento del pueblo no es un atentado contra la democracia y sus instituciones?

Es que el Congreso de la República es un tétrico escenario de vanidades y ambiciones en donde lo importante es la tajada que se saque y no el bienestar que el congresista pueda llevar a los que representa. Esto no nació con Uribe ni morirá después de su mandato. Sin embargo, en un país que ha rectificado el rumbo en muchos aspectos, que por primera vez pudo ver que el terrorismo era atacable y que el Estado podía debilitarlo ostensiblemente, que después de muchos años pudo sentirse nuevamente atractivo para la inversión, el retirar el obstáculo era fundamental para fortalecer las políticas que habían dado resultado y sacar del escenario, así fuera temporalmente, a los que siempre frenaron las decisiones estructurales para el país.

No nos engañemos: no era solo el nombre de un individuo el que estaba en juego, sino el avance que había conseguido el país con mucho sacrificio… ¿era ético tirar por la borda lo andado, por cuenta de los intereses personalistas y retardatarios de los opositores que han ejecutado las mismas prácticas que ahora los hace rasgarse las vestiduras, cuando han ostentado el poder local?

Si el Congreso estuviera sintonizado con la ciudadanía, las mayorías habrían agilizado el trámite de la reelección y la oposición hubiese representado (como lo hizo) a las minorías que no querían a Uribe durante cuatro años más.

Así las cosas el delito más grave, ese que evita escudriñar Mockus, está en la incomunicación y en la ausencia de representación por parte de los congresistas y no en buscar soluciones para satisfacer la voz de la mayoría.

¡Qué lástima! Mockus está demostrando que es incoherente con su filosofía anti-atajismo e incluso que las tentaciones no son en blanco y negro, sino que tienen matices que se deben considerar a la hora de entrar a las filas de la oposición irreflexiva.

Por Jaime Restrepo. Director Sistema Atrabilioso.

1 comentarios:

Atrabilioso dijo...

20 Comments:



At <$Comentarios$>, jaime ruiz

Jaime, perdona por el cambio de tema, quiero copiar mi opinión sobre el último escandaloso artículo de Natalia Springer.

El secuestro es un hecho vulgar que se deja a rústicos y a niños, pero el cobro del secuestro, el cobro del secuestro es una tarea grande, valiosa, que exige talento, sensibilidad, buen gusto, perspicacia, persuasión y clase. Sobre todo eso, clase: aquí tenemos un ejemplo luminoso, Maimónides incluido, el pobre Maimónides, que es como cuando un violador cita a Juan del Encina ("Mejor trocar placeres por dolores / que vivir sin amores"). Realmente esta asquerosa le gana a todos los demás asesinos y canallas, se merece mucho más que un premio Simón Bolívar de periodismo, se merece un puesto en el secretariado o en el comando central. por lo menos, aunque sin duda hay una coordinadora secreta que está por encima del secretariado, y a lo mejor ella está ahí.

ACERCA de Mockus, el discurso anti-atajismo me parece un ropaje refinado para lo que antes se llamaba santanderismo: el rechazo al atajismo es un buen pretexto para cobrar el papel sellado, y la observancia de los protocolos legales se vuelve prueba de la justicia de algo. Me parece mucho más valioso el análisis de esa mentalidad, que lleva en sí cierta miopía moral que resulta muy extraña al desarraigado.

¿Cuál es la carrera de un político que no hace atajismo? Porque, digo yo, hacerse famoso mostrando el culo a unos intolerantes parece tomar un atajo, lo mismo que renunciar a la alcaldía cuando se había alcanzado popularidad para lanzarse a la presidencia. Lo que encuentro falaz en el discurso de Mockus es esa sacralización del procedimiento: hay muchísimos estafadores que despojan a la gente cumpliendo todos los protocolos legales, el hecho de que no se pase nadie el semáforo en rojo no garantiza que haya de por sí más justicia ni más bienestar ni más progreso. Sólo que la autoridad funciona mejor.

En fin: el rechazo de los atajos sirve lo mismo para un roto que para un descosido, para justificar cualquier aspiración autoritaria-clasista que para reemplazar la moralidad por la legalidad. Y lo peor es que esa legalidad avanzó mediante el asesinato de los verdaderos juristas en el Palacio de Justicia y el reconocimiento de una banda de asesinos como comadrones de la nueva institucionalidad: ni siquiera un 20 % de los posibles votantes eligieron a los constituyentes.


At <$Comentarios$>, Atrabilioso

JAIME:
Siento en todo ese discurso el tufillo de mensajería de la familia Betancourt: no importa que se les otorgue a los terroristas el premio de la beligerancia, como concepto, ni que se vuelva un crimen repetitivo, ni que se ponga en riesgo a millones de personas... lo fundamental es premiar política y militarmente a los terroristas por haber recurrido a la osadía del secuestro político.

Me aterra la capacidad para mentir: Hace poco más de un año, Israel estaba en plena guerra por el secuestro de un soldado... no negoció, no recibió tres cadáveres (habían prometido cuatro con el de Ron Arad) ni nada por el estilo: Israel decidió lanzarse a la guerra a ver si rescataban a su soldado. A lo que voy es que es mentira que el estado de Israel haya decidido la negociación como doctrina y por el contrario, en múltiples ocasiones han señalado que el mecanismo no funciona porque se volvió repetitivo y más peligroso para las tropas israelies.

El afán de vender esa idea como norte de la brújula que Colombia debe utilizar para solucionar el problema de los secuestrados es enorme.

Siempre me he preguntado ¿qué tiene que ver que Ingrid Betancourt haya sido corta de mira y se haya lanzado a la aventura que la llevó al secuestro (culpabilidad evidente al desconocer las alarmas que le encendieron) con el hecho cumplido de su secuestro (no lo estaba buscando aunque conocía los riesgos) al que no puede ser sometida ninguna persona?

En cuanto al tema de hoy, resulta interesante su planteamiento sobre el anti-atajismo con el santanderismo y el tratar de convertir lo moral en legal.

Pero aquí hay varios dilemas éticos que el país debe plantearse. Uno de ellos es si resulta más ético conservar la ética personal y con eso perjudicar a los ciudadanos obstaculizando, por ejemplo, la posibilidad de que manifiesten su voluntad o fallar a la ética personal y con ello beneficiar a la comunidad abriendo el espacio para que se pronuncien...

Yo creo que tiempos extraordinarios requieren medidas extraordinarias.

Un abrazo y gracias por todo.


At <$Comentarios$>, Xisto

BRABONEL.

Lo Único cierto aquí son las ambiciones políticas de Mockus. El nacimiento del indigenismo en América Latina- como posiblemente nacerán otros movimientos étnicos que oculten ambiciones políticas e ideológicas en muchos países de la región pidiendo revanchismo- es consecuencia de los intereses parasitarios criollos que se ven amenazados. Mockus antes había tratado con el indigenismo-hay que recordar la cantidad de columnas editoriales y demás reportes periodísticos sobre el tema y el sentimiento de culpa que le querían inculcar al resto de colombianos- pero desistió por que el indigenismo no cala en una sociedad como la Colombiana, se necesitaba que fuera muy frívola como para que la cosa avanzara. Ahora Mockus se siente muy puro como para enseñarles moral a los colombianos. Mockus en de la primera generación de una familia Lituana nacida en Colombia y su vida a trascurrido en la academia y en la idea de diseñar una sociedad que lo satisfaga. Por esas razones Mockus desconoce como se ha construido Colombia y cuales son sus bases. Colombia hasta hace poco fue una sociedad encerrada entre sus montañas y muy católica, pero paradójicamente se creo-en las bases sociales no elitescas- una apego fuerte al trabajo –una de las razones de la popularidad de Uribe es que trabaja trabaja y trabaja- y por otra parte una ambición por el dinero desenfrenada. Contradicciones de una sociedad que llevan a recurrir al atajismo entre otras una y otra vez así no se quiera ¿Cuántas trabas existen en Colombia para crear empresas o sacar cualquier documento? ¿Cuantos no les ha tocado pagar o mejor, mojarle la mano a alguien de la burocracia para que las cosas ande más rápido? Entonces Mockus peca cuando trata de culpar a Uribe por la forma como se hacen las cosas en Colombia. Muy bien usted lo dijo Jaime Restrepo, el Congreso ya existía y funcionaba de la forma como lo hace mucho antes de la llegada de Uribe.

Hace poco leía una Columna de Rudolf Hommes donde acusaba a Uribe de sufrir una especie de complejo de persecución y por esa razón cualquier situación la veía como una amenaza para su sobre vivencia política. Yo creo que ese complejo lo están padeciendo las castas parasitarias que ven en Uribe la reencarnación de una conspiración Mundial capitalista que tomaran a Colombia como su epicentro terminando por relegarlos a un plano netamente inferior. Que Mockus haya tomado las banderas de la “moral” para chocarlas contra Uribe no tiene otra lectura que no sea la que nos diga que las castas parasitarias están tan desesperadas que tuvieron que recurrir a un profesor universitario medio excéntrico y medio chiflado como pretexto de lucha y resistencia.


At <$Comentarios$>, Atrabilioso

BRABONEL:
Siempre tiendo a justificar a Mockus porque fui testigo de su gestión como alcalde y muchas de sus decisiones me gustaron, lo mismo que el estilo que impuso en su gestión. Seguramente por esa razón es que veo a Mockus como un enorme ingenuo político que cree que la política se hace desde el plano inmaculado de la no negociación, desde la altura de la crítica siempre constructiva y que al ejercer la política y coquetear o regentar el poder; saldrá perfectamente limpio. Miguel Yances me decía hace tiempo que todo ejercicio de poder significaba necesariamente una dosis de acciones indelicadas, o para ser más preciso, cierto manejo en los límites de la corrupción, sin importar las supuestas ideologías. Veo ahora a Mockus tratando de ensuciarse un poquito en una guerra oportunista que se da en el marco de la estrategia lanzada el 15 de abril.

Lo que irrita es que Mockus no es tan inmaculado como quiere mostrarse y tiene en su espalda, decisiones que no tienen presentación: El conector del la 80, el detrimento patrimonial de la ETB por cuenta de un contrato con Comcel cuyo incumplimiento tendrá un costo para la ciudad cercano a los 19 millones de dólares, la vinculación de su escudera María Isabel Patiño al tema de la mala construcción de las troncales de Transmilenio, su retiro de la alcaldía y otras situaciones que muestran a un Mockus ingenuo y, como todo opositor, jugado con la suposición de que los colombianos somos caballeros y no tenemos memoria: esa es la apuesta y como ha visto que muchas veces se gana con ese presupuesto (Samuel, Garzón, Petro, etc.) pues pone todas sus fichas en esa casilla.

Un abrazo y gracias por sus comentarios.


At <$Comentarios$>, jaime ruiz

El problema de la ingenuidad y la rectitud, del atajismo, etc., es el del difícil ajuste entre un sentido moral elevado y una necesidad de acción en la que exhibirlo sólo resulta una forma de rehuir los problemas. Al respecto los problemas saltan a todas horas, y la reflexión es difícil y demanda tiempo, de modo que tomaré nota de prisa sin que haya mucha conexión entre mis puntos.

Hay una manía colombiana con la nobleza de las acciones, es un viejo resabio clasista de la Castilla medieval: a un lado la corte y al otro la villa, a un lado la gente de misa diaria y al otro los villanos que sólo tienen motivaciones despreciables, etc., etc. El antisemitismo no deja de pintar algo ahí. Eso se ha visto llevado al extremo por el tráfico de drogas y el enriquecimiento ilícito. El que no quiso o no pudo aprovecharse de eso y sí vio que muchos lo hacían tiene un sentido de superioridad muy arraigado respecto de todos los demás "corruptos" y "nuevos ricos". Mockus juega con eso y de algún modo "toca esa fibra", pero el problema es que toda esa moralidad es falsa: supongamos que efectivamente hubo un cohecho típico en ofrecer dinero a Yidis y Teodolindo para que aprobaran la reforma constitucional. El hombre de la conducta recta se pone automáticamente en contra de eso, pero resulta que el resultado de su rechazo es un ascenso de gente que tiene planes mucho más perversos que los que movieron eso, como se puede pensar de los que financian a Yidis Medina. El sentido de "dignidad" de la gente de bien resulta insuficiente, puede conducir a un error fatal, a colaborar en esa tarea de desestabilización tras la cual está Hugo Chávez, y ciertamente a echar a perder el esfuerzo que se ha hecho contra las organizaciones criminales (dicen que el tráfico de drogas sigue igual, pero ¿cuántos grandes mafiosos podrán decir que durante los años de Uribe todo les salió a pedir de boca).

Lo que me parece interesante es analizar esa conducta, que para muchos basta como respuesta a los dilemas morales que se presentan y a mí me parece que conduce a la inacción, por no hablar de que expresa un apego a una sociedad estática que no me gusta nada: de hecho, si todo el problema es sacar a los pícaros y "atajistas", el orden social existente no es problemático. Y yo creo que sí lo es, que la sociedad debería desplazarse hacia una efectiva igualdad ante la ley e igualdad de oportunidades que no existen por mucha pedagogía que nos enseñen.

Esa visión clasista que siempre pone por encima "ideales" y "valores" tiene mucho que ver con las aspiraciones de la izquierda democrática: el Che Guevara es alguien muy superior a un bandido, las FARC son menos condenables que las AUC porque querían transformar la sociedad, Abimael es un idealista (con estudios de Filosofía y Derecho) mientras que alguien como Rodríguez Orejuela es de lo más despreciable (pero yo diría que incomparablemente menos funesto que el psicópata peruano)... Así. En una ocasión Fernando Savater decía que delitos todos cometíamos algunos pero que los delincuentes verdaderamente peligrosos son los de aquellos que pretenden dominar a la sociedad con alguna teoría o retórica.

Creo que es lo que hay alrededor de Mockus, el desprecio por el que se lleva los clips de la oficina o el que intenta seducir a la secretaria, por todo aquello que suena a plebeyo y ordinario, muy característico en el odio que inspiran las FARC por relacionarse con la cocaína, como si matar soldados o secuestrar gente fueran delitos menores en comparación.

Y complaciendo esa inclinación característica se encuentra el ex alcalde, que aspira a figurar como posible candidato de la alternativa a Uribe, toda vez que los candidatos claramente ligados al chavismo no tienen ninguna oportunidad y que otros como César Gaviria no tienen modo de atraer a sus antiguos votantes, encantados con Uribe. La fachada moral resulta muy rentable para un juego político atajista y pícaro.


At <$Comentarios$>, Atrabilioso

JAIME:
Nunca he creído en los absolutos y eso de la rectitud y del sentido moral elevado, llevados a planos fundamentalistas, son falsedades que confunden la retina y sencillamente son recursos holísticos del mismo mal que diagnostican.

Coincido plenamente con usted.

Un abrazo.


At <$Comentarios$>, Carlos

Jaime: escribe un breve comentario sobre esta columna en mi blog.

Cordial saludo,
Carlos


At <$Comentarios$>, Atrabilioso

CARLOS:

Cuando escribí ese post no había leído la columna de Gaviria. Sin embargo yo planteo una cuestión diferente: incurrir en el mismo error que se señala. Hay una vieja frase que dice que cuando uno señala a alguien con el dedo, otros cuatro apuntan al corazón de quien señala.

Sin embargo, creo que el debate se debe centrar, como usted lo hizo en un post anterior, en el debate ético de la situación. Le cuento que hice un comentario, largo como de costumbre, sobre el tema y no se por qué razón cuando intenté publicarlo se borró.

Básicamente mi planteamiento sobre el caso Yidis, que es el origen de los atajos mockusianos, es que la sociedad colombiana debe analizar el absolutismo ético.

Iré por partes: hay muchos que aseguran que Uribe se benefició directamente del cohecho de Yidis, pero eso significa que Uribe sabía que la Corte Constitucional aprobaría la reelección y que él ganaría las elecciones de 2006... no creo que ningún político pueda sentise ganador con más de un año de anticipación... ¡qué lo digan Hillary y Peñalosa! Obviamente Uribe sabía que si la mayoría de ciudadanos lo apoyaban, si evaluaban bien su gestión y si sus oponentes eran débiles, él podría conseguir la reelección. Todo se dio, pero en el momento de la aprobación en la Cámara, NADIE podía apostar con total certeza que Uribe ganaría o que la Constitucional declararía exequible el acto legislativo.

Entonces el asunto Yidis se circunscribe a abrir la posibilidad para que los colombianos nos pudiéramos pronunciar en las urnas sobre la gestión del Presidente o las propuestas que plantearían sus contrincantes. Desde mi perspectiva, eso es una acción democrática, pues abría una posibilidad para consultar al constituyente primario y dejar en sus manos la decisión.

Pero había un obstáculo enorme: la feria de vanidades del Congreso, en la que no se consulta el interés de la ciudadanía sino el apetito de los que tienen la representación de los ciudadanos.

¿Cómo quitar ese obstáculo? Esta es la pregunta que debe generar el debate sincero, pues a mi juicio existían dos alternativas: no hacer nada y dejar que los conservadores liderados por Andrés Pastrana y los demás, encabezados por Clara Pinillos, imposibilitaran que los ciudadanos decidieran o la otra opción era jugar en los mismos términos de los congresistas y romper el obstáculo para la acción democrática.

Entonces, lo que plantea Mockus es todo un dilema: O se mantiene la ética personal y con eso se perjudica a una comunidad al impedírsele que se pronuncie o se falla a la ética personal y se beneficia a la comunidad consultándola sobre sus deseos y aspiraciones.

Creo que la ética tiene una consideración en la cual el bien general prima sobre el particular y en ese sentido, abrir un espacio para el pronunciamiento del constituyente primario que estaba cerrado por los mismos que dicen representar a los ciudadanos, requería acciones al límite de la ética. Era una situación extraordinaria que requería acciones extraordinarias.

Otro asunto sustantivo es que el ejercicio de los poderes democráticos se hace a partir de la negociación: existen intereses, vanidades y clientelas que impiden una decisión acorde con los deseos de la ciudadanía y por lo tanto la persuación no funciona. Y no hablo de la oposición del PDA, válida y necesaria, sino de los manejos del conservatismo y del liberalismo, es decir, de los partidos tradicionales opuestos a la posibilidad de la reelección. Los partidos tradicionales fijaron sus posiciones, hicieron un acuerdo frente al no y se unieron para obstaculizarlo... ¿esos partidos cederían a los argumentos? Nadie puede creer que lo harían... ellos cederían a la negociación, como efectivamente ocurrió.

¿O es que Pelosi está atenta a ceder a los argumentos de Bush para el TLC? ¿O Evo Morales no está llamando al diálogo a los gobernadores autonomistas?

Finalmente no podemos ser puritanos e ingenuos: la relación de los poderes se basa en negociaciones en la mayoría de oportunidades. Mockus no quiso negociar y el resultado fue una primera administración paralizada por cuenta de su intransigencia frente al Concejo de Bogotá. ¿La parálisis es conveniente para la ciudadanía? No. ¿Se justifica la parálisis por cuenta de la ética del gobernante? No creo.

Un abrazo y mil disculpas por lo largo del comentario.


At <$Comentarios$>, la colombia inclaudicable (lci)

Jaime, cordial saludo:
En mi sentir Mockus es el típico caso del mamerto doblemente entalegado.

Tras una vida de servicio a la causa social un ataque de honradez intelectual lo lleva a remover la piedra filosofal de la combinación de todas formas de lucha, donde acepta que los justicieros sociales, ya no tienen el derecho de matar a quien les paresca por atentar contra su paraiso.

Pero tal paraíso les sigue copando su realidad y nunca superan el onirismo confortable,la placenta de la segunda talega: La justicia social. Alcanzar esta por cualquier medio mágico (en este caso el apego ciego a la ley, o por medio del "educaciondismo" que comparte con otro profesor, Alejandro Gaviria)sera su lucha.

Pero nunca ni una letrica sobre el esfuerzo individual. Delirio de libertarios


At <$Comentarios$>, Atrabilioso

LCI:
No tiene ni idea de cuanto me gusta su comentario, porque siempre he planteado que la justicia social es un ejercicio individual de esfuerzo y trabajo personal que tiene que dar frutos y son esos los que se reflejan en el bienestar y en la prosperidad de los círculos cercanos.

No había analizado el asunto desde la perspectiva que usted plantea.

Un abrazo y gracias por sus comentarios.


At <$Comentarios$>, Camilo Andrés

Esto sorprendido con la extradición de los líderes paramilitares.

Ahora dirán que Uribe los extraditó para silenciarlos. Bueno, no sé que pudo haber pasado. Sólamente ayer José GUillermo Reeys (viceministro) dijo que no había pruebas contra don Berna y que por eso no sería extradito, hoy los enviaron a todos.

Yo tengo la impresión de que el Mellizo los delató.

Esta buenísimo esto


"La senadora colombiana, Piedad Córdoba dijo a la estatal VTV de la televisión de Venezuela que el Gobierno del presidente Álvaro Uribe quiere encarcelarla, algo que, estimó, podría suceder la próxima semana.

"Tengo cinco denuncias penales en la Corte Suprema (...) y fuera de eso están anunciado que me detienen la próxima semana, no se qué día", declaró sin más detalles sobre el asunto en una llamada telefónica desde Bogotá a Venezolana de Televisión (VTV).

Después de tildar al Estado colombiano de "paramilitar, mafioso, que se roba los recursos del país", repitió que la podrán apresar o matar, pero que no desistirá en sus denuncias sobre la "parapolítica", como llaman en su país a los supuestos vínculos de políticos colombianos con fuerzas paramilitares de derecha.

En el proceso de la "parapolítica" más de 60 congresistas, la mayoría perteneciente a la coalición de Gobierno, están siendo investigados por la justicia y de ellos 33 están en la cárcel.

"Me metí en la lucha política (...), soy una luchadora social y me voy a quedar aquí (...), voy a dar la cara y la pelea hasta el final" y "no voy a salir corriendo como lo hizo el primo del presidente que buscó asilo en la embajada de Costa Rica" después de ser involucrado con los paramilitares, añadió la parlamentaria.

Córdoba hizo así referencia al caso de Mario Uribe, primo del mandatario, que pidió asilo en dicha embajada luego de ser vinculado en el proceso de la "parapolítica".

Entre las acusaciones que afronta, dijo que una la señala como traidora a la patria, otra como terrorista y jefa de una facción urbana de las FARC, y auguró que eventualmente le van a "sembrar dólares" para pretender aparentar que recibe financiación del presidente venezolano, Hugo Chávez.

Las FARC liberaron recientemente a seis ex parlamentarios colombianos que tenían en su poder, en "desagravio" a Chávez y a Córdoba por haber sido cesados el año pasado por Uribe como mediadores de un acuerdo humanitario que les había encargado.

"Qué me investiguen", exclamó la senadora del Partido Liberal, aunque tildó todas las acusaciones en su contra como "una infamia" y las incluyó en "montajes" en los que Chávez y el presidente de Ecuador, Rafael Correa, son señalados como gobernantes que desean invadir militarmente a Colombia "para generar miedo entre los colombianos".

"Quieren desviar la atención" para minimizar la crisis abierta en el Gobierno de Uribe por su "parapolítica", insistió Córdoba.

Uno de sus entrevistadores de VTV, el ex ministro de Educación Aristóbulo Isturiz, dijo que estimaba que la crisis colombiana no era coyuntural sino estructural y que "con el 10 por ciento de lo que está ocurriendo en Colombia" el gobernante de cualquier otro país latinoamericano "ya hubiese caído".

"¿Qué pasa en Colombia, por qué la gente no reacciona, por qué no está la gente en las calles, por qué Uribe se mantiene en el Gobierno?", la interrogó Istúriz, a lo que la senadora respondió que todo ello era "muy cierto", pero que en Colombia "estamos siendo sometidos a una persecución espantosa y violentísima".

"Hay mucho miedo, aquí hay mucho pánico, mucho terror" y "somos muy pocos los que nos arriesgamos a denunciar", sostuvo Córdoba y anunció que mañana, en una reunión de su partido, liderado por César Gaviria, ex gobernante colombiano y ex secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), demandará que deje ser "cómplice del régimen mafioso".

La senadora también aseguró que "ha sido manipulada" la información contenida en un computador de "Raúl Reyes", el "número dos" de las FARC, que el ejército colombiano se incautó durante una operación contra un campamento de esa guerrilla ubicado en Ecuador el 1 de marzo pasado.

En ese ataque murieron Reyes y otras 25 personas que se encontraban en el campamento.

La Interpol tiene previsto presentar un informe esta semana sobre el contenido de ese computador, cuya "cadena de custodia, que validaría las pruebas, si eso fuese cierto, ha sido rota y ha sido manipulada la información", aseguró Córdoba.

Al respecto, Chávez aseguró el domingo que la Interpol "prepara un show" y acusó a Uribe de prestarse para una agresión contra Venezuela.
"


At <$Comentarios$>, Atrabilioso

CAMILO:
Estoy esperando la alocución presidencial para publicar de inmediato un post sobre la extradición de los jefes paras.

En cuanto a la señora Córdoba, es tan culpable que en lugar de negar las acusaciones las desvía con una aparente persecución política, pero lo cierto es que NADIE la OBLIGÓ a ir a México a hacer semejantes intervenciones, lo que llevó a un grupo de ciudadanos a denunciarla por traición a la patria...

No creo que la próxima semana la detengan, por que tengo entendido que no ha rendido versión libre.

Un abrazo y gracias por sus comentarios.


At <$Comentarios$>, UltraninjaReloaded

Mockus el payaso una vez mas haciendo de las suyas.

Que pruebas tiene el para decir que Uribe sabia lo de compra de votos, que lo demuestre y si no tiene pruebas que vaya a la carcel.

Alguien me puede asesorar?, quiero demandar a Mockus por daño a la honra del presidente Uribe.


At <$Comentarios$>, Atrabilioso

ULTRANINJA:

Las denuncias o noticias criminales relacionadas con la honra solo puede ser interpuestas por la víctima, en el caso que usted cita, solo Uribe puede proceder.

Un abrazo.


At <$Comentarios$>, Gmar

No me extraña nada la actitud asumida por Mockus. Siempre lo he considerado, por muchas razones, un oportunista que mide cuidadosamente cada gesto o actuación que construya la imagen de originalidad, pero no la originalidad espontánea como lo fue la de Simón González, sino una originalidad acartonada, premeditada y estudiada.
Y en un país donde el presidente tiene 84 % de popularidad, es más original formar parte del 16%.
Por esa misma razón, se puso de moda entre los intelectuales y pseudointelectuales

Decía yo aquí, en un comentario hace unos años, que jamás votaría por alguien que se disfrace de payaso con un sombrero triangular en la cabeza, ni que se hubiera casado en un circo (un medio acorde con su mentalidad) y sobre un elefante, sólo para reforzar la imagen de estrambótico.

Me imagino a Mockus de presidente enfrentando reacciones ante un hecho como la bomba de El Nogal: Aparecería en televisión con un pito de árbitro y en la mano una tarjeta roja diciendo que las farc quedan “expulsadas del corazón de los colombianos por cometer la falta de asesinar a los niños”. O mostrándoles una carita triste como sanción moral.
Definitivamente, necesitamos un presidente con los pantalones bien puestos y no uno que se los baje con facilidad.


At <$Comentarios$>, Atrabilioso

GMAR:
Mockus, como muchos políticos, mide cuidadosamente cada gesto o actuación, pero lo que digo es producto de un sesgo personal: como dirigente, Mockus ha tenido siempre mi simpatía, en especial por lo que vi en sus administraciones y el talante con el que emprendió tareas bien difíciles en la ciudad.

Es más: coincido plenamente con usted en que Mockus ha asumido desde siempre una conducta exótica por decir lo menos, pues tiene claro que eso llama la atención y a muchos ciudadanos, sobre todo los del voto de opinión, les gusta depositar el sufragio por el “diferente”, sin importar lo que propone o cómo lo va a cumplir.

En cuanto a una reacción contra un atentado terrorista, hay que recordar que el atentado contra la represa de El Guavio, Mockus convocó una manifestación y fue muy serio al condenar a las FARC por ese atentado.

Un abrazo y mil gracias por sus comentarios.


At <$Comentarios$>, UltraninjaReloaded

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At <$Comentarios$>, Atrabilioso

ULTRANINJA:
Rechazo enfáticamente su comentario: las motosierras que usted parece anhelar solo causaron dolor y muerte, es decir, sembraron el resentimiento en sectores que en algún momento cobrarán venganza.

Su posición es similar a la de una furibunda izquierdista que pide que los uribistas deberíamos irnos a una isla y dejar a la oposición, a la minoritaria oposición, en el país.

Lo de la motosierra no es un tema para jugar, sino una vergüenza nacional.


At <$Comentarios$>, UltraninjaReloaded

Se me chispoteo, si tiene razon causo mucho dolor....pero si se extraditan a los paramilitares porque no meter a la carcel a sus archienemigos los guerrilleros del m-19 y demas desmovilizados, que la ley sea equitativa. Por lo tanto los farc-politicos deben perder su curul e ir a prision como los involucrados con la parapolitica, la ley para todos. Por eso los guerrilleros hoy estan haciendo de las suyas porque no hay un catalizador que los pare.


At <$Comentarios$>, Atrabilioso

ULTRANINJA:
Muchas gracias por su rectificación. Coincido plenamente con usted: la ley es para todos y el tratamiento que hoy se les está dando a los acusados por parapolítica, debería ser idéntico al que se les de a los farucopolíticos.

Pero fíjese: en el blog de Camilo Mosquera ya salió alguien a decir que el delito era diferente y a excusarlos con la monstruosidad de que las AUC fueron más criminales que las FARC...

Eso es un horror: una persona dispuesta a medir falsamente los litros de sangre derramados para justificar al terrorismo requiere una lobotomía espiritual y física.

Un abrazo y gracias por sus comentarios.