jueves, 18 de junio de 2009

El discurso de la independencia política

Por estos días tuve la oportunidad de ver una entrevista al ex presidente boliviano Carlos Mesa en el programa Conexión América de RCN Noticias 24 horas. Es bueno recordar que Mesa renunció dos veces a la Presidencia: la primera fue un juego político, según reconoció, y la segunda tenía la lapidaria palabra irrevocable.

En la primera renuncia, Mesa dejó contra las cuerdas a Evo Morales, a quien culpaban de la decisión de un presidente que en ese momento gozaba de una altísima popularidad. Incluso contó que a Morales lo agredieron y abuchearon en el aeropuerto de Cochabamba. Con ese juego, Mesa se sostuvo un tiempo, pero el MAS de Morales no tardaría en pasarle la factura y dejarlo sin posibilidades de gobernar.

Mesa explicó que renunció porque Evo Morales y los sectores ultraconservadores bolivianos, lo arrinconaron hasta dejarlo sin salida. Al mismo tiempo indicó que él había querido ser un gobernante independiente y aseguró que “eso suena muy bonito en los discursos, pero en la realidad es una tontería”. Lo que Mesa quiso decir es que él había intentado gobernar sin partidos políticos y eso es una utopía.

Es más: el ex presidente boliviano tenía más del 80% de popularidad y eso no le sirvió de nada a la hora de enfrentar las presiones de los sectores de interés que se disputaban las parcelas del poder boliviano. ¿Cómo es posible que alguien con semejante respaldo popular no pudiera gobernar? Mesa dio la respuesta: no se le ocurrió organizar un partido político.

Viendo lo que ocurre en Colombia con el ruido que se ha hecho en torno a los quíntuples independientes, que gozan de popularidad y podrían incrementarla de llegar a la Presidencia, resulta imposible evitar la pregunta: ¿cuáles partidos los respaldarán?

Los candidatos de los quíntuples efectivamente tienen un registro interesante en las encuestas y son populares en las ciudades más pobladas del país. Pero la bandera de la independencia, que tanto predican junto a otros candidatos agazapados como Mockus, es solo un discurso mendaz, pues saben que sin la maquinaria electoral de los partidos o movimientos políticos, tendrán mínimas opciones de gobernabilidad.

Lo anterior explica la desubicación de Sergio Fajardo, los silencios medrosos de Luis Eduardo Garzón, y el bajo perfil de Antanas Mockus… todavía no saben qué bandera los cobijara, o si será, como resulta evidente en la actual coyuntura, toda una colcha de banderas multicolores con sus respectivos acuerdos políticos –léase burocráticos, clientelistas, de contratos, etc.-.

Ciertamente la Alianza Social Indígena no le alcanzará a Fajardo para llegar a la Presidencia. Él camino para el ex alcalde de Medellín es poner toda la carne en el asador de la primera vuelta para tratar de llegar a la segunda y en ese mes, concretar los acuerdos que le permitan no solo alcanzar la victoria, sino gobernar.

Y no es un asunto fácil. Fajardo ya
traicionó al Polo cuando llegó a la alcaldía de Medellín, pues una vez en el cargo, desconoció la coalición de facto que conformó y se acercó al uribismo. Un segundo apoyo, esta vez a la Presidencia, le costaría mucho más y tendría que hacer más concesiones, si quiere contar con el amarillo en la colcha de retazos que lo cobijará.

Por los lados del liberalismo, la cosa tampoco pinta bien, pues rechazó su respaldo durante la campaña a la Alcaldía. Aunque durante la última década los rojos han sido la ramera política de Colombia (se han acostado con todos los partidos por puestos, contratos y poder), ellos no son baratos y cobrarán el rechazo muy caro, pues de lo contrario le harán la vida imposible, como lo han intentado con Uribe.

Pero ese no es el peor escenario: por los pocos anuncios que ha hecho, Fajardo tendría que gobernar con el uribismo en la oposición. Con las mayorías que seguramente mantendrá el uribismo en el Congreso, más la fuerza propia del liderazgo del futuro ex presidente Uribe, se diluirá la gobernabilidad y el inquilino de la Casa de Nariño será un rehén político sin posibilidades de ejercer el poder, pues tarde o temprano tendrá que definir posiciones y eso defraudará a algunos de sus poderosos y entusiastas patrocinadores electorales.

Esa independencia política suena más a promesa de aventura electoral que a realidad pragmática… le pasó a Mesa y seguramente pasará en Colombia si Fajardo insiste en la farsa de la complacencia a todos los públicos: después de las palabras, llegan los hechos.

AL CIERRE: La entrevista fue hecha por Pedro Medellín, quien sostuvo que le parecía curioso que Evo Morales estuviera en contra de las autonomías bolivianas, pues dichas autonomías, dijo,
"son importantes para la izquierda, es decir, para la democracia". Medellín Torres insiste en vender a la izquierda como el equivalente a la democracia, y a la derecha como el totalitarismo amenazante… ¿Es que no ve lo que pasa en Venezuela, Ecuador y Nicaragua?

Por Jaime Restrepo. Director de Atrabilioso.

0 comentarios: