Al leerla se entienden los motivos para que ese grupo, con buenas intenciones, no hubiese sido capaz de capitalizar el caudal político que conquistaron en su momento y que desperdiciaron al tratar de complacer a unos y otros y respaldar la fatídica marcha del 6 de marzo en favor de las Farc.
La carta abierta, dirigida a la Coordinadora Continental Bolivariana dice lo siguiente:
No existe ninguna excusa para validar el uso de las armas como medio para llegar al poder. Cualquier organización que en Latinoamérica apruebe la 'lucha armada', o pretenda legitimar el uso de las armas por parte de grupos armados ilegales, atenta contra la democracia, irrespeta a las ciudadanas y ciudadanos legítimos actores de la construcción de su desarrollo.
Así las cosas, cuando los integrantes del movimiento Colombia soy yo deciden cruzar correspondencia con la CCB, en la práctica están realizando un intercambio epistolar con uno de los frentes de las Farc, uno de los más activos además, lo que genera ya una similitud en las formas con respecto a los caguaneros de Colombianos por la paz.
Como colombianas y colombianos nos sentimos indignados al observar que en ciertas esferas de la comunidad internacional se dan acciones como éstas, donde alaban, honran y exaltan la memoria y las acciones de personas que han atentado contra la sociedad civil, que han violado los derechos humanos, que han usurpado la 'lucha del pueblo' buscando solo intereses personales y/o continuar con sus negocios ilícitos como sucede ahora con las Farc.
Manuel Marulanda no lucho por el pueblo. Cualquier 'espíritu' revolucionario que hubiera tenido en algún momento de su vida, cualquier interés en reivindicar los derechos de las poblaciones vulnerables se desvió totalmente, porque en los últimos años las Farc, con él como líder a la cabeza, le han demostrado a Colombia y al mundo, que su interés es el lucro con el narcotráfico y que para mantener su negocio no les importa vulnerar y violar los derechos de toda la población civil.
Entrar en esa discusión es complejo: ¿quién puede saber las intenciones de 'Tirofijo'? Solo se sabe, por algunos libros y entrevistas antiquísimas, que el monstruoso cabecilla de las Farc pudo comenzar su accionar criminal por el robo de unos marranos o para recuperar una finca. También está el móvil de la venganza por cuestiones de tierra, pero en ningún caso aparece el "gran" 'Tirofijo', ni siquiera en sus testimonios, como el adalid de la lucha por los derechos de alguien distinto a él mismo y a su séquito.
De la misma forma en que lo hemos hecho en dos movilizaciones mundiales durante este año, el 4F y el 20 de julio, seguiremos exigiéndole a las Farc la liberación de todas las personas que tienen cautivas y el cese inmediato de todas las acciones en contra de la población civil.
Más atroz aún es leer que los integrantes de Colombia soy yo hablan de la población civil como víctima de las Farc y no le dedican ni una palabra a los militares y policías que han sido asesinados, torturados y desaparecidos por el grupo terrorista. En el fondo lo que están manifestando es que se justifica el asesinato de uniformados (eso no despierta ninguna indignación según Colombia soy yo) pero repudian la violación de los derechos de los civiles. ¿Es que los militares y policías no son seres humanos que merecen el respeto de sus derechos?
Exigimos a TODA la comunidad internacional el respeto a nuestra representatividad como sociedad civil colombiana y reprobamos que las Farc y/o cualquiera de sus integrantes sea reconocido y/o exaltado como 'héroe' revolucionario.
Ahora somos nosotras y nosotros quienes nos hacemos sentir, ver y escuchar. A todas y todos los miembros de ese grupo armado ilegal les exigimos hacer realidad nuestro mandato: Una Colombia Sin Farc.
Por Jaime Restrepo. Director de Atrabilioso.
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