viernes, 21 de diciembre de 2007

Socializar concesiones

Por: Miguel Yances Peña. Columnista de El Universal de Cartagena.
myances@msn.com

Se dice que la gente es más o menos inteligente por la calidad de las decisiones que toma, o -por extensión del concepto- por las opiniones que emite, que en últimas, si se es honesto, es la decisión de quien no tiene el poder para tomarla.

Pero no es así. Las personas toman decisiones acertadas o equivocadas en respuesta a muchas consideraciones; una de ellas la información; otras, la habilidad para analizar, la experiencia vivida, los intereses (mezquinos o altruistas) y los sentimientos, entre muchas más que la ciencia no ha logrado descifrar. El proceso se optimiza en la medida en que haya honestidad intelectual, información abundante, concisa y objetiva, y se reduzcan al mínimo los intereses individuales, en parte responsables de la corrupción.

Tomar decisiones, es en todos los casos decidir el futuro (decisiones sobre el pasado, que se sepa solo las sancionatorias), y el futuro siempre tendrá un altísimo grado de incertidumbre. Mientras mas largo el horizonte, mas inciertos los resultados y sus consecuencias, y por lo tanto mas difícil la decisión (no todas se pueden reversar). No obstante, con todo y eso, la calidad de las decisiones muestra, en la mayoría de los casos personales, la inteligencia de las personas.

Socializar los proyectos que afectan a un conglomerado, no es solo una forma de democratizar la toma de decisiones (ese tipo de democracia aun no funciona en la administración pública), también es un mecanismo que permite ampliar la información, medir el impacto de la obra, y escuchar opiniones que enriquezcan la toma de decisión.

Pero no siempre los proyectos y las ideas nacen del gobierno. Muy a menudo son propuestas de los particulares, completas y cerradas financieramente, o sea ofrecimientos, o solicitudes. ¿Cómo proceder en estos casos? No se pueden aceptar ignorando al ciudadano, pero tampoco desestimular este tipo de iniciativas -que podrían ser muchas y geniales- abriéndolas al debate público con el riesgo de despertar envidias, o que otro con más influencias la tome para si.

Por ese temor, las iniciativas de los particulares son tan poco común: provienen usualmente de gobiernos extranjeros, que logran mayor respeto. A los proponentes debería protegerlos algún tipo de “propiedad intelectual” sobre los proyectos que proponen, o los gobiernos deberían descubrirlos mediante concursos serios y objetos que estimulen la participación, sin desprotejer el trabajo intelectual.

Por otro lado, hay obras públicas fáciles de financiar mediante impuestos directos, cargos por uso (peajes), y/o por valorización. A otras, hasta se les puede lograr rentabilidad en forma de mayores ingresos fiscales, como las de infraestructura que posibilita el crecimiento de la actividad económica, pero a casi ninguna de las obras que tienen que ver con la mejora de las condiciones de vida de los más pobres, se les puede sacar beneficios económicos directos y deben ser construidas a perdida.

Una formula sería entregar en concesión a los particulares lo que es rentable. La otra, realizar las obras (y son muchas las que se requieren) con cargo al uso y a la valorización del sector favorecido, lo cual quiérase o no, compromete recursos y capacidad financiera futura de los municipios, y deja en ascuas a los sectores mas pobres de la población.

De manera que no existe ninguna duda que las obras públicas a las que se les pueda lograr rentabilidad (la genialidad esta en idear cómo) es mejor entregarlas al sector privado, y no es apropiado invocar una norma (estas se vuelven obsoletas con demasiada frecuencia) para frenarlos, se debería recurrir a principios, ideas y conceptos que son mas perdurables.

Las otras, las que no, deben ser realizadas con recursos públicos.

1 comentarios:

Atrabilioso dijo...

1 Comments:



At <$Comentarios$>, Lully

Desde mi blog: Reflexiones al desnudo Dejé un mensaje navideño para todos mis lectores. Es refrescante esta época que nos da energía cósmica.

Fue lindo haber compartido en este espacio durante este año que pasa y les deseo un 2008 con lo mejor de lo mejor para tí Jaime Restrepo y los tuyos y también para los que aquí escriben con quienes tuvimos ideas compartidas e intercambios de información. Que los abrace la felicidad.

Sobre el tema, me gustan las consideraciones que hace el autor sobre ese evaluar de la inteligencia, para finalmente enfocar el tema de fondo. Me inclino porque se manejen muchos contratos por particulares pero hay un vacío en las adjudicaciones que hay que manejar sin corrupción. Casos se han visto. Para tí Miguel va también mi saludo especial.


Besitos navideños muy alegres y saludables para todos!