viernes, 29 de mayo de 2009

Urge una alianza entre productores del campo latinoamericanos

Los productores del campo de América Latina están bajo ataque. Las agresiones se manifiestan de diversa manera, pero tienen un mismo origen: el Socialismo del Siglo XXI y sus aliados, aglutinados en torno al Foro de Sao Paulo.

En Venezuela, agricultores y ganaderos son víctimas de cuatro azotes: el control de precios, que los obliga a vender sus productos por debajo del costo de producción; la guerrilla colombiana, que extorsiona y secuestra a los productores, con el beneplácito del gobierno de Chávez, aliado de las FARC; las invasiones de las tierras más productivas, auspiciadas por el partido de gobierno; y la inseguridad jurídica, puesto que el chavismo pretende acabar con la propiedad privada, ya sea a través de las expropiaciones, o a través del desconocimiento de los títulos de propiedad.

En Brasil, el Movimiento Sin Tierra invade terrenos y fincas, con el respaldo del Partido de los Trabajadores (PT) y la mal llamada “teología de liberación”. Si bien Lula dice respetar la propiedad, Joao Pedro Stedile, líder de los Sin Tierra, actúa impunemente en Brasil, con el apoyo de las autoridades.

En Argentina, el aumento desproporcionado a las retenciones (aranceles a las exportaciones) y las prohibiciones a la exportación de ciertos productos, ahogan a los productores, particularmente a los más pequeños, pese a que el gobierno de los Kirchner se ufana de defender a los pobres.

En Bolivia, la propiedad de la tierra está amenazada por la nueva Constitución Política del Estado (CPE) y una reforma agraria colectivista de corte marxista que, sumada a una concepción racista, despoja prácticamente a los propietarios de raza blanca o mestiza de sus tierras, por no pertenecer a “etnias originarias“. Además, la promulgación de decretos y resoluciones, como el Decreto Supremo No.29480, prohíben ciertas exportaciones y ahogan al productor.

En el resto de las naciones latinoamericanas, los productores del campo sufren amenazas y ataques parecidos, pero el objetivo es el mismo: destruir el sector agropecuario privado y sustituirlo por cooperativas marxistas y revolucionarias, dependientes del oficialismo.

Hasta ahora, los sectores del campo tratan de defenderse de los ataques exclusivamente dentro del territorio nacional, sin percatarse de que se trata de una ofensiva regional que tiene el mismo origen y los mismos actores.

Si los productores agropecuarios de América Latina se juntasen para discutir sus particularidades, descubrirían que las acciones en su contra son casi idénticas; lo cual les permitiría diseñar una estrategia exitosa de defensa continental, frente a un enemigo que también es de carácter continental.

Por Alejandro Peña Esclusa. Columnista de Atrabilioso.

jueves, 28 de mayo de 2009

Las nuevas amenazas subversivas contra el socialismo del siglo XXI

El régimen chavista entró en una fase crítica de paranoia extrema en la que detecta enemigos por doquier.

De los últimos señalados como amenazas potenciales, llama la atención un niño que hace años nos visitó en el desierto del Sahara y que buscaba afanosamente proteger la única flor que existía en su planeta. ¡Ni más ni menos! El Principito ha sido señalado por el chavismo como un enemigo de la revolución, como le ha ocurrido también a Don Quijote de la Mancha y a tantos otros personajes realmente importantes.

He querido convertirme en Sherlock Holmes para encontrar las pistas de las actividades insurgentes de El Principito. En tantas frases hermosas que pronunció el personaje durante su estadía en la Tierra, escarbé cuidadosamente a ver si de repente podía descubrir las evidencias que han llevado a Chávez y a sus esbirros revolucionarios, a desterrar al pequeño visitante.

¿Tendrá algo que ver con la vanidad del propietario (lo de inquilino es cosa del pasado) de Miraflores? Lo ignoro. Pero puede levantar sospechas de actividad “contrarrevolucionaria” e “imperialista” la sentencia que emitió El Principito sobre el particular: “Para los vanidosos todos los demás hombres son admiradores”.

Nada más perverso para la revolución bolivariana que alguien pueda acomodarle esta frase a Hugo Chávez Frías. Eso de llenar buses para que los sometidos asistan a las manifestaciones y griten arengas a favor del socialismo del siglo XXI, pero sobre todo a favor del gran líder de la revolución, puede ser interpretado como un acto de vanidad.

¿Será que El Principito se anticipó al caudillo venezolano? ¿Será que Chávez y los suyos reconocen con el destierro del niño, que efectivamente el tirano es solo un vanidoso que ve a los venezolanos como admiradores?

Es que hay evidencias que podrían servir para responder positivamente estas preguntas. Aquellos que no son admiradores de Chávez y de su proyecto, pierden las licencias de emisión, son perseguidos, sus propiedades allanadas y algunos incluso terminan refugiados en otros países. Todo el que se atreva a ejercer un rol diferente a la admiración y la respectiva adulación, perderá la honra, la libertad y sus propiedades por cuenta de la vanidad del socialismo impulsado por Chávez.

Todo esto parecería suficiente, en la paranoia chavista, para desterrar al viajero interplanetario. Pero no. Creo que se necesita más, por lo menos una frase adicional que sea capaz de sustentar la medida “revolucionaria”.

Y la encontré: “Para los reyes el mundo esta muy simplificado. Todos los hombres son súbditos”.

Estas palabras del Principito son peligrosísimas para el régimen bolivariano, pues de golpe alguien se da cuenta de que Chávez ve a los venezolanos (y también a la gran mayoría de latinoamericanos) como los súbditos de su proyecto expansionista.

Sobra decirlo: a muy pocos les gusta ser súbditos, y mucho menos darse cuenta que por años, un tirano los ha tratado como tal.

Admiradores, súbditos: dos términos que describen el concepto en el que tiene Chávez a los ciudadanos. Por eso la lucha inquebrantable de la “revolución” para dejar en situación de vulnerabilidad a la mayor cantidad posible de venezolanos, pues solo así, Chávez puede conservar a los admiradores y súbditos que dependen del régimen para sobrevivir, parasitar y holgazanear.

El decreto del destierro

Parte de la estructura de la “revolución” de Chávez se apoya en el cambio radical del significado de las palabras. En abril pasado, Hugo Rafael inauguró el Plan Revolucionario de Lectura que busca, según el tirano, "la construcción de una nueva ética, hacia una educación y cultura socialista que promueva valores humanísticos y culturales enmarcados en la concepción de la mujer y el hombre nuevo".

Sin embargo, parece que ese hombre nuevo no puede ser “contaminado” con material que subvierta el caos que pretende imponer el socialismo del siglo XXI. Es más: todo lo que no difunda el pensamiento bolivariano, versión Chávez, no tiene cabida en el PRL. El mismo Chávez ha confesado sus propósitos: "Nos acusan de que estamos ideologizando a la sociedad y yo digo ¡Yes!" ¿Yes?

Justamente por motivos ideológicos, más de 60 mil volúmenes han sido retirados de las bibliotecas públicas venezolanas, entre ellos El Principito de Antoine de Saint-Exupery, El Quijote, de Miguel de Cervantes y El misterio de la momia de Albert Hitchcock... El Principito, Sancho y hasta una momia tendrán que buscar mejores aires para sus palabras, pues como van las cosas, en poco tiempo Chávez emulará a Stalin y promulgará un decreto en el que compare la pornografía con La Biblia, castigando con cárcel al que ose difundir su contenido.

Por Jaime Restrepo. Director de Atrabilioso.

miércoles, 27 de mayo de 2009

El espejo y el péndulo


En la película Duck Soup se puede ver la famosa escena en que el presidente de Freedonia, Groucho Marx, se pasea por su palacio con su camisón y su gorro de dormir y se encuentra con un impostor que va vestido igual e intenta convencerlo de que está ante un espejo. Es la misma tarea en la que se encuentran muchos políticos de muchos países a partir del triunfo de Obama: tratar de presentar la situación propia como un reflejo de la estadounidense, resultando ellos la versión local de Obama y sus contradictores el trasunto de Bush.

Desde hace mucho se explota ese elemento de propaganda en clave local: la propaganda pacifista consiguió en 2003 soliviantar los ánimos antiamericanos en Europa y en el caso español promover el castigo del aliado de Bush, cosa que de todos modos sólo se logró en 2004 gracias a que los terroristas islamistas mataron a 191 personas en Madrid tres días antes de las elecciones. Posteriormente es un tema recurrente de la propaganda del gobierno del PSOE presentarse como la versión local de Obama, toda vez que los votantes no están mayoritariamente dispuestos a pagar el precio de la demagogia antiyanqui.

Pero la comparación es bastante forzada. Zapatero es un político mediocre cuyo verdadero oficio (y el de todo su gobierno) es despotricar del partido de la oposición, al que culpa de todas las calamidades que ha sufrido España en el último año (no, no es como en otras partes, como rápidamente dictó el prejuicio: es un personaje de la calidad de Chávez, si bien su público es menos tosco). Un buen conocedor del antiguo bloque soviético describe así al presidente español:

Eso sí, Zapatero muestra ya en los mítines la mirada trastornada y el rictus descompuesto de los líderes bolcheviques de provincias cuando amenazaban al enemigo y acusaban al traidor de impedirle cumplir con brillantez su plan quinquenal. Impotente, vierte odio y discordia por doquier. Es peligroso. Dentro y fuera pueden aprovechar su siembra quienes no nos quieren bien. Alguien debiera advertírselo. Pero me dicen que Zapatero ya sólo escucha las voces que oye en su interior.

También en Colombia se pretende explotar esa imagen del espejo, y buena parte de la campaña de propaganda de la prensa contra Bush tiene ese objetivo: los admiradores de Chávez, como William Ospina (pero son prácticamente todos los columnistas de El Espectador) enarbolan sin complejos el pendón humanitario para maldecir el día en que cayó el filántropo amigo de Chávez que "gobernaba" Irak. Bueno, no se debe pensar que van a presentar a Wilson Borja como el Obama local, pero ¿a quién se le ocurre que el Partido Comunista va a ganar las elecciones? Hace menos de dos décadas obtuvo 22.000 votos en unas elecciones, y ciertamente el tráfico de cocaína con que se financia su fuerza de choque permitió crear una vasta clientela entre los empleados públicos (Borja fue presidente de Fenaltrase), pero las elecciones presidenciales requieren muchos más votos.

No, el "obamoide" criollo es Sergio Fajardo: académico, tecnócrata, "progresista", sosegado... El hombre recauda fácilmente el apoyo de la pobre versión local de la Beautiful people. No son muchos los que se dan cuenta de que el vasto "Partido del Caguán" (en que Fajardo necesita apoyarse para formar una mayoría) resultaría inconcebible en EE UU. Es difícil saber hasta qué punto el engaño dará resultado, primero porque Colombia es muy cerrada y la "obamofilia" es más bien una actitud de la misma clase de gente que votó por Carlos Gaviria en 2006, y segundo porque tal vez la imagen del ¡también admirado por William Ospina! no sea tan buena dentro de un año: su actitud conciliadora ha envalentonado a Chávez, a Ahmadineyad y al sátrapa norcoreano, como por lo demás era previsible. Puede que pese a la propaganda la localización del origen de los problemas en la perversidad o estupidez de Bush no siga convenciendo a mucha gente en 2010.

En paralelo a esa imagen del espejo hay otra en la que se cifran las esperanzas de la oposición: el péndulo. Ya no sé cuántas columnas de opinión dedicadas a quejarse del despilfarro de recursos en la guerra contra las FARC y la terrible inseguridad urbana habré leído. La teoría del péndulo parte de que la gente se entusiasma con la guerra contra la guerrilla por un tiempo, hasta que se cansa y empieza a pedir negociaciones de paz. También es un engaño: sencillamente hay épocas en las que surte efecto la propaganda de la prensa deslegitimando el Estado y la gente tolera que los matones de la izquierda democrática impongan su voluntad, como ocurrió con la Constitución del 91. (Bueno, lo que deslegitiman es la democracia, porque el Estado también es la Universidad Nacional desde la que se dirigen las FARC, como lo demuestra el episodio de alias "Cienfuegos" y la Corte Suprema de Justicia, desde donde se cabildea a favor de los negocios de la banda asesina.)

El problema del péndulo para la facción antiuribista es el de una jugada arriesgada de póquer: ¿cómo conseguir que la gente se convenza de la necesidad de la paz y apoye a los aliados de Piedad Córdoba, como el señor Fajardo? Una buena cantidad de bombas en las ciudades (cosa bastante fácil para los terroristas, que cuentan con miles de estudiantes dispuestos a poner en práctica cualquier campaña de ese tipo) podría surtir efecto, pero también, dado el triunfalismo de la mayoría uribista, podría alentar el voto "guerrerista". Más agudos parecen los que se adueñan del triunfo que siempre han saboteado y se proclaman "enemiguísimos" de las FARC y aun dispuestos a enterrarlas refundando el país bien de acuerdo con ellas, bien "desapareciéndolas" de la atención pública.

Pero son sólo motivos (temas) del engaño, y tal vez de autoengaño: la mayoría de los colombianos hoy por hoy desean vivir en un país cuya renta crece, en el que se construyen hoteles y se crean empresas. Por muy redentoras que les pinten las misiones del señor Fajardo y los demás doctores, por mucho que repitan que el país se hunde por los regalos a los ricos, por mucho que presenten a los que cobran los secuestros (como el señor Garzón, que se gastó buena parte de los recursos de los bogotanos en campañas por el "intercambio humanitario") como emisarios de un país en paz y "reconciliado", la gente sabe que en estos años ha mejorado su nivel de vida y ha aumentado su seguridad. Si se deja arrastrar con espejitos hacia un movimiento pendular puede perderlo todo y terminar peor que en 2002.



Por Jaime Ruiz. Columnista de Atrabilioso.

martes, 26 de mayo de 2009

La verdad

Dos columnas de opinión Uribe ayer y hoy la primera, y ¿Nos pintan pajaritos de oro? la segunda, escritas por sendos ex ministros de Hacienda: Guillermo Perry (del gobierno del Salto Social) y Rudolf Hommes (del gobierno del Revolcón) respectivamente, presentan un escenario tan aterrador de la economía colombiana, como en el de la salud, por cuenta de la pandemia. No existe ninguna duda de los fines políticos de ambas.

Perry elogia los dos primeros años del Gobierno y se centra en el último para concluir que “por todas estas razones, el Uribe de hoy no debe ser reelegido. Lo más grave ha sido el cambio extremo en el estilo político del régimen. La gobernabilidad no se busca ya mediante el ejercicio del liderazgo, sino mediante la concesión de favores de todo tipo.” Comentarios propios de un político en competencia electoral, pero nada bueno para un ejecutivo del BM.

Es evidente que el ex ministro cree que el país ha olvidado, en apenas siete años, cómo se establecía la gobernabilidad en el pasado. Es bueno recordarlo: espionajes para encontrarle el talón de Aquiles al ordenador del gasto y doblegarlo; presupuestos a ordenes de los congresistas (dietas); instituciones públicas, empresas industriales y comerciales del Estado, sectores enteros de la economía en manos del gamonalismo político regional; y la burocracia que se removía cada dos años para darle cabida a todos. El que eso haya cambiado en algo explica el desespero de los políticos de antaño.

Por su lado Hommes afirma que “el pronóstico de los economistas para el año 2009 sigue siendo malo. El crecimiento esperado para 2009 puede ser negativo. El desempleo seguirá aumentando (ya se acerca al 14 por ciento en las grandes ciudades y en algunas de ellas es más alto). La inversión y las exportaciones caerán y el consumo de hogares crecerá muy poco.

En el sector manufacturero se espera una caída importante así como en el comercio, el transporte y la construcción. El sector agropecuario contribuirá muy poco o nada, y los que amortiguarán la caída serán los sectores de hidrocarburos y minería, el Gobierno y el sector financiero. La contribución de este último no es sostenible porque a largo plazo no le puede ir mejor que a sus clientes y la cartera mala va en ascenso.”

Al decir de Michel Raid, “uno de los problemas que enfrentan las democracias de América Latina (AL) es la persistente negación del progreso por parte de muchos académicos, periodistas y políticos (…) este habito, que contribuye a debilitar la legitimidad de las instituciones democráticas no es nuevo. Enfatizar las características positivas de Colombia es particularmente osado en un país en donde parte de la elite intelectual durante años, sino décadas, se ha dedicado a señalar sus fracasos, su miseria física y humana, y a ridiculizar sus logros. Es tiempo de liberar a AL de algunas de las lecturas mas derrotistas y caprichosas de su propia historia; tiempo de mirar mas hacia el futuro al menos con cauto optimismo.”

Si uno examina los datos estadísticos con un horizonte más amplio, y sin sesgos, puede observar que si bien algunos índices se han deteriorado en los últimos meses, siguen siendo mejores que los de gobiernos anteriores. Un indicador confiable del estado de la economía y su tendencia, es la demanda de energía eléctrica; por dos inobjetables razones: la primera, que la medida es física (electrónica, no de opiniones) y en tiempo real; y la segunda que el sector no está politizado. La demanda, después de una caída abrupta en febrero, regresó en marzo y abril a su promedio anual; falta ver mayo, que ya termina.

No obstante hay tres hechos exógenos que compiten por complacer la visión pesimista de sectores de opinión politizados: el primero, la crisis financiera y económica mundial; el segundo, la proximidad de un proceso electoral y la incertidumbre que conlleva; y el tercero, la mora en la aprobación del TLC, que podría enfriar el interés de los inversionistas.

Por Miguel Yances Peña. Columnista de El Universal de Cartagena.

lunes, 25 de mayo de 2009

Economía y política en Latinoamérica

Un economista me decía que su profesión era básicamente especulación. Pues bien: ateniéndome a esa descripción, seguramente liviana e imprecisa, hice un recorrido por algunos datos económicos que han salido publicados en los últimos días.

Encontré, por ejemplo, que este año, la salida de capitales privados de
Argentina ronda los US$ 7.600 millones (más de US$1.500 millones mensuales) y que al finalizar el 2009, la fuga podría llegar a los US$23.100 millones.

¿A qué se debe semejante fuga de capitales? Según la revista América Económica, la situación se explica en la renovada desconfianza en la economía argentina. Desde luego, es de Perogrullo, desconfianza es lo opuesto a la confianza inversionista.

Aunque ya la desconfianza inversionista ha comenzado a hacer estragos en Argentina, un estudio de International Business Report 2009 revela que para el 89% de los empresarios radicados en Argentina, y para el 80% de los brasileños, la
inseguridad jurídica es una de las principales preocupaciones, lo que evidentemente ha contribuido a la fuga de capitales en Argentina y es una alerta sobre lo que podría ocurrir con las inversiones en Brasil.

En este sentido, Javier Martínez, director de marketing de Grant Thornton, asegura que “la inseguridad jurídica desalienta la inversión extranjera y local. Si se siente que las leyes serán cambiadas a mitad de camino, esto genera preocupación y problemas internos en las empresas y delimita su crecimiento”.

El caso de Venezuela es alarmante: la
oleada de nacionalizaciones, la mora en los pagos a proveedores internacionales, un alto déficit en la balanza comercial, el desplome de más del 55% en las exportaciones, la corrupción y el caprichoso manejo cambiario del gobierno Chávez, generan una escalofriante desconfianza inversionista, y los pocos que quedan, parece que no estan por gusto o iniciativa, sino por la tranca que ha puesto el gobierno para retenerlos de cualquier manera: “la inversión directa en Venezuela registró un superávit de 826 millones de dólares, producto del aumento de los pasivos del sector privado frente a los inversionistas extranjeros.”

Lo anterior, además de
espantar a los que aún se atreven a mantener su capital en el inestable país, origina rechazos muy fuertes por parte de los socios comerciales cercanos.

Refiriéndose al sueño de Hugo Chávez de entrar a Mercosur, el ex ministro de Industria y Comercio de Brasil, José Botafogo Gonçalves, asegura que “el proyecto político, comercial y económico de Chávez – dicho por él, no por nosotros – es incompatible.

Botafogo va más allá e indica que Venezuela no es incompatible con el Mercosur, pero Chávez lo es. Lo que quiere hacer no va de la mano con los objetivos del mercado. Un mercado común supone un mercado libre y la política bolivariana es lo opuesto a eso.”

Este es el panorama en tres países alineados con la difusa propuesta de
socialismo latinoamericano, liderados por personajes de izquierda que a su vez forman parte del Foro de Sao Paulo. Lo que evidencian estos datos es que esos gobiernos están atacando directamente la confianza inversionista y eso lleva a la fuga de capitales en búsqueda de territorios más seguros.

En contraste, la facultad de Wharton School, en la Universidad de Pensilvania, y algunas firmas de capital privado predicen que el 2009 será
uno de los mejores años para invertir en la región. De acuerdo con Latin American Venture Capital Association (LAVCA por sus siglas en inglés) hay varios factores que contribuyen a la expansión de capital privado y capital de riesgo en la región, entre otros, la fuerte demanda de la creciente clase media en mercados claves como México, Colombia, Chile y Perú.

Todo lo anterior puede ser simplemente una colección de datos sueltos e interpretaciones amañadas y especulativas. Sin embargo, resulta por lo menos llamativo que las tendencias políticas que surcan el firmamento latinoamericano se compaginen tan bien con las situaciones económicas que se viven en los distintos países de la región y que los mejores augurios no sean precisamente para aquellos que están intentando imponer un modelo socio-político que destruye la economía, la estabilidad y la libertad.

Por Jaime Restrepo. Director de Atrabilioso.

viernes, 22 de mayo de 2009

"Lula es el verdadero poder detrás del caudillo venezolano"

Entrevista publicada en Il Foglio.

En Bolivia, hace dos semanas fui a visitar a Leopoldo Fernández en la cárcel y éstas son la L y la F que me marcaron. Ellos te estampan un sello de tinta indeleble con las dos iniciales del detenido que uno va a visitar."

El que habla, mostrando la parte posterior de su mano derecha, es Alejandro Peña Esclusa, líder de la ONG llamada Fuerza Solidaria, quien fue candidato a la presidencia de Venezuela en 1998, que ya desde hace una década ha venido cuestionando y denunciando a Chávez e incluso, hay que decirlo, al resto de la oposición que alega seguir creyendo en una salida electoral, la cual es ahora imposible. El ya citado Fernández, Prefecto del Departamento Amazónico de Pando y opositor de Evo Morales, también creyó en una salida electoral, cuando como fue ratificado en el referendo revocatorio del 10 de agosto pasado con el 56.21% de los votos a su favor. Sin embargo, terminó en la cárcel el 16 de septiembre, acusado por el delito de "genocidio" de los 15 muertos y 37 heridos de un incidente ocurrido cinco días antes del referendo. En Venezuela, Manuel Rosales, ahora alcalde de Maracaibo después de haber sido gobernador del Estado Zulia y candidato de la oposición en las últimas elecciones presidenciales, tendrá que presentarse ante los tribunales con el riesgo de ser detenido por denuncias de corrupción, similares a las que pesan sobre por lo menos una decena de alcaldes chavistas, pero por las cuales ningún juez solicita que éstos sean encarcelados. En la Nicaragua de Daniel Ortega, también se ha montado otro proceso contra el líder de la oposición Eduardo Montealegre.

"Es la crisis la que empuja éstos regímenes a radicalizarse", explica Peña Esclusa, quien entre sus objetivos polémicos incluye al Departamento de Estado de los Estados Unidos tanto por haber acreditado siempre los resultados electorales en Venezuela, como por haber sugerido la idea de que los gobiernos de izquierda en América Latina se dividen entre un eje moderado liderado por Lula y un eje radical centrado en Chávez. "Lula es el verdadero poder detrás del trono de Chávez", responde. "Existen diferencias entre las condiciones de los países, como lo explica el mismo Lula: Chávez corre con un Fórmula 1 más rápido que nosotros, él va a 300 km por hora y nosotros solo podemos correr a 230 o 270 Km/h". De hecho, Lula siempre defiende a Chávez sin por eso dejar de hacer negocios con Los Estados Unidos." No sólo Lula y Chávez, sino al menos quince gobernantes de países de América Latina pertenecen al Foro de Sao Paulo: Conglomerado establecido por los comunistas cubanos y el mismo partido PT de Lula, después de la caída del Muro de Berlín. "Una nueva edición del viejo Comintern que trabaja a varios niveles, y contra el cual los partidos tradicionales no son muy eficaces porque solo están estructurados para eventos electorales."

Con el propósito de contrarrestar al Foro, Peña Esclusa ha iniciado una alianza de ONGs a nivel continental, llamada UnoAmérica. "No es suficiente el momento electoral: también hay que actuar a nivel de la sociedad civil y a nivel cultural."

Según Peña Esclusa, pronto la crisis económica se convertirá en crisis política. Pero, mientras que los gobiernos "moderados" como el de Brasil y Uruguay serán derrotados en las urnas electorales, los radicales estarán tentados a radicalizar su discurso. "Y con el eje entre Chávez y Ahmadinejad, incluso existe el riesgo de una nueva crisis de los misiles".

En cuanto a Venezuela, Peña Esclusa no se opone a la participación en las elecciones, "siempre y cuando estén acompañadas por la preparación a la desobediencia civil en masa": el camino que ha predicado todos estos años, apegándose, y esto es lo irónico, precisamente a ese artículo la de la Constitución de Chávez que prevé este derecho.

Nace UnoAmérica en Córdoba, Argentina.

Ante un auditorio colmado de asistentes, se conformó el capítulo cordobés de la Unión de Organizaciones Democráticas de América (UnoAmérica).

El evento, titulado “El Socialismo del Siglo XXI y los grandes cambios que se avecinan en América Latina”, tuvo lugar en el salón del Jockey Club de la ciudad de Córdoba, Argentina, el pasado martes 19 de mayo, organizado por el Movimiento por la Verdadera Historia y UnoAmérica.

En esta oportunidad, el Lic. Jorge Monés Ruiz presentó al Ing. Alejandro Peña Esclusa, presidente de UnoAmérica, quien, entre otras cosas, puso de manifiesto la necesidad de comprometernos como pueblos hermanos para no dar lugar a la barbarie organizada. Asimismo, tomó algunos minutos para explicar al auditorio sobre el reciente viaje a la provincia boliviana de Pando y los resultados allí obtenidos por una comisión de UnoAmérica, destacando la evidente falacia que representa el informe realizado por el Sub-secretario de Derechos Humanos de Argentina Rodolfo Mattarrollo a través de Unasur.

Al final de la conferencia, y ante la presencia de más de doscientas personas, las autoridades del Movimiento por la Verdadera Historia, el Ing. Peña Esclusa y los delegados argentinos de UnoAmérica, firmaron una declaración de adhesión conjunta que, entre otras cosas, expresaba el compromiso “en la lucha por la defensa de la democracia, la libertad, los derechos humanos universales y la verdad histórica”. Además, remarcaba “el interés recíproco de llevar adelante proyectos conjuntos entre países de la región”.

A la convocatoria se sumó la juventud del Movimiento por la Verdadera Historia, la cual se mostró muy interesada en trabajar en conjunto con los jóvenes que UnoAmérica nuclea en toda América Latina.

jueves, 21 de mayo de 2009

Periodismo de "opinión" a la colombiana

A veces resulta inevitable señalar con el dedo acusador (ese que apunta contra alguien mientras tres lo señalan a uno mismo) la deformidad de los llamados columnistas de opinión y los engaños y demás especies que pueden dejar en sus lectores.

Sin embargo, después de leer las diferentes columnas de los últimos días, algunos personajes revestidos con el aura de líderes de opinión hacen pensar que todavía no han dado lo peor de sí y que nos seguirán sorprendiendo con sus formas particulares de ejercer el periodismo. Aquí algunos ejemplos:

Periodismo mezquino: Hay columnistas que sienten que cualquier síntoma de honestidad y reconocimiento de los logros del objeto de su inquina, será una debilidad inadmisible.

“Sobre todo, tendrán que demostrar que son capaces de capitalizar el legado que en materia de seguridad ha construido el país, corregirlo y agregarle valor”.

Claudia López es una profesional del odio. Semanalmente sus escritos tienen el veneno de la imprecisión y del engaño, solo para cumplir con su cuota de odio contra Uribe y los suyos. Sin embargo, cuando inevitablemente tiene que tocar algún punto que pueda ser considerado como logro del Gobierno, la señora López se va por las ramas y suelta una generalización que, por supuesto, la incluye.

Periodismo pseudointelectual: Se ha vuelto común encontrar escritos que se convierten en trincheras de combate ideológico. Sin embargo, algunos pseudointelectuales esconden sus verdaderos propósitos detrás de un discurso aparentemente elaborado. Los protagonistas de esta modalidad cuentan con la ignorancia de la mayoría de sus lectores para hacer afirmaciones que se convierten en objeto de culto de aquellos que los llaman maestros:

”Don Quijote se alza a luchar sólo por sus convicciones, no está sometido a nadie, se enfrenta con el mundo para tratar de imponer una visión de la realidad que contraría a los otros.

¿Imponente Don Quijote? Veamos: “Eso que a ti te parece bacía de barbero me parece a mí el yelmo de Mambrino y a otro le parecerá otra cosa…” “La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos. (…) Por la libertad así como por la honra se puede y debe aventurar la vida.”

Dice el columnista más adelante:

Para lo que han servido los libros en esta fábula es para fortalecer la voluntad, la idea de que el ser humano puede enfrentarse a sus costumbres y sus tradiciones, y tratar de imponer en el mundo otros sueños: de justicia, de heroísmo, de desprendimiento”.

Al margen de la interpretación particular sobre el contenido de Don Quijote, llama la atención el uso del concepto imponer en dos apartes del escrito. No parece ingenuidad ni accidente: es la aceptación de que todas aquellas aspiraciones personales y egoístas del escritor, deben ser impuestas a los demás.

No obstante, esa es la mejor descripción de la indigencia intelectual colombiana: imponen con la mira puesta en sus intereses y alianzas. Ojalá los que han convertido al periodismo en una militancia de pseudointelectuales, recordaran algunas palabras de
Jorge Luis Borges:

"¿La misión de ustedes? Bueno, es simplemente la de salvar al mundo… Yo les aconsejaría el ejercicio de la ética y el hábito de la lectura. (…) Creo que la definición de la palabra ética es innecesaria, ya que uno, por un instinto misterioso, sabe a cada momento si está obrando bien o mal. Creo que ese instinto es esencial y más importante que las definiciones o que los adjetivos".

¿Cómo imponerle la salvación a un individuo o a una sociedad? La imposición de la que habla el columnista de El Espectador es la que está operando en Venezuela y la que se ha enraizado en Cuba… Poner a Don Quijote como escudo para dejar al descubierto el propósito de imponer es solo un recurso de vanidad que se puede excluir para desnudar los anhelos totalitarios, los mismos que con las armas han querido imponernos las FARC durante casi medio siglo.

En todo caso, resulta incompatible la imposición personal de un sueño con la libertad de los individuos a los que se pretente someter…

Periodismo cínico: Seguramente en unos lustros, los exponentes de este tipo de periodismo serán objeto de análisis sobre lo que no es periodismo de opinión, es decir, deberán ser guía de aprendizaje sobre los vicios que no se pueden plasmar en una columna.

“Faltaba más que los colombianos permitamos que este delito de las interceptaciones acabe en la condena de unos funcionarios de tercera línea, cuando está claro que los determinadores trabajan en la Presidencia de la, otrora, respetable República de Colombia”.

Confieso que leí varias veces este párrafo, sencillamente porque no podía creer que alguien se atreviera a decir que Colombia era más respetable hace unos años que ahora. Recordaba la cancelación de la visa de un Presidente que incluso dejó firmado un documento en el que declaraba a Colombia como Estado fallido. ¿Cómo olvidar que Pablo Escobar se fugó de una lujosísima cárcel en la otrora respetable República de Colombia?

Vino a mi mente la Copa América de 2001, cuando Argentina no quiso venir a jugar a Colombia por motivos de seguridad. Y cuando los cantantes y artistas se negaban a presentarse en la “prestigiosa" Colombia.

Resulta difícil olvidar la salida masiva de colombianos a otros países, buscando refugio de lo que ocurría en esta “respetable” República: más de 3 mil secuestros en un año, pescas “milagrosas”, ataques a poblaciones y capitales de departamento, miles de desapariciones, secuestros de aeronaves que obligaban a aterrizar en carreteras o potreros… eso llenaba de “prestigio” a Colombia y, según este especimen que escribe algo que llaman columna de opinión, era todo mucho más respetable que ahora. Sin embargo uno se pregunta: ¿Si Colombia era más respetable antes, porqué el que escribió el texto tuvo que salir huyendo del país en aquellas “anheladas” épocas y justamente ahora pudo volver?

Mutantes del complejo Münzenberg: ¿Qué se puede decir? Hay personajes que son dignos representantes del espacio que ocupan y del medio en el que escriben. El complejo sembrado por Willi Münzenberg en los entusiastas duros de entendederas, surge en todo su esplendor cuando uno abre las páginas de El Espectador.

Decía
Münzenberg que “cualquier crítica o reproche al sistema soviético sólo podía provenir de personas fanáticas, fascistas o sencillamente estúpidas; mientras que los partidarios del comunismo eran, por el contrario, gente con una mente avanzada, partidarios del progreso de la humanidad y tocados por un halo especial de refinamiento intelectual”.

Dice el expositor del complejo Münzenberg:

"Pero como la razón nos empuja, perseveramos. Nos congratulamos por nuestra valentía, afilamos los lápices aburridos de escribir siempre lo mismo, y con la creatividad de quien piensa que la repetición finalmente vencerá a la estulticia, volvemos con más saña a “seguir dando el debate”.

Empecemos por aprovechar la idea de que los uribistas son brutos. Nuestras razones no calarán nunca, por más que nos rasguemos las vestiduras. Pero si somos tan inteligentes, imposible que seamos incapaces de inventarnos una alternativa para descrestar uribistas".

¿Insuperable? No. Para nada. El que escribió lo anterior es solo la cara más burda de esa “clase superior” de ospinas, duzanes, molanos, bejaranos, lleras, caballeros, lópez y otras plagas que pululan en el muladar mediático nacional. Escribir descalificaciones, ya sea por imagen narcisista o por el poder que se ostenta, no debe ser difícil. Lo cierto es que ninguno de ellos ha sido capaz de hacer el tránsito hacia las ideas y confunden sin recato, la inteligencia con la osadía.

¡Qué bueno que estos personajes leyeran a Don Quijote: “la alabanza propia envilece”!

Por Jaime Restrepo. Director de Atrabilioso.

miércoles, 20 de mayo de 2009

El caso de los tributos desaparecidos

Lo que más sorprende al lector de prensa colombiana es el descaro con que se miente, como si quienes lo hacen sintieran tan profundo desprecio por los lectores que no les importara ser descubiertos forzando interpretaciones absurdas, aportando datos inventados y sobre todo silenciando los verdaderos. Y eso es como un bombardeo, cada semana aparece un nuevo tema y pronto se amplifica en cientos de columnas y participaciones en foros, de donde sale lo que los menos informados creerán a pies juntillas. ¿Llega a haber alguna discusión al respecto? No, el análisis crítico es tan extraño a las inclinaciones de los colombianos como la ciencia.

Uno de los temas preferidos últimamente es el de las exenciones fiscales: en la mente de la mayoría de la gente está siempre presente la sospecha de que alguien hace trampa para que las cosas no sean perfectas, cosa que se demuestra viendo las posesiones fabulosas de los demás y la escasez que lo rodea a uno. ¿Por qué el presidente, que se dice cristiano, no reparte sus fincas entre los pobres, como le sugirió el profesor Moncayo? Porque siempre está de parte de los ricos y por eso les perdona impuestos, para que sean más ricos mientras los pobres son cada vez más pobres. Quien ha vivido lo suficiente llega a la conclusión de que en el comienzo de los siglos se vivía en una opulencia pecaminosa, pues a pesar de tantas décadas en que uno ha visto empobrecerse a los pobres no hay quien ponga en duda que cada día lo son más.

Ése es el material con que operan pensadores como el decano de la Facultad de Economía de la Universidad Jorge Tadeo Lozano, Salomón Kamanovitz, autor de numerosas obras sobre la economía colombiana. En una
columna reciente, dedicada a ¡Los negocios de la familia presidencial!, el prestigioso economista se ocupa de las exenciones tributarias:

Así las cosas, las fuentes de prosperidad de los hijos del Presidente son su capacidad de generar favores del Gobierno a ciertas empresas y el traslado de patrimonio público (más precisamente de recaudo tributario) a las zonas francas portátiles. El Gobierno se desprende de capacidad tributaria, aun en tiempo de crisis, para el logro de mantener la supuesta confianza inversionista de los pocos afortunados.

Estas ventajas sustanciales están en la base de los negocios de los delfines y en el incremento de los contratos de las empresas en las cuales participan. Se trata también de exenciones que lesionan el patrimonio público a favor de empresas privadas, siendo capturadas algunas gracias a la indebida influencia de los hijos del Presidente. Lo que ha dejado de recibir el Gobierno por todas estas gabelas tributarias alcanza los $5,8 billones al año, lo mismo que los parafiscales que lesionan el empleo. Y si es tanto dinero, ¿por qué no compartir un tris en familia?

Respecto a las inversiones y ganancias de los hijos del presidente, se ha escrito mucho y yo no tengo nada que añadir a lo señalado por Saúl Hernández. Lo interesante es la construcción del despojo de recursos públicos a partir de falacias retóricas. Rigurosamente, Kalmanovitz está imbuyendo en la conciencia del lector la certeza de que se está cometiendo un tremendo peculado al favorecer la creación de zonas francas mediante la rebaja de impuestos. El lenguaje técnico sólo es eufemístico: no cambia nada el sentido de "peculado" si se habla de "traslado de patrimonio público". Mejor dicho, sí cambia: el peculado es una noción jurídica, por tanto nadie podría acusar a Kalmanovitz de calumnia porque dijo "traslado de patrimonio público". En el párrafo siguiente repite la perla, e incluso se ofrece una cifra de lo defraudado por el presidente, sus hijos y sus amigos empresarios.

Sería agotador, y fuente de un artículo todavía más largo, enumerar la cantidad de escritos aparecidos en la prensa y dedicados a protestar por el mismo motivo. Sólo citaré uno de los más elocuentes, característico de la clase de mentalidad que halagan los columnistas. Está en una columna de
Francisco Leal Buitrago, uno de esos pensadores que guiarían con pulso firme la nave del Estado si se alcanzara por fin la solución política negociada del conflicto social y armado, hombre cuyas virtudes se demuestran por su larga carrera de servicio a la Universidad Nacional:


La confianza inversionista y la responsabilidad social provienen de artimañas como la exención de impuestos a los ricos, las zonas francas para beneficio privado y la gestión del Ministerio de la (des)Protección Social.


La hondura del pensamiento de este sabio se demuestra con hallazgos como lo del Ministerio de la (des)Protección. Pero lo interesante en cualquier situación no es lo que forma parte de las particularidades ajenas sino lo que es común y comparte la mayoría de la gente. ¿Cuál es la exención de impuestos a los ricos? La asociada a las rebajas tributarias para los inversores, dentro de la cual se incluye la de las zonas francas. ¿Todavía hay que explicar que las inversiones se hacen "para beneficio privado"? Es que la mayoría de los lectores han pasado por la universidad (pero eso no se debe entender como que la mayoría de los egresados lean la prensa, cosa que está muy lejos de ocurrir). En la universidad han aprendido a distinguir el beneficio público del beneficio privado y a considerar cualquier prosperidad particular como un despojo al interés público.

Pero volviendo a la cuestión principal, la de la mentira descarada en la prensa, agravada por el hecho de que el señor Kalmanovitz es decano de una facultad de Economía, el asunto de la benevolencia fiscal con ciertas inversiones tiene muchas arandelas y resulta difícil de evaluar (al respecto publicó el ex ministro
Alberto Carrasquilla un artículo en El Espectador, artículo que amplió en una discusión en el blog de Alejandro Gaviria), pero las conclusiones que saca Kalmanovitz son sencillamente fruto de la mala fe.

Si un tendero aplica un margen del 40 % sobre el precio de compra, tendrá en cuenta esa norma al evaluar las ventas del mes, pero si el último día decide que necesita dinero y hace una promoción aplicando sólo el 20 %, ese margen será ganancia. Si las ventas ese día son muy superiores a las de los otros días, sus ganancias aumentarían. ¿Cómo entenderíamos que el socio del tendero fuera a reclamarle por el 20 % de margen que dejó de cobrar? Una investigación rigurosa permitiría saber si de todos modos ese día las ventas aumentarían o si, por el contrario, habrían sido mucho mayores sin alguna circunstancia especial. La mala fe consistiría en considerar "pérdidas" lo que se dejó de ganar.

Yo estoy convencido de que las rebajas fiscales para las zonas francas se traducen en mayor recaudo, pues creo que la mayoría de las inversiones no habrían tenido lugar sin esas ventajas. Pero es sólo una opinión sin evidencia: la de Kalmanovitz es una mentira descarada, parte de la suposición de que TODAS las inversiones habrían tenido lugar, cosa que es absurda y sólo muestra la clase de educación que imparte en su universidad.

Pero la cuestión tiene muchas arandelas. Los profesores y columnistas hurgan en un sentimiento arraigado de los lectores, el de que rebajar impuestos a "los ricos" es inmoral. La dudosa función del Estado como agente de justicia va dada por sentado, mientras que la cuestión de la necesidad de recursos para financiar la actividad productiva queda soslayada. Mientras la mayoría de los países, sobre todo los desarrollados, compiten por atraer inversiones y resultar gratos para los ricos, en Colombia se intenta ahuyentarlos, sin duda porque su ejemplo y el desarrollo económico harían perder dominio a la casta de los doctores:

La política de exenciones y zonas francas merece todo nuestro respaldo: más allá de la cuestión del recaudo, que es lo único que interesa a personajes como Kalmanovitz, esas exenciones favorecen la creación del tejido empresarial, que es la base del desarrollo. Puede que muchos crean que se construirían la misma cantidad de hoteles con impuestos altísimos que con impuestos bajísimos, pero la razón no tolera una suposición semejante. ¿Qué importancia tiene que haya hoteles? Se trata de una inversión de altísimo riesgo en un país muy desprestigiado por la violencia, pero que tiene relación con una de las industrias que más proveerán recursos a países que cuentan con paisajes atractivos.

Lo que cada uno necesita decidir es si desea vivir en un país próspero lleno de hoteles y de industrias, o en uno en el que los chavistas administran las regalías de las commodities aprovechando cada limosna para forzar la sumisión de los paniaguados. En el primer caso el punto crítico es atraer inversiones y construir infraestructuras. Y tal vez lo que haga falta sea una política fiscal que grave efectivamente a todos los ricos y no sólo a los que producen y arriesgan. Puede que el Estado sufra un despojo más grave y más gravoso para los intereses de los ciudadanos por la exención del 25 % del impuesto de que disfruta Kalmanovitz y la mayoría de los que lo jalean que por la benevolencia que se practica con quienes construyen fábricas y hoteles.

Por Jaime Ruiz. Columnista de Atrabilioso.

martes, 19 de mayo de 2009

¿Cuál dictadura?

Hace unos días expresaba que, a menos que asumiéramos que los más altos dignatarios del Estado fueran títeres que se entregaran a quien los postula, no podríamos concluir que un tercer periodo presidencial consecutivo acabaría con la democracia y se conformaría una dictadura como lo afirma la oposición. Y en tal caso sería una dictadura popular, porque el mecanismo recurre al referéndum y a un proceso electoral.

No consideré en esa oportunidad que podría haber sesgo en la función pública por amiguismo, filiación política, o simpatía de estos dignatarios con el gobernante, porque si fuera eso lo que permitiera al ejecutivo controlar todas las ramas del poder público, tendríamos que aceptar con mas razón, que cuando un partido permanece en el poder más de cuatro u ocho años, (el liberal estuvo doce) se configura una dictadura de partido como el PRI en México, o el Bolchevique en la Rusia comunista.

La falacia está en que tienen más posibilidades de controlar las instituciones los partidos políticos, más disciplinados, mejor organizados y contra los que no dice nada la Constitución en relación con su permanencia en el poder, que los independientes.

El que la Constitución no le haya puesto límite al tiempo que permanece un partido en el poder, podría obedecer a dos razones: la primera, la confianza en que la libertad debería producir que el partido en el poder terminaría desgastándose ante la imposibilidad de resolver los graves problemas que padece la nación, y el pueblo buscando alternativas en las urnas. En otras palabras, que el ejercicio del poder sin límites, en una democracia, lleva implícita la alternancia de los partidos (así pasó con el liberal después de Samper, y con el conservador cuando Pastrana). Igual debería suceder con las personas.

Y la segunda, que veníamos de un esquema antidemocrático y desgastado –el Frente Nacional- que limitaba a cuatro años la permanencia de un partido en el poder, e impedía el ingreso de nuevos en la política.

Sin embargo, por alguna razón no suficientemente explicada por los constituyentes del 91, el periodo presidencial (y el de los gobiernos territoriales) se limitó a cuatro años y se excluyó la reelección; soslayando que los países más desarrollados –y en parte por eso lo son- tienen más estabilidad política y en consecuencia mayor bienestar económico. De no haber sido por el tan criticado Acto Legislativo que modificó el artículo, hoy seriamos con cuatro años y sin reelección, un caso único en América, y minoritario en el mundo. ¡Las ideas retrogradas que defiende la oposición!

Algo que deberían entender los partidos políticos democráticos es que la amenaza real de una dictadura está en el monte, y con sus infiltrados en las ciudades. Y que mientras esté en peligro la democracia, habrá que limitar algunas libertades y derechos. No obstante están garantizados más de los que la situación amerita.

En lo de las chuzadas –por ejemplo- ni se sabe si es la demanda de quienes compran escándalos lo que las estimula, o la necesidad de ir cerrando el círculo a los infiltrados de la guerrilla en las instituciones del Estado. Ahí se aplicaría que el que no la debe no la teme; y por supuesto que los que la temen buscarán otros medios de planear fechorías.
Por Miguel Yances Peña. Columnista de El Universal de Cartagena.

lunes, 18 de mayo de 2009

¿Comenzó la judicialización de la farcpolítica en Antioquia?

Se ha suscitado un gran escándalo en Medellín por cuenta de la reapertura de un proceso penal contra el Polo Democrático Alternativo, la Alianza Social Indígena y algunas organizaciones que presumen de ser defensoras de derechos humanos, por sus nexos con el Partido Comunista Clandestino PC3.

El informe, que sirve de base para la judicialización, señala que la estructura del PC3 (engendro de las FARC lanzado por ‘Alfonso Cano’) tiene como brazo político al PDA y a la Alianza Social Indígena (ASI), movimiento que ha respaldado a Sergio Fajardo en sus diversas aspiraciones políticas, incluyendo la actual candidatura a la Presidencia de la República. Es bueno recordar que en su calidad de alcalde de Medellín, Fajardo llevó a la
junta directiva de EPM a Freddy Escobar Moncada, ideólogo del frente Jacobo Arenas de las FARC.

Además de los partidos, el informe señala a ONGs, sindicatos y movimientos juveniles como parte de la estructura del PC3. A una de las organizaciones implicadas en la investigación, el Instituto Popular de Capacitación, le parece inaudito que se ordene la reapertura del proceso penal que la misma Fiscalía había descartado por falta de pruebas que respaldaran la presunción de la actividad rebelde. La reapertura se dio por la declaración de dos testigos, que denuncia el IPC, ya habían sido “utilizados” en otros procesos y cuya credibilidad, dicen, ha sido siempre cuestionada.

¿Acaso esto no recuerda la reapertura de procesos contra el coronel Alfonso Plazas y el del general Rito Alejo del Río? ¿Será que son menos válidos los cuestionamientos a la credibilidad de los testigos utilizados en el proceso del Palacio de Justicia o en las investigaciones de la parapolítica?

Al IPC le parece “particular” que los testigos ratifiquen los informes de inteligencia militar. Esta afirmación tiene un alto grado de cinismo, pues si los testigos coinciden con los informes de inteligencia, en materia judicial simplemente hay un respaldo probatorio que se suma a los testimonios. Es más: el IPC asegura que los documentos de inteligencia adicionales están sustentados en declaraciones de desertores de las FARC, es decir que diferentes fuentes ratifican los hechos denunciados: ¿Eso qué tiene de particular?

Desde el pasado 3 de abril y por cuenta de la reapertura del proceso penal han sido vinculadas 13 personas, de ellas cuatro comparecieron libremente para definir su situación jurídica. Otras cuatro han sido capturadas en las últimas semanas. Todos están sindicados del delito de rebelión.

La respuesta de la facción
Las organizaciones investigadas sostienen que la Fiscalía y los organismos de seguridad “pretenden estructurar procesos penales” mediante “temerarios informes de inteligencia”. Esto, aseguran, con el propósito de criminalizar el ejercicio de la libertad de opinión, de expresión, de conciencia y de participación. También se quejan por una investigación previa y sostienen que ese mecanismo ha limitado derechos constitucionales de las personas incriminadas y de sus defensores:

”Aunque en esta investigación previa la Fiscalía vinculó a varios integrantes de organizaciones sociales, sindicales, estudiantiles y no gubernamentales debidamente identificados, nunca a estas personas se les informó de dichas actuaciones, lo que impidió que ejercieran de manera oportuna el derecho de la defensa y la posibilidad de controvertir las pruebas incriminatorias que venían siendo recopiladas por la inteligencia militar.”

Pero hay un número que puede aclarar este asunto: el 26.625. Este es el expediente fantasma que ha venido elaborando el magistrado auxiliar Iván Velásquez para incorporar todas las pruebas o montajes para procesar a los implicados en la parapolítica. El 26.625 es un expediente que ha limitado los derechos constitucionales de los incriminados y no ha tenido control de un Juez de Garantías. Sin embargo, la gran diferencia es que el expediente de la parapolítica ha sido nutrido no solo con testimonios de personas que liban junto al magistrado investigador, sino que además excluye las declaraciones que pueden favorecer al perseguido, como se desprende de la conversación entre Nancy Patricia Gutiérrez y Juan Carlos Díaz Rayo, investigador de la Corte Suprema de Justicia:

- NG: ¿Y qué es el proceso 26.625?
- JCD: Es un proceso que es general (...) Es un proceso madre que llaman, sin previo. De allí se va desprendiendo todo.
- NG: ¿Y contra quién es ese proceso?
- JCD: Contra nadie. Son las previas generales. Si hubiera sindicado, ya no serviría. Por eso, los abogados no tienen acceso a ese... Por eso es que no tienen entrada y es algo muy moral o éticamente reprochable, pero jurídicamente... Tendrían que probarnos que alguna vez... Que uno ya sabría de qué hablar y en qué condiciones iba a hablar ese señor (un testigo)...
- NG: Pero ustedes ya lo saben.
- JCD: Eso uno ya lo sabe, pero eso sería muy difícil de probar, casi imposible.
- NG: ¿Quién maneja el 26.625?
- JCD: El doctor Iván (Velásquez). Él hace y deshace en cada uno, va para donde quiere, busca investigadores. Si no hay informes, busca los informes.
- NG: A mí, por ejemplo, me han contado que llegan a una cárcel a buscar un testigo y, si no dice nada, lo desechan y buscan otro.
- JCD: Ah pues sí, claro (...) Si yo estoy tratando de cogerla a usted y no me dicen nada de usted, yo para qué voy...

Frente al expediente 26.625 no se encuentra ni un solo pronunciamiento de las ONGs que ahora son procesadas con el mismo mecanismo que ha venido utilizando la Corte Suprema de Justicia en la denominada parapolítica. Hasta hace unos meses, el procedimiento de los expedientes preliminares era aceptable, plausible y casi un acto heroico del abusivo magistrado, pues beneficiaba a la facción profariana. La extralimitación judicial no mereció ni una palabra frente a una flagrante violación a los derechos humanos. Pero ahora, cuando el mecanismo es utilizado en contra de algunos elementos con nexos con las FARC, llega el llanto y el rechinar de dientes.

Sin embargo, que las ONGs se quejen por el mismo mecanismo utilizado por la Corte para actuar en la parapolítica es un síntoma de la deformidad de la estructura judicial y del peligro que representa el libertinaje ético y moral de los intocables jueces colombianos. Entonces estamos ante un mecanismo de inquisidores jurídicos, quienes desatan cacerías para colgar las cabezas de sus perseguidos como trofeos infames.

Volviendo a la
carta, las organizaciones de Medellín señalan que el proceso se basa en la “reedición de testimonios desestimados en su credibilidad en otras investigaciones penales”… como no recordar a Rafael García, el testigo estrella de la parapolítica, o a alias ‘Pitirri’, alojado cómodamente en Canadá con toda su familia, gracias a los servicios prestados no solo a la justicia sino a Gustavo Petro. Ambos han sido cuestionados en su credibilidad y sin embargo, cuando los jueces así lo deciden, pasan a ser los testigos más sinceros de los que se tenga noticia. También en estos casos, los presuntos defensores de derechos humanos no musitaron palabra, por conveniencia manifiesta, y ahora son plañideras que lanzan alertas mundiales por lo que ellos mismos cohonestaron con su silencio.

La culpa es de… ¡Uribe!
La visión mesiánica, que padecen la izquierda y la oposición en general con respecto al Presidente, los lleva al extremo de culpar a Uribe de todo lo que pasa en Colombia y en el mundo.

Dicen las organizaciones de Medellín que ellos han ejercido la “promoción y defensa de los derechos (…) de las comunidades y de las víctimas (…), situación que ha conllevado a la estigmatización desde las altas esferas del gobierno, la cual es replicada por integrantes de la inteligencia militar y de la fiscalía”.

Además de la ligereza en que incurren, esta si temeraria, de proclamarse perseguidos por la defensa de los derechos humanos y no por las calumnias, las alianzas, los respaldos y la manipulación originada en la militancia política e ideológica a favor de las FARC; olvidan que en el pasado reciente incumplieron con los supuestos propósitos de defensa de los derechos humanos: como las víctimas de los expedientes previos no pertenecían a la facción profariana, entonces eran buenos y necesarios para la cruzada justiciera que han intentado adelantar… pero ahora, cuando los expedientes previos los tocan, se convierten por arte de magia en una persecución fruto de la estigmatización.

A renglón seguido, los denunciantes señalan que el Presidente los estigmatizó al hablar de los “abogados pagados por organizaciones internacionales, con sesgos ideológicos que les impiden examinar el cotejo de las conductas y el ordenamiento jurídico imparcialmente, y que lo hacen con odio y carga ideológica.”

Según la denuncia, que el Presidente hable de sesgos ideológicos es una estigmatización y eso ha llevado a que el Ejército y la Fiscalía los procese por diferentes delitos. No obstante, los ahora denunciantes olvidan que a causa de los sesgos ideológicos y de la vocación profariana que han profesado desde siempre; han desatado una persecución inclemente contra el Gobierno y contra las Fuerzas Armadas, a quienes, los que ahora posan de víctimas, han estigmatizado nacional e internacionalmente. ¿Pero eso qué tiene que ver con una investigación de inteligencia que tiene méritos para ser procesada por la Fiscalía? Nada. Los denunciantes eluden el debate de las pruebas y no se toman la molestia de defender su accionar… se saben culpables y no víctimas de estigmatización: a lo sumo, si fueran honrados, podrían asumir su responsabilidad como victimarios.

Sin embargo, siempre hay espacio para el humor. Las ONGs dicen insistir "en la validez del principio de imparcialidad e independencia del órgano judicial que se ve cuestionado con la injerencia del poder militar en la dirección de las investigaciones criminales"… ¡Patético! La culpa no es del órgano judicial –ni más faltaba que fueran a responsabilizar a miembros de Asonal- sino de quienes investigan para dejar en evidencia el maridaje entre las FARC y un sector importante de la sociedad civil.

Por Jaime Restrepo. Director de Atrabilioso.

viernes, 15 de mayo de 2009

Se derrumban las falacias de Unasur sobre la masacre de Pando

Poco a poco van quedando al descubierto los montajes cuidadosamente elaborados y publicados por el diario argentino Página 12. En una serie de reportajes, el medio ha tratado de encubrir las falsedades e imprecisiones de Rodolfo Mattarollo, asignado por Unasur para investigar la masacre de Pando en Bolivia.

Mattarollo, sub secretario de Derechos Humanos del gobierno de Cristina Fernández de Kischner, es fundador del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP) y ha sido señalado como responsable de numerosos actos terroristas. Después de una presunta investigación, Mattarollo elaboró un informe fraudulento y sesgado, con el propósito de culpar a la oposición boliviana de los hechos ocurridos en Pando en septiembre de 2008.

Página 12, cuya línea editorial es manejada por ex montoneros (vinculados históricamente con el ERP de Mattarollo) ha intentado encubrir la participación del gobierno de Evo Morales en la masacre de campesinos en Pando, denunciando un presunto complot para derrocar al gobierno boliviano. Esto como respuesta a una investigación independiente, elaborada por UnoAmérica, en la que se encontraron suficientes indicios que involucran a Evo Morales y a algunos de sus colaboradores inmediatos en la planificación y ejecución de la masacre de Pando.

Así mismo, en el informe preliminar de UnoAmérica, se denunció la complicidad de Mattarollo, quien deliberadamente falsificó la realidad de lo ocurrido.

Uno de los hechos denunciados por Página 12 tiene que ver con la participación de un personaje clandestino en el complot contra Morales. Sin embargo, el supuesto “clandestino”, Jorge Mones Ruiz, se presentó personalmente en la Casa Rosada para entregar una carta abierta a la presidenta Cristina Kirchner pidiendo la destitución de Rodolfo Mattarollo, demostrando así que no se trata de un personaje clandestino, como quiere hacer ver Página 12, sino un activista de Derechos Humanos que participó abierta y públicamente en la investigación que hizo
UnoAmérica sobre la masacre de Pando.

Mones Ruiz asistió a la rueda de prensa sostenida en Santa Cruz el pasado 1 de abril y apareció fotografiado en todos los medios como parte de la comitiva que participó en la investigación de la masacre de Pando. No entró como se quiere hacer ver de forma clandestina, y jamás conoció, ni se reunió con Rozsas, como quiere hacer ver Pagina 12 falsamente.

La carta entregada a la presidencia de Argentina, Mones Ruiz y Liliana Raffo de Cutiellos piden la destitución de Matarollo por haber pertenecido y ocupado cargo relevante en la organización terrorista Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP) y delegado ante la Junta Coordinadora Revolucionaria (JCR), verdadera organización terrorista internacional que nucleara a otras bandas de delincuentes del continente.

También lo señalan por mantener vínculos con las FARC. Según las revelaciones del desmovilizado de las FARC, Felipe Salazar, publicadas en el libro “X2 – Lo que Unasur no dijo”, del escritor y periodista uruguayo Emilio Martínez,

Sobre la comparecencia de Jorge Mones Ruiz, el Diputado Walter Javier Arrázola Mendivil señaló lo siguiente: “el "feroz carapintada" Jorge Mones Ruíz, sobre quien el gobierno de Evo Morales ha construido una maraña de conspiraciones, se presentó personalmente -solo y sin armas- nada menos que en la Casa Rosada, sede del gobierno argentino. Mones no tenía betún en la cara, ni usaba uniforme de camuflaje, sino que portaba un sobrio traje, como corresponde a un ciudadano de cierta edad y de afables modales.”

Agrega Arrázola Mendevil: “El gobierno boliviano, a través del periódico argentino Página 12, vinculado a Mattarollo, publicó una fábula según la cual Mones era un peligroso terrorista, que había entrado clandestinamente a Bolivia, para participar en un complot contra Evo Morales. Sin embargo, me consta personalmente, Mones llegó a Santa Cruz por las vías legales, como parte de una comisión internacional, que vino a realizar una investigación independiente sobre los hechos de violencia suscitados en Pando.”

El Diputado remata resaltando que “tan pública fue su presencia, que apareció fotografiado en todos los medios, luego de dar una rueda de prensa, presentando los resultados preliminares de su investigación, la cual libera de toda culpa a Leopoldo Fernández, achaca la responsabilidad de los hechos de Pando al oficialismo, y desenmascara el rol cómplice de Mattarollo”.

jueves, 14 de mayo de 2009

¿Qué esconde la Fiscalía?

Hay una antiquísima forma de eludir las responsabilidades institucionales: señalar a otros, y perseguirlos si es el caso, para ocultar la vinculación directa en la comisión de un ilícito.

Esa es una práctica común entre los delincuentes: al verse sorprendidos, señalan como cómplice al primero que se les atraviesa y aprovechándose del muladar de la justicia colombiana, pasan a ser testigos estrella para desviar la acción judicial que correspondería adelantar en su contra.

Es que sorprende que el
DAS sea el único organismo que hasta el momento ha sido señalado por las “chuzadas” contra políticos, policías, militares, periodistas y magistrados (juristas que anhelan ser políticos). También llama la atención que solo los funcionarios del DAS están siendo investigados y tanto directores como ex directores han sido los únicos que han tenido que ponerle el pecho a la briza.

Hay que aclarar una cosa: ¿el procedimiento era competencia exclusiva del DAS o la Fiscalía forma parte integral de las interceptaciones? Dice
El Tiempo que en la reunión del Presidente con los miembros de las cortes, el director del DAS “dio algunas explicaciones sobre cómo funcionan las salas de interceptación. Les dijo a los magistrados, por ejemplo, que todas las interceptaciones se controlan en la llamada Sala Esperanza y que esta es administrada por la Fiscalía.

Así las cosas, ¿por qué no se le ha exigido una explicación al Fiscal General de la Nación? Es que el escándalo no debería ser enfrentado solamente por el director del DAS, sino también por el Fiscal Iguarán.

Sin embargo, es obvio que el Fiscal General no tendrá que dar explicaciones, pues sus reuniones como fuente le han permitido blindarse mediáticamente en el escándalo. No obstante, el Fiscal General debería contarle al país quién o quiénes dirigen la Sala Esperanza, qué acciones ha tomado para perseguir y castigar las continuas interceptaciones ilegales que terminan siendo filtradas y divulgadas en especial por dos medios en particular y sobre todo, cómo le va a responder al país por el deterioro de la ayuda internacional que se concentraba en el proyecto Esperanza, encabezado por la Fiscalía, cuya financiación fue reasignada por el gobierno británico.

Iguarán ha pasado de agache en este escándalo, cuando también debería ser el centro de atención de los medios y de las autoridades. Incluso el Fiscal afirma que el tema hiede, pero los hedores nauseabundos también salen de la Fiscalía y él los ha disimulado con aromatizantes esparcidos en opíparas parrandas compartidas con los denunciantes.

De igual forma, es un exabrupto que una de las partes involucradas en las “chuzadas” sea la cabeza investigadora, es decir juez y parte en el proceso, así los medios y el propio Fiscal traten de ocultar la participación del ente investigador en el escándalo. No es posible, ni lícito, que si la Fiscalía tiene por lo menos la mitad de la responsabilidad legal en las interceptaciones, y a su cargo está el sistema central que permite o rechaza el procedimiento; sea la misma Fiscalía la que investigue y tenga la posibilidad de enjuiciar a algunos presuntos implicados del DAS, mientras la institución judicial sale inmaculada del escándalo.

La lista

El tema de las interceptaciones ilegales se ha sesgado exclusivamente a la presunta persecución a opositores y magistrados (valga la redundancia), pero se ha dejado de lado un elemento fundamental: las chuzadas a funcionarios, lo que demostraría que el delito tenía un propósito distinto al que han venido exponiendo los medios y la oposición.

En el cuadro publicado por
El Tiempo están, entre otros, Enrique Peñalosa, Aurelio Iragorri (partido de la U), Rodrigo Rivera, Javier Cáceres y José Renán Trujillo… todos ellos cercanos al uribismo. Estos nombres abren un escenario muy distinto al que se ha venido planteando, pues las presuntas chuzadas tendrían que ver, no con persecuciones políticas, sino con un negocio montado por funcionarios del DAS y de la Fiscalía, para vender registros confidenciales al mejor postor, entre otros, a aquellos que se lucran con la difusión de la información.

No obstante, más allá de los políticos escuchados de manera ilegal, la lista demuestra que las chuzadas se convirtieron en verdaderas amenazas contra la seguridad nacional. Los criminales del DAS y de la Fiscalía tenían interceptadas las líneas de la Presidencia de la República, lo que pone en riesgo la seguridad no solo del Presidente y demás funcionarios del Estado, sino del país, por cuenta de los temas sensibles que se pueden abordar en una conversación telefónica.

Evidentemente el asunto es turbio, no por lo político, sino porque queda al descubierto que lo de las interceptaciones era o es un negocio cuya mercancía se ofrece al mejor postor. Esto es grave: ciertamente a los medios que compran el fruto del delito solo les sirven los escándalos. Sin embargo, si la información se refiere al desplazamiento del Presidente a un lugar determinado, o a la ubicación de algunos reinsertados que han desertado de las filas del terrorismo (para eso tenían chuzada la Dirección de reinserción de la Presidencia), el comprador de la mercancía tiene propósitos criminales como atentados terroristas o eliminación de excombatientes convertidos en informantes.

Pero la situación va más allá. En la lista aparece el mayor Carrascal, quien ocupa un alto cargo de seguridad en la base aérea de Catam, precisamente el sitio en el que pernoctan los aviones del Presidente y del Ministro de la Defensa, entre otros. En esa misma dirección apunta la interceptación del teléfono de la esposa del Ministro, pues de los datos que ella comentara desprevenidamente, más los recaudados en las conversaciones que sostenía el militar encargado de la seguridad de Catam, se tenía la confirmación, por cruce de referencias, de información valiosa para atentados terroristas. ¿A quién o a quiénes les interesa esa información? ¿Para qué la necesitan? Esto no se puede responder, porque los criminales se convirtieron en fuentes que gozan de impunidad por cuenta de la reserva periodística y, ¡oh paradoja!, tratan de demostrar que el delito se cometió, entregando pruebas a cuentagotas que solo confirman la existencia de un negocio de espionaje que se vale de los instrumentos de inteligencia del Estado.

La oposición y los medios de comunicación están prestando un flaco servicio al país al sesgar el tema de las interceptaciones y fijar la mira únicamente en algunos funcionarios del DAS. Es preciso que la Fiscalía sea incluida en las pesquisas para que el panorama se comience a aclarar.

Pero además, es urgente que se aborde el delito de manera integral, es decir, la indagación para ubicar no solo a los vendedores sino también a los compradores de la información: si los medios de comunicación han adquirido el material que es resultado de un crimen, no pueden ni deben ser amparados por el secreto profesional de no revelar las fuentes. En países realmente serios, el fruto que provenga del árbol prohibido no solo es descartado como evidencia, sino que en el caso de la actividad periodística, se anula la reserva de la fuente.

De igual forma, los compradores interesados no en los escándalos, sino en material valioso para su accionar criminal, deben ser ubicados y judicializados, pues como dicen por ahí, es tan culpable el que peca por la paga como el que paga por pecar. ¿Qué se ha dicho de los que han pagado por el pecado? ¿Daniel Coronell, Alejandro Santos y Juan Manuel López han puesto la cara en un escándalo que los involucra directamente como beneficiarios del ilícito?

Lamentablemente no han sido ni serán mencionados, pues forman parte de las vacas sagradas del establecimiento colombiano.

Por Jaime Restrepo. Director Sistema Atrabilioso.

miércoles, 13 de mayo de 2009

Licencias propagandísticas

La mayoría de la gente se sorprende mucho cuando oye que la poesía es en esencia algo bastante próximo a la publicidad, un poco como cuando oye que pensar no es más que hablar, o que saber no es más que recordar. Siempre pesa mucho la apariencia de que el lenguaje es como un vestido del pensamiento, que podría existir sin aquél, o de que saber es algo más que disponer de información aplicable en cada contexto y poderla actualizar. En el caso de la poesía el prejuicio dicta que se debe tratar de ideales elevados, lo cual puede haber influido en el escaso consumo de versos por parte de las últimas generaciones.

Pero la publicidad tiene mucho que ver con la poesía: se usan los efectos del lenguaje a fin de persuadir al receptor del mensaje para que obre según los intereses del anunciante. Cuando se trata de la política, esa libertad de creación de la poesía mezclada con la rentabilidad de la mentira da lugar a la corrupción del lenguaje compartido y a la manipulación social mediante la propaganda.

Se puede decir que lo que en Colombia se llama periodismo es sólo eso, propaganda de los intereses de algún grupo. Mentiras aderezadas con algún arte y repetidas mil veces, como aconsejaba Goebbels, a fin de favorecer los negocios de los dueños de los medios. Y como ocurre con las licencias poéticas, esas transgresiones de las reglas del lenguaje que se toleran en aras del arte, también hay toda clase de licencias en la prensa colombiana. No que de vez en cuando se irrespete al lector, cosa que es la norma y no la excepción, sino que el mundo que se "vende" es tan irreal como el de los anuncios televisivos.

Un ejemplo característico es el sobreentendido de que Piedad Córdoba se desvive por la libertad de los secuestrados... Bueno, puede que aconsejara no liberar a Íngrid, pero por los demás... ¿Cuántas columnas hemos leído en las últimas semanas en las que se acusa al gobierno de impedir la liberación de Moncayo por cálculos mezquinos, impidiendo que la Mamá Noel que regala libertad obrara su buena acción? ¿Nadie ha leído a Claudia López, a Lucy Nieto de Samper, a Álvaro Camacho Guizado, entre muchos otros? ¿Y en las portadas? ¿Alguien recuerda alguna noticia en la que se sugiera que la labor de la senadora tiene que ver con la legitimación de las FARC y la promoción de sus intereses o al menos se ponga en duda su obsesión por la libertad de las víctimas?
Seguramente es por eso por lo que Alejandro Gaviria termina su diatriba contra el ex consejero presidencial José Obdulio Gaviria con estas palabras:

...un país que lleva ya muchos años, demasiados, sin duda, tratando de diferenciar la política de la guerra.

Le faltó decir que era por la paz. Pero estuvo muy cerca. La política colombiana se resume en la confrontación entre los colombianos que creen que la política es la guerra y los Colombianos por la paz. ¡Tantas décadas de lucha por la paz y vienen los epígonos del fascismo a echarlo todo a perder!

El Espectador
, el periódico más resueltamente entusiasta del grupo de Piedad Córdoba y en el que más se proclama la tarea libertadora de la senadora, publicó el domingo pasado una entrevista a otro senador (Juan Manuel Galán) sobre el tema de los llamados "falsos positivos". A cualquier persona que le interese entender la diferencia entre el periodismo y la propaganda le conviene analizar esa entrevista, porque con otro pretexto se sigue en esa tarea de propagación de las mentiras más perversas con fines que sólo se entienden leyendo las columnas de Alfredo Molano o Cepeda II. Bueno, "La entrevista de Cecilia Orozco" es la joya de la corona del periodismo colombiano, la letrina en la que la falsedad y la mala fe "florecen" y exhalan su característico olor.

“El ministro ha respondido en forma equivocada”

El senador Juan Manuel Galán está empeñado en darles voz y representación a las madres de los jóvenes asesinados en el millar de ejecuciones extrajudiciales que se han cometido en Colombia.

Hace falta paciencia para detenerse en la cantidad de mentiras que ya aparecen en la entradilla. ¿Dará voz el senador a las madres de los jóvenes asesinados? ¿O las utilizará para congraciarse con la mafia gracias a la cual aparece en la prensa y se asegura un lugar en las listas? ¿Se han cometido un millar de ejecuciones extrajudiciales? ¿Desde cuándo? Pero ¿un millar? ¿Y qué son "ejecuciones extrajudiciales"? Sencillamente no se puede decir que son asesinatos de inocentes, pero el lector siempre descontento (pues el colombiano es en esencia una criatura cuyo estrato le fue asignado injustamente) entenderá eso. Y entenderá que ha sido durante el gobierno de Uribe. Sobre esas mentiras bailará la entrevista. Pero conviene detenerse en ella:

Éstos son los párrafos introductorios. Pongo mis comentarios entre corchetes y en cursiva:

En vista de que nadie las representaba, el senador liberal Juan Manuel Galán le ha dedicado muchas horas de su trabajo como congresista, a apoyar a las casi mil madres que perdieron en los operativos militares denominados falsos positivos, a sus hijos recién salidos de la adolescencia. [Aquí la mentira salta a otro nivel: ahora son casi mil madres de víctimas de "falsos positivos" y los hijos eran recién salidos de la adolescencia. No hablemos de la generosidad del senador y del desamparo de las madres, a las que varios miles de ONG de paz y derechos humanos relegaron injustamente, pues extrañamente no las quisieron representar]. El terrorífico fenómeno de asesinatos selectivos que se venía dando en Colombia desde hace más de una década sin que las autoridades estatales le pusieran el menor cuidado, fue creciendo hasta cuando las vilipendiadas organizaciones de derechos humanos escucharon las historias sobre frecuentes desapariciones de los jóvenes de las barriadas pobres. [Una vez han caído casi mil muchachos apenas salidos de la adolescencia, ya se puede hablar de "asesinatos selectivos", noción sumamente útil, al igual que la de "ejecuciones extrajudiciales", para completar el millar. Pero ¿se ha dado cuenta el lector de lo perversas que son las instituciones estatales? ¿Qué pasa con la Fiscalía, cuyo titular acude a homenajes a Piedad Córdoba, seguramente porque él también ama por encima de todo la libertad? ¿Qué pasa con la Corte Suprema de Justicia, tan ocupada en perseguir a los políticos amigos del gobierno? ¿No son autoridades estatales? ¿Qué otras autoridades estatales no "pusieron el menor cuidado"? El papel salvador de las ONG (asociaciones voluntarias por lo general formadas por personas que pertenecen a los frentes políticos de las guerrillas y cuya tarea es legitimar los asesinatos que comete la tropa mediante la deslegitimación del Estado) es casi cómico.]

Al principio, nadie les creyó. Más adelante, las propias ONG pasaron a ser sospechosas de levantar testimonios mentirosos contra las Fuerzas Militares. Luego, los rumores llegaron a la comunidad internacional y en ese escenario, las versiones se transformaron en denuncias formales. [Claro, en el escenario de los "países amigos" que presionaban por todos los medios a Pastrana para que favoreciera más masacres y secuestros en aras de la paz.] Ni siquiera entonces, el gobierno colombiano tomó en serio el asunto, en la seguridad de que, detrás de las noticias, deberían estar otra vez los mismos subversivos de siempre tratando de hacerle daño a la Administración y al Ejército. [¿Quién podrá evaluar si el gobierno lo tomó en serio o no? Se trata de decir que el gobierno ordenaba esos asesinatos, lo dice claramente un
columnista de El Espectador, pero por lo visto lo hacía por broma.] Solo cuando las ejecuciones extrajudiciales pasaron a ser de múltiple ocurrencia [ahora resulta que antes eran raras, y esta vez "ejecuciones extrajudiciales"] y saltaron a los espacios periodísticos, el Presidente y su ministro de Defensa tuvieron que poner la cara y capotear la situación. En un acto que fue elogiado por muchos, retiraron a 27 oficiales sin decir que eran responsables de los asesinatos pero insinuando que, de alguna manera, recaía sobre ellos una cierta culpabilidad por acción o por omisión.

Hubo discursos y regaños públicos. Mea culpa y órdenes perentorias de actuar siempre con ajuste a las normas del Derecho Humanitario. Pero, pasado el primer sacudón, ahora los altos funcionarios parecen haber repensado la situación y reconsiderado su posición. Las declaraciones del Primer Mandatario y del ministro Santos así lo indican. De la ausencia de apoyo a las víctimas [claro que si hubiera apoyo se diría que era interesado, y ¿por qué hemos de creerles que no había apoyo?], ya no jurídico ni económico, y ni siquiera emocional, se ha pasado al ataque: se están divulgando acusaciones sin fundamento contra los uniformados y el gobierno va a organizar la defensa de los mismos. El senador Galán habla sobre éste y otros temas del mismo espinoso asunto: las muertes fríamente programadas de chicos veinteañeros, a manos de militares de su misma edad [así, ahora son fríamente programadas y son cometidas por militares, pero para que no se note ahora no son mil ni casi mil, la preocupación para el caso varía].

Sigue la entrevista propiamente dicha:

Cecilia Orozco Tascón.- Se citan diversas fuentes cuando se habla de cifras de ejecuciones extrajudiciales ¿Cuáles son las que usted considera válidas?
Senador Juan Manuel Galán.- Hemos examinado las cifras de once años, periodo comprendido entre 1998 y 2009, con estadísticas de la Fiscalía y de una alianza de ONGs nacionales e internacionales. De acuerdo con esas fuentes, se presentaron de 1.500 a 2000 casos de ejecuciones extrajudiciales en Colombia. [De modo que todo lo que hay son estadísticas, que dependen de ONG y que se trata de "ejecuciones extrajudiciales". ¿Quién asegura que no se están contando las muertes en combate? ¿Qué pruebas hay de que las muertes son obra de agentes estatales? Lo cierto es que el senador se cuida de decir que las presuntas víctimas eran inocentes adolescentes y al final no hay ni pruebas de que se cometieron los crímenes ni menos de que se trataba de asesinatos de inocentes. Sencillamente, la periodista, el senador y la mafia que promueve la campaña cuentan con que la gente lee por encima y cree que algo tan grave se demuestra con cifras vagas aportadas por ONG que dan lugar a estadísticas.]

C.O.T.- Uno de los argumentos de defensa del gobierno consiste, precisamente, en afirmar que los falsos positivos se han presentando desde hace años y que no se les pueden adjudicar a esta administración.
[Pero ¿cómo que "defensa del gobierno"? ¿Cómo que "adjudicar"? ¿Cometió "el gobierno" alguno de estos crímenes? Se trata de una burda calumnia basada en el uso tendencioso del lenguaje: en el caso de que los crímenes realmente hayan ocurrido, y cada vez eso es más discutible, sobre todo pensando en la cantidad, ¿de qué modo va a ser culpa del gobierno?]
J.M.G.- Es cierto que la problemática de las ejecuciones extrajudiciales no es atribuible exclusivamente al gobierno Uribe pero el periodo de sus administraciones, que comienza en 2002, es el de mayor incremento en cantidad de falsos positivos por la presión tan fuerte que ha recibido la fuerza pública. La exigencia de la política de seguridad democrática sobre los militares para que den resultados, generó la dictadura del positivo. [Muy gracioso lo de "exclusivamente". Por tanto, sí es atribuible. ¿Qué es atribuible? El senador encarga a su jardinero de comprar cierta herramienta y al hacerlo el subalterno atropella a varias personas. ¿Es responsable el senador? El ánimo de calumniar llega a niveles cómicos: a nadie se le encargó matar inocentes. Si alguien lo hizo, deberá responder por un crimen atroz. Pero ese crimen se tiene que demostrar y no basta con las necesidades de promoción de un político inescrupuloso, que no vacila en traducir automáticamente la exigencia de resultados en crímenes atroces.]

C.O.T.- ¿Cómo se puede probar que la frecuencia de las ejecuciones aumentó en los dos gobiernos de Uribe?
J.M.G.- Por la comparación de las cifras que reporta la Fiscalía. En estos siete años se subieron, aceleradamente, los números y además, porque se estableció un patrón: el de conseguir jóvenes desarraigados o desplazados para atraerlos con ofertas de empleo lícito o ilícito. 24 ó 48 horas después, eran asesinados en el otro extremo de la geografía nacional. [De nuevo la calumnia apenas insinuada, y la mentira rampante: el uso del impersonal permite que el lector más adoctrinado atribuya tranquilamente los crímenes al gobierno, mientras que el manipulable cree que las cifras aumentaron porque se ofreció trabajo a esos jóvenes. ¿Alguien espera encontrar alguna cifra con sentido sobre cuántas personas fueron engañadas y asesinadas así? No, sólo seguirán haciendo insinuaciones calumniosas. ¿Alguien puede esperar que alguna vez en Colombia haya datos ciertos sobre muertes? No, las cifras son las que le dé la gana al "periodista" publicar, para lo cual consulta a las ONG.]

C.O.T.- El Presidente dijo la semana pasada en diversos foros que hay muchas “falsas acusaciones para afectar la política de seguridad democrática” ¿Usted terminó colaborando con quienes denuncian falsamente a los militares? [Sólo hace falta que el entrevistado diga que sí. Es la clase de preguntas que muestran la "entrevista" como una mera operación de propaganda.]
J.M.G.- Nuestra investigación se basó en cifras de la Fiscalía y en investigaciones del Cinep sobre casos que han sido reconocidos por la justicia. Es muy grave que el Presidente generalice las acusaciones y que sistemáticamente trate de asociar a los opositores con los enemigos de la fuerza pública. [Sólo hacía falta ese dato: ¡se basan en investigaciones del Cinep! Creo que me he excedido poniendo en duda tales datos. Como en Los viajes de Gulliver, la gente para reforzar la veracidad de algo decía "Haz de cuenta que se lo dice el señor Gulliver". Nada como demostrar algo con la garantía del Cinep. ¿Se entiende qué intenciones puede tener esta gente?]

C.O.T.- El Mandatario también dijo que hay el Estado debe crear un nuevo “sistema de defensa judicial para la fuerza pública” ¿Qué opina de que el Estado asuma como tal, la defensa de los denunciados?
J.M.G.- Indudablemente la guerra también es jurídica. Por eso fui ponente de un proyecto de ley con Nancy Patricia Gutiérrez para crear la defensoría de las Fuerzas Armadas para que tengan una adecuada defensa cuando se presenten casos injustos. Pero eso no quiere decir que la Fiscalía y la justicia ordinaria dejen de asumir la competencia cuando se presenten casos de violaciones de derechos humanos y del Derecho Humanitario. Esa es la recomendación de la ONU. La justicia penal militar ha sido mirada con suspicacia porque trata de desviar las investigaciones, de jugar con los términos y de evitar que haya condenas. Eso no puede pasar en este caso porque se trata de delitos de lesa humanidad.
[Aquí el entrevistado se sale por la tangente: como no puede corresponder a las expectativas de la "periodista", de que condene el apoyo judicial a los militares o policías juzgados, se pone a hablar de la justicia penal militar. ¿Quién habla de la justicia penal militar? Aunque es posible que las pausas de la entrevistadora, que en lo escrito se expresan con comas, lo hayan desconcertado. La defensa de los acusados es una gran contrariedad, con lo fácil que es condenarlos con cualquier "carretazo", con pruebas como las que aporta el senador Galán, etc.]

[...]

C.O.T.- Con ese panorama que usted pinta, parece improbable que el gobierno haya tomado medidas efectivas para impedir que se cometan más crímenes.
[Ésta es una pregunta bizarra: ¿está preguntando algo? No está afirmando, cosa que queda en el registro y que el entrevistado tiene que suavizar.]
J.M.G.- Me parece que el gobierno está en mora de presentar un proyecto de ley para tipificar el delito de ejecución extrajudicial, en la legislación interna. Otra medida debería ser la de crear un sistema de registro unificado para la recepción de denuncias porque hoy las víctimas no saben a quién acudir ni dónde denunciar. No se puede decir, simplemente, que este tema está resuelto porque no hay más denuncias. [Buenísimo: ¿cómo es que no van a la Fiscalía? Pero las ONG que tanto aportan estadísticas, ¿no querrían ayudarles? ¿Alguien ha oído hablar de un país en el que exista el delito de "ejecución extrajudicial"? ¿Y del de homicidio con objeto de tres puntas? Lo interesante es confirmar las afirmaciones de la entrevistadora, cosa que hace simplemente no desmintiéndolas, hablando de otra cosa.]

C.O.T.- ¿Diría usted que las ejecuciones extrajudiciales constituyen el germen que destruirá la política de seguridad democrática?
J.M.G.- Por lo menos está demostrado, por la experiencia que vivió Estados Unidos en la guerra de Vietnam, que medir resultados por bajas en combate no es el rasero adecuado para medir los resultados del Ejército. La gran lección es que la guerra se gana, ante todo, en el corazón y en la mente de la población y no solo en el campo de batalla. [Es lo que esperan, que la propaganda termine recuperando a las FARC y abriendo el camino a una negociación que les dé poder. No, no a las FARC sino a los que encargan estos trabajos "periodísticos".]

C.O.T.- ¿Es cierto que la presión internacional fue el factor definitivo para que se pusiera al descubierto lo que estaba pasando?
J.M.G.- Sí, es verdad. En los informes de derechos humanos de Naciones Unidas y de ONG europeas y norteamericanas, se llamaba la atención sistemáticamente sobre estos crímenes. Esos informes fueron los que más pesaron para que este fenómeno saliera a la superficie. Aquí había mucha incredulidad sobre tales denuncias pero cuando se encontraron las historias de carne y hueso, el país vio de frente la realidad y tuvo que admitirla. [Así ya no hay que ocuparse de cifras y los 1.500-2.000 jovencitos atraídos por falsos empleos ya quedaron registrados en la mente del lector.]

C.O.T.- ¿Por qué cree usted que el gobierno no le puso atención al tema? [Pero ¿cómo que no le puso atención al tema? Una vez enunciada una mentira, gracias a la autoridad de la letra impresa, pasa a convertirse en verdad.]
J.M.G.- Creo que estaba obnubilado por mostrar resultados en la materia para la cual los colombianos eligieron al Presidente, es decir, la recuperación de la seguridad frente a la amenaza que representaban las FARC. La presentación de esos resultados, también le permitía al gobierno justificar el enorme esfuerzo fiscal que ha hecho en el campo de la seguridad. Por último, había que mostrarle a Estados Unidos que el dinero del Plan Colombia, estaba bien invertido. [A ver: ya van casi dos mil jovencitos asesinados, ¿qué tienen que ver con la seguridad? Los militares en lugar de capturar secuestradores y masacradores se dedican a asesinar niños inocentes, ¡pero eso permite mostrar resultados en materia de seguridad! Por ejemplo cuando uno se siente inseguro en su barrio, no hace falta que los policías vigilen las calles, sino que cometan alguna atrocidad y dejen de vigilar, ¡así estará uno seguro! Parece que la mentira cansa y lleva a desbarrar. Y algunos analistas aseguran que la puntuación absurda forma parte de esa inconsistencia del argumento.]

C.O.T.- Ha podido verificar si el Gobierno y más específicamente el Ministerio de Defensa o las Fuerza Militares, han atendido de alguna manera a los familiares de las víctimas o por el contrario, los ven como ‘enemigos’?
J.M.G.- Lo más triste y dramático es que la Administración no ha tenido ningún contacto, programa de apoyo o acompañamiento a los familiares de las víctimas. Ni siquiera les habían puesto la cara, hasta cuando la citamos al debate de hace unos días en Soacha. Ésa fue la primera vez que el alto mando escuchó los testimonios de los familiares. [Yo creo que es porque nadie le ha llevado la lista de 2.000 bajas guerrilleras, que publica el mismo ejército, con las correspondientes pruebas de que eran personas del otro extremo del país que hasta uno o dos días antes vivían en sus localidades. De hecho, si existieran, ya el Cinep habría multiplicado los casos por 80.000.]

C.O.T.- ¿A qué aspiran los familiares de las víctimas?
J.M.G.- Ellos aspiran a que se reconozca que se cometieron esos crímenes. El gobierno tuvo que hacerlo a regañadientes, pero todavía no ha dado el paso definitivo de reconocerles a las víctimas su derecho a la justicia. La motivación que tuve para hacer la sesión de Soacha fue la de darles visibilidad ante los altos mandos, y la de mostrarles que son gente que existe y que está adolorida. A todos nos conmovió ese día en Soacha, una madre que dijo que la única persona que le había dado la mano, había sido el sepulturero cuando estaba desenterrando al hijo para que lo identificara. [Es curioso que entre tanta gente sólo salgan los de Soacha. ¿No serán los únicos que hay y no corresponderán a una situación excepcional? Yo no lo sé, lo que sí sé es que la señora Orozco y el senador mienten porque su "entrevista" es sólo propaganda inescrupulosa.]

C.O.T.- ¿Qué opina de que en medio de esta situación tan dramática, el Gobierno haya decidido eliminar del proyecto de ley para las víctimas, los casos de ejecuciones extrajudiciales?
J.M.G.- Es un pésimo mensaje interno con efectos internacionales. Negar que hay víctimas de agentes del Estado y desconocer su derecho a la dignidad, la justicia y la memoria, es profundizar el aislamiento de Colombia. [Otra acusación contra el gobierno sobre algo que los lectores desconocemos: pero el punto es seguir la estela marcada por Cepeda II, deslegitimar el Estado con falacias como "agentes estatales". Dentro de poco el Estado resultará contagiado de sida por alguna aventura de algún funcionario.]

C.O.T.- Hay un grupo de ultraderecha con gran poder en el país que ha sido abiertamente escudero de militares cuestionados por la justicia. ¿Cree que ese grupo va a permitir que se juzgue y sancione a los uniformados? [Aquí la propaganda se vuelve pura arenga universitaria: suponer que hay abusos contra los militares encausados es ser de "ultraderecha". ¿Quién va a dudar de la probidad de los jueces y del fiscal?]
J.M.G.- La legislación internacional tiene claramente definido que cuando un Estado no quiere o no puede juzgar los crímenes que se cometan en su territorio y que sean considerados como de lesa humanidad, se debe declarar la competencia de la jurisdicción penal internacional. No solo tendrán que dar la cara a esos escenarios internacionales quienes hayan cometido los crímenes sino también las personas que obstruyan las investigaciones, o impidan sus avances y resultados. [Ahora no sumarse al linchamiento de los militares, tarea más importante que las masacres, bombas y secuestros en la estrategia terrorista, resulta "obstruir las investigaciones" y será juzgado por la justicia internacional: aquella que no pierde nada favoreciendo el terrorismo en Colombia y recibe toda clase de presiones de ONG y demás.]

C.O.T.- Según sus indagaciones ¿Las ejecuciones extrajudiciales están en el ‘radar’ de la Corte Penal Internacional, y de otros organismos de derechos como la Comisión Interamericana?
J.M.G.- estoy convencido de que sí y creo que la tipificación del delito de lesa humanidad que ocurre cuando se comprueba la sistematización en los mismos, se da en este caso. El Estado colombiano y sus autoridades deberían pensar en facilitar la acción de la justicia para que no tengamos que pasar por la vergüenza ante el mundo de que la Corte Penal Internacional sea la que tenga que intervenir para que haya justicia en Colombia.
[Más basura propagandística: ahora la aceptación de sus calumnias y de sus cuentas trucadas se llama "justicia", y si no la hay en Colombia sólo es porque el gobierno no ha disuelto el ejército por denuncias sin nombres ni apellidos ni datos seguros.]

Hasta ahi lo relacionado con "falsos positivos". Para entender el problema de los 2.000 asesinados, desaparecidos hasta de la memoria, basta leer con atención el recuadro de abajo: son tantos los muchachos contratados en un extremo del país y asesinados en otro, que los tres casos que encuentran son bien discutibles.

Ejecuciones extrajudiciales recientes
En sus debates, el senador Galán insiste en que hay reportes verificables de tres nuevos casos de ejecuciones extrajudiciales. El primero de ellos sucedió el 26 de diciembre pasado. Militares habrían ejecutado a Arnobis Negrete, a quien posteriormente presentaron como integrante de una banda criminal, muerto en combate. Tenía 18 años y desapareció el 25 de diciembre cuando se encontraba en su casa, al sur de Montería. “Un muchacho llegó y conversó con él. Entonces, se cambió y se fue. No volvimos a saber de él”, relató un testigo. La muerte de Negrete se produjo un día después. El reporte oficial decía que era miembro de la banda de Don Mario. [¿Qué prueba hay de que no fuera de la banda de Don Mario y de que no muriera en combate? Es un ejemplo de la clase de pruebas que pueden aportar: sólo propaganda manipuladora dirigida a gente que no presta atención a los detalles. No les importa si el muchacho realmente fue asesinado por militares para presentar un positivo. ¡Les basta con que lo PARECE!]

El segundo caso es del 7 de enero de este año. María Concepción Rico se encontraba en su casa en zona rural de Meta, cuando pasaron unos guerrilleros. Detrás venía el Ejército persiguiéndolos. Los soldados empezaron a disparar indiscriminadamente y ella cayó herida. Según las denuncias, los uniformados trataron de ponerle prendas militares y armamento para reportarla como guerrillera dada de baja en combate. El tercer caso es del 14 de marzo. [En este caso, si es cierto lo que se dice, habrían tratado de presentar como guerrillera a una persona muerta por error. ¿Tenían la intención de matarla para obtener beneficios por el positivo? Es evidente que no, y si bien esas conductas son reprobables, cualquier persona honrada admitirá que no es como los otros dos mil. Definitivamente los mentirosos caen antes que los cojos. Pero tratándose de situaciones de ésas y de semejante pasquín y semejante periodista, cuya puntuación es indigna de la escuela Primaria, ¿no será lo más probable que la persona muerta efectivamente era guerrillera?]

Luis Arbey Díaz fue asesinado por un soldado en la vereda El Tapir de la Macarena (Meta). Díaz iba, de día, acompañado de su hijo menor por un camino de más de dos metros de ancho. Luis Arbey cayó muerto por impacto de bala y después se dijo que había sido un error militar. [A ver, ¿cuál es la diferencia entre "asesinado por un soldado" y "error militar"? ¿De qué remoto lugar llegó este hombre a esa vereda a su cita con la muerte? ¿Quién lo contrató? La verdad es que dentro de poco empezarán a sobornar militares para que cometan los asesinatos que la propaganda tanto necesita, porque los ejemplos que ponen no tienen relación con lo que denucian.]


Por Jaime Ruiz. Columnista de Atrabilioso.