martes, 31 de marzo de 2009

Los puentecitos

Comenzaré por reconocer que lo estético es subjetivo, ya lo dice el refrán “en cuestiones de gustos no hay disgustos”. También reconoceré que el ejercicio de la democracia participativa es complejo; no sólo porque implica socializar los proyectos (tarea que consume recursos, tiempo y energías) para que sean los demás quienes decidan, cuando lo normal es que quien gobierna desee hacerlo (para eso es el poder, dirá), sino porque algunos pretenderán revestirse de algún tipo de autoridad, académica por ejemplo, para imponerse.

Ese cuento de que “El alcalde somos todos” era bien difícil de creer. La democracia participativa deja a quien dirige en el simple (y aburrido) papel de conseguir los recursos y manejar la logística, más no la decisión. Pareciera –y así debe ser en la democracia participativa- como si se pasara de la posición de autoridad a la de mandadero de la comunidad.

Por eso reconocí y admire tanto el proceso de adquisición de muebles en una pequeña comunidad de barrio. Alguien se tomó el trabajo de hacer una preselección, y colocar a la vista de todos, una por una diferentes propuestas, mientras un tercero recogía comentarios. A la tercera muestra (pudo haber sido mas) se logró consenso entre quienes participaron. No hubo proselitismo, ni acción de grupos o bancadas: cada uno con bastante independencia expresó su opinión (a veces argumentada, a veces no) y listo.

¿Difícil? Claro, agotador. Pero se evitó la tan desagradable crítica de quienes no comparten las decisiones cuando son individuales y afectan a la comunidad.

Ahora pregunto, ¿se puede recurrir a la democracia participativa en todas las decisiones? Creo que no. Hay decisiones que son complejas, requieren formación académica, experiencia y arrojo; pero el que no puedan consensuarlas, deja en cabeza del dirigente (a menos que se sea irresponsable e insensible a la crítica) la enorme responsabilidad de acertar, porque una vez tomada la decisión, vendrán los resultados, y esos los juzgará inevitablemente el ciudadano.

Así las cosas, y después de la respuesta que provocó entre los vecinos del barrio de Manga la falta de información referente a las solicitudes de concesión de dos nuevas marinas en la avenida Miramar (hasta el Consejo Municipal se ocupó del tema) es inaudito que se cambie el diseño de los puentecitos del Paseo Peatonal de la avenida, sin consultar a los vecinos del sector, y a toda la comunidad del barrio. ¿Que pasó?

Que se sepa el Distrito no ha desarrollado aún un mecanismo de consulta que se pueda activar de manera rápida y económica (y eso que el alcalde somos todos), para mostrar un poco de respeto con los gobernados, y dar cumplimiento al slogan de la campaña. Se pudo construir un puente y mirar el resultado, o presentar varias opciones gráficamente, por ejemplo.

Se ha dicho acertadamente que lo que se levante a orillas de los cuerpos de agua debe ser lo mas transparente posible.

En lo personal me gustaban mas los puentecitos anteriores que estos de concreto que tapan la visual y no son compartibles con el ambiente, la madera sí. Otra posibilidad era colocar barandas transparentes como las que se observan en los balcones de los edificios modernos (altísimos y seguros) y en el muelle de La Bodeguita.

Por Miguel Yances Peña. Columnista de El Universal de Cartagena.

lunes, 30 de marzo de 2009

La canallada del secuestro

La última carta que enviaron las Farc como parte del intercambio epistolar con Colombianos por la paz es una canallada contra los secuestrados y contra el país. En ella, el grupo terrorista solo reconoce que tiene en su poder a nueve secuestrados, a los que descaradamente llama “retenidos por concepto de la ley 002”.

Más allá del término retenidos - un insulto para los secuestrados, para sus familias y para el país- el panfleto contiene elementos que suscitan repulsión y alarma.

Si los colombianos aceptáramos que las Farc tienen la opción de dictar leyes estaríamos reconociendo que el grupo terrorista es una fuerza beligerante que tiene el poder de un Estado en incubación y como tal, además de vigilar el cumplimiento de sus leyes, tiene la potestad de “retener” a ciudadanos que no las acaten.

Esta sola consideración debería ser inaceptable para toda la sociedad colombiana. Sin embargo, para Piedad Córdoba, el reconocimiento interno de beligerancia debe ser debatido por estar disfrazado de oficios de buena voluntad, de sacrificios por la liberación de los secuestrados y sobre todo, de intenciones maliciosas y perversas de diálogos y negociaciones para alcanzar una supuesta paz.

Los colombianos no podemos, bajo ninguna circunstancia, seguir el juego de los estamentos de cabildeo y mando de las Farc, que pretenden conseguir triunfos políticos a costa del sufrimiento de los secuestrados. Tampoco tiene presentación que aceptemos el manejo semántico y mentiroso del horror que sufren los secuestrados quienes son eso, secuestrados, y no retenidos o como los llaman algunos cómplices, rehenes o prisioneros de guerra en poder de las Farc.

Si todo lo anterior se acepta, nos someteríamos a las arbitrarias “leyes” de un grupo terrorista que busca generar presión internacional para conquistar sus objetivos. Con el engaño de una supuesta renuncia a una zona de despeje, las Farc se van directo al grano y sin mencionarlo, buscan conseguir el reconocimiento de fuerza beligerante… en esto, claro está, no hay inocentes que no saben lo que ocurre, sino cómplices entusiastas de las intenciones de las Farc y de sus socios nacionales y extranjeros.

De otro lado, en el mismo panfleto, las Farc aseguran que “las cifras oficiales insisten, a través de una campaña machacona, que las Farc tendrían en su poder a más de 3.800 retenidos por razones económicas”

Esto ya es una mentira llena de cinismo. Ningún pronunciamiento oficial ha señalado que el grupo terrorista tenga casi 4 mil secuestrados en su poder. En 2007 la fundación País Libre informaba sobre un total de
3.177 cautivos desde 1996. Es más: desde el principio se ha dado un debate sobre el número de secuestrados por las Farc, pues no hay precisión sobre quién mantiene en cautiverio a centenares de colombianos.

De hecho, las
estadísticas más actualizadas, que incluyen los secuestros cometidos en Colombia desde enero de 1996 a junio de 2008, hablan de 2.820 ciudadanos que permanecen secuestrados. En ese mismo periodo las Farc cometieron, según las mismas estadísticas, 6.902 plagios. Por ningún lado cuadran las cifras de las Farc.

En su momento, por cálculos estadísticos, sostuve que las Farc tenían más o menos
900 de los casi 3 mil ciudadanos que han sido secuestrados y permanecen cautivos desde 1996. A los pocos días el mismo gobierno anunció que la cifra se calculaba en cerca de 700 personas secuestradas por el grupo terrorista.

Sin embargo, las Farc tienen el cinismo de reconocer que si tienen en su poder a menos de 10 secuestrados por la arbitrariedad de una “ley” que nadie les ha dado el mandato de promulgar o defender. Claro que las Farc, de paso, reconocen otros 21 secuestrados, que son los 20 uniformados que tienen en sus campos de concentración… esos, así los llamen por conveniencia política “prisioneros de guerra”, son secuestrados en sus manos. El otro secuestrado es un cadáver: el del mayor Julián Ernesto Guevara.

Dicen las Farc: “Hemos consultado con todas nuestras estructuras político-militares desplegadas en el territorio nacional y podemos informar, que a la fecha, bajo responsabilidad de las Farc-EP, solo existen 9 retenidos por concepto de la ley 002.”

Lo anterior trae a la memoria el circo montado por Hugo Chávez para las primeras liberaciones unilaterales. Dijo el tirano venezolano que “las Farc NUNCA habían mentido” y unos momentos después aseguró que los terroristas entregarían a Consuelo González, Clara Rojas y a su hijo Emanuel.

En ese momento, la estructuras político-militares de las Farc le informaron a Chávez y a sus esbirros, que Emanuel estaba listo para ser liberado… ya todos sabemos lo confiable que resultó la información de las estructuras de las Farc y el ridículo mundial al que condujeron sus declaraciones.

¿Cómo puede creerse en la afirmación de los terroristas? Ya mintieron ante el mundo sobre los secuestrados, entonces ¿por qué ahora sería diferente?

No obstante, la aseveración de las Farc reviste una enorme gravedad: ¿si los familiares de los secuestrados han informado que fueron las Farc las que secuestraron a sus seres queridos, y que la información recogida indica que desde 1996 la organización criminal mantiene cautivos a cerca de 700 ciudadanos, quiere decir que las Farc asesinaron o no van a responder por un poco menos de 700 secuestrados?

Estamos entrando en una situación tan dolorosa como los hallazgos de las tropelías paramilitares: casi 700 colombianos –la última cifra oficial- entran, por un comunicado de las Farc, a formar parte de la lista de desaparecidos, ya no por razones políticas, sino por motivos económicos o, lo que es peor, por imposibilidades económicas para cumplir con las exigencias de las Farc.

Surge entonces la pregunta: ¿es eso lo que quiere debatir Piedad Córdoba? ¿Acaso la Senadora está poniendo en duda la palabra y el sufrimiento de más de 700 familias? Eso no es para debatir, es para motivar un rechazo enfático y contundente del que deberían hacer eco Colombianos por la paz.

AL CIERRE: Llama la atención la fecha en que fue escrita la última carta del intercambio epistolar:
28 de marzo. ¿Por qué? Es que la carta fue firmada “desde las montañas de Colombia” y si eso es cierto, pues la única posibilidad de transmisión es por correo electrónico. Los áulicos amigos de las Farc han peleado porque en los computadores de alias Raúl Reyes no existían correos electrónicos y aseguran que es imposible desde la selva, que este tipo de comunicación pueda darse… pero la carta de marras demuestra que no solo es posible sino que es una realidad.

Por Jaime Restrepo. Director de Atrabilioso.

viernes, 27 de marzo de 2009

Urge crear un nuevo sistema de Derechos Humanos

La crisis en la hermana república de Bolivia ha evidenciado la manipulación de la realidad por parte de aquellos gobiernos que pertenecen al Foro de Sao Paulo o que son cómplices sus maniobras políticas. Lo ocurrido con el prefecto de Pando, Leopoldo Fernández, no es distinto a lo que viene sucediendo en Argentina, Brasil, Chile, Paraguay y Uruguay:

Primero, se crea un escenario internacional de victimización de un sector. Segundo, Se instrumenta la justicia con un fin ideológico. Y tercero, se inicia una persecución con encarcelamiento en medio del escarnio público.

En este macabro guión intervienen actores derrotados en la guerrillas sangrientas de los 60/70, disfrazados hoy de diplomáticos, intelectuales, luchadores sociales demócratas, como ha sido el caso del argentino Mattarollo.

El mismo escenario se viene repitiendo a partir de la creación de una nueva “historia oficial” que sustenta la izquierda revolucionaria, según la cual los victimarios de ayer pasan a ser las víctimas de hoy. Así hemos visto en nuestros países violar preceptos constitucionales en nombre de los DDHH, como eso de juzgar hechos del pasado con leyes posteriores a los mismos sucesos; suprimiendo otras veces no sólo leyes sino también los efectos de las mismas, a fin de llevar a la cárcel, empleando testigos falsos, a militares, docentes y sacerdotes. La política que emplean es la “continuación de la guerra por otros medios“, invirtiendo así la definición de la guerra de Carl Von Clausewitz.

La violación constante del derecho con fines ideológicos hoy ya no sólo es usada para perseguir a quienes los vencieron ayer en el campo de batalla, sino también para violentar el resto de las leyes según les convenga a sus fines de acrecentar poder. En Argentina lo acaban de hacer con las jubilaciones privadas sin que la justicia actuara ante semejante atentado contra la propiedad privada.

Esa misma justicia es la que juzga el pasado y el presente de nuestra república. En Uruguay, donde el gobierno se jacta de “la seguridad jurídica”, no sólo se ha procedido en medio de montajes jurídicos y escarnio público, contra militares y civiles que actuaron contra la sedición cumpliendo órdenes, sino que además se han extraditado tres oficiales a Chile -dos de ellos en actividad- a pesar de que estos oficiales habían sido absueltos por los tribunales uruguayos, en relación con la muerte de un ciudadano chileno, ocurrida durante el período democrático.

En todos estos manejos hay odio ideológico, rencor y la búsqueda de indemnizaciones. En mi país ya se han pagado US$ 2.500.000.000 a pesar de las repetidas crisis que venimos padeciendo por el mal manejo de los fondos públicos. En Chile es público un escándalo que acaba de suceder en este sentido.

Frente a esta situación propongo que la recién fundada confederación de organizaciones no gubernamentales UnoAmérica promueva la creación de una comisión permanente que defienda los DDHH (derechos humanos) en toda la amplitud del término, que están siendo pisoteados en nuestras naciones.

Es de vital importancia que esta iniciativa carezca de sesgos ideológicos, ya que ver este problema desde la derecha o desde la izquierda es verlo con un solo ojo. De igual forma, propongo que se elabore un informe de la situación jurídica y trato que se les da a los prisioneros políticos.

Finalmente, es necesario vigilar la discriminación, pobreza y ausencia de derechos humanos que sufre toda la población en general, que está sometida por gobiernos populistas que se jactan de asegurar el bienestar general del pueblo.

Por Patricio Videla Balaguer. Directivo de Fuerza Solidaria Argentina y delegado de UnoAmérica

jueves, 26 de marzo de 2009

Condenas que reivindican a las Farc

Llegó a mis manos una carta abierta escrita por el grupo Colombia soy yo, promotor de la más impresionante marcha contra las Farc en la historia del país.

Al leerla se entienden los motivos para que ese grupo, con buenas intenciones, no hubiese sido capaz de capitalizar el caudal político que conquistaron en su momento y que desperdiciaron al tratar de complacer a unos y otros y respaldar la fatídica marcha del 6 de marzo en favor de las Farc.

La carta abierta, dirigida a la Coordinadora Continental Bolivariana dice lo siguiente:

No existe ninguna excusa para validar el uso de las armas como medio para llegar al poder. Cualquier organización que en Latinoamérica apruebe la 'lucha armada', o pretenda legitimar el uso de las armas por parte de grupos armados ilegales, atenta contra la democracia, irrespeta a las ciudadanas y ciudadanos legítimos actores de la construcción de su desarrollo.

¿Entonces no atenta contra la democracia una organización europea o estadounidense que legitime el uso de las armas por parte de grupos armados ilegales? Hay que partir de un hecho evidente: la Coordinadora Continental Bolivariana es un apéndice de las Farc. En ella han tenido asiento, voz y voto los terroristas desde su creación que se concretó en la zona de despeje de San Vicente del Caguán.

Así las cosas, cuando los integrantes del movimiento Colombia soy yo deciden cruzar correspondencia con la CCB, en la práctica están realizando un intercambio epistolar con uno de los frentes de las Farc, uno de los más activos además, lo que genera ya una similitud en las formas con respecto a los caguaneros de Colombianos por la paz.

Como colombianas y colombianos nos sentimos indignados al observar que en ciertas esferas de la comunidad internacional se dan acciones como éstas, donde alaban, honran y exaltan la memoria y las acciones de personas que han atentado contra la sociedad civil, que han violado los derechos humanos, que han usurpado la 'lucha del pueblo' buscando solo intereses personales y/o continuar con sus negocios ilícitos como sucede ahora con las Farc.

Resulta sumamente grave que el movimiento Colombia soy yo decida otorgarle la categoría de "esfera de la comunidad internacional" a una facción de las Farc que trabaja en el ámbito externo para concretar algunas acciones ordenadas desde la mafia del Foro de Sao Paulo. Si los integrantes de Colombia soy yo le hubiesen dedicado un minuto a averiguar qué es la CCB, hubiesen encontrado que es perfectamente lógico que alaben, honren y exalten la memoria de su creador y fundador 'Tirofijo'. Es evidente que pedirle a la CCB que no le rinda un homenaje a 'Manuel Marulanda Vélez' es lo mismo que exigirle a las Farc que no pongan una o dos bombas para conmemorar la muerte (¿en combate?) del funesto mediocre que lideró a las Farc por más de 40 años.

Manuel Marulanda no lucho por el pueblo. Cualquier 'espíritu' revolucionario que hubiera tenido en algún momento de su vida, cualquier interés en reivindicar los derechos de las poblaciones vulnerables se desvió totalmente, porque en los últimos años las Farc, con él como líder a la cabeza, le han demostrado a Colombia y al mundo, que su interés es el lucro con el narcotráfico y que para mantener su negocio no les importa vulnerar y violar los derechos de toda la población civil.

En la carta se encuentra además una justificación a favor de las Farc: "Cualquier 'espíritu' revolucionario que hubiera tenido en algún momento de su vida (...) se desvió totalmente". Así las cosas, dejan abierta la posibilidad de que 'Tirofijo' si hubiera tenido la intención de reivindicar los derechos de las poblaciones vulnerables al principio de sus tropelías, lo que se constituye en un homenaje mucho más ruin que las celebraciones que realizará la CCB en el barrio 23 de enero de Caracas: el muchacho tenía ideales y buenas intenciones, pero se perdió en el camino, algo así como un Robin Hood que terminó como el sheriff de Nottingham.

Entrar en esa discusión es complejo: ¿quién puede saber las intenciones de 'Tirofijo'? Solo se sabe, por algunos libros y entrevistas antiquísimas, que el monstruoso cabecilla de las Farc pudo comenzar su accionar criminal por el robo de unos marranos o para recuperar una finca. También está el móvil de la venganza por cuestiones de tierra, pero en ningún caso aparece el "gran" 'Tirofijo', ni siquiera en sus testimonios, como el adalid de la lucha por los derechos de alguien distinto a él mismo y a su séquito.

De la misma forma en que lo hemos hecho en dos movilizaciones mundiales durante este año, el 4F y el 20 de julio, seguiremos exigiéndole a las Farc la liberación de todas las personas que tienen cautivas y el cese inmediato de todas las acciones en contra de la población civil.

Y continúan las justificaciones a las Farc: ¿Cómo es posible que hablen de cautivos y no de SECUESTRADOS? Mantener a alguien cautivo implica cierta autoridad para privar de la libertad a un individuo y señalar que las Farc tienen en su poder a unos "cautivos" es otorgarles el estatus de autoridad, que muchos le otorgan gracias a la extorsión y al cinismo de aquellas leyes promulgadas desde la zona de distensión. Resulta inmoral que un grupo que se proclama al final como promotor de "una Colombia sin Farc", termine ocultando la dimensión del problema del secuestro, matizándolo con semántica pro-farc como eso de cautivos: hubiese sido mejor que hablaran de los prisioneros de guerra o de los retenidos en poder de las Farc por no pagar los "impuestos" que cobra el grupo terrorista.

Más atroz aún es leer que los integrantes de Colombia soy yo hablan de la población civil como víctima de las Farc y no le dedican ni una palabra a los militares y policías que han sido asesinados, torturados y desaparecidos por el grupo terrorista. En el fondo lo que están manifestando es que se justifica el asesinato de uniformados (eso no despierta ninguna indignación según Colombia soy yo) pero repudian la violación de los derechos de los civiles. ¿Es que los militares y policías no son seres humanos que merecen el respeto de sus derechos?

Exigimos a TODA la comunidad internacional el respeto a nuestra representatividad como sociedad civil colombiana y reprobamos que las Farc y/o cualquiera de sus integrantes sea reconocido y/o exaltado como 'héroe' revolucionario.

Ahora somos nosotras y nosotros quienes nos hacemos sentir, ver y escuchar. A todas y todos los miembros de ese grupo armado ilegal les exigimos hacer realidad nuestro mandato: Una Colombia Sin Farc.

Si ese era su mandato ¿por qué respaldaron la marcha del 6 de marzo? Colombia soy yo fracasó por ese equilibrismo absurdo de quererse mantener en un punto en el que no existe un compromiso claro contra aquellos que han destruido al país. Por eso perdieron el capital que recaudaron y por eso mismo están condenados a ser solo el recuerdo de una buena intención que se forjó en Facebook... nada más.

Por Jaime Restrepo. Director de Atrabilioso.

miércoles, 25 de marzo de 2009

Verdad, justicia y reparación

Durante el primer gobierno de Uribe se consiguió desmovilizar a las AUC, terrible organización criminal que ensangrentó buena parte del país y que desgraciadamente contó con el respaldo de mucha gente a causa de la indefensión en que la dejó el avance de las guerrillas comunistas, que se traducía en toda clase de atrocidades y sufrimientos para la gente de esas regiones.

En ese avance fue determinante la complicidad de diversos grupos que habían monopolizado el poder estatal en las décadas precedentes. Lo curioso es que la existencia de la banda de los Castaño y Mancuso era una necesidad imperiosa para esos grupos, pues les servía para justificar la actividad de sus fuerzas de choque. Se trataba de dar alguna legitimidad a las guerrillas en el exterior. A toda costa intentaron impedir esa desmovilización, y el último recurso que encontraron fue intentar disuadir a los "paramilitares" de desistir de sus crímenes exigiendo que las víctimas tuvieran verdad, justicia y reparación.

Sin el menor rubor esas mismas personas insistían en que respecto de la guerrilla era necesaria una negociación que condujera a una redefinición del país. Ésa era la doctrina de la gran prensa y de toda la clase intelectual durante las décadas en que las fuerzas de choque de la izquierda avanzaban. A medida que el gobierno de Uribe ha conseguido debilitar el poder de esas organizaciones criminales, la exigencia de negociación y reconocimiento sólo es bandera de los más extremistas.

Bueno, también de poderes fácticos que son, como bien señaló en una ocasión el presidente Uribe, el último refugio del terrorismo: la Corte Suprema de Justicia y diversas redes infiltradas en entidades como la Fiscalía, la Procuraduría y otras entidades públicas.

El retroceso de las guerrillas en los últimos años ha forzado a esas mafias a poner la cara para tratar de destruir al gobierno que debilita a la fuerza de choque. Dado que ya no es posible lanzar cilindros contra pueblos, el último recurso es explotar al máximo el cautiverio de quienes siguen en manos de los terroristas, cosa en la que se empeñó la alcaldía del señor Garzón, gastando cantidades ingentes de dinero de los bogotanos en esas campañas, y últimamente el diario El Tiempo, explotando la imagen de los policías y militares secuestrados. Sí, el mismo en el que una noticia como ésta sencillamente no ha aparecido.

El objetivo de esas campañas es devolver a las FARC su capacidad de asesinar y secuestrar. Lo demuestra la conjura liderada por la senadora Piedad Córdoba que busca establecer un diálogo entre las FARC y sus valedores urbanos para forzar al gobierno a intercambiar secuestrados por terroristas, y que fue bautizada por las FARC como "Colombianos por la Paz".

Pero en Colombia hay una "verdad" oficial que es lo único que se puede publicar en la prensa y que admiten los individuos que aspiran a puestos de poder: ¿cuántas veces no se encuentra uno con personas que se escandalizan de oír que el llamado Polo Democrático es sencillamente lo mismo que las FARC pero con una misión diferente, como la oficina de una industria cárnica es distinta a la planta de producción y sus empleados no se manchan de sangre? Quien señale algo tan evidente como eso es objeto de burlas y desprecio.

Pero ya se sabe que los hechos son tozudos: muchos guerrilleros presos han decidido unirse a la campaña de la ONG Manos por la Paz a fin de desistir de sus antiguas actividades y entrar en un proceso de reinserción en la sociedad. Algunos de esos guerrilleros han empezado a hablar de lo que ocurre en las guerrillas y de las diversas complicidades que esas bandas tienen en toda la sociedad.

Eso explica la desesperación de los promotores del terrorismo a causa de la excarcelación de los ex guerrilleros Karina y Olivo Saldaña: ¡a las guerrillas había que premiarlas y darles los puestos públicos, pero eso a los jefes, a ellos y sus amigos, no faltaría más sino dejar libres a los peones! Es difícil describir un cinismo mayor. Pero ésa fue la reacción de Claudia López y de León Valencia.

Este escrito es ante todo un llamado a escuchar las declaraciones de Olivo Saldaña, en las que un guerrillero cuenta lo que conoce: exactamente lo que hemos estado diciendo desde hace años, que la llamada izquierda democrática trabaja de consuno con las FARC, que el PDA saca provecho de las actividades de los terroristas, que los Colombianos por la Paz, como señalé antes, sólo buscan devolver combatientes a las FARC. Cosas que sabe cualquier persona que conozca a los comunistas pero que para el resto de colombianos, adormecidos por las mentiras de los medios, parecen quedar ocultas.

Dice Olivo Saldaña que hay cientos de guerrilleros que podrían decir muchas cosas sobre la forma en que operan las FARC: ¿no es hora de que los ciudadanos colombianos las conozcan? Es obvio que todos los que han prosperado en la complicidad con los criminales tengan miedo de que se sepa cómo operan y de qué modo hay tantos cómplices dedicados a tapar esas relaciones, pero ¿qué les pasa a los demás?

Es demasiado optimista pensar que los millones de víctimas de las guerrillas comunistas van a encontrar reparación. Tampoco que vaya a haber justicia, pues el poder judicial en Colombia está en manos de los socios del terrorismo (el que lo dude puede enterarse de lo que ha ocurrido con las investigaciones de las "farc-política" o sobre la tranquila impunidad de alguien como Gloria Cuartas). Pero ¿no debería al menos el gobierno procurar que esas verdades que tantos guerrilleros quieren contar sean conocidas por todos?

Ojalá hubiera energía en los ciudadanos para exigir eso al gobierno. Puede que la caterva de malhechores que dirigen la Corte Suprema de Justicia queden impunes y sigan promoviendo y premiando toda clase de crímenes, pero sería distinto que la gente conociera el interior de la vasta conjura asesina.
Por Jaime Ruiz. Columnista de Atrabilioso.

martes, 24 de marzo de 2009

Políticos al desnudo

En este maremágnum de revelaciones y acusaciones en que se debate el país, ya es imposible saber quienes sí y quienes no.

La estrategia está en capturar a uno, no importa cuál, acusarlo y ofrecerle beneficios, para que “vomite” todo lo que sabe y mucho más, con lo cual casi inevitablemente termina desnudando prestantes figuras de la política nacional. Ha sucedido con maleantes, mafiosos, narcotraficantes, autodefensas, guerrilleros y lavadores de dinero, entre otros.

La de quienes delinquen, es involucrar en sus actividades, por un lado a los políticos para obtener impunidad, y estos ávidos como están de poder y de dinero, creyendo que estas cosas se pueden ocultar como en la época de Pablo, continúan cayendo en la celada. Y por el otro, actuar de benefactores sociales, con el fin de obtener protección popular.

Pablo Escobar fue muerto mientras escapaba del acoso de la policía (había dicho que prefería una tumba en Colombia que una cárcel en los EUA) pero protegido por la población. Era otra época: a los delincuentes no se les creía. Aun así la urgencia de matarlo era alta, pues son los que más saben. Su muerte sirvió para expiar en él culpas ajenas.

Después de Pablo, el país pareció inmaculado, y muchos políticos descansaron tranquilos, aunque el negocio con sus tentaciones siguió prosperando y corrompiendo. La época de los Rodríguez Orejuela, con la política de los sapos y el proceso 8000, marcó la diferencia.

Siguieron los hermanos Castaño que también debieron llevarse muchos secretos a la tumba, luego Mancuso, y el resto de cabecillas, que con sus confesiones tienen a muchos políticos en la cárcel y a otros investigados. Y el caso más reciente, el de Murcia, a quien se le acusa de captación no autorizada de dinero, estafa y lavado de dólares.

A simple vista parece que se trata de una habilidosa forma de producir riqueza sin infringir la ley, y la gente no se siente estafada sino beneficiada; pero también podría ser -habrá que probarlo- una de socializar los dineros producto del narcotráfico.

No obstante, condenado a priori por los medios de comunicación, y pedido en extradición por los EUA, ahora han salido en busca de los políticos que se relacionaron con él. Entre ellos el Alcalde de Bogotá, que en entrevista con La W fundamentó la defensa –bastante descompuesto por cierto- en que no habían ingresado dineros a la campaña (como si ese fuera el delito) mas no en que no habían sido recibidos. Posiblemente cosas del aturdimiento -ya se sabrá- por el acoso periodístico.

Es que nuestros políticos están metidos en todo (si no son dineros públicos son del narcotráfico) y no se sabe si es que los daña el sistema, o si solamente los dañados logran destacarse. Pero sea lo que sea, sólo los gringos podrán ayudarnos a salir de esta.

Así las cosas, el Plan Colombia –explicación de este maremágnum- no es el que genera nuestra dependencia, si no lo inverso: fue nuestra dependencia (y nuestra incapacidad para gobernarnos) lo que permitió implantarlo. Por lo tanto se equivoca el vice, cuando habla de desmontarlo, porque perderíamos recursos que van en parte a la inversión social sin ganar autonomía. Pudo haber dicho “ganar autonomía aun a expensas del Plan Colombia” y habría generado debate. Como lo hizo sólo rechazo.

Por Miguel Yances Peña. Columnista de El Universal de Cartagena.
myances@msn.com

lunes, 23 de marzo de 2009

El cinismo de los amigos ecuatorianos de las Farc

Ha pasado un año desde el ataque al campamento de ‘Raúl Reyes’. En este tiempo hemos escuchado todo tipo de groserías por parte de Rafael Correa, quien, con inusitada frecuencia, ha acusado al gobierno colombiano de mentir.

Ahora un desmovilizado abre un nuevo frente de controversia al confesar que el frente 48 de las Farc no solo opera desde Ecuador, sino que sus cabecillas mantienen estrechos vínculos con altos oficiales del ejército de ese país.

Solo era cuestión de tiempo, más o menos un año, para que quedaran en evidencia los verdaderos mentirosos de la historia. Después de la captura y procesamiento judicial del Viceministro de seguridad José Ignacio Chauvín por sus declarados nexos con las Farc, otro cercano colaborador de Correa, Gustavo Larrea, reconoció que había mentido y que efectivamente había sostenido una reunión con el terrorista alias ‘Raúl Reyes’.

Esto les demuestra a los que creen en la propaganda de las Farc, que la información de las reuniones de Chauvín y Larrea no fueron elucubraciones del gobierno colombiano. Todos los implicados en esos aparatos han gritado al unísono que los computadores son un invento, una cajita mágica en la que incluyen cualquier información sobre la gente que resulta incómoda para los intereses del gobierno nacional. No obstante, los hechos y las confesiones de sus propios protagonistas están ratificando la información que estaba en esos computadores, pese al burdo intento de los amigos de las Farc, incluida la Corte Suprema de Justicia de Colombia, de restarle veracidad a la información.

A la camarilla de Correa ya le ha tocado reconocer, con los dientes apretados, que esos “inventos” de los computadores de ‘Raúl Reyes’ son verídicos y que son los amigos del terrorismo (ecuatorianos, venezolanos y colombianos) los que han mentido descaradamente: el video así lo demuestra.


Por Jaime Restrepo. Director de Atrabilioso.

viernes, 20 de marzo de 2009

¿Por qué el PSUV cuestiona los resultados en El Salvador?

Pese al triunfo de Mauricio Funes, los dirigentes del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) están molestos con los resultados de las elecciones presidenciales en El Salvador. Algunos aseguraron a Venezolana de Televisión, la propia noche de los comicios y al día siguiente, que hubo un fraude masivo.

“Nosotros calculamos que este fraude que le hicieron al Frente Farabundo Martí (FMLN), en la trampa electoral, se llevaron 15 puntos por diversos mecanismos. Hubo que ganar por 20 puntos reales para que reconocieran 2 puntos”, dijo el ex alcalde Freddy Bernal a la moderadora de Dando y Dando, el 16 de marzo en la noche.

Por su parte, el ex ministro Aristóbulo Istúriz aseguró que el FMLN ganó con 20 puntos de diferencia: “Los exit polls, yo te decía que eran sesenta a cuarenta, mas o menos… Se decía que había más de 40 mil personas que entraron por las fronteras de los países vecinos, con doble cédula”.

Surge la interrogante, si ganó el favorito de Chávez ¿Por qué los chavistas no están celebrando? ¿Por qué están tan insatisfechos?

Su molestia se debe a que hace apenas siete meses, el FMLN llevaba casi 20 puntos de ventaja por encima del partido Alianza Republicana Nacionalista (ARENA). Pero cuando ARENA orientó su campaña a señalar los vínculos entre Chávez y el FMLN, la ventaja fue reduciéndose progresivamente, hasta producir el resultado final: una victoria pírrica de apenas 3 por ciento.

La conclusión es evidente: pese al triunfo de Funes, la alianza con Chávez le ocasionó un tremendo daño, como pasó antes con Ollanta Humala (Perú) y López Obrador (México). El FMLN pudo ganar única y exclusivamente por el desgaste de 20 años de gobierno de ARENA, y no porque la gente quiera a Chávez o al Socialismo del Siglo XXI.

Los chavistas se vieron obligados a inventar la tesis del fraude –¡Aún habiendo ganado! – para encubrir el tremendo rechazo que Chávez despierta en los pueblos latinoamericanos.

Aunque hará todo lo posible por lograrlo, a Funes le será difícil reproducir el mismo esquema chavista, justamente porque –debido a los señalamientos que se le hicieron durante la campaña electoral– todos sospechan de sus verdaderas intenciones.

El caso salvadoreño demuestra que los pueblos latinoamericanos quieren un cambio, debido a las condiciones de pobreza y de miseria en que viven. Pero también demuestra el rechazo que sienten hacia los modelos totalitarios como el de Chávez.

¡Ánimo salvadoreños! ¡La lucha apenas comienza!

El reñido triunfo obtenido por el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) es la consecuencia, no de su propuesta, sino del desgaste de veinte años de gobierno en manos de un mismo partido. El pueblo salvadoreño quiso un cambio –como ocurrió en Venezuela hace diez años– sin percatarse que cambiar no necesariamente significa mejoría, sino –como se verá muy pronto– un empeoramiento de su situación.

Afortunadamente, no se desató la violencia, como seguramente hubiese ocurrido con una derrota del FMLN, que había amenazado con desconocer cualquier resultado adverso. Por su parte, Alianza Republicana Nacionalista (ARENA) reafirmó su vocación democrática, sometiéndose a la voluntad popular, a pesar de las falsas acusaciones sobre un posible fraude electoral.

Durante los últimos meses, Mauricio Funes aseguró repetidas veces que su propuesta nada tenía que ver con la de Chávez, y que había una “campaña del miedo”, para vincularlo con el dictador venezolano. Sin embargo, la misma noche de las elecciones, los dirigentes del FMLN, José Luis Merino y Orestes Ortez, se quitaron la careta, refiriéndose a Hugo Chávez como el “nuevo Bolívar de América Latina”, a través de una entrevista concedida al canal del Estado venezolano.

Hay varios aspectos positivos que vale la pena destacar:

Primero, el señalamiento público y constante de los vínculos entre Chávez y el FMLN, impedirá que Funes pueda repetir fácilmente el esquema seguido por Chávez, Morales y Correa. El pueblo y los sectores democráticos estarán atentos y vigilantes, para impedir que en El Salvador se conculquen las libertades, como ha ocurrido en Venezuela, Bolivia y Ecuador.

Segundo, la crisis económica mundial, que ya ha golpeado duramente la capacidad del gobierno venezolano para exportar su revolución, también afectará la gestión de Funes, quien deberá concentrar sus esfuerzos en responder a las exigencias concretas del pueblo salvadoreño. Esta realidad le restará capacidad de maniobra para imponer su agenda política.

Tercero, las organizaciones democráticas de El Salvador, se verán obligadas a reorganizar sus fuerzas y a repensar su propuesta, a fin de ofrecerle al pueblo una solución definitiva a sus problemas, basada en un renacimiento moral, económico y cultural.

Si bien es cierto que el triunfo del FMLN constituye una tragedia para toda Centro América, también es cierto que las dificultades –como las que se avecinan para El Salvador– despiertan reacciones positivas y fuerzas benéficas, que sirven para purificar y engrandecer a las naciones.

En lo inmediato, los salvadoreños deberán luchar para evitar que el FMLN convoque a una Asamblea Constituyente, paso previo para controlar los poderes públicos, permitir la reelección indefinida, y perseguir a opositores y medios de comunicación.

La Unión de Organizaciones Democráticas de América – UnoAmérica, estará siempre presente, para colaborar con la defensa del estado de Derecho, las libertades y la justicia en El Salvador. Ofrecemos al pueblo salvadoreño una mano amiga, junto con nuestras palabras de esperanza y aliento.

Por Alejandro Peña Esclusa. Columnista de Atrabilioso. Presidente de UNOAMÉRICA.

jueves, 19 de marzo de 2009

El referendo de Gustavo Moncayo, el caminante por las Farc

Los colombianos somos dados a conmovernos: asesinaron a once diputados y a los pocos días, miles estábamos en las calles pidiendo la libertad de los secuestrados y la mayoría la exigía al costo que fuera.

Algo parecido ocurre con el profesor Gustavo Moncayo: conmueven tanto su rostro y su persistencia en caminar –y ahora navegar- por la liberación de su hijo, que la gente sale conmovida a las carreteras a saludarlo con una bandera en la mano y a darle voces de aliento. Y cuando llega a las ciudades y pueblos, el campamento de Moncayo se convierte en un santuario de peregrinación de los conmovidos ciudadanos que quieren ver al profesor, así sea de lejos.

Él sabe que
conmueve. También lo saben los Colombianos por la paz y desde luego las Farc. Por eso, el antiguo caminante y ahora navegante por la “paz” decidió recolectar firmas para convocar un referendo que le exija al gobierno hacer el intercambio “humanitario”.

Después de su participación en el circo de la liberación de Alan Jara, Sigifredo López y de los uniformados que llevaban varios años secuestrados por las Farc, Moncayo aprovechó la cobertura mediática para anunciar que emprendería un recorrido por el río Magdalena.

Sería una más de las travesías del distinguido miembro de Fecode si no fuera por el propósito que persigue: convocar un referendo para que el pueblo le ordene al gobierno que “autorice” el canje de secuestrados por guerrilleros presos y condenados.

La palabra autorizar es tan genérica que incluso aparenta un buen propósito. Sin embargo, son los recovecos de la autorización del canje los que deben preocupar a los colombianos.

¿Qué es lo que la gente está firmando? Ni más ni menos que el golpe de gracia contra la política de Seguridad Democrática y la apertura de una peligrosa puerta para que las Farc sean premiadas por sus crímenes “altruistas”.

Para que se realice el intercambio se requiere de la negociación y esto solo ocurrirá, según las Farc, en una zona segura. Posteriormente las dos partes deben llegar a un acuerdo para ponerle fin al secuestro de más de 20 colombianos. Y ahí está una de las trampas: si se le ordena al gobierno autorizar el intercambio, no tendrá otra opción que ceder a cualquier tipo de exigencia que plantee el grupo terrorista en las obligadas negociaciones.

En el hipotético caso en que el fecodista Moncayo recaudara las firmas necesarias, que finalmente el Congreso aprobara la convocatoria a ese referendo, y que obtuviera un contundente respaldo popular, la orden al gobierno sería simplemente claudicar ante las exigencias de las Farc y de sus patronos.

Básicamente, por orden del constituyente primario, el gobierno tendría que despejar el territorio que las Farc decidan (no solo Pradera y Florida como hasta ahora), sino los departamentos que el grupo terrorista considere necesarios para su “seguridad”.

De igual forma, el gobierno deberá renunciar a la exigencia de que los guerrilleros canjeados dejen de delinquir, pues las Farc consideran ese como uno de los puntos inamovibles y el propio Gustavo Moncayo expresó su desacuerdo con esa exigencia gubernamental.

Así mismo, las Farc podrían dilatar las conversaciones al mejor estilo de San Vicente del Caguán, pues la orden del aprobado referendo sería que el gobierno haga todas las concesiones necesarias en aras de que supuestamente liberen a un puñado de secuestrados.

Otro aspecto que sería aprobado en ese referendo es que las Farc pueden cometer cualquier tipo de acciones terroristas, crímenes de lesa humanidad, desplazamientos, masacres y ataques contra la infraestructura nacional, pues si el gobierno tiene que cumplir la orden de autorizar el canje, tendría que hacerlo en cualquier escenario y con las condiciones que las Farc determinen.

En ningún caso los representantes del Estado podrían pararse de la mesa, así las Farc cumplan con el sueño de muchos años de destruir la ciudad de Villavicencio. Sencillamente los negociadores gubernamentales tendrían que permanecer frente a los terroristas, saciando las ambiciones de las Farc y de sus mandos en un sainete que muchos elogiarán como la solución política y negociada al conflicto.

Esto significa que las Farc podrían recrudecer su accionar terrorista al máximo y eso no podría ser considerado como obstáculo por el gobierno. En otras palabras: volveríamos a una supuesta negociación en medio de la confrontación militar, al mejor estilo del Caguán pastranista.

¿Y si las Farc exigen que se convoquen asambleas constituyentes departamentales, como lo expuso Petro hace un par de años, para estructurar una nueva Constitución? El gobierno no tendría otro camino que hacerlo.

¿Y si las Farc deciden que se instale un gobierno de transición, como lo propuso Piedad Córdoba, en el que ellos tengan la mayoría? No habrá otra salida: quien esté en el gobierno tendrá que hacer un empalme con las Farc y el chavismo, no por la vía democrática, sino por la imposición de una ciudadanía enceguecida que se conmovió tanto con Moncayo y con los secuestrados, que decidieron firmar y votar la entrega del país y de sus vidas a las Farc.

Por lo pronto, esta es solo la descripción del peor escenario que podría presentarse en Colombia por cuenta de los servidores, caminantes y navegantes por las Farc. Lo que no puede ocurrir es que, por descuido, se salgan con la suya y de golpe nos encontremos sometidos a los caguaneros y a las Farc. Basta con mirar al vecino petrolero para darse cuenta de lo grave que sería subestimar a los “promotores de la paz”.

Por Jaime Restrepo. Director de Atrabilioso.

miércoles, 18 de marzo de 2009

¿Se impondrá la mafia unida?

Las mafias de traficantes de drogas ilegales y el comunismo prosperaron en Colombia entreverados y compartieron vivero: las facultades de Derecho. Los profesores marxistas deslegitimaban las instituciones y eso servía para alentar las ambiciones de los educandos, que perdían todo freno moral a su ascenso. La hegemonía del sindicato comunista Asonal Judicial entre los jueces y fiscales ocurría exactamente en la misma época en que la única inquietud de los grandes capos mafiosos era la extradición, la cual fue prohibida por la Constitución de 1991, impuesta en gran medida por el M-19, movimiento al que antes Pablo Escobar había financiado para que diera el golpe en que fueron asesinados los verdaderos juristas para ser reemplazados por quienes convenía.

Los miembros de las altas instancias judiciales forman parte de cofradías o logias en las que participan políticos como Alfonso Gómez Méndez, socio de la Unión Patriótica en el Tolima y defensor habitual de los intereses de personajes de la llamada izquierda democrática, o Ramiro Bejarano, vitriólico enemigo del gobierno y defensor de Piedad Córdoba y del despeje de territorios a favor de las FARC. Ambos personajes forman parte de la red de Ernesto Samper, de infausta memoria.

Durante el gobierno de Samper el rechazo de la mayoría de la sociedad a las corruptelas y a la financiación de su campaña electoral llevó al siniestro personaje a buscar el respaldo de los comunistas, respaldo que compensó poniendo su maquinaria de compra de votos a su servicio en la elección en Bogotá de dos alcaldes pertenecientes al Polo "Democrático". A su vez, durante ese gobierno los favores oficiales a los negocios de Julio Mario Santodomingo le permitieron multiplicar su fortuna.

Hoy en día se puede detectar sin dificultad el contubernio de los terroristas, los prevaricadores, la mafia de Samper, los intelectuales comunistas y el Grupo Santodomingo. La única forma de no verlo es aferrándose al estúpido prejuicio clasista según el cual la labia pomposa hace inmune a la corrupción y los "ideales" son ajenos al afán de enriquecerse. Ese prejuicio, relacionado con la ideología tradicional ("hidalga"), es lo que permite a esos mafiosos ayudarse impúdicamente sin que la gente los rechace con energía.

Un síntoma característico es el apoyo que reciben las actuaciones de la Corte Suprema de Justicia por parte de todos los comentaristas afines al chavismo y a Samper, sean pagados o espontáneos, célebres y anónimos. Estas actuaciones son tan obscenamente sesgadas que tras la certificación por parte de Interpol de los computadores de Raúl Reyes los magistrados todavía dudaban de su autenticidad, que la persecución de la "parapolítica" incluía toda clase de abusos (como unas diligencias previas de las que salían los sumarios pero que seguían abiertas en busca de nuevas víctimas a las cuales perseguir), que todavía se desconoce lo que harán para procesar a los políticos ligados con las FARC y que más bien lo que hacen es defender a esos políticos por mucho que su actuación sea infame.

La reciente decisión del gobierno de excarcelar a Karina ha servido para mostrar la rabia de todo ese contubernio mafioso por ese brillante lance de la esgrima mediática que puede alentar la deserción de muchos miembros de las guerrillas comunistas. El cinismo con que los mismos que promueven el premio de los crímenes terroristas y la negociación de las leyes con ellos ponen el grito en el cielo es muestra de que lamentan esas posibles deserciones. La primera voz que se alzó en defensa de la ley fue la inefable Claudia López, pero después se le añadieron otras, como las que Saúl Hernández reseña:
Dice Ernesto Samper que poner un ex guerrillero de gestor de paz es como poner un pedófilo a cuidar un jardín infantil o un ladrón de carros a cuidar un parqueadero. Piedad Córdoba añade, de su cosecha, que es como poner un vampiro a cuidar un banco de sangre.

Pero Samper va más allá: de su satírica analogía, pasa a proponer una liberación "simultánea" de guerrilleros presos y luego a pedir que se haga un estudio para saber si se están liberando "combatientes o delincuentes". Es decir, para Samper los 'combatientes' que se conviertan en gestores de paz son delincuentes irredimibles -como los pedófilos-, pero los delincuentes -porque eso son- que retornen a la guerrilla son 'combatientes', así como los secuestros son 'retenciones' y las extorsiones, 'impuestos'.
Más entusiasta, una de las decenas de propagandistas del pasquín de Santodomingo, entona el recitativo:
Actualmente es al revés. Los genocidas se convierten en gestores de paz. Los paramilitares que desean hablar viajan inmediatamente a USA donde se les condena al silencio. Los desplazados no tienen derecho a recuperar sus tierras. Es imposible abrir todas las fosas comunes, porque se impide localizarlas. Un mediocre y diminuto ex ministro de Agricultura quiere ser presidente de Macondo. Los ricos del mundo se reúnen en una isla mientras los pobres se dispersan por todo el planeta como hormiguero pisado. Para ser funcionario del Estado sólo se requiere falsificar los papeles. Los cohechos son unilaterales. Los intelectuales son vistos como sospechosos y enemigos del sistema. El Acuerdo Humanitario se convirtió en tema tabú digno de excomunión. Se considera un derecho legítimo invadir fronteras.
Tiene toda la razón Saúl Hernández llamando la atención sobre la necesidad de reclutar combatientes gracias a los secuestrados: de que salgan a matar y no a buscar deserciones. Y el problema es que al parecer mucha gente no lo quiere ver, o quiere vivir soñando que está en otro país. Y esa falta de carácter se convierte en mera complicidad con la mafia. ¿Alguien se ha dado cuenta de que hay un candidato presidencial supuestamente independiente, el señor Fajardo, que guarda sistemático silencio sobre todo eso? ¿Cómo estaría Colombia gobernada por un personaje semejante?

En contraste, el señor Jaime Jaramillo Panesso, uno de cuyos hijos fue presuntamente asesinado por Karina (ella lo niega) resume con gran claridad el sentido de esa excarcelación:
Lo que se está buscando es un efecto de demostración a los demás guerrilleritos, que la tenían como un símbolo de la mujer combatiente. Eso tiene que estimular la deserción, porque a ellos les enseñan que si llegan a caer en manos del Ejército los torturan, los matan, los meten a la cárcel. Esta es una prueba de que el Estado es generoso y la sociedad colombiana también con respecto a ese tipo de combatientes. Ojalá entiendan que no existe ninguna razón para que sigan combatiendo en el monte y disparando y matando gente, porque no tienen posibilidad alguna de triunfar.

Por efecto de demostración, el tratamiento a 'Karina' tiene esa virtud, que sirve como espejo.
Es que hay un contraste claro entre los que quieren más asesinatos y los que quieren que cesen los asesinatos. Entre la intrincada mafia que ha prosperado gracias a la miseria y el sufrimiento de los colombianos y entre quienes desean un futuro de prosperidad y armonía.

Por Jaime Ruiz. Columnista de Atrabilioso.

martes, 17 de marzo de 2009

La guerra mediática desborda al Gobierno

Miguel Yances Peña le ha cedido su espacio a este post sobre uno de los temas más actuales del manejo político colombiano.

Muchos hemos oído hablar de “todas las formas de lucha”, un viejo invento del comunismo para librar sus batallas políticas, desestabilizar estados y lograr llegar al poder. Esta vieja técnica no ha pasado de moda, como muchos conceptos de la política y la vida institucional, por el contrario, se ha perfeccionado a tal punto que, hoy en Colombia es posible incluso desestabilizar la política de seguridad democrática. Hoy en día se le conoce como “Guerra Política” y tiene dentro de sus más fuertes y eficaces manifestaciones, las guerras mediática y jurídica.

Un ingrediente fundamental es la ingenuidad de un pueblo, el adormecimiento de las masas o apaciguamiento, y la credibilidad que ostentan los grandes medios y por supuesto, los idiotas útiles –en algunos casos los periodistas son utilizados y en otros casos artífices de la estrategia-. En estos días, ha sido muy efectiva la guerra mediática, y han descubierto sus orientadores, una llave de oro con la guerra jurídica. Tal parece que conforman una dupla excepcional.

Veamos un par de ejemplos, los más recientes y significativos. Es claro que como estos los hay cientos y en un futuro muy cercano miles. Es a partir de esta espectacular combinación que se destituyen militares, se encarcelan congresistas y se mutilan instituciones del Estado creadas para la seguridad nacional, pilar de la democracia.

El primero de los ejemplos nos muestra como, unos delincuentes reportados como dados de baja en unas operaciones, -aquí es importante aclarar que hasta el momento la justicia no ha fallado, no ha dado respuesta definitivas y en muchos casos ni existen siquiera las investigaciones-, fueron presentados luego como víctimas de “falsos positivos”. Informaciones de ida y de vuelta, fueron “validadas por los medios” y la condena mediática fue consolidándose, no por los jueces sino por los periodistas. La sentencia: el Ejército colombiano era culpable de los “falsos positivos” y esto constituía una política de gobierno.

La campaña mediática fue inmensa y llegó al exterior, hasta que la presión sobre el gobierno, estalló de forma indebida, pagando los platos rotos 27 militares que fueron mostrados al mundo como asesinos despreciables. Los generales fueron comparados en prensa escrita y hablada, con los criminales más famosos de la Alemania Nazi. Hoy en día nadie se preocupa si se abrieron investigaciones, si fueron encontrados culpables o inocentes, para todos son culpables. Pero eso sí, la guerra mediática no paró allí, al día siguiente de la destitución de estos ciudadanos sin derechos –porque ellos, y todos los militares, son los ciudadanos que no tienen derecho ni a un debido proceso, ni a la presunción de inocencia-, ya no eran 11 los desaparecidos que catalogaban como “falsos positivos” sino miles, afirmaban sin recato los medios de comunicación.

El punto está claro, ese día el actual gobierno cedió precipitadamente a la presión de los medios y de organismos internacionales, y perdió mucho del terreno ganado en la guerra contra la subversión. Los resultados saltan a la vista, la oposición política ha tomado un vigor inusitado, se ha envalentonado y hoy asistimos impávidos a una ofensiva mediática sin precedentes.

El segundo caso, y el más reciente, se parece en todo a los muchísimos a los que podríamos referirnos. Un testigo encapuchado, o anónimo que es lo mismo acusa de interceptaciones ilegales al DAS, pero como no tiene pruebas dice que todas fueron destruidas unos días antes, que fueron chuzados magistrados, políticos de oposición, miembros del gobierno, jueces y periodistas. Es bien extraño que la Corte, sin valorar las pruebas –que según ha dicho la revista Semana, fueron destruidas, se apresure a salir en los medios a denunciar un complot contra ella por parte del gobierno. Dice la corte, que el gobierno está posando de víctima cuando es el victimario, y se apresuran a invocar la justicia internacional, alegando falta de garantías. Que grave es esto! Nuevamente, como ya es costumbre, se desató una formidable ofensiva mediática.

Y como era de esperarse, pues ya ha pasado varias veces, el gobierno cae en la trampa y se apresura a tomar decisiones que vulneran la seguridad de los colombianos, prácticamente desmantelando al DAS y dejándolo como un equipo de investigaciones “de a pié”, mientras los enemigos del Estado van en “avión”.

Este tipo de decisiones tomadas en el calor del escándalo, desatado por los expertos en la guerra mediática, y aprovechada por inescrupulosos magistrados que aprovechan el calor de esta batalla para echarle leña al fuego a una ya vieja pelea que tienen con el Presidente –en la que amenazan incluso con ir a la justicia internacional porque aducen que la justicia no tiene garantías en este país- generan una sensación de inestabilidad, de zozobra y sobre todo, de improvisación por parte del gobierno.

Nada es más alejado de la realidad, si no hubiera garantías, ¿como entonces se entiende que puedan tener a medio Congreso en la cárcel muchos de ellos acusados por testigos muy cuestionables y con procesos bastante dudosos, cantidades de militares detenidos y enjuiciados por dudosas causas? Un ejemplo claro es el del Coronel Alfonso Plazas Vega, que hoy se encuentra detenido por los hechos del Palacio de Justicia, mientras los autores intelectuales de aquel holocausto se pavonean por el congreso, amnistiados y convertidos en los guardianes de la moral pública.

¿Dónde está el gobierno que vino a imponer la ley, que se ha jactado de defender y cuidar que se respeten los derechos de todos, y con mayor empeño los de sus opositores? Es claro que todos los colombianos merecemos se nos respeten los derechos, y que si alguien del gobierno viola la ley debe, ser castigado con rigurosidad, pero primero debe ser vencido en juicio según nuestra constitución y mientras tanto, deben ser respetados sus derechos, en este caso a la presunción de inocencia y al debido proceso.

Estos son los resultados de esta brutal ofensiva, para quienes piensan que Colombia estamos ganando la guerra, los invito a analizar todos estos hechos, y podrán llegar a la conclusión de que no es suficiente con derrotar a la subversión en el campo militar, sino que hay que derrotarla en el campo que ellos plantean hoy la guerra: En el campo jurídico, mediático e ideológico. Mientras no entendamos la naturaleza de esta guerra, estaremos lejos de ganarla, yo diría que hoy la estamos perdiendo.


Por Jaime Eduardo Botero Gomez. Unoamérica

lunes, 16 de marzo de 2009

Lecturas del fin de semana

Pasando por las columnas y entrevistas publicadas por la prensa durante este fin de semana, se puede observar la ausencia de escándalos que nutran la imaginación y despierten las pasiones de los columnistas.

Fue tal el vacío que
Héctor Abad Faciolince tuvo que “darse en la cabeza” para poder escribir su apología a la legalización: ¡Que torpe! Le hubiese bastado con publicar un enlace al video del grupo s-kap titulado No hay chinas para decir las cosas sin tanta parafernalia y con un impacto más directo en niños y jóvenes.



A la coral pro-canabis se sumó Daniel Samper Pizano, quien demuestra a su manera que la marihuana ya fue legalizada en California y que incluso algunos ya piensan en cobrar impuestos por la producción y el consumo.

Me huele (y en esto no se requiere aspirar nada) que hay desespero en los consumidores habituales de marihuana, ya sea por el precio o por la calidad, y esto los ha conducido a lanzar una campaña simultánea para que legalicen por lo menos las drogas “blandas” por aquello de la libertad, la igualdad y la fraternidad: es que debe ser frustrante no poder ver bailar los libros (como dice Abad Faciolince) o que los malditos gringos tengan una producción y oferta estable de canabis, mientras aquí los piensan encerrar para que se sometan a tratamiento.

En el caso de Abad la canabis es necesaria para la estabilidad matrimonial, pues el “cachito” le es indispensable para ver al adefesio que tienen por mujer, como si fuera la más hermosa de las creaciones. En el caso de Daniel Samper Pizano uno puede especular e hilar delgado y la marihuana debe ser fundamental para ver simpáticos a los miembros de Colombianos por la paz o soportar la frustración de tener a Ernesto Samper como hermano… de golpe eso ameritaría “darse en la cabeza” con heroína, pues es un lastre tan permanente como la adicción a esa droga.

Luego había que hacer el sacrificio dominical de padecer a
Ramiro Bejarano y leerlo tan desesperado que tuvo que dedicarle su amargura a Benedicto XVI, todo porque el jefe de Estado del Vaticano de golpe visita a Colombia y todavía no se ha dignado responderle al columnista de marras unas preguntas sobre sus vínculos con las milicias hitlerianas. ¡Qué desconsideración la de Benedicto! A nadie en el mundo se le hubiera ocurrido no responder diligentemente al prestigiosísimo abogado bugueño, así como ocurre con frecuencia con los insolentes que no contestan los numerosos y aburridos cuestionarios de Felipe Zuleta… Es que el mundo está al revés, ¡Uich!

Y a propósito de
Zuleta, ante la falta de escándalos decidió irse lanza en ristre contra el grupo Planeta y obviamente contra la Comisión Nacional de Televisión por la próxima renovación de la licencia de CityTv. El “gran” Zuleta Lleras decidió alinearse con su jefe Julio Mario Santodomingo para reclamar igualdad y justicia con el "paupérrimo" personaje, por el pago de la renovación de la licencia de Caracol televisión. Es lógico: según otro informe, el “pobre” Julio Mario perdió el año pasado una enorme cantidad de plata. Eso despierta, pensará Zuleta Lleras, la solidaridad de cualquiera, en especial cuando del bolsillo con pérdidas sale el sueldito de uno.

Luego, navegando por las páginas interiores me encontré a
César Gaviria Trujillo, el jefe único del partido “Liberal” colombiano, asegurando sin pudor que aceptaría una candidatura de Piedad Córdoba a la Presidencia de la República. Lo que no dijo, pero se lee entre líneas, es que eso implica que el “liberalismo” colombiano acepta, acata y aplaude las tesis de la Senadora sobre las Farc y sus vínculos “altruistas” con la organización terrorista.

Mientras Gaviria está de zalamero con Piedad y sus muchachos, los habitantes de Villavicencio tienen que hacer maromas para poder tener agua, pues los muchachos “altruistas” de Teodora decidieron
dinamitar la tubería del acueducto de la capital del Meta y llenar de minas los puntos de las voladuras… ¡Es que son tan altruistas que quieren que la gente se muera de sed y de calor! Pero la calamidad de los llaneros no merece una sola línea en las páginas de opinión, ni una condena por parte de los columnistas... ni siquiera fue posible encontrar un gesto hipócrita de solidaridad con los habitantes de Villavicencio.

Al otro lado del espectro, el Vicepresidente
Francisco Santos le concedió una extensa entrevista a Yamid Amat en la que pide que nos olvidemos del Plan Colombia por el maltrato inmerecido y las humillaciones que el país ha recibido de algunos funcionarios y políticos norteamericanos… ¡Hombre, Vice! De una vez pida que se acaben las peregrinaciones y rogativas para que los demócratas estadounidenses aprueben el TLC, pues si el país ha sufrido humillaciones ha sido por cuenta de implorarles a los demócratas que aprueben el Tratado.

Sea valiente Pachito y lidere una cruzada ultranacionalista por la dignidad del país en la que le pongamos un "tatequieto" a la decisión de los gringos, en la que amenacemos a Correa si vuelve a hablar mal de Colombia y en la que le digamos a la nueva embajadora de Colombia en Venezuela que no desempaque las maletas porque a la primera bravuconada de Chávez, le toca abordar un avión con destino a Bogotá.

A muchos los sorprendió sin tema la llegada del fin de semana y parece que el jueves en la tarde no había algo que despertarla la febril acción de golpear el teclado y llenar ese espacio en blanco que se burla en la cara: pero eran solo apariencias... había tanto que decir que solo la mezquindad de los columnistas llegó al punto de querer ocultar los crímenes de lesa humanidad de sus apadrinados detrás de la marihuana, o del Papa, o del tercer canal de televisión. Según los opinadores profesionales, en Colombia no pasó nada importante la semana pasada... ¿pensarán lo mismo los miles de sedientos habitantes de Villavicencio?

Por Jaime Restrepo. Director de Atrabilioso.

viernes, 13 de marzo de 2009

Chávez ordena al FMLN desatar la violencia en El Salvador

Hace siete meses, el candidato del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), Mauricio Funes, punteaba en las encuestas con más de quince puntos de ventaja. El FMLN contaba –y todavía cuenta– con abundante financiamiento ilegal, suministrado por Hugo Chávez, a través de Alba Petróleos. Todo indicaba que El Salvador caería en las garras del Socialismo del Siglo XXI, como ha ocurrido con Bolivia, Ecuador y Nicaragua.

Sin embargo, en medio de la campaña electoral, surgieron evidencias de los vínculos de Chávez con el FMLN. El propio Chávez los hizo públicos, al declararse abiertamente a favor de Funes, y confesar en televisión que pretendía construir “una sola patria”, con Cuba, Venezuela y El Salvador.

A medida que Chávez profundizaba el modelo comunista en Venezuela, confiscando propiedades y modificando la Constitución para perpetuarse en el poder, el pueblo salvadoreño fue poniendo sus barbas en remojo y cambiando sus preferencias. Daniel Ortega hizo el resto, robándose de la manera más atroz los comicios en Nicaragua.

Cuando sólo faltan pocos días para que se lleven a cabo las elecciones presidenciales, todos los sondeos serios indican que el candidato de Alianza Republicana Nacionalista (ARENA), Rodrigo Ávila, lleva una ligera ventaja sobre Funes.

En el estado de euforia irracional en que se encuentra, Chávez no puede permitir que su proyecto sufra una derrota humillante en El Salvador, por eso, ha ordenado a sus socios del Frente Farabundo Martí activar el plan B, que consiste en proclamar a los cuatro vientos que hay un fraude en marcha, desconocer los resultados y desatar la violencia en esa nación centroamericana. Se trata del mismo esquema desarrollado por Andrés Manuel López Obrador en México, con el apoyo político de Chávez.

El plan comenzó a activarse hace algunos días, con la publicación de artículos en las redes y páginas de Internet controladas por la izquierda latinoamericana, donde se asegura que la única manera de que el FMLN pierda las elecciones, es por medio de un fraude. Por su parte, Mauricio Funes cerró su campaña alegando que el fraude estaba montado.

En los últimos días, la Embajada de Venezuela en El Salvador ha incrementado sus operaciones y su injerencia indebida en esa nación. Los medios de comunicación controlados por Chávez, como TeleSur, están listos para promover la histeria y el desorden después del 15 de marzo, si los resultados no favorecen a su pupilo Funes. También es de esperarse, que Evo Morales, Rafael Correa, Daniel Ortega y demás integrantes del Alba, pretendan levantar sospechas sobre el proceso electoral salvadoreño.

El plan de violencia ordenado por Chávez puede derrotarse, siempre y cuando el pueblo salvadoreño vote masivamente a favor de la democracia, se una en torno a sus instituciones nacionales, y denuncie claramente las intenciones del dictador venezolano.

Embajada venezolana en El Salvador podría promover desórdenes

En declaraciones publicadas por el diario CoLatino, Fredys Eizaga Rujano, primer secretario de la Embajada de Venezuela en El Salvador, exigió al partido Alianza Republicana Nacionalista (ARENA), “sacar de su propaganda a Hugo Chávez”. Según el funcionario, la utilización de la figura de Chávez en la campaña electoral “es un irrespeto a la soberanía del pueblo venezolano”.

Las declaraciones de Eizaga constituyen una clara expresión de cinismo e hipocresía, porque quien inmiscuyó su figura en la campaña electoral salvadoreña fue el propio Hugo Chávez, al manifestar abiertamente su apoyo al candidato del Frente Farabundo Martí (FMLN), Mauricio Funes.

En un acto público realizado en la ciudad de Cabimas, Chávez manifestó abiertamente su respaldo al FMLN y a Funes. Luego añadió que pensaba hacer de Cuba, Venezuela y El Salvador, “una sola patria”. En esa oportunidad, Chávez estuvo acompañado por los dirigentes del FMLN, José Luis Merino y Orestes Ortez, quienes celebraron su injerencia en los asuntos internos de El Salvador. Por si fuera poco, Chávez ha financiado abiertamente la campaña electoral del Mauricio Funes, al enviar petróleo subsidiado a las alcaldías controladas por el FMLN.

Eizaga presenta a Chávez como una pobre víctima, cuando en realidad ha estado comprando candidaturas en toda América Latina, utilizando para ello los recursos que pertenecen al pueblo venezolano. El maletín repleto de dólares enviado a Cristina Kirchner es apenas un ejemplo de cómo opera Chávez en la región.

Aprovechamos la oportunidad para sugerir a las autoridades salvadoreñas mantener estrecha vigilancia sobre la sede diplomática venezolana, porque sus funcionarios querrán promover la violencia y el desorden social, en caso de que los resultados electorales no favorezcan al candidato del FMLN.

Controversia con Chávez y Peña Esclusa en El Salvador

El candidato del izquierdista Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), Mauricio Funes, declaró hoy que el dinero de una cuenta propia bajo investigación de la fiscalía corresponde a préstamos personales para financiar su campaña.

Según un comunicado de su oficina de prensa, la Fiscalía de forma "inusitada y sorpresiva" divulgó que investiga la cuenta de Funes por registrar movimientos "que exceden el promedio de sus transacciones bancarias" cotidianas.

De acuerdo con un matutino local, la cuenta del candidato ha registrado en los últimos meses abonos por 2,29 millones de dólares y cargos por 2,14 millones.

El fiscal General, Félix Garried Safie, informó ayer que se ha abierto un expediente para "indagar" si los fondos son "legales".

El comunicado del candidato afirma que los fondos provienen de donaciones de amigos y en especial de un préstamo que le hizo el empresario Nicolás Salume con el fin de ayudarlo a financiar su campaña.

"Mauricio Funes recurrió al empresario, amigo personal de muchos años, ante la emergencia de financiación de la campaña, para hacer frente a una inversión varias veces millonaria de sus adversarios", dice el comunicado.

Funes lamentó que la fiscalía, dirigida por funcionarios cercanos a la gobernante ARENA, "no demuestre el mismo interés y entusiasmo en investigar la campaña multimillonaria" de ese partido y las organizaciones Fuerza Solidaria y la Cruzada Pro Paz y Trabajo.

Los salvadoreños se han visto expuestos a una intensa campaña en la que han dominado mensajes de descalificación a Funes y el FMLN, principalmente de Fuerza Solidaria, brazo en el país de la organización del mismo nombre, creada por el opositor venezolano Alejandro Peña Esclusa.

El vespertino diario Colatino ha informado en semanas anteriores sobre la presencia en el país de Peña Esclusa para realizar seminarios con trabajadores de carteras estatales y empresas privadas donde les advierte sobre los "peligros" del llamado socialismo del siglo XXI.

Fuerza Solidaria ha mantenido una millonaria campaña en radio y televisión con mensajes en los que acusa a Funes de ser "títere" del FMLN, grupo al que vincula con la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), así como con los Gobiernos de Cuba, Venezuela y Nicaragua.

El grupo asegura que el presidente venezolano, Hugo Chávez, quiere "apoderarse" de El Salvador y divulga imágenes y arengas que prácticamente satanizan al mandatario suramericano.

Más de 4,2 millones de salvadoreños eligen el próximo domingo al nuevo presidente entre Funes y el candidato de la Alianza Republicana Nacionalista (ARENA, derecha), Rodrigo Ávila, en unos comicios que se perfilan apretados y reñidos.

jueves, 12 de marzo de 2009

Rodeados de bandidos

Mil cuatrocientos millones de pesos: Esa es la cifra aproximada que perdió Ramiro Bejarano, actual apoderado del magistrado César Julio Valencia Copete, por una demanda que había instaurado a nombre de Daniel Coronell y que pretendía que el Estado le pagara al director de Noticias Uno una suma cercana a los 12 mil millones de pesos.

La demanda instaurada por Bejarano pretendía que a Coronell se le reconociera semejante indemnización por fallas en la red de transmisión de la antigua Inravisión, pues decía el demandante, eso perjudicó a su empresa. Sin embargo, la decisión final le concedió a Coronell la suma de 3.500 millones de pesos, es decir, aproximadamente 700 millones para su apoderado. Lo particular del asunto es que fue el gobierno Uribe el que se puso las pilas con el tema y obstaculizó una serie de anomalías que se habían cometido en el caso.

Ahora el perdedor, el abogado Ramiro Bejarano, es la patética muestra de resentimiento expresado con toda la inquina posible, contra el que no le permitió aumentar su capital personal con dineros públicos. El mismo que encabezaba, a nombre de su cliente, un saqueo contra el erario público es el flamante defensor del magistrado César Julio Valencia Copete.

Como siempre, Bejarano se despacha
a favor de sus apoderados –algo hasta ético en un abogado- sin consideraciones frente a los desafueros de sus protegidos. En una columna publicada en la revista Cambio, Bejarano ataca al Presidente –eso, más que habitual es un monólogo de seis años- y asegura que en la Casa de Nariño sienten un odio visceral por los jueces.

¿Cómo hablar de odio visceral contra los jueces, cuando los magistrados incluso tienen la posibilidad de
pedirle favores personales al Presidente? Bejarano pasa por alto que así ocurrió con el magistrado Sigifredo Espinosa, en una actitud delictiva si se tiene en cuenta que el “honorable” magistrado incurrió en tráfico de influencias para favorecer a un miembro de su familia: ¿Alguien puede pensar que se le pide un favor a un malqueriente? Ridículo.

Lo que le gustaría a Bejarano (aunque sabemos que del actual Gobierno no le gusta nada por su odio visceral contra Uribe) es que el Presidente no deliberara, que guardara silencio frente a los atropellos de la oposición, de algunos columnistas de la prensa, de unos cuantos defensores de derechos humanos y por supuesto, de la Corte Suprema de Intocables.

Al ex director del DAS en la época de Samper no le gusta que a las máximas instancias judiciales se les pidan cuentas y se revelen las acciones dudosas de la mayoría de magistrados de las cortes, como sus relaciones con Giorgio Sale y Asensio Reyes, de quienes recibieron dádivas y viajes familiares con el argumento de que ellos no sabían de dónde salían los recursos: es que para Bejarano sus ídolos son intocables y resulta un exabrupto que los llamen al orden y que debatan con ellos, de igual a igual, las decisiones y pronunciamientos que hacen no solo en las sentencias, sino en entrevistas y declaraciones públicas.

Al “gran” ex director del DAS le resulta molesto que sus defendidos sean desmentidos cuando tienen el cinismo de afirmar que ellos solo se pronuncian a través de sentencias: Valencia Copete no está incurso en un proceso judicial por un fallo jurídico sino por unas declaraciones a la prensa, por lo que los “intocables” quedan como simples mentirosos.

Esas minucias, o “indelicadezas menores” como las llamaría el fallecido presidente Alfonso López, deben pasarse por alto y en lo posible ser escondidas detrás de la majestad y de la solidaridad de cuerpo de los magistrados.

Es más: según Bejarano, esas indelicadezas menores no importan y por el contrario hay que fortalecer y respaldar a los jueces, no importa que tengan relaciones mafiosas, que pidan favores aprovechando su investidura, que sus ahijados estén cuestionados por emborracharse con presuntos testigos como ocurre con Iván Velásquez, magistrado auxiliar apadrinado por Sigifredo Espinosa (el mismo del favorcito personal) y que se rasguen las vestiduras cada que alguien tiene la osadía de cuestionarlos y pedirles explicaciones.

Si algo se ha logrado en Colombia durante los últimos seis años es erosionar a los intocables: A finales de los 90 era impensable hablar de las Farc (de inmediato el que cometiera tal osadía era declarado objetivo militar), ni de sus apoyos políticos (se corría la misma suerte), ni de los paramilitares (lápida al cuello) ni de sus respaldos (tumba acuática para las partes desmembradas), ni de los columnistas (¡Oh dioses generosos que tenían la misericordia de orientar a los palurdos ciudadanos!), ni de los jueces, ni del Presidente, ni de nadie… el silencio era la alternativa de sobrevivencia.

Pero eso cambio, muy a pesar de Bejarano y su combo, y ahora se habla, se grita y se manifiesta la inconformidad con más seguridad y con más libertad. Todavía falta mucho camino por recorrer en este sentido, pero se ha avanzado y la prueba está en que algunos lanzarán rayos y centellas por las afirmaciones anteriores.

Ese silencio cómplice frente a aquellos que tienen estrechos vínculos con sectores deplorables de la sociedad es el que buscan recuperar los retardatarios y profesionales del odio. No es coincidencia que Bejarano y Carlos Gaviria salgan a pedir que se rodee a la Corte, cuando están sobre la mesa serios cuestionamientos que los “intocables magistrados” han decidido ignorar, como si la ciudadanía a la que le DEBEN responder no tuviera derecho a exigir respuestas y a dudar de sus actuaciones por la falta de transparencia.

Bejarano y sus compinches quieren un país silencioso y complaciente con los poderes sesgados, pues es la única posibilidad que tienen para recuperar el poder que durante tantos años ostentaron en contra de Colombia.

Por Jaime Restrepo. Director de Atrabilioso.

miércoles, 11 de marzo de 2009

Ahora sí condenan a la guerrilla

Cierto columnista afirma muy orondo que:

Bastaba a María Isabel Rueda leer el discurso de Carlos Gaviria ante el II Congreso del Polo para enterarse de la categórica condena a las Farc por boca de quien lo preside antes de quejarse por un inexistente silencio.
Eso contrasta notablemente con datos como los que recoge Saúl Hernández Bolívar:

Dice Petro que, en una reunión de juventudes del Polo, afirmaron "que el secuestro es un arma política y que la guerra que estamos viviendo es justa", y añade que cuando la gente que lo apoya se retiró, los demás les decían: "Gomelos, se merecen un fusilamiento".
O lo que señala Mauricio Vargas:

Cuando esa guerrilla asesinó a sangre fría a once diputados del Valle del Cauca y quiso disfrazar su crimen atroz con un enfrentamiento con el Ejército, el jefe del Polo, Carlos Gaviria, sacó un tímido comunicado en el que le daba más palo al Gobierno que a las Farc. Llovieron las críticas, pero nada cambió. Hace pocas semanas, cuando los hombres de 'Alfonso Cano' y de 'Jojoy' masacraron a un grupo de indígenas awás, el Polo condenó el hecho, pero no condenó directamente a las Farc, como si la matanza hubiese sido obra de fantasmas.

Lo peor vino durante el reciente congreso del partido. Llegó una carta de las Farc y a nadie en la mesa directiva del evento le pareció que hubiera que rechazarla. Resultaba inaceptable que un grupo que mataba indígenas inermes pudiera cartearse con un partido político legal y democrático. El senador Gustavo Petro, polista rebelde que viene poniendo el dedo en la llaga de estos temas hace rato, insistió una y otra vez en que el congreso del partido rechazara la carta. No le hicieron caso.

Pero al respecto cualquiera puede encontrar más material probatorio. Ya en un post reciente expliqué que Petro tampoco ha pedido a las FARC que se desmovilicen, sino que espera hacerlo cuando su partido haya tomado el poder. Sólo que sentí curiosidad por ver con qué salía el temible Cobramasacres del Frac en la inauguración del Congreso de su partido. Es un discurso bastante largo, por lo que resumo algunas partes e invito al lector a consultarlo.

La primera parte consiste en citas de sus rivales dentro del PDA, Navarro y Garzón, que demuestran que no se oponían a que él dirigiera el partido, cosa que naturalmente rechazó porque sus elevadas miras le impiden aspirar a nada, hasta que el partido se lo pidió y él accedió en aras del bien de la colectividad y obviamente del camino de justicia y dignificación que la patria debe tomar. Faltaría más. Pero mejor prestar atención a lo más sabroso.

Dejo de lado la referencia amable de Lucho Garzón a una posible candidatura mía, que no sólo no busco sino que declino de antemano, para insistir de nuevo en la urgencia de buscar la unidad, de profundizarla y de consolidarla para presentarnos como una opción seria de gobierno, y asumir de ese modo la responsabilidad que la coyuntura histórica nos adjudica y de la que no podemos claudicar: cambiarle el rumbo a Colombia, mediante la construcción de una sociedad decente.

Es lo típico, en Colombia el diablo hace hostias, como es bien sabido, y esta lumbrera de la intelectualidad nacional no podía, como buen rebelde y renovador, dejar de "asumir la responsabilidad que la coyuntura histórica les adjudica". Es lo que diferencia a los grandes intelectuales de los "politiqueros" rutinarios, esa frescura del lenguaje, esa elegante sencillez con que aluden a su misión, ¡y esa temprana renuncia a toda ambición personal! El párrafo ya lo expresa todo: un conciliábulo de asesinos y secuestradores jubilados, cobramasacres, profesionales de la protesta, tinterillos cínicos, prevaricadores sin escrúpulos, vividores, lagartos y figurones tienen a cargo "la construcción de una sociedad decente". ¡En Colombia tenía que ocurrir! Seguro que la decencia viene de la mano del fabricante del ¡Vergatario! Pero vamos con la condena a las FARC:

II El repudio a la lucha armada. Cuando se dice que en la conformación del Polo han confluido todos los sectores de la izquierda democrática, se quiere significar que se ha suscrito entre todos ellos un acuerdo intangible e irrevocable; queda proscrito el empleo de las armas, o la adhesión a quienes las emplean, en la búsqueda de las hondas transformaciones que a nuestro juicio requiere la sociedad colombiana para materializar lo que la Carta del 91 establece: la democracia, el pluralismo, el pluriculturalismo, la vigencia de los derechos y la protección a la dignidad humana, como axiomas inconcusos, a partir de los cuales es imperativo construir un país, a contramano del vergonzoso que hoy tenemos.

Obviamente, las cursivas y negritas son mías. ¿Entiende el lector cuál es la "categórica condena a las FARC"? Se las reconoce como quienes "buscan las hondas transformaciones...", etc. ¿O por qué está eso ahí? Lo de proscribir el uso de las armas es el viejo cuento de "A mí que me esculquen", con que salen siempre. Como cuando Gloria Cuartas se preguntaba cuando la acusaban de hacer elogios de Ricardo Palmera y Sonia en Venezuela, ¿por qué no la detenían si ella era una terrorista? La prohibición de adherir a esos agentes de justicia es otro viejo recurso retórico: ¡no es que adhieran a ellos, es que en aras de la paz trabajan para que se los premie con cargos vitalicios para los jefazos del PDA! Pero es por la paz, ellos ya declinan de antemano todo, no faltaría más. Después:


El artículo 2 de nuestros estatutos fue aprobado por unanimidad, sin reticencias de ningún sector, por la dirección Nacional del Partido, y reza de manera inequívoca; ¨El empleo de las armas para la resolución de los conflictos, contradice los métodos y los propósitos que propugna el Polo.¨


Lo dicho, a ellos que los esculquen, ellos no participan en la lucha armada, aunque, ¿cómo se resolverá el "conflicto" con las guerrillas sin emplear las armas? Tal vez es lo que espera Petro, aplicar los estatutos del PDA y resolver el conflicto sin armas una vez estén gobernando.

El principio allí establecido, que en otro país o bajo otras circunstancias resultaría superfluo, entre nosotros cobra renovada vigencia, pues las FARC y las demás organizaciones guerrilleras supérstites, persisten en los genocidios, en los secuestros y en los más atroces crímenes de guerra, y de lesa humanidad, en función de propósitos brumosos que, por la forma como se buscan, ninguna persona de bien podría rescatar como altruistas.

Reiteramos, más allá del cansancio, que todos los sectores políticos que conforman el Polo repudian y condenan el crimen como instrumento vitando, deslegitimante aun de resultados que podrían juzgarse deseables, buscados por otros medios.

Es muy curioso que los más arquetípicos representantes de la tradición sean los que pretenden superarla. Al menos Chávez busca una continuidad con Bolívar, cuyo espíritu dieciochesco representa en gran medida. Carlos Gaviria es el típico tinterillo que está más interesado en el impacto de las palabras que en su sentido, de modo que el uso de "genocidio" no se parece en absoluto al del diccionario, mientras que las palabras raras abundan tanto, según la vieja necesidad de "descrestar calentanos" que define a su gremio: supérstite, vitando...

III El gobierno que enfrentamos. Es esa fortaleza ética, la que nos adjudica autoridad indiscutible para condenar al gobierno cuando siguiendo los mismos caminos tortuosos de su contraparte, y mediante actos horrendos al margen de la moral y el derecho, se obstina en que en función de su política de seguridad todo se vale, incluso los ¨falsos positivos,¨ expresión eufemística usada para no llamar por su nombre, atroces asesinatos cometidos por miembros de la fuerza pública, para merecer ascensos y gabelas dentro de la institución. Y saber que al responsable político directo de semejantes atrocidades lo designaron algunos medios periodísticos ¨el personaje del año¨ y sus conmilitones esperan que renuncie para ungirlo como aspirante a la Presidencia de la República, si su jefe absoluto da por satisfecha su insaciable ¨libido imperandi.¨

No habían terminado de lavarse las manos de lo que hacen las FARC cuando ya estaban proclamando su "autoridad indiscutible" ¡para atribuir al gobierno la intención de los crímenes atribuidos a militares corrompidos! ¿Qué sentirán los seguidores de este prócer ante tales acusaciones? Todo lo que hace falta es entender que en Colombia hay miles de personas dispuestas a recitar eso sin el menor pudor para entender por qué ha habido tantas atrocidades. La gente con tal de estar cerca del que usa términos como "libido imperandi" está dispuesta a repetir cualquier mentira.

Nos tocó en suerte, o mejor, nos cupo la desventura de enfrentar un proyecto político inteligente y coherentemente dirigido a consolidar un statu quo injusto, inequitativo y excluyente, previa anestesia de los damnificados, que en su gran mayoría aun le prestan apoyo porque ha prometido quien lo encarna, poner término a un viejo conflicto (cuya existencia niega), que por la crueldad que reviste, se ha convertido en la prioridad primera de la opinión nacional. La guerrilla, digámoslo con claridad, con sus secuestros, genocidios y demás crímenes universalmente repudiados, ha abonado el terreno donde hoy florece un gobierno narcisista y mesiánico que por eso mismo necesita de ella para perpetuarse.

Como ya he dicho, esta lumbrera sólo exhibe cierta destreza para usar términos sonoros. Su puntuación no le permitiría entrar al bachillerato en un país decente. Aquí sigue la crítica a la guerrilla, según el viejo cuento de que es lo mismo que Uribe.

Qué razones, si no, podrían explicar su visible molestia por el empeño heroico de Piedad Córdoba y demás ¨Colombianas y colombianos por la paz¨ que se han propuesto tercamente la liberación segura de las personas secuestradas en poder de la guerrilla. Prefiere la ¨operación jaque¨ con sus riesgos y truculenta estrategia, porque puede invocarla en provecho de su prestigio y consiguiente afianzamiento en el poder, constitutivo de su interés primario.

El genio elabora sus discursos con la prosa de una sentencia, pero al final vuelve lo mismo: Piedad Córdoba no es una propagandista de las FARC, sino una heroína que se empeña en buscar la libertad de los secuestrados. Creo que cuando se cuidaba de condenar a las FARC el triste capitán de las huestes universitarias era menos penoso.

[...]
5. Consecuencia de todo lo anteriormente señalado, tiene que ser una política de verdadera seguridad ciudadana que, ratificando el derecho y el deber del Estado de ejercer la fuerza que por definición es monopolio suyo y de no cejar en su empeño de combatir a los grupos armados al margen de la ley y a todos los violentos, ostente autoridad política y moral por su respeto escrupuloso a los Derechos Humanos, para reducir a quienes persistan en su renuencia a incorporarse a la vida civil, sometiéndolos al imperio del derecho, pero simultáneamente creando espacios idóneos para buscar soluciones políticas al conflicto.

A alguna hora tenía que asomar: en lugar de tanto adjetivo, ¿por qué no acuerdan pedir a las FARC y al ELN que se acojan a la Ley de Justicia y Paz? Porque en medio de todo esperan todavía "soluciones políticas al conflicto", es decir, el premio de los crímenes. Las retóricas condenas a las guerrillas sólo reflejan los avances de una política a la que siempre se han opuesto en el PDA y no reemplazan esa necesaria renuncia a las pretensiones de abolir la democracia negociando las leyes con una banda de asesinos, y más bien parecen tan serias como sus deseos de renunciar a todo protagonismo:

[...]
Ante este auditorio que recoge la suprema instancia de dirección del Partido me permito reiterar una tesis a la que adhiero con toda convicción: En una democracia el Estado tiene que renovar sus gobernantes y los partidos tienen que renovar sus cuadros. Yo ya he cumplido, bien o mal, mi ciclo dentro del Polo Democrático Alternativo. Alguien debe relevarme en la Presidencia y otra persona distinta de mí debe asumir la candidatura del Partido en las próximas elecciones presidenciales. Por fortuna, es amplia la lista de dirigentes idóneos para enarbolar con dignidad nuestra bandera, y muchos líderes hay, deseosos, además, de cumplir esa tarea.

Alejado de esas responsabilidades, ratificaré mi lealtad al Partido cumpliendo el rol que las bases del Polo y las instancias competentes me asignen, que espero sea el que más anhelo, el de soldado sin galones.


Por Jaime Ruiz. Columnista de Atrabilioso.