lunes, 11 de mayo de 2009

Sergio Fajardo: otro “humanitario” oportunista


El ex ministro Andrés Felipe Arias tenía razón: Sergio Fajardo está dispuesto a hacer concesiones de cualquier índole para alcanzar un acuerdo humanitario con las FARC.

En otras palabras: el candidato “independiente”, de llegar a la Presidencia, haría realidad el viejo sueño de las FARC y de su “fallecido” cabecilla alias ‘Tirofijo’ de conseguir un intercambio de guerrilleros presos por secuestrados.

Según Fajardo, su respaldo al acuerdo humanitario, es decir, al intercambio de seres humanos como si fueran mercancía, es por razones de humanidad. ¡Qué falacia! Si las razones de Fajardo para tomar una posición tuvieran como motivación verdadera lo humanitario, antes que respaldar un canje parcial y excluyente en el que solo unos cuantos tendrían la posibilidad de recuperar la libertad a cambio de concesiones políticas, el candidato levantaría su voz para exigir la liberación incondicional de todos los secuestrados.

Con esto, Fajardo entra a la larga lista de oportunistas que encuentran en el secuestro, y sobre todo en el espectáculo de la liberación de solo un puñado de secuestrados a los que denominan canjeables; la posibilidad de ganar unos segundos en los medios y aparecer como fieles adeptos a la causa "pacifista" que tan buenos resultados electorales ha dado en el pasado.



"Estoy a favor de un acuerdo humanitario por razones de humanidad. Estas personas secuestradas son la expresión del dolor de Colombia. Y en medio del conflicto más violento que se pueda dar en cualquier lugar, hay que dar un espacio a la humanidad. El problema es que en Colombia la palabra humanidad se asimila con debilidad, lo cual es patético porque humanidad significa tener conciencia de las otras personas.

Entonces se puede facilitar un acuerdo humanitario. No se tiene que convertir en una controversia política para ver quien le gana a quien. Entonces yo espero que liberen al hijo de profesor Moncayo porque se lo merece, porque su familia se lo merece independientemente de muchas consideraciones. Entonces, yo creo que se puede hacer, se puede poner en el verdadero tamaño del problema, se puede hablar entre personas y se puede facilitar algo que para Colombia sería muy importante y nunca olvidar que la alegría que nos va a dar el día que lo liberen, viene del dolor del secuestro injusto. No van a ganar las FARC por que liberen al hijo del profesor Moncayo y de eso estoy seguro".


El único gesto humanitario que puede exhibirse, por la seguridad de los colombianos, es la exigencia sin contemplaciones de la liberación de todos los seres humanos que por razones políticas o económicas han caído en las garras de las FARC… pero eso no suma votos, por lo menos en una campaña cuyo candidato quiere ubicarse en una zona en la que pueda capturar sufragios de todas las corrientes políticas.

No se puede disfrazar una acción política con humanitarismos baratos: todos los secuestrados son importantes, pero para los medios y para los politiqueros, solo aparecen en sus radares aquellos que reportan réditos.

De igual forma, Fajardo incurre en una especie de adivinación sobre las utilidades que obtendrían las FARC con la liberación de Moncayo, o de cualquiera de los canjeables, al asegurar que no van a ganar nada: no es cierto.

Las FARC ganan en imagen internacional y mejoran su posición política nacional, pues cada liberación es seguida de presiones para que se premie la barbarie del grupo terrorista y con los espectáculos mediáticos y políticos, tanto los combatientes como los de civil terminan exhibiéndose como incansables luchadores por la paz. Pareciera que Sergio Fajardo no tiene en cuenta lo voluble que es el público y así como hoy puede condenar a las FARC por todas sus tropelías, mañana, por un aparente gesto “humanitario”, pueden ganar simpatías que se traducen en votos.

De igual forma, la afirmación de Fajardo es mentirosa y adaptada a la conveniencia de un sector que le podría significar votos, pues las FARC no son solo los palurdos del monte que combaten contra el Ejército, sino aquellos que desde la civilidad, los medios, la justicia y las universidades; buscan premiar el crimen y asegurar sus parcelas de poder…. Y Fajardo lo tiene claro:



"Con respecto a Piedad Córdoba yo creo que el comportamiento que ella ha tenido en los últimos meses ha sido respetuoso y tranquilo… entonces no convirtamos esto en un problema de Piedad Córdoba. Ella no está haciendo en este momento nada extraño. Uno puede discrepar de ella, puede haber discrepado en actuaciones anteriores, pero tenemos que ser generosos para que a los secuestrados los liberen".


En síntesis, no importa lo que las FARC y sus aliados de civil hayan hecho o dicho antes: lo importante es el inmediatismo y por eso hay que olvidar todas las actuaciones de Piedad Córdoba, pues en los últimos meses, según Fajardo, se ha portado bien… ¡Qué horror! Para Fajardo, si un pedófilo suspende la comisión de sus crímenes por unos meses y dedica algún tiempo a trabajar en un parque infantil, ayudando a los niños a impulsarse en los columpios, eso es suficiente para olvidar lo que hizo y hasta amnistiarlo por su aparente buen accionar.

Así los liberales de tres pesos vean a Piedad Córdoba como la adalid de la libertad, muchos estaremos siempre dispuestos a recordar los delitos que la señora ha cometido y también a estar vigilantes de las acciones que se adelantan en la Corte Suprema de Justicia por los vínculos de la Senadora con las FARC, evidenciados en la información recogida en los computadores de ‘Raúl Reyes’… ni Sergio Fajardo podrá borrar las infamias y crímenes de la Córdoba tan fácilmente.


Por Jaime Restrepo. Director de Atrabilioso.

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