viernes, 24 de abril de 2009

Evo Morales será denunciado por la masacre de Pando

Después de años de activismo unilateral, de esparcir engaños y mentiras desde una sola perspectiva, de tratar de confundir la difusión alternativa de la información con la acomodación oportunista y conveniente de los hechos, la izquierda latinoamericana comienza a sentir el surgimiento de una fuerza que los enfrenta y que amenaza con neutralizar el adoctrinamiento falaz al que han sometido a los latinoamericanos.

En las últimas horas, decenas de ONGs de derechos humanos adscritas a UnoAmérica anunciaron que
acusarán formalmente al presidente de Bolivia, Evo Morales, y al ministro de la Presidencia, Juan Ramón Quintana, por delitos de lesa humanidad, por la masacre perpetrada en la provincia de Pando en septiembre de 2008.

En marzo pasado, activistas de derechos humanos provenientes de Argentina, Colombia, Uruguay y Venezuela viajaron a Bolivia para levantar un informe de campo en Pando y La Paz, recabando testimonios de testigos presenciales de los hechos de violencia registrados en El Porvenir y Cobija.

El informe final de la investigación señala que fueron obtenidos “suficientes elementos de juicio y probatorios que involucran directamente al gobierno de Evo Morales en la planificación y ejecución de homicidios, secuestros, lesiones personales y demás violaciones a los derechos humanos ocurridos en la localidad de El Porvenir y otros sitios“.

No obstante, es la reacción de la izquierda latinoamericana, y de sus medios de comunicación “alternativos”, lo que indica que tanto la investigación como las acciones emprendidas por UnoAmérica están convirtiéndose en piedras en el zapato para algunos de los miembros del Foro de Sao Paulo.

Un comunicado difundido solidariamente por Rebelión,
Kaosenlared y otros sitios virtuales de idéntica filiación a Anncol; entró a descalificar a los investigadores y miembros de UnoAmérica. El panfleto indica que están apareciendo “organizaciones apócrifas que se auto-atribuyen la tarea de investigar los hechos del 11 de septiembre de 2008 en el Departamento de Pando, con el objetivo de desvirtuar la realidad, engañar a la población, y distraerla para que no identifique a los responsables de la masacre ocurrida en la localidad de Porvenir, donde por lo menos once campesinos fueron asesinados como parte de un plan orquestado por el entonces gobernador, según informes de UNASUR , Naciones Unidas, una comisión de la Cámara de Diputados y la propia APDH.”

¿Organizaciones apócrifas? No queda claro si esta calificación la otorgan por suponer que UnoAmérica es una organización fabulosa (en el sentido de fábula), supuesta o fingida; o si obedece a la segunda acepción de la palabra -dicho de un libro que no está incluido en el canon de la Biblia.- Obviamente lo que dice UnoAmérica no puede estar en la “biblia” del Foro de Sao Paulo y más bien esas afirmaciones podrían ser consideradas, para ser más precisos, como herejías contra el proyecto expansionista del comunismo continental.

Lo importante del comunicado es que asegura que la investigación de UnoAmérica pretende distraer a la población para que no identifique a los responsables de la masacre. Uno se pregunta ¿pero si Leopoldo Fernández ya está en la cárcel y ha sido sindicado con toda la saña posible como el autor intelectual de la masacre, quiere decir que la cacería de brujas continuará?

El comunicado difundido por los simpatizantes del FSP no niega que la campaña de UnoAmérica, que actúa bajo el lema “Liberen la verdad”, sea válida. Por el contrario: entra a describir la forma como se identifican los activistas de la campaña y pretende con eso dejar de lado el fondo del problema, es decir, los presos políticos que los regímenes adscritos al Foro de Sao Paulo vienen sepultando en sus mazmorras.

Que la gente porte un rosario blanco al cuello resulta irrelevante, pues el fondo de la protesta es la persecución pseudojudicial y altamente politizada que se está dando en Bolivia, con dos propósitos claros: acosar a la oposición y levantar enormes cortinas de humo que les permitan a Evo Morales y a sus esbirros, esquivar la responsabilidad en la matanza de once campesinos durante las protestas contra el régimen boliviano.

Sin embargo, insinuar el cuestionamiento a los símbolos y al evento escogido para lanzar la campaña, evidencia el carácter intolerante y desesperado de la izquierda castro-chavista, pues un principio democrático simple implica que existe la libertad de cultos y sobre todo, la libre determinación de los ciudadanos de escoger la forma de manifestar sus convicciones morales y políticas, incluyendo la participación en rituales religiosos.

En otro aparte dice el comunicado que la investigación de UnoAmérica tuvo poca difusión. Sin embargo, unas líneas antes, el mismo comunicado se queja de la cobertura que dieron los medios al lanzamiento de la campaña… ¿al fin qué? ¿Hubo o no hubo difusión de la investigación? No obstante, la reacción del sistema mediático del FSP hace pensar que la cobertura fue de tal magnitud, que ameritó una acción en bloque para tratar de neutralizar la información y la investigación contra Morales.

Pero el cinismo del comunicado no termina ahí. Dice que acusar al gobierno como el culpable de la masacre es una “típica maniobra para criminalizar a las víctimas”… ¡Al contrario! El que está criminalizando a las víctimas es el gobierno de Morales que busca desesperadamente señalar como simpatizantes de su gobierno a quienes fueron asesinados por ejercer el derecho de protestar contra un régimen corrupto y lacayo del expansionismo chavista. No hay nada más criminal, ni en Bolivia, ni en Venezuela, ni en Colombia, que respaldar las doctrinas y acciones del Foro de Sao Paulo…

Lo cierto es que el panfleto difundido por el aparato mediático virtual del Foro de Sao Paulo demuestra que, como afirma Alejandro Peña Esclusa, “está en marcha una maniobra internacional, dirigida por los aliados de Evo Morales, para criminalizar a UnoAmérica, a fin de impedir que se concreten nuestras acusaciones contra el gobierno boliviano por delitos de lesa humanidad. La maniobra de guerra sucia incluye involucrarnos -sin presentar pruebas- en bizarras conspiraciones y en presuntos golpes de Estado”.

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