viernes, 30 de enero de 2009

Venezuela: ¿Centro mundial del terrorismo?

La decisión del gobierno venezolano de expulsar al embajador de Israel y alinearse con Hamas, marca un cambio de fase en el proceso revolucionario. En mi opinión, no se trata de un capricho repentino, sino de un plan previamente concebido, que busca obtener el apoyo del fundamentalismo islámico para los difíciles tiempos que se le avecinan.

Con el desplome del precio del petróleo, el gobierno venezolano prevé una crisis de pagos, una inflación galopante y un severo desabastecimiento. Además, para tratar de palear la crisis, se verá obligado a cargar al ciudadano común con impuestos, lo cual incrementará el descontento popular. Como consecuencia, a mediados de 2009 se crearán las condiciones para una explosión social y una crisis de gobernabilidad.

Chávez está consciente de esa situación y querrá atornillarse en el poder mediante la represión; pero como no confía en los militares -y como las milicias no están lo suficientemente preparadas- el gobierno necesita otra fuerza de choque capaz de contener el descontento popular.

Dado que las FARC -aliadas incondicionales del gobierno venezolano- están siendo desmanteladas por el gobierno de Álvaro Uribe, y dado que la Revolución Cubana está herida de muerte, Chávez recurre al fundamentalismo islámico para proteger su revolución. De allí su alineamiento con Hamas, el Hezbollah, y demás grupos terroristas, a la vez que rompe relaciones con Israel.

Como en todo acuerdo, hay una contrapartida. Los movimientos terroristas que defiendan la revolución con el uso de las armas, encontrarán en Venezuela un territorio libre para resguardarse, hacer negocios, comprar armas, desplazarse por todo el continente, y planificar acciones contra sus enemigos en otras naciones.

Hago un llamado a los sectores democráticos del país y a lo que queda de las instituciones nacionales, para que -todos juntos- impidamos semejante locura, que incendiaría en llamas no sólo a Venezuela, sino a todo el continente americano.

El chantaje del FMLN

Durante la reciente campaña electoral salvadoreña, el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) recurrió a todo tipo de estratagemas e, incluso, al chantaje, para forzar a las instituciones y al pueblo a concederles mayoría absoluta. Sin embargo, el plan no funcionó.

Desde hace meses, el FMLN proclamó a los cuatros vientos que contaba con 20 puntos de ventaja sobre el partido de gobierno, Alianza Republicana Nacionalista (ARENA). Para fundamentar su tesis, el FMLN se basó en encuestas realizadas por sectores afines, de tendencia izquierdista.

Seguidamente, los integrantes del FMLN -incluido su candidato presidencial, Mauricio Funes- dedicaron buena parte de la campaña a denunciar que habría fraude. Dos días antes de las elecciones -que se realizaron el pasado 18 de enero- Funes trató de presionar a los observadores internacionales, alegando que el fraude estaba montado.

Con esta estrategia, el FMLN pretendía forzar a los salvadoreños a votar por sus candidatos, bajo amenaza de que si no les reconocían el triunfo, se desataría la violencia. Afortunadamente, los salvadoreños no cayeron en la trampa, y votaron siguiendo los dictados de su conciencia.

Ciertamente, el FMLN obtuvo mayoría de votos, más por el desgaste de 20 años de gobierno de ARENA que por sus propuestas. Pero solo alcanzó una pequeña mayoría relativa y no superioridad absoluta, como pronosticaban las encuestas.

En el Congreso, ARENA y el FMLN mantienen casi el mismo número de diputados. ARENA sigue controlando más alcaldías que el FMLN y además recuperó la “joya de la corona“, San Salvador. Lo novedoso es que el Partido de la Concertación Nacional (PCN) aumentó su caudal de votos y, por ende, incrementó su número de diputados. Los votos sumados de ARENA y el PCN superan con creces a los del FMLN.

A pesar de que su estrategia no funcionó, Funes pretende seguir chantajeando a los salvadoreños, para forzarlos a votar por su opción en las elecciones presidenciales del próximo 15 de marzo. En declaraciones dadas al canal 33 el pasado 20 de enero, Funes pidió “que se frene esa campaña sucia, por parte de Fuerza Solidaria”.

Funes se refiere a los spots publicitarios del capítulo salvadoreño de Fuerza Solidaria, en los que se revelan los vínculos de los comunistas salvadoreños con Hugo Chávez. En realidad no se trata de una “campaña sucia”, como alega Funes, sino de hechos reales, plenamente comprobables.

Chávez financia casi toda la campaña electoral del FMLN, a través de los acuerdos preferenciales de ALBA Petróleos con las alcaldías controladas por los comunistas. De ganar las elecciones, el FMLN estará tan hipotecado con Chávez, como lo están Evo Morales, Rafael Correa y Daniel Ortega. Esta es una realidad inocultable que todos los salvadoreños deberán sopesar a la hora de votar el 15 de marzo.

Por: Alejandro Peña Esclusa. Columnista de Atrabilioso.

0 comentarios: