jueves, 22 de enero de 2009

Comenzó el año

Este año comencé recordando el ataque que hicieron las Farc contra el Palacio de Nariño el 7 de agosto de 2002. Y lo recordé por la pregunta que leí por ahí sobre los motivos que tenía la gente para relacionar a los que atacan a Uribe con las Farc.

Lo que veo es que, por lo menos, hay una coincidencia en los propósitos (esa que siempre ha existido) aunque unos lo hicieron desde su actividad normal –el terrorismo- y los otros desde el terreno político –en el que se han desenvuelto con facilidad durante los últimos años-.

Mientras las Farc lanzaban cohetes contra la casa de Gobierno, y dejaban decenas de muertos en la calle del Cartucho en Bogotá; los otros empezaban el trabajo propagandístico de las calumnias, los señalamientos y el manejo mediático que les permitiera conseguir adeptos para su causa.

Ahora las Farc, en huida constante y con la única posibilidad del uso del terrorismo contra los colombianos, carecen de la capacidad para emprender osadías como el ataque de uno de los sitios más custodiados del país... y esto, así no les guste a muchos, se debe a la política de Seguridad Democrática.

Mientras tanto los otros, ocupados como siempre en su tarea de paciencia y persistencia, siguen empeñados en criticar lo bueno, lo malo y lo feo en las actuaciones del gobierno Uribe: eso de que nada les gusta es un hecho más que evidente, no porque la iniciativa o la decisión del Gobierno sea descabellada, sino porque ellos necesitan depositar el veneno producto de la animadversión y de la rabia que les da el estar por fuera del poder y padecer un arrinconamiento cada vez mayor.

Pero el año comenzó con más peculiaridades del grupo totalitario: aquella que juraba que no tenía nada que hablar con el “paramilitar-presidente”, rogó durante varios días para que Uribe la recibiera y pudiera cuadrar el espectáculo que piensa montar para la liberación de varios secuestrados, tratando de contar con la colaboración del “asesino que dirige al país”, como lo dijo en México hace casi dos años… para aquella, cualquier incoherencia es posible con tal de tratar de abrirle un cupo a Chávez en el show de las liberaciones unilaterales y “humanitarias” de las Farc, pues el tirano de Miraflores necesita con urgencia esos segundos mediáticos en vísperas del referendo para la reelección indefinida.

Mientras tanto las Farc, descritas por aquella Senadora y por el propio Chávez como un grupo que busca incansablemente la paz, asesinaban a seis civiles con un cilindro-bomba en Roberto Payán, municipio de Nariño.

Esos mismos “pacifistas” secuestraron a 10 colombianos cuando anunciaban con bombos y platillos la liberación de algunos canjeables: seis muertos y 10 secuestrados (que ya fueron rescatados por el Ejército) no inmutaron a los románticos firmantes de las cartas de amor a las Farc... esos no son importantes para los propósitos criminales de los escuderos políticos y judiciales del terrorismo.

¡Y claro! No podía faltar el “Rey del despeje”, Andrés Pastrana Arango, abriendo el 2009 con una de sus acostumbradas pataletas, esta vez por cuenta de un grupo de asesores internacionales contratados por la Cancillería para diagnosticar y estructurar por fin las relaciones internacionales del actual Gobierno. A Pastrana le pareció que eso dejaba sin piso a la Comisión Asesora de Relaciones Exteriores. La infinita ignorancia del “Rey del despeje” le hace creer que lo que él diga en esa Comisión es de obligatoria aplicación, cuando el mismo nombre indica que las sugerencias de sus miembros pueden o no ser aceptados por el Gobierno.

Lo peor es que ni los suyos lo respaldaron, como ocurrió con Belisario Betancourt, quien señaló que ellos fueron consultados sobre el tema de los asesores internacionales y que varios, incluído el propio Belisario, habían dado un concepto favorable.

Solo falta algún disparate samperista, aunque no debe tardar, pues ya sus áulicos han avanzado bastante en solo 20 días.

Por Jaime Restrepo. Director de Atrabilioso.

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