lunes, 31 de marzo de 2008

Disparates

De repente, de tanto presenciar los disparates que han ocurrido durante las últimas semanas en la región Andina, los ciudadanos terminaremos viéndolos como algo normal y aceptándolos como actos sensatos: Basta con saber la credibilidad que le dan los “anncoholizados” a ANNCOL, la “biblia” de las FARC, para comprender la dimensión de la transformación del disparate en verdad absoluta.

La última fue una semana de disparates pretenciosos: A partir de descalificaciones y adjetivos insensatos, los usuarios del disparate quisieron tapar el sol con los dedos y dejar la sensación de que aquí no ha pasado nada.

Las viudas de ‘Raúl Reyes’, como acertadamente bautizó
Jaime Bayly a Rafael Correa y a Hugo Chávez, han escalado las utilización de los disparates como una fórmula que les permita atacar a Colombia y salir del paso de la avalancha que se les viene encima.

Rafael Correa ha hecho lo posible para convertirse en el nuevo rey del disparate, puesto del que pensábamos que Hugo Chávez no sería destronado. Pero Correa ha trabajado con entusiasmo en la consecución de la corona y está a punto de lograrlo.

El manejo que le ha dado a la crisis con Colombia ha sido un cúmulo de insensatez, histeria, mentiras y discursos disparatados. Después de mentirle al mundo sobre la
“provisionalidad” del campamento de ‘Raúl Reyes’ en territorio ecuatoriano, de sorprenderse por algo que ya sabía (los muertos que resultaron del bombardeo), de sugerir bombardear el centro de Bogotá, de descalificar los computadores del terrorista abatido y de hacer cara de niño bravo en la cumbre de Río, se pensaba que el gobernante no podría llegar a más.

Grave equivocación. Con la confirmación de la muerte del ecuatoriano Franklin Aisalla Molina, quien prestaba apoyo logístico a las FARC, Correa salió nuevamente al ruedo para anunciar que “el crimen del ciudadano ecuatoriano no quedaría impune”. Unas pocas horas después, el ministro de Defensa del Ecuador informó que las Fuerzas Militares llevaban casi un lustro haciendo labores de
seguimiento al terrorista abatido.

Pero Correa, ya en la inopia argumental, pues el ciudadano ecuatoriano pasó de ser un joven respetable e inofensivo a un objetivo de la inteligencia militar ECUATORIANA, salió con una perla que supera la mayoría de bravuconadas de Chávez: "Si Aisalla era delincuente, guerrillero, como quieran catalogarlo, no justifica que se asesine a un ecuatoriano en suelo del Ecuador por fuerzas extranjeras''. Menuda tesis la de Correa: Si un ecuatoriano colabora y participa desde su propio país en acciones terroristas contra un vecino, ese personaje está exento de responsabilidad por su nacionalidad. No importa que sea un terrorista (dice Correa): Lo importante es que lo mataron en una violación a la soberanía que, dicho sea de paso, fue una medida desesperada ante LA NEGLIGENCIA Y ALIANZA DE UN GOBIERNO QUE COMPARTE INTERESES CON LAS FARC.

Pero Correa, con su disparate, lo que está haciendo es validar los motivos de Colombia para emprender la osada acción militar contra el campamento de ‘Reyes’, pues además de la colaboración manifiesta del gobierno ecuatoriano con las FARC, también hay ciudadanos de ese país que se convierten en mano de obra criminal para los terroristas. Eso, ni más ni menos, justifica plenamente una acción de legítima defensa, pues un Estado (gobierno y algunos ciudadanos ecuatorianos) está colaborando con un grupo terrorista que intenta destruir a una nación: Colombia.

Parece que a Correa le importa más su papel de plañidera que el hecho de que sus connacionales estén siendo cooptados por las FARC en un campamento permanente ubicado en territorio ecuatoriano sin que el gobierno Correa haya hecho un solo gesto de molestia por semejante violación a la soberanía de ese país, o ¿cuándo hemos visto a Correa haciendo pataleta por la presencia de las FARC en territorio ecuatoriano?

Correa quiere distraer a sus electores, pues no tiene explicaciones honradas sobre los motivos que lo llevaron a permitir que las FARC se radicaran al sur del río Putumayo utilizando suelo ecuatoriano para agredir a militares y civiles colombianos que no pueden defenderse porque si un tiro cruza la frontera, Correa arremeterá feroz en compañía de su ventrílocuo Hugo Chávez.

Nada de lo anterior ha sido explicado por el presidente ecuatoriano… más bien lanza evasivas, descalifica, adjetiva y hace esfuerzos enormes para evadir una realidad que ni sus pataletas pueden esconder: Su amistad con las FARC.

Chávez disputa la corona
Pero si en Ecuador los disparates están a la orden del día, en Venezuela no se quedan atrás. El arlequín de Miraflores, aterrado por el contenido de los computadores de ‘Raúl Reyes’, lanzó una
amenaza velada: Le pidió al gobierno colombiano que deje de utilizar la información de esos computadores porque eso puede incendiar la región andina.

No se entiende cómo, si el contenido es un montaje imperialista como dice Chávez, esto puede incendiar una región. Por el contrario: Si la información es falsa, pues a los implicados no les quedaría difícil demostrar la burda patraña y salir fortalecidos de la situación. Aunque ciertamente a Chávez y a Correa les resulta imposible entrar en el plano de los argumentos y de las pruebas, pues la retórica ramplona es la característica común de ambos siniestros.

Colombia no se queda atrás
Y finalmente un disparate estratégico está ocurriendo en Colombia. Al gobierno se le ocurrió anunciar que para salvar la vida de Ingrid Betancourt se hace necesario excarcelar a todos los terroristas,
incluyendo a aquellos que han cometido crímenes de lesa humanidad.

No se entiende que para salvar a Ingrid se tenga que sacrificar la vida y la seguridad de millones de colombianos, con el absurdo supuesto de que se “comprometerán a no volver a delinquir”… ¿Quién garantiza que cumplan con su palabra? ¿El Presidente? ¿El Polo? ¿Francia? ¿La familia de Ingrid Betancourt?

Es que esos terroristas que saldrán a las calles no son angelitos: Son criminales, asesinos, secuestradores, autores de masacres, ejecutores de carros-bomba y miles de “crímenes altruistas”. Y esos angelitos no van a salir a buscar empleo en una oficina, ni irán al Incoder a pedir un pedazo de tierra para cultivar… ¡No señores! Esos “angelitos” van a salir a secuestrar, a armar carros-bomba, a masacrar “sapos” y a emprender una nueva escalada de terror en el país. Ese es el interés de las FARC para que los liberen: Recuperar esa mano de obra muy calificada en asuntos de terror.

Esos “angelitos” van a salir a derramar sangre inocente, a dejar centenares de familias en la angustia de tener a un ser querido secuestrado. Esos generarán viudas y huérfanos y madres adoloridas por el asesinato de un hijo… Esos arrebatarán la vida de miles por solo una colombiana. ¿Vale más la vida de Ingrid Betancourt que la de miles de colombianos? ¿Vale más la tranquilidad de la familia procaz de la señora Betancuort que la angustia de millones de colombianos? ¡Ah! Porque todos estaremos en riesgo y nosotros, nuestras familias o nuestros amigos podríamos ser víctimas de los terroristas, todo por salvar a una sola secuestrada.

Así las cosas, el gobierno Uribe muestra una gran debilidad al oficializar este disparate, pues contradice todo lo que ha venido trabajando y de paso, se lleva por delante el enorme esfuerzo de las Fuerzas Armadas por capturar a los criminales que ahora, por obra y gracia de un decreto, se convierten en “angelitos”.

Claro que el disparate, y esto es una especulación, puede ser estratégico: Mostrar la voluntad del gobierno para avanzar en el intercambio humanitario, sabiendo que el decreto no se aplicará porque Ingrid, la joya de la corona,
ya está muerta. Los reportes sobre la salud de la secuestrada, que datan de finales de febrero, indican que a Ingrid le quedaban pocos días de vida si no era tratada por especialistas y las FARC no están en condiciones de prestarle ese tipo de atención. Por lo tanto, no resultaría extraño que el gobierno tenga información de inteligencia que esté utilizando en una estrategia para acorralar completamente a las FARC.

El gobierno sabe que las FARC reiterarán su petición de despeje de Pradera y Florida y así los terroristas quedarían contra la pared: Uribe les pediría la libertad de Ingrid como requisito para establecer la zona de encuentro (cedería ante los “humanitarios” del intercambio), lo que el terrorismo no podría satisfacer ante los ojos del mundo, y esto significaría un jaque mate a los intereses de las FARC en Colombia y en el mundo… pero es solo una hipótesis.

Entre tanto la izquierda “democrática” guarda silencio, pues si algo han señalado hasta el cansancio es que no se puede generar impunidad ni tampoco se pueden perdonar los crímenes de lesa humanidad… pero claro, son imperdonables los cometidos por paramilitares, porque los otros, los que les convienen, han sido crímenes de lesa humanidad altruistas.

Por Jaime Restrepo. Director Sistema Atrabilioso.

viernes, 28 de marzo de 2008

La mala fama

Mientras que nuestros profesionales, artistas y deportistas son muestra universal de lo mejor de este país, algunos mal llamados padres de la patria, elegidos popularmente y por lo tanto representantes de nuestro pueblo, se dedican a mostrar en el exterior, como prototipo, lo que es puntual y más feo.

Primero éramos narcotraficantes y algún ex presidente lo gritó por todos los rincones del mundo; ahora somos paramilitares y mafiosos; y si seguimos generalizando seremos guerrilleros y terroristas. A tanto se ha llegado, que dos gobiernos extranjeros nos lo gritan por los medios, y quien sabe cuantos lo comentan en privado.

Lo extraño es que lo hubieran callado tanto tiempo, y solo ahora reaccionen tratando de debilitar con ataques, precisamente a quienes están combatiendo lo anormal. Se podría pensar que tratan de impedirlo, o que se escudan en las denuncias, amparados en que le mente humana asume –muchas veces erróneamente- que quien acusa esta libre de culpa.

Los líderes indiscutibles en el desprestigio internacional de Colombia son la senadora Piedad Córdoba, y la mal llamada “diplomacia” de las Farc: no hay nada que una más, que la unidad de los propósitos.

Pero también se podría afirmar que el mismo odio que las grandes mayorías le cargan a las Farc, se traslada de manera inevitable a sus simpatizantes; y lo esperado –psicológicamente hablando- es que los violentos de palabras estén preparados para recibir, al menos el mismo tipo de violencia que aplican, aunque fuéramos –que no- la personificación colectiva de Mahatma Gandhi.

Entonces ¿con qué autoridad moral reclama la senadora cuando -en justa reacción- alguno de los millones de colombianos ofendidos, la insultan en la calle? Si la democracia la entiende como la libertad de
insultar a todo un país, también tendrá que entenderla como la libertad de ser insultada.

Nosotros la entendemos como el libre debate de las ideas, en lo posible sin tocar a las personas.

No obstante, difícil de entender que procedan así precisamente quienes viven de la opinión de los ciudadanos, pues atacar un gobierno con tanta popularidad es atacar a sus simpatizantes. Sin embargo, aunque las encuestas muestran que son minorías los que están inconformes con los cambios que están transformando al país, y quisieran regresar al status quo anterior que los privilegiaba, son suficientes para elegir un puñado de senadores, y a eso podrían estar apostándole

Pero alimentar los odios de las minorías en busca de votos, es una estrategia egoísta y perversa que tiene sus riesgos y sus consecuencias. Una de ellas, la agresión en forma de insultos -quien sabe que otras- de quienes se sienten lastimados.

La liberación de los secuestrados, no parece ser mas que otra excusa, porque no es difamando al país como se consigue; a menos que se acepte que esto es un asunto de amores y de odios, y que odiando al país termine amada por los secuestradores, y consiguiendo las liberaciones. Por infantil e inverosímil que parezca, esta dinámica, parece estar dando algún resultado: ¿hasta dónde y hasta cuando?

Creo que nos hemos equivocado. Entre las libertades que garantiza la democracia no está el derecho a insultar (aunque algunos digan que la política es la continuación de la guerra); ni es de seres civilizados –o superiores como deben ser quienes nos representan- el hacerlo.

Por: Miguel Yances Peña. Columnista de El Universal de Cartagena.
myances@msn.com

miércoles, 26 de marzo de 2008

Los totalitarios liberales y el dios Estado

Entre las innumerables mentiras que se leen día tras día en los medios y blogs colombianos, la que atribuye al líder del Polo Democrático Carlos Gaviria rasgos de “liberal” es una de las más socorridas. ¿Por qué es liberal? Según Antonio Caballero porque defiende el delito político, es decir, el derecho a destruir por la fuerza la institucionalidad democrática. Es sólo un ejemplo de la cultura nacional. Lo corriente es que se considere liberal a Gaviria porque como magistrado sustanció un texto en el que se defiende el derecho a disponer de una dosis personal de drogas.

Esas libertades son uno de los puntos de fricción de las diversas facciones políticas en muchos sitios, y al menos en Europa esa defensa no se considera propiamente liberal sino que se atribuye a la izquierda. Los totalitarios colombianos sólo aplican una fórmula gastada. ¿Cómo se complementa la defensa de las aspiraciones de los consumidores de drogas o de los homosexuales con el discurso totalitario que define a la izquierda radical en todas partes? Es un tema de mucho interés, y la actitud de Carlos Gaviria ante las drogas o de Piedad Córdoba ante los homosexuales es característica.

¿Cómo pueden ser liberales los totalitarios? Podemos empezar preguntándonos cómo es un régimen totalitario. El caso más conocido es el de Cuba: los contrarrevolucionarios son enemigos públicos y los únicos cubanos que tienen derechos son los partidarios del régimen. Esa división de la sociedad en buenos y malos y esa persecución de los que no suscriben la propaganda oficial se encuentran en todas las dictaduras, pero con el totalitarismo se lleva al extremo. El caso venezolano también puede servir para explicarlo.

Bueno: los totalitarios perseguirán a quienes se les resistan, no vacilarán en usar los peores métodos de terror y el que dude de que Carlos Gaviria y todo el PDA corresponden a esa descripción pueden buscar en alguna declaración de algún dirigente alguna crítica a las prácticas del régimen cubano. Pero entonces ¿por qué defienden a los consumidores de drogas y a los homosexuales? Es sencillísimo, porque para poder perseguir a los “malos” tienen que tomarse el poder y formar mayorías de respaldo en la sociedad. Esos grupos, como las mujeres maltratadas, los agraviados por la exclusión racista, los partidarios de la eutanasia o de la libertad de abortar, etc., son un público al cual “venderle” la promesa de una reforma liberalizadora.

Ante todo, la aventura totalitaria pretende una transformación radical de la sociedad y por eso da por sentada la oposición de los grupos conservadores, en los países hispánicos de la Iglesia católica y también de los grupos evangélicos. La propaganda de los “derechos” y libertades busca atraer a todos los sectores heterodoxos y discrepantes con esa tradición, no importa que para eso haya que buscar complacer, como ocurre en España, al mismo tiempo a los musulmanes fundamentalistas y a las feministas radicales: todo sea para arrinconar al odiado PP y a Bush.

Los totalitarios usan una técnica eficacísima para ensanchar su poder sin cesar: crean toda clase de derechos cuya defensa requiere toda clase de tributos, y la forma de cobrar esos tributos es cada vez más sutil. Mucha gente vive creyendo que no paga impuestos y sí disfruta de servicios, sólo porque quienes pagan impuestos son las empresas, que trasladan el gasto al precio. Alrededor del Estado van formándose toda clase de buscadores de rentas dedicados a defender derechos, que bien pueden ser los de los homosexuales, los de las mujeres maltratadas, los de los consumidores de drogas... No hace falta decir que esos buscadores de rentas son instintivamente partidarios de los partidos totalitarios, tal como ocurre con los gremios de profesionales de la salud, la educación o la justicia en toda Hispanoamérica: el totalitarismo es el partido de los que viven de la política o del Estado.

Pero ese efecto combinado de descalificación de los núcleos conservadores y respaldo de todos los que presentan conductas heterodoxas, por una parte, y expansión de los derechos, por otra, tiene un efecto muy llamativo: dado que las creencias religiosas impregnan las costumbres y muchos niveles profundos del pensamiento, la gente empieza a obrar respecto de la organización que le provee tantos derechos de una forma que evoca la religiosidad. Yo he llegado a ver un pesebre laico en Navidad, y cartas de personas que exigían al Concejo de su ciudad la ocasión de celebrar la iniciación de sus hijos sin el ritual religioso...

Bueno, entendámonos: un pesebre laico no sólo debe tener derecho a existir sino que puede resultar interesante, al igual que una ceremonia laica y atea de iniciación de los menores que compita con la Primera Comunión, en todo caso nadie tendría por qué perseguir a quienes llevaran a cabo tales cosas. Cuando menciono esas cosas me refiero a que las hacía el gobierno o se esperaba que las hiciera.

El caso extremo de eso se da con la petición de una señora francesa que exigía que se le practicara la eutanasia activa, pues un cáncer le deformaba la cara y le producía dolores atroces. Expuestas a ese albur, las personas adeptas a las religiones por lo general descartan el suicidio, pues sienten que su vida no es tan suya como para disponer de ella. Pero las personas no creyentes ¿qué motivo tendrán para no suicidarse sino esperar que lo haga el Estado? Se pueden exceptuar los casos como el del español Ramón Sampedro, que no podía elegir esa opción por estar inmovilizado.

Sencillamente, las personas ya no creen que su vida es de Dios y no le ruegan a Él que ponga fin a su sufrimiento, sino que sienten que se la han entregado a los amables doctores que defienden sus derechos, administradores temporales, oficiantes, de una misión superior: la Historia, la Patria, la Justicia Social, la Revolución Bolivariana...

La cuestión de la eutanasia activa es muy amplia y compleja, y en lo comentado aquí no cabe ninguna alusión a las personas que no pueden decidir lo que quieren por estar privadas de la conciencia. Lo que encuentro en ese caso de la señora francesa es esa perversión peligrosísima de confundir los intereses diversos que pugnan por la liberalización de las costumbres y la ambición de los totalitarios de usar esos anhelos como medio de obtener respaldo para su proyecto neoesclavista. Los creadores de derechos no aumentan los bienes de que dispone la sociedad, sino que encuentran un pretexto eficaz para poner la canal y asegurar su dominio, y esa succión debilita a la gente, la despoja de autonomía y capacidad de comprensión más que cualquier secta supersticiosa.
Por Jaime Ruiz. Columnista del Sistema Atrabilioso.

lunes, 24 de marzo de 2008

Propaganda y reportes de guerra

¿Se puede creer en la información contenida en los computadores de terroristas abatidos? Esa es una pregunta que ronda en el pensamiento de colombianos, ecuatorianos, venezolanos y latinoamericanos en general.

La primera duda sobre los computadores de ‘Raúl Reyes’ se relaciona con su integridad después del bombardeo: ¿Cómo es posible que unos aparatos tan delicados hayan sobrevivido a la operación? La respuesta puede ser cruda, pero indicativa: De la misma manera que el cadáver del terrorista abatido quedó en buen estado (salvo por la pierna que perdió al pisar una mina antipersonal y el impacto de bala en el rostro) y evidentemente no sufrió deterioro como consecuencia del bombardeo.

Entonces, si un cadáver, que es muchísimo más delicado que un computador quedó resguardado de las consecuencias de la metralla y onda explosiva de las bombas lanzadas, con mayor razón los computadores, que seguramente estaban muy cerca del cabecilla ‘Reyes’, quedaron a salvo de las detonaciones.

Ahora concentrémonos en el contenido de esos computadores. Siempre se ha dicho, y con razón, que las FARC han elaborado truculentas tácticas propagandísticas que muchos colombianos desestimamos de inmediato. En otras ocasiones se han lanzado a la aventura de mentirle al mundo, como ocurrió con el caso de Emanuel, el hijo de Clara Rojas, así la diligente Piedad intente generar suspicacias sobre algo que es comprobable: El niño no estaba en poder de las FARC y el grupo terrorista blofeó con la “mercancía” que prometió devolver pero que no estaba en sus manos.

Incluso muchos de los que han puesto en tela de juicio la veracidad de la información se preguntan ¿por qué ahora si les creen a las FARC?

Para responder a este interrogante, se hace necesario diferenciar entre la propaganda que difunden los terroristas en los comunicados que envían por diferentes canales (Agencia Bolivariana de Prensa, Anncol, Prensa Latina, etc.) y la información confidencial que cruzan los cabecillas de la organización: En el primer caso tienen el propósito de manipular al público con partes mentirosos de guerra, señalamientos infundados contra colombianos que no comulgan con las FARC, o simplemente buscan lanzar cortinas de humo para ocultar sus métodos y la actual situación de crisis.

La segunda, la de la información personal entre los cabecillas, muestra de manera certera lo que está ocurriendo al interior del grupo terrorista, sus retrocesos, planteamientos políticos y alianzas para salir del atolladero en el que se encuentran.

Incluso José Miguel Insulza, Secretario de la OEA,
afirmó que ”ni Interpol ni yo, ni nadie, puede decir si la información es cierta. Podrán certificar que no hay falsificación material, pero no podrán certificar que las cosas que el señor 'Reyes' diga en sus computadores sean ciertas".

Es importante entonces preguntarse: ¿Por qué ‘Raúl Reyes’ les mentiría a sus compañeros del secretariado? Es que pensar que la información contenida en el computador del terrorista abatido es falsa o manipulada conlleva a que el terrorista contaba con que dicha información saldría a la luz pública, y esa suposición resulta absurda si se tiene en cuenta que las FARC tienen sus canales establecidos para la propaganda y la difusión de sus mentiras de guerra, que además están al servicio de los cabecillas y por tal motivo, cuando alguno quiere dar a conocer alguna desinformación propagandística, pues hace uso de dichos canales y el asunto queda resuelto.

Es evidente que ‘Reyes’ no contaba con que esa información saliera a la luz y mucho menos que fuera incautada por las autoridades colombianas: A lo sumo el terrorista podía pensar que sus computadores caerían en manos de Ecuador y el individuo sabía que ese gobierno ya estaba neutralizado y alineado.

Lo anterior implica necesariamente que la situación es contraria a lo expuesto por Insulza: Si se certifica, como ocurrirá el 30 de abril, que el material es auténtico esto querrá decir que también se certifica el contenido del material incautado, pues lo cierto es que ‘Raúl Reyes’ no tenía motivos para manipular la información ni para mentir sobre el resultado de sus tareas: De repente exageró en sus logros y generó falsas expectativas en sus camaradas, pero eso no convierte en falsa la información recuperada. Además, muchos de los documentos incautados NO FUERON ESCRITOS POR ‘REYES’ sino que los recibió de otros mandos de las FARC y por lo tanto se constituyen en reportes de guerra que hacen otros cabecillas al mando colegiado del terrorismo colombiano.

Otro hecho que se debe tener en cuenta es que la información se ha confirmado con hechos que no pueden pasarse por alto: La captura del traficante ruso de armas, la detección de las caletas de las FARC en Costa Rica, la existencia de un santuario del terrorismo en Ecuador con una relación RECONOCIDA (escondida tras la fachada de lo humanitario) entre altos funcionarios del gobierno del vecino país con el grupo terrorista, un presidente venezolano buscando afanosamente el reconocimiento de las FARC como fuerza beligerante, numerosos campamentos en tierra venezolana, cédulas “bolivarianas” para favorecer a los cabecillas del terrorismo, homenajes sentidos para el “gran revolucionario” asesinado y
esa declaración de apoyo del flamante ministro del interior venezolano Rodríguez Chacín: "Estamos muy pendientes de su lucha (...) Mantengan ese esfuerzo y cuenten con nosotros".

Todo lo anterior se constituye en un cúmulo de hechos que encajan perfectamente en los poquísimos documentos datos a conocer hasta el momento sobre los computadores de ‘Reyes’ o también en la comprobación de la veracidad de los datos incautados.


Así las cosas los hechos confirman las palabras y solo falta la certificación de la autenticidad de los documentos para tener la certeza de los movimientos internacionales de las FARC y del arrodillamiento de algunos gobiernos pusilánimes que rigen los destinos de dos países vecinos.

AL CIERRE: Es una lástima que las autoridades colombianas hagan caso omiso de las advertencias: Hace un tiempo
anunciamos el peligro que representaba el embajador de Ecuador en Colombia. Pues bien: El peligroso personaje, amigo entrañable de Fidel y de Chávez, ya desató una de sus acciones de ataque, aunque ahora no tuvo los pantalones para sostener lo que dijo. Ese es un personaje siniestro al que debería retirársele el beneplácito por parte del gobierno colombiano, en caso de que algún día se restablezcan las relaciones diplomáticas entre Colombia y Ecuador.

AL CIERRE II: ¿Qué hacía alias ‘Lucho’ en el campamento de ‘Raúl Reyes’? Lo obvio: Planear atentados, buscar mecanismos para profundizar el derramamiento de sangre, concretar planes para obtener los réditos políticos del trueque de mercancía humana por terroristas condenados, etc. Lo importante es saber el número de crímenes que el ecuatoriano cometió en territorio colombiano y saber si tenía vínculos con funcionarios del vecino país. De ser así, Colombia debe romper DE INMEDIATO, cualquier vínculo con Ecuador y emprender una acción internacional de denuncia sobre la participación de mercenarios ecuatorianos en el conflicto INTERNO colombiano.

Por Jaime Restrepo. Director Sistema Atrabilioso.

lunes, 17 de marzo de 2008

El frente virtual de las FARC

Diciente la entrevista concedida por el asesor presidencial José Obdulio Gaviria. Más allá de los cálculos en cuanto al número de combatientes de las FARC y de su concepto sobre los frentes operativos de la organización terrorista, llaman la atención algunos elementos que Gaviria no entra a profundizar.

Una de las primeras conclusiones que se pueden extraer de la entrevista es que el Gobierno está consciente de la incomunicación que viven los cabecillas del grupo terrorista: No solo están aislados, como lo hemos venido diciendo desde hace meses, sino que después de la desarticulación de la base de comunicaciones de las FARC en el Caguán, los cabecillas están sin posibilidades de interconectarse para compartir sus planes de terror.

Más que creerle al Asesor, los hechos muestran que esto es verdad: El cabecilla terrorista ‘Iván Ríos’ solo tenía algunos contactos con ‘Alfonso Cano’ (el hermano de un concejal
“conciliador” del PDA en Bogotá) e incluso el abatido criminal tenía dificultades para comunicarse con sus propios hombres.

Pero esto va más allá: Esa incomunicación, unida al aislamiento que viven las FARC en Colombia, demuestran que el cacareado repliegue estratégico fue una farsa para ocultar la contundencia continua de los golpes que han recibido por parte de las fuerzas del Estado: Los “grandes héroes” están huyendo como los cobardes que son. Solo en Ecuador y Venezuela pueden permanecer tranquilos… por lo pronto.

Tampoco se puede llegar al optimismo desbordado del Asesor quien desconoce que hay unidades operativas al mando de ‘Joaquín Gómez’, ‘Pablo Catatumbo’ ‘Timochenko’ y ‘Granobles’ entre otros, porque en estos momentos decisivos, un error de análisis puede ser fatal para la política de Seguridad Democrática.

Si bien es cierto que en el momento las FARC no tienen un mando unificado real (ese que imparte una orden y todos sus comandados la cumplen) por física imposibilidad de comunicación, no se puede perder de vista que las directrices que impartió en su momento el Secretariado siguen vigentes y es sobre esa carta de navegación que podrían actuar los frentes activos. Y eso es muy peligroso, porque al carecer de una real capacidad operativa, las FARC podrían optar por las acciones terroristas como un recurso para demostrar que siguen vigentes y que tienen poder.

Otro de los aspectos importantes de la declaración del asesor José Obdulio Gaviria es lo que él denomina la sexta banda. Dice Gaviria que “la más activa y la que más genera apariencia de guerra en Colombia o conflicto interno armado es la banda del Internet, que va unida a la Coordinadora Continental Bolivariana, y tiene todo el discurso de la izquierda terrorista que exalta a las Farc.”

Esta es la primera vez que el alto gobierno reconoce la existencia de lo que se ha llamado el Frente Virtual, ese que muchos hemos soportado en ataques y amenazas proferidos desde el anonimato cobarde, ese que valida los discursos de las FARC y trata siempre de llevar las situaciones a la justificación de todas las formas de lucha.

Hemos leído su actuar y los hemos padecido hasta con recados personales dejados con empleados que trabajan en nuestro conjunto residencial. Las amenazas han incluido a nuestras familias y nuestra honra ha sido vapuleada por sus miembros.

Otros datos de interés
Seguramente el asunto más polémico de la entrevista tiene que ver con el número de combatientes de las FARC. Las cuentas del Asesor señalan que son entre 7 y 8 mil hombres y mujeres (la mayoría niños y niñas), pero ese cálculo podría ser muy optimista.

Veamos: Después de la Zona de despeje, las FARC tenían cerca de 21 mil combatientes, más de 60 frentes y las posibilidades de “escampar” en sus santuarios internos y externos. Aceptemos que cerca de 10 mil guerrilleros se han desmovilizado (aunque no hay cifras precisas que indiquen si ese número corresponde a las FARC o si es un consolidado de las deserciones de todos los grupos armados ilegales) lo que indicaría que quedarían en operación cerca de 11 mil combatientes.

De esos hay que restar las bajas y los fusilamientos que han ordenado sus cabecillas, lo que podría dar un número cercano a los 9 mil combatientes. Pero esa cifra es peregrina si se tiene en cuenta que en los antiguos Territorios Nacionales, las FARC continúan con sus prácticas de reclutamiento de niños para la guerra. Hace casi dos años
reportamos esa situación, por lo cual, el número de combatientes estaría cercano a los 10 mil hombres, sin contar con los del Frente Virtual, que no son muchos pero hacen ruido.

Ciertamente el camino emprendido por el Presidente ha demostrado que es el correcto,
que las delaciones (no el asesinato) que tanto les molestan a los justificadores de las FARC, son efectivas y han dado resultados. De igual forma la estrategia de estrangulamiento, esa que busca asfixiar económicamente a una organización delictiva, ha dado sus frutos al punto de tener a los combatientes sin provisiones ni elementos mínimos para la supervivencia, lo que resquebraja la moral y lleva a muchos a jugarse la vida para huir del infierno en el que entraron y que se apellidaba “ejército del pueblo”.

Gaviria también habla de las alianzas políticas y de los contactos del terrorismo con dirigentes colombianos y señala que están rotos, SALVO los que mantienen “los que hablan de la liberación de los secuestrados”.

Con esta frase Gaviria ha dejado al descubierto el otro frente importante de las FARC: El brazo político, el que
coincide con las presiones al gobierno para el despeje y el intercambio humanitario, el que cumple las directrices de ‘Tirofijo’ y el que señala la “democracia virtual colombiana” como algo que se debe sustituir con el totalitarismo y la tiranía de los asesinos altruistas.

Finalmente el Asesor presidencial lanza la tesis de que las FARC se pueden combatir y derrotar militarmente. Con estas palabras, Gaviria olvida que el propósito militar es el debilitamiento del enemigo para que desista de sus propósitos y que TODA confrontación, conflicto, guerra, amenaza terrorista o como quiera llamarla, termina en un diálogo para acordar los puntos de la rendición. En esto ni el país ni el gobierno pueden llamarse a engaños ni mucho menos asumir una actitud soberbia: Las FARC pueden ser debilitadas al máximo, pero en algún momento tendrán que acordarse los términos de la rendición o de desmovilización y eso es un elemento netamente político y no militar.

Estamos en un momento clave de la historia colombiana: Cualquier error, cualquier asomo de triunfalismo puede dar al traste con los avances obtenidos hasta el momento, pues además de los frentes activos, también están el brazo político y los apoyos gubernamentales de los vecinos, y todo eso junto puede voltear la balanza en cualquier momento.

Puede que a muchos no les simpatice el asesor José Obdulio Gaviria… puede que a varios nos moleste su relación familiar con Pablo Escobar… Pero sería una estupidez descalificar las ideas de Gaviria por antipatías o inevitables vínculos sanguíneos, y no por el contenido de sus anuncios: Ese sería un error de principiantes.

Por Jaime Restrepo. Director Sistema Atrabilioso.

viernes, 14 de marzo de 2008

Buffet para psicólogos



Lo que no se pudo con argumentos racionales, se logró con lo que los psicólogos hoy en día llaman inteligencia emocional.

Por lo menos en el “folclorismo” del Caribe eso funciona.

Horas antes de la cumbre de Río, la OEA había producido una declaración de principios que dejaba empatada la contienda andina, reconociendo la valides tanto de los reclamos de Colombia como los del Ecuador.

El Art. 21 de la Carta de la organización aludida, establece que “el territorio de un Estado es inviolable, no puede ser objeto de ocupación militar ni de otras medidas de fuerza tomadas por otro Estado, directa o indirectamente, cualquiera que fuere el motivo, aún de manera temporal" principio que favorece la posición de Ecuador. Y el Art., 19, que "ningún estado o grupo de Estados tiene el derecho de intervenir, directa o indirectamente, y sea cual fuere el motivo, en los asuntos internos o externos de cualquier otro” principio que favorece la de Colombia.

Declaración que no satisfizo a Correa.

No obstante, el presidente de República Dominicana, quien presidió como anfitrión la cumbre de Río, supo encontrar el momento adecuado para promover un apretón de manos entre los presidentes de las partes en conflicto, y el de Colombia lo aprovechó.

Para los psicólogos esto debió ser un delicioso buffet, los mismos, que minutos antes habían atacado al dignatario, y solo muy tangencialmente el problema (puro primitivismo) se sintieron desarmados ante el cambio de actitud, y se calmaron los ánimos.

Sin embargo quedó la percepción de que solo era parafernalia, y que los problemas de fondo que habían generado la crisis seguían intactos. Con razón había dicho el presidente de Colombia en la misma cumbre que “yo no sirvo para la política, tiene mucho de farsa e hipocresía”.

Al menos cuatro argumentos, no suficientemente defendidos, soportan la posición colombiana. El primero que las formulas de solución del conflicto que proponen los países vecinos, ya han sido ensayadas en el pasado, algo que ellos parecen desconocer, y esa es la razón fundamental del Art. 19 de la carta de la OEA. El segundo, que por primera vez se ve a las Farc debilitadas: los correos electrónicos descubiertos en la computadora de Reyes así lo expresan, y el asesinato de Ríos lo confirma, y eso valida la estrategia. Tercero, que más responsabilidad le cabe a los vecinos al dejar entrar a las guerrillas a su territorio, que a Colombia por combatirlas, y cuarto que el éxito de la estrategia colombiana, solo será posible con la colaboración de los vecinos.

Nada de esto quedó aceptado en la cumbre, aunque se logró algo inesperado: que el dialogo entre las naciones se restableciera, que las relaciones diplomáticas se reanudaran, y que el comercio entre los países volviera al status previo a la confrontación, y eso ya es un triunfo para Colombia.

La verdadera instancia es la OEA y posiblemente la ONU, de ellas podría salir la predecible amonestación a Colombia, pero lo que es mas importante, el propósito multilateral de ejercer una verificación permanente de las relaciones de los vecinos con las Farc; verificar la existencia de campamentos en su territorio; y forzar a que sean combatidos de manera eficaz por sus respectivos gobiernos, o por fuerzas multilaterales si fuera el caso.

Por: Miguel Yances Peña. Columnista de El Universal de Cartagena.
myances@msn.com

miércoles, 12 de marzo de 2008

¿Y si las FARC desistieran...?

Muchos pensarán que leer y escribir argumentos sobre política es una pérdida de tiempo, pero a algunos nos parece que no, que realmente los problemas relacionados con la sociedad dependen más de las palabras que de los actos de determinadas personas, trátese de la mano que firma un cheque o del dedo que aprieta un gatillo. Esto interesa porque, en consecuencia, los problemas están más en lo que pensamos y decimos que en lo que hagan otros que siempre están lejos y son incontrolables para nosotros.

Quien así piense desconcertará a la mayoría de los colombianos y les parecerá chiflado. Pero tal vez valga la pena llevarle la corriente al otro a ver con qué sale, porque el que ya está contento con sus certezas ni siquiera empieza a leer. Por ejemplo, el lector podrá preguntarse cuántas veces habrá oído decir que las FARC han perdido sus ideales y se han convertido en unos vulgares narcotraficantes. Yo creo que serán muy, muy, muy raros los colombianos que no suscriban esa afirmación. Bueno, ya puestos a creer, yo creo que el único motivo por el que las FARC no se desmovilizan es esa certeza de tanta gente.

Por ejemplo, cualquier dirigente de las FARC sabe que sus posibilidades de tomar el poder son ínfimas, en realidad, inexistentes, mientras que el peligro de morir es altísimo, y en caso de avenirse a negociar y desmovilizarse tendrían casi asegurada la impunidad y aun salvarían los millones que han acumulado. ¿No? Las ideas de los colombianos sobre los guerrilleros son mucho más inexplicables que las razones de éstos. Parece que mataran gente por vicio y que prefirieran vivir en cambuches que en mansiones. Pero vamos a seguirle la corriente al loquito que firma Jaime Ruiz y a suponer que son personas bastante parecidas a los demás colombianos y que en realidad es muy probable que deseen desistir y vivir con alguna seguridad y solvencia económica. Resulta que el que pusiera de manifiesto ese deseo sería descalificado por los demás dirigentes y probablemente asesinado. En cuanto el mando estuviera en manos de uno solo, ése querría también desmovilizarse, pero ¿quién le aseguraría que no habría un subalterno que no encontrara el camino para convertirse en el gran líder eliminando al liquidacionista de turno?

Es una trampa en la que siempre están metidas las guerrillas y de la que no tienen salida aparente: mientras la derrota no sea definitiva y evidente, el camino del liderazgo es siempre la intransigencia. Pero de todos modos vamos a suponer que ocurriera, que todos los dirigentes de cierto rango aceptaran la conveniencia de una desmovilización negociada y de buscar una salida y convertirse en ganaderos o finqueros de las regiones en que viven desde hace tiempo. ¿Cómo los verían los demás colombianos de la llamada izquierda que durante tanto tiempo han esperado que la negociación con las guerrillas abra el camino al socialismo? ¿Estarían tan contentos de ver a sus antiguos “muchachos” convertidos en enemigos sociológicos? Sinceramente creo que no. Pero es porque yo leo las columnas de opinión y los foros colombianos y sé que hay cientos de miles de personas, la mayoría de las que tienen relación con la función pública o con las universidades, que desean tanto la negociación política con las guerrillas como el rumbo socialista. Verdaderamente hay que ser muy iluso o muy obstinado para creer que las guerrillas no tienen partidarios y clientela.

Pero aparte de esos “opinadores” que no pierden nada con los sufrimientos de los guerrilleros están los líderes de esa facción política, que en cambio perderían mucho en caso de que el formidable elemento de presión que son las guerrillas desapareciera. Primero sería un triunfo del odiado Uribe y de todo el “establecimiento”, y segundo la desilusión de tantas personas que han puesto su esperanza en la revolución socialista que ayudarían a hacer las guerrillas echaría a perder la carrera de esos líderes. El pacifismo no les representa ninguna pérdida y la hostilidad hacia las guerrillas les haría perder respaldos entre su público: no es tanto que los dirigentes del PDA no estén hartos de las guerrillas, sino que el que se mostrara demasiado hostil y propusiera renunciar a la “solución política negociada” —que sólo es el nombre moderno de “combinar todas las formas de lucha”— sería tachado de uribista y quedaría en minoría: a fin de cuentas los únicos beneficiarios de esa negociación serían esos políticos.

Es decir, todo remitiría como propuse al principio, a la opinión de cada persona. En la historia humana la guerra era el camino por el que el bárbaro indigente se convertía en príncipe, como es obvio que ése no es el futuro de los líderes de las FARC, queda claro que la alternativa es sólo ser fracasados fugitivos y expuestos a morir a manos de sus propios subalternos o fracasados prósperos y de vida apacible. Lo que pasa es que la segunda opción no la aceptan los que son prósperos y se divierten gracias a la guerra, los llamados “mercenarios de la paz”, esa multitud de profesores y miembros de ONG a que aludía un profesor español en un
post que ha despertado un revuelo considerable. ¿Cómo explicar que en realidad los líderes guerrilleros sólo intentan formar parte de esa elite de la sociedad, que en el caso de triunfar de todos modos seguirían siendo subalternos y estarían expuestos a las intrigas de esas poderosas redes?

Cuando se piensa en esos líderes guerrilleros, el caso de Iván Ríos es paradigmático: individuo tal vez brillante pero del Putumayo, se “formó” en la Universidad Nacional (en Medellín) y adhirió a la doctrina ortodoxa que predicaban y predican otros que provenían de la capital y de familias bien relacionadas y que ciertamente nunca han pasado penurias ni dificultades sino que han sabido explotar el “conflicto” y las ilusiones de tantos y tantos como él para lucrarse y acumular poder. ¿Qué han sido las FARC para los campesinos de los departamentos del sur de Colombia a los que pretendían redimir sino los peores opresores? Y respecto al orden social que pretendían destruir, ¿cuándo se darán cuenta de que son sus principales garantes, de que el escalafón de los magistrados, rectores y congresistas sólo es la vieja jerarquía mientras que el odiado capitalismo abre el camino a una sociedad de competencia en la que esos campesinos a los que creen que se deben tendrían muchas más oportunidades?

Dice un viejo adagio que todo empieza por ser un sueño: ojalá los colombianos que albergaron el sueño del socialismo y de la revolución violenta se dieran cuenta de que fue eso lo que arrastró a miles de muchachos menos afortunados que ellos al crimen. Ojalá empezaran a desistir ellos y ojalá los demás comprendieran del deber de hacerlos desistir, de aislarlos, de señalar su responsabilidad (las últimas elecciones de alcaldes en que ganó en Bogotá el candidato apoyado abiertamente por las FARC son un ejemplo de lo lejos que está eso). A mí a menudo me parece que el odio apasionado que tanta gente muestra por las guerrillas se facilita por el hecho de que sus miembros son personas de condición social humilde, a la que de todas formas rechazarían. Esa clase de enemigos de las guerrillas me inspiran más desprecio que los guerrilleros, cuyos crímenes son sólo la sombra de las mentiras que cada semana escriben los ídolos de los colombianos arribistas, como el celebérrimo dandi taurino o como el siniestro y arrogante Alfredo Molano, para mencionar sólo a dos de los sicofantas más conocidos. Sólo la sombra de la doctrina unánime en las universidades durante medio siglo y en últimas del viejo orden clasista, que pretende perpetuarse “a la cubana”.

Pero en realidad es muy iluso esperar tanto: la gente seguirá convencida de que los guerrilleros perdieron sus “ideales” y odiándolos por eso, al tiempo que los guerrilleros seguirán aferrados a esos ideales, incapaces de la deshonra de no corresponder a los sueños de las personas a las que siempre han querido asimilarse. Para fracasar, mejor hacerlo con honor, se dirán. Y esa clase de honor que sólo es servilismo ante personas mucho más despreciables que ellos sólo inspira lástima, sólo los hace otras víctimas de una mentira y de un orden que seguirá después de su muerte y que dará lugar a nuevas generaciones de criminales.

Por Jaime Ruiz. Columnista del Sistema Informativo Atrabilioso.

lunes, 10 de marzo de 2008

Más amigos que enemigos

Hace algún tiempo, el senador del PDA Jaime Dussán dijo que el “Polo no es ni amigo ni enemigo de las FARC”, una posición tibia y vacilante que nada le aporta al país.

Pero eso ha cambiado. La balanza se está inclinando hacia el lado de los amigos. Normalmente uno con los amigos comparte afinidades, ideales y solidaridades. Nadie podría pensar que se mantiene la amistad a partir de diferencias plenas o pensamientos radicalmente opuestos. Ni el Polo podría vendernos semejante absurdo.

Es más: He señalado con ahínco que la frase del senador polista es una farsa en si misma, pues los hechos son más contundentes que las palabras: Decir que el PDA es amigo de las FARC parece ya una afirmación de Perogrullo.

No obstante, las coincidencias entre el Polo, las FARC y Hugo Chávez afloran con mayor nitidez después de la caída de ‘Raúl Reyes’.

En un
comunicado del PDA sobre la crisis de Colombia con Ecuador y Venezuela, el partido político señala su preocupación por “la expansión del conflicto a los países vecinos y el creciente intervencionismo norteamericano”.

Dos cosas hay que anotar: En primer término, dudo que el “intervencionismo norteamericano” haya sido el causante de la permisividad de los gobiernos vecinos frente a las FARC, pues resulta evidente que fueron los intereses políticos y las ambiciones personalistas, las motivaciones de ambos gobiernos para establecer las alianzas y el amparo a los terroristas en sus territorios.

Tampoco imagino que dicho “intervencionismo” haya influido en la decisión del grupo terrorista para asentarse en el territorio de los vecinos y cooptar a altos funcionarios de ambas naciones. Entonces hay que ser claros: El conflicto se ha expandido por decisión de las FARC para fortalecer su proyecto totalitario, al que ‘Jojoy’ llama socialismo, no solo en Colombia sino en toda Latinoamérica.

El segundo asunto es la coincidencia del PDA con las FARC en cuanto al dichoso intervencionismo norteamericano: ‘Tirofijo’ habla de la invasión de los gringos a Venezuela y ofrece la ayuda de las FARC para repeler dicha invasión. Mientras tanto el Polo señala el intervencionismo, que si bien es un término más amplio y ambiguo, es a la postre lo mismo que está señalando el máximo comandante de las FARC en sus comunicados para los demás miembros del Secretariado: Marulanda maneja el término invasión, muy propio de sus experiencias como terrorista de medio siglo de mediocridad; mientras el PDA es más refinado en el uso de las palabras, pero finalmente coincidente en el tema.

Posiblemente el segundo punto del comunicado del PDA es mucho más elocuente en esa inclinación de la balanza por la amistad: Mientras la agrupación política rechaza la violación a la soberanía de los vecinos por parte del Estado colombiano, a los terroristas solo les hace una demanda para el respeto por la autonomía territorial. Esto significa que el Polo fustiga al Estado por los hechos, mientras que con los terroristas la cosa es más de invitación, al estilo de esas conversaciones entre amigos en las que se cuela algún reclamo por una pilatuna o una leve desavenencia… cuestión de colegas.

Sin embargo, la mayor evidencia sobre los objetivos comunes entre el Polo, las FARC y Hugo Chávez está en el cuarto punto del comunicado: “Reafirmamos la necesidad de persistir en la pronta concreción del acuerdo humanitario, la liberación de los secuestrados y la solución política negociada del conflicto armado colombiano y deseamos que los acontecimientos recientes no afecten las iniciativas que en este sentido se vienen realizando. Con este propósito respaldamos los esfuerzos que gobiernos amigos y la comunidad internacional adelantan en procura de la paz”.

Mientras tanto, en uno de los tantos documentos hallados en uno de los computadores de ‘Raúl Reyes’ se encuentran los siguientes apartes de una
comunicación enviada por el terrorista ‘Iván Márquez’, radicado en Venezuela, a la cúpula de las FARC: "Mantener la bandera en alto del intercambio para armarle un problema interno y externo a Uribe. Con tal finalidad fue la propuesta de los Llanos del Yarí para la entrevista con el Secretariado, y si ello era posible con otros jefes de Estado, y verán Ustedes la que se arma (...) Sin cultivar ilusiones, si el Gobierno se niega pierde y si acepta también".

El Polo cumple con su tarea: Mantiene en alto la bandera del intercambio, como se aprecia en el comunicado, lo que demuestra que comparte objetivos comunes con las FARC y con Chávez. ¿Pero serán solo esos objetivos comunes? Evidentemente no: Otro propósito fundamental del PDA es armarle un problema interno y externo a Uribe, como se ha visto con el tema del TLC en los Estados Unidos. Esto significa que comparten el fin, pero cambian las tácticas de acuerdo a la posición que tengan en el ajedrez planteado para expandir el totalitarismo en Colombia y en América Latina.

Otra evidencia es que el Polo respalda los esfuerzos de gobiernos amigos (en este caso, los que dejan asentarse y ofrecen alianzas políticas y zonas de fuga a los terroristas de las FARC) mientras que el ‘Mono Jojoy’, en otro mensaje encontrado en el campamento de ‘Raúl Reyes’, notifica el envío de una carta a Chávez “instándolo para que siga adelante con su labor humanitaria y de acuerdo a sus posibilidades logre interesar otros gobiernos del continente.”

Las coincidencias muestran que el Polo Democrático Alternativo ejerce como socio activo de la estructura de las FARC, y del propio Hugo Chávez, para desestabilizar al país: Hablan de paz pero son protagonistas de la estrategia para profundizar el conflicto y utilizan a los secuestrados, detrás de la máscara humanitaria, como mercancía con fines políticos y económicos.

Deberían reconocerlo: El Polo es más amigo que enemigo de las FARC… mejor dicho, son amigos cercanos de los terroristas y de las estrategias montadas desde Caracas.

Por Jaime Restrepo. Director Sistema Atrabilioso.

sábado, 8 de marzo de 2008

Catarsis de formas

Por lo menos ahora bajará el tono en las declaraciones de prensa y los ciudadanos comenzarán a percibir, equivocadamente, que los graves incidentes con Ecuador y Venezuela se solucionaron definitivamente con un apretón de manos y unas cuantas palmaditas en la espalda.

Nada más alejado de la realidad. Aunque ciertamente la superficie de la situación volverá a la apariencia de calma, el fondo, ese que generó la crisis, sigue intacto: El apoyo internacional a las FARC y el plan expansionista de Hugo Chávez Frías.

Los hechos hablan por si mismos: La Cumbre de Río comenzó con las descalificaciones y las arengas de Rafael Correa en contra de su homólogo colombiano. Posteriormente Uribe defendió su posición y después de ofrecer disculpas, presentó sus argumentos y enfrentó las agresiones de dos de los miembros del triángulo siniestro. La jornada de la mañana fue candente y presagiaba un oscuro final.

Pero todo cambió en la tarde. Muchos observaron admirados que de repente amainaron los ánimos y comenzaron a surgir algunas propuestas para solucionar la crisis. ¿Y por qué ocurrió ese milagro? Por obra y gracia de Hugo Chávez Frías, quien guardó silencio en la mañana y en la tarde intervino con chistes y cantos, muy al estilo del arlequín de Miraflores. Fue la posición de Chávez, premeditada para lograr que su nombre no figure en una investigación de la Corte Penal Internacional, la que consiguió calmar los ánimos que él mismo había incendiado.

Chávez ya había dado los primeros indicios de su preocupación ante la amenaza del mandatario colombiano, pues además de las risitas socarronas y de las burlas estúpidas sobre las bases para la formulación de la denuncia ante la CPI, había anunciado la necesidad de “enfriar el tema con Colombia”, para obtener el “olvido” de su complicidad irrestricta con las FARC.

Es más: La agresividad de Correa, a pesar de seguir prácticamente intacta con respecto a Uribe, también se vió en sus encuentros finales con Hugo Chávez, pues quedó en evidencia que el paracaidista utilizó al presidente ecuatoriano, exaltó los ánimos y luego llegó a cantar y a ejercer de mal comediante, así la presidenta de Argentina riera a carcajadas con cada ocurrencia del mandatario venezolano. Hay que reconocerlo: Chávez tiene el poder suficiente para desestabilizar la zona y en una de sus tantas salidas, incendiar la región.

Si bien las formas se moderarán, los elementos de fondo están intactos: Chávez sigue adquiriendo armamento, reconociendo a las FARC como “insurgentes”, albergando a varios de los cabecillas terroristas, moviendo sus marionetas y financiando su plan expansionista.

Del otro lado, al sur de Colombia, las cosas no son distintas: Rafael Correa continúa sus alianzas con Chávez y los campamentos de las FARC siguen cómodamente instalados en su país, sin darle la menor importancia a esa gravísima violación de la soberanía. Es más: Correa y sus militares deberían explicarles a los ecuatorianos porqué estaba asentado en su territorio el campamento del número dos de las FARC, en donde atendía cómodamente a decenas de invitados de diferentes nacionalidades y calañas: Desde estudiantes mexicanos y chilenos, hasta miembros de ETA.

Es bueno indicar que pese a que Correa acusó a Uribe de mentiroso, los hechos señalan que ha sido el presidente ecuatoriano quien ha mentido descaradamente: Mi gobierno no tendrá contactos con las FARC sin autorización de Colombia, el campamento era de paso, bombardearon desde espacio aéreo ecuatoriano y mi gobierno no tenía conocimiento de la permanencia de ‘Raúl Reyes’ en territorio ecuatoriano… toda una colección de mentiras, gravísimas mentiras, que Correa deberá explicar en Quito.

Puede que después de los abrazos de Santo Domingo, la forma cambie… que de repente Uribe no sea un mafioso paramilitar, que de golpe no sea un mentiroso compulsivo, ni el líder del terrorismo de Estado. Puede que ‘Iván Ríos’ no reciba un minuto de silencio, o que Daniel Ortega no vuelva a llamar hermano a ‘Tirofijo’, pero eso es cuestión de formalidades, porque debajo de la superficie sigue el plan de Chávez y de las FARC, acolitado por fervientes seguidores que en nuestro propio país siguen las instrucciones y preparan el terreno para la operación orquestada desde el eje Caracas – La Habana.

Una crisis que pudo terminar en un baño de sangre

Muchos han respirado tranquilos porque los tambores de guerra han dejado de sonar. Pero si la actitud del gobierno colombiano hubiese sido igual de agresiva a la de Caracas, Quito y Managua, a esta hora ya estaríamos en guerra. Mientras se realizaba la Cumbre de Río, en la frontera de Colombia y Venezuela ubicada en la Guajira, en Paraguachón concretamente, una patrulla de comandos de la Disip ingresó unos cuantos centímetros a territorio colombiano, después de disparar contra un vehículo que ignoró una orden para detenerse.

La radiopatrulla fue atacada por civiles enardecidos que rompieron sus vidrios y generó, por unos cuantos minutos, un fuerte intercambio verbal entre los ciudadanos colombianos y algunos uniformados de las fuerzas estatales venezolanas.

¿Qué estaríamos viviendo si el paso fronterizo, del lado colombiano, hubiese estado militarizado? El polvorín estaría en llamas y a estas alturas estaríamos midiendo fuerzas en el desangre de una guerra.

Santo Domingo: El final de la crisis

Varias cosas han quedado claras: Evidentemente Colombia no puede violar la soberanía de ningún país, pero también resulta indispensable un rápido acuerdo para la cooperación de Ecuador y Venezuela en la lucha contra lo que podríamos llamar, para que Huguito entienda, factores desestabilizadores armados que cometen acciones terroristas.

Otro asunto importante es que el continente conoció la grave situación de impunidad y complicidad de dos gobiernos con los terroristas
. La declaración final de la Cumbre es clara: Los llama criminales, y reconoce que para Colombia las FARC son terroristas. El punto octavo dice lo siguiente:

8. Reiteramos nuestro firme compromiso de combatir las amenazas a la seguridad de todos sus Estados, provenientes de la acción de grupos irregulares o de borganizaciones criminales, en particular de aquellas vinculadas a actividades del narcotráfico. Colombia considera a esas organizaciones criminales como terroristas.
En cualquier caso, para Chávez y para Correa resultará difícil seguir justificando a las FARC cuando enfrentan ya un concenso de que las FARC son criminales, pues no tiene presentación que sus gobiernos los acojan y protejan. Además, porque la legislación internacional también es específica en cuanto a la prohibición de hospedar en el territorio a criminales.

De otro lado, Ecuador obtuvo una victoria moral a medias, pues la Cumbre RECHAZÓ la acción colombiana, y siguiendo el mapa trazado por la OEA, no se produjo una condena formal. Sin embargo, Uribe ofreció unas sinuosas excusas que fueron aplaudidas y tomadas como contundentes.

Así mismo, Chávez ganó el reconocimiento tácito como un poder generador de estabilidad o de inestabilidad en la región: Manejó la Cumbre a su antojo y consiguió que Uribe se retractara de la denuncia ante la CPI. Sin embargo, el
punto sexto de la declaración final de la Cumbre es una fuerte derrota para el arlequín de Miraflores:

6. Recordamos también los principios, consagrados por el derecho internacional, de respeto a la soberanía, de abstención de la amenaza o el uso de la fuerza y de no injerencia en los asuntos internos de otros Estados, destacando que el artículo 19 de la Carta de la Organización de Estados Americanos prescribe que ''Ningún Estado o Grupo de Estados tiene el derecho de intervenir, directa o indirectamente, y sea cual fuere el motivo, en los asuntos internos o externos de cualquier otro. El principio anterior excluye no solamente la fuerza armada, sino también otra forma de injerencia o de tendencia atentatoria de la personalidad del Estado, de los elementos políticos, económicos, y culturales que lo constituyen.''
Es decir: Los mandatarios del Grupo de Río no están dispuestos a soportar que Chávez sigua inmiscuyéndose en las problemáticas de otros estados.

Entre tanto a Uribe le correspondió capotear un temporal, pues estaba solo enfrentando al triángulo siniestro. Aunque defendió sus posiciones con argumentos, se vió a un Presidente disperso que anunciaba una respuesta para un mandatario y en la práctica se dirigía a otro. De igual forma, las expresiones gestuales de algunos dirigentes, como Cristina Fernández, mostraron una profunda antipatía, casi desprecio, por el presidente colombiano.

En el fondo la ganancia real de toda esta crisis es que se cumplió con el objetivo de la operación que desató la ira de Ecuador: El segundo de las FARC está muerto, con lo que además quedó en evidencia la complicidad de algunos gobiernos con el grupo terrorista más antiguo y mediocre del mundo.

Por Jaime Restrepo. Director Sistema Atrabilioso.

viernes, 7 de marzo de 2008

Conflicto de fronteras

El golpe militar a las Farc que a los colombianos nos reforzó la confianza, dio pie para que Chávez arremetiera nuevamente contra nuestro presidente. De poco han servido los agradecimientos públicos -en cierto modo inmerecido- que este le ha venido haciendo por lo que ha tenido que ver con las liberaciones de secuestrados, porque servir de conducto no es lo mismo que promoverlos: ha sido la presión de todos lo que las ha forzado.

También sorprendió el presidente de Ecuador, que de una actitud inicialmente comprensiva ante las explicaciones del gobierno de Colombia, pasó -emulando a Venezuela- a romper relaciones diplomáticas y a militarizar las fronteras. Le ha seguido Nicaragua, y pronto le podrían seguir Bolivia y Cuba.

Es una actitud poco común, aun en los animales salvajes, que el ofendido, en este caso Ecuador, se niegue a aceptar las excusas que con ánimo conciliador presentó Colombia; como también que los agradecimientos, en el caso de Uribe con Chávez, sean respondidos con actitudes hostiles. En ambos casos parecen odios personales, apasionamientos irreconciliables que polarizan el continente -como si el enemigo fuera Colombia y no las Farc- y que solo podría desaparecer cuando cambien los dignatarios.

Para que no nos llámenos mas a engaño, aquí aplica al dedillo que los enemigos de mis amigos (Chávez vs Bush) son mis enemigos, y los amigos de mis enemigos (Chávez y Correa vs Farc) son mis enemigos.

No obstante, del asombro que causó la magnificación del incidente, se pasó pronto a uno mayor, al ir descubriendo en los computadores encontrados en el campamento guerrillero, evidencias de las relaciones que Ecuador y Venezuela mantienen con los grupos armados ilegales de Colombia.

Ese es el hecho mayor, así lo ha entendido la OEA, y explica –ahora si- la reacción de Chávez (“jugó adelantado”, al decir de Patricia Poleo), y el repentino cambio de actitud de Correa.

La operación militar colombiana, la más exitosa en su lucha contra la guerrilla, fue dirigida puntual y acertadamente, contra grupos catalogados como terrorista por la comunidad internacional, que se escondían –con cierta complicidad- en la selva ecuatoriana. No puede interpretarse bajo ninguna circunstancia como una agresión al Ecuador.

Fue un doble golpe: se le demostró a la insurgencia que las fuerzas armadas colombianas están a la ofensiva, y que ni aun replegados y escondidos se encuentran a salvo; y se desenmascaró a dos gobiernos que venían haciendo el doble juego de la diplomacia, y el apoyo a la insurgencia.

Pero descubrir y poner en evidencia pública la deslealtad de los amigos trae sus consecuencias. Ahora el juego es con las cartas abiertas y la estrategia tiene que cambiar.

La interlocución directa con los gobiernos de los dos países vecinos ya no será posible, pues se menoscabó la confianza. Tendrán que intervenir los organismos multilaterales, no solo a hacer un llamado de atención a Colombia por violación del territorio ecuatoriano si fuere el caso (ese es el hecho irremediable, porque ya pasó), sino a ejercer una verificación permanente de las relaciones de los vecinos con las Farc; verificar la existencia de campamentos en su territorio; y forzar a que sean combatidos de manera eficaz por sus respectivos gobiernos, o por fuerzas multilaterales si fuera el caso.

Por: Miguel Yances Peña. Columnista de El Universal de Cartagena.
myances@msn.com

jueves, 6 de marzo de 2008

Las víctimas necesitan visibilidad y no marchas de homenaje que las seguirán dejando en el anonimato

Hoy se realizará la marcha que pretende, entre otras muchas cosas, hacer un reconocimiento a las víctimas de la violencia. Ese es un motivo fundamental, una necesidad imperante para que la sociedad colombiana comience a conocer el dolor de los secuestrados, los desaparecidos, los asesinados, los perseguidos y los desplazados.

Más allá de acompañar a las víctimas en una marcha, resultaría importante que las familias tuvieran la posibilidad de compartir con los colombianos su dolor o por lo menos que se crearan escenarios para que ellos pudieran realizar una catarsis de la enorme cantidad de sentimientos encontrados que cargan a diario.

Por lo anterior, la vigilia que encabezó Antanas Mockus el domingo pasado, en la que se leyeron durante casi 12 horas los testimonios de la barbarie de todos los sectores violentos, resulta una iniciativa fundamental para el presente y sobre todo para el futuro.

Usualmente las víctimas aparecen como cifras en unas estadísticas, pero esos fríos números esconden verdaderas tragedias que arrugan el alma y generan un inmenso dolor por la incapacidad de todos, como miembros del Estado, de haber tratado por lo menos de evitar el sufrimiento para miles de compatriotas.

Además, las cifras muchas veces sirven para la invisibilidad a las víctimas y para dejar en un rincón mucho más oscuro a sus seres queridos. Eso perjudica a la sociedad colombiana que debe asumir desde ya, por lo menos la comprensión de los hechos y de los padecimientos de miles y miles de colombianos.

Creo que es fundamental que se abran esos espacios, que se cuenten las historias, que podamos sentir como se eriza la piel y se apachurra el corazón al escuchar la barbarie y la depravación de los violentos, incluyendo por supuesto a aquellos traidores a la patria que han utilizado la investidura que les ha dado el Estado (el encargo de salvaguardar la vida, honra y bienes de los colombianos) para abusar, transgredir, violar, asesinar y desaparecer a algunos compatriotas.

Es más: Visibilizar a las víctimas es una necesidad urgente para la sociedad colombiana, pues de no hacerlo, los hijos de esas víctimas, las familias abandonadas a su suerte por cuenta de los crímenes de los violentos, guardarán un resentimiento que crecerá y con el tiempo degenerará en nuevas formas de violencia.

Además, visibilizar a las víctimas de todos los criminales y terroristas, permite abrir espacios que a la postre pueden desembocar en el conocimiento de los hechos, la reparación y el resarcimiento que debe ser uno de los principales objetivos de la justicia. En este sentido, las historias de las víctimas y de sus familias debe llevarnos como Estado y como sociedad, a buscar mecanismos que abran espacios para la catarsis que debe ser consecuencia de una efectiva aplicación de la ley y de los principios elementales para la convivencia, es decir, verdad, justicia, reparación y sobre todo la garantía de no repetición.

Por lo pronto, es de simple conciencia respaldar la iniciativa de Antanas Mockus para visibilizar a las víctimas, pues históricamente la sociedad ha desconocido o ha mostrado una enorme indiferencia frente a las acciones atroces que han cometido los violentos.

Es la oportunidad de compartir las historias, de sensibilizarse con el dolor e incluso de impulsar la conciencia de los colombianos para evitar la repetición del salvajismo desenfrenado que se ha dado en Colombia como algo cotidiano y sin ningún doliente.

Por todo lo anterior, más que una marcha que es y será utilizada y manipulada para beneficiar intereses políticos, es importante dar a conocer la situación de las víctimas, robárselos a las cifras y ponerles un rostro y una historia.

Ya Colombia ha padecido los resultados del resentimiento y la frustración que sienten las víctimas, y sobre todo sus familias, por la indiferencia de la sociedad y por la ineptitud del Estado frente a sus situaciones. Eso ha generado violencia y la repetición siempre ha sido más degradante.

Si los mecanismos investigativos y judiciales hubiesen sido efectivos, la familia Castaño no hubiese terminado encabezando al grupo criminal, narcotraficante y genocida de las Autodefensas. Y esta familia es uno de los centenares de ejemplos que se dan a lado y lado del espectro: ‘Raúl Reyes’ terminó con un fusil en las manos por las amenazas recibidas. ‘Julián Conrrado’ fue miembro de la UP y terminó enfundado en un camuflado. Uno se pregunta si los Castaño, o Devia, o ‘Julián Conrrado’ hubiesen contado y creído en la fortaleza judicial y coercitiva del Estado, ¿habrían terminado desencadenando las espirales de violencia que le arrebataron la vida a miles de personas en todo el país?

Estoy plenamente de acuerdo en que la sociedad se manifieste también contra los crímenes de las AUC: No importa que muchos estén en la cárcel o que hayan pactado la paz con el Estado. Lo importante es que cometieron esos crímenes, que no han dicho la verdad, que la sociedad siente que están mintiendo en muchos casos y que no fueron capaces de garantizar que de sus entrañas no surgieran nuevos actores como aquellos que han establecido acuerdos con otros sectores violentos para proteger el negocio del narcotráfico.

Pese al acuerdo, pese a las leyes que permitieron ese pacto, lo cierto es que el dolor, los desaparecidos y el recuerdo de las masacres perduran en la mente de las familias y seres cercanos a las víctimas. A los muertos seguramente no les importa la reparación, ni la justicia ni la verdad… pero el país les debe eso a las miles de familias víctimas de los violentos.

No voy a marchar hoy, pues no participaré en una convocatoria que han promovido las FARC desde su agencia de noticias Anncol y mucho menos apoyaré una condena al Estado, pues estoy convencido de que el paramilitarismo no fue una política de Estado ni mucho menos una instrucción militar establecida.

Pero acompaño a las víctimas, a los desplazados, a las familias que a la postre son igual de víctimas y a los miles de colombianos que han padecido los abusos de unos y otros, pues creo firmemente en la necesidad de darles visibilidad a TODAS las víctimas y de abrir espacios para que nuestra sociedad garantice que estos hechos no volverán a ocurrir.

Por Jaime Restrepo. Director Sistema Atrabilioso.

Artículo relacionado:
¿Manifestar con las FARC? No gracias. Por Eduardo Mackenzie.

miércoles, 5 de marzo de 2008

LAS DOS ESPAÑAS

El próximo domingo se celebrarán elecciones generales en España, de las que saldrá el gobierno que dirigirá el país durante el próximo periodo, que podría durar hasta cuatro años. Previsiblemente, el gobierno estará formado por uno de los dos grandes partidos, el Socialista y el Popular. Las últimas encuestas publicadas daban cierta ventaja al primero, aunque los resultados definitivos dependerán más del reparto de escaños que de la votación: teóricamente es posible que un partido obtenga menos votos que otro y no obstante su representación sea mayor, dependiendo de la asignación a cada provincia de un número fijo de curules o escaños, que se repartirán entre las listas más votadas.

Acerca de las características del gobierno de Rodríguez Zapatero ya me extendí en otra
ocasión. Esta vez quiero reseñar el significado de la contienda del próximo domingo.

Un vistazo a la historia

Tras su periodo de liderazgo mundial en el siglo XVI, durante el reinado de Felipe II, España entró en un periodo de lento declive que se agravó a comienzos del siglo XIX con la invasión napoleónica y la consecuente independencia de la mayoría de las colonias americanas. Las regiones más afectadas fueron aquellas cuya economía dependía del comercio con América, es decir, las regiones occidentales de la península y las islas Canarias. Dos pequeñas regiones costeras y fronterizas con Francia destacaron por su pujanza industrial y adquirieron a lo largo del siglo cierto papel de liderazgo: Cataluña y las llamadas provincias vascongadas, Vizcaya y Guipúzcoa, y en menor medida Álava.

La resistencia al dominio de la metrópoli y la mayor proximidad espiritual y económica a la Europa burguesa dieron lugar al surgimiento de un gran descontento en esas regiones, el cual estalló tras la crisis con que terminó el imperio, con la pérdida de Cuba, Puerto Rico y Filipinas, en 1898. A partir de entonces la monarquía parlamentaria existente encontró muchas dificultades para mantenerse. En 1931 se proclamó la Segunda República, un periodo de inestabilidad en el que los gobiernos conservadores tenían enormes dificultades para resistir el levantamiento de las masas socialistas y anarquistas, dispuestas a buscar la guerra civil para hacer la revolución. En octubre de 1934 hubo un levantamiento de mineros en Asturias, que fue reprimido por el gobierno. En 1936 llegó al poder una amplia coalición de izquierdas, respaldada por los nacionalistas catalanes y vascos, cuyas pretensiones de separarse de España iban en aumento. La situación de inestabilidad se acentuó, con el ascenso del minúsculo grupo Falange Española Tradicionalista y de las JONS y la radicalización de las derechas católicas y monárquicas. Tras el asesinato del líder de la derecha, Leopoldo Calvo Sotelo, los militares se levantaron y así comenzó la terrible guerra civil de que todos hemos oído hablar.

Tras casi cuarenta años de dictadura, en 1975 murió Franco y ascendió al mando el rey Juan Carlos I, el cual buscó una reforma que abriera la participación política a todos los partidos y condujera a la reconciliación. Todos los grandes partidos firmaron unos pactos y promovieron una constitución, aprobada en 1978, que durante casi treinta años tuvo un reconocimiento absolutamente mayoritario.

Una nueva situación

Todo esto es importante para explicar por qué este post alude a “dos Españas”. Desde hace más de veinticinco años en Cataluña y el País Vasco han gobernado partidos nacionalistas cuyo objetivo casi único ha sido mantener la confrontación con el gobierno central y buscar privilegios para los sectores arraigados y mayoritarios, que constituyen su base social (ambas regiones tuvieron grandes oleadas de migración de otras regiones). A pesar del innegable privilegio que han alcanzado ciertos sectores de ciudadanos de esas comunidades, la costumbre de protestar y reclamar nunca ha cesado (por ejemplo, un ciudadano español que habite en Cataluña no puede llevar a sus hijos a la escuela pública en castellano, pues sólo se da en catalán y eso a pesar de que al menos un tercio de la población se expresa en castellano). Los nacionalistas catalanes y vascos se han lanzado en los últimos años a la búsqueda de la independencia y de la creación de nuevos Estados de base étnica y ligados a España sólo por formalidades.

En esa tarea han contado con la colaboración del Partido Socialista, que pretende contar con las mayorías nacionalistas de esas comunidades para mantenerse perpetuamente en el poder y excluir al Partido Popular. La labor de ese partido durante el gobierno de Zapatero ha estado orientada siempre en esa dirección: negociación con ETA, reconocimiento de un nuevo estatuto para Cataluña, alianzas parlamentarias con los partidos independentistas, etcétera.

Es lo que decidirán los españoles el domingo, si aprueban ese conjunto de políticas, que no excluyen el reconocimiento a los viejos aliados de la izquierda latinoamericana, el antiamericanismo, el aumento incesante de la presión fiscal (lo cual permite mostrar un superávit de las cuentas públicas que resultaría difícil de entender en un país en el que un notable porcentaje de los anuncios televisivos lo son de propaganda gubernamental) y la continua confrontación con el partido de la oposición.

Ganar la guerra civil

Esa mayoría obtenida gracias a los apoyos nacionalistas, a la expansión estatal y a la recuperación de las costumbres caciquistas que caracterizaron a España en el siglo XIX aspira a arrinconar a la derecha con toda clase de presiones, como una ley de la Memoria Histórica que recuerda las investigaciones de Chávez sobre el asesinato de Bolívar. Se trata de buscar agraviados entre personas que ya se han olvidado de las atrocidades que pudieron sufrir (o cometer) sus abuelos hace setenta años, al tiempo que intentan crear la identificación del PP con el franquismo. Es muy interesante señalar algo que recuerda a Colombia: pese a surgir de una formación creada por un antiguo ministro de Franco, al PP se le pueden reprochar menos alianzas con enemigos de la democracia que al PSOE, partido que no sólo es el valedor de Castro en Europa, sino también de Hamás y otras organizaciones terroristas. Como dato curioso cabe recordar que el régimen cubano le entregó a Zapatero a unos rehenes, emulando a las FARC con Chávez.

Pese a su apariencia de yerno de ensueño, Zapatero es un político marrullero y con pretensiones totalitarias, cuyo estilo consiste en la continua descalificación y exclusión de quienes amenazan los puestos de sus compañeros de partido. Ese juego de buenos y malos, de no reconocer la condición de demócratas de los adversarios y de relacionarlos con un régimen no democrático es el mismo de Hugo Chávez, salvadas las distancias entre el pobre territorio petrolero del Caribe y la antigua potencia mundial. (Se dirá que lo mismo ocurre en Colombia con el PDA, pero al hacer la comparación se olvida que este partido espera que la sociedad premie los crímenes que cometen unos malhechores organizados por las mismas personas que crearon el PDA.)

Disidencia

El gobierno de Zapatero ha contado con el rechazo de toda la intelectualidad de gran nivel en España. Muchos de los antiguos comentaristas del periódico ligado al PSOE (El País) se han pasado a los grandes periódicos de la derecha, como ABC o El Mundo, al tiempo que entre los mismos militantes ha surgido una disidencia que sin compartir las inclinaciones confesionales de la mayoría del PP tampoco toleran la alianza del PSOE con los nacionalistas. Dirigidos por Rosa Díez, una antigua dirigente del PSOE en el País Vasco, y alentados por figuras intelectuales de la categoría de Fernando Savater, Mario Vargas Llosa o el izquierdista Antonio Elorza, han creado un nuevo partido, Unión, Progreso y Democracia, el cual aspira a atraer a los votantes descontentos con la línea sectaria del PSOE. Según las últimas encuestas esta nueva formación podría obtener al menos un diputado por Madrid.

Pese a que según esas encuestas el triunfo socialista es más probable, todavía quedan cinco días de campaña y reflexión y la ventaja del PSOE, sobre todo teniendo en cuenta la forma de repartirse los escaños, no les permite confiarse en una victoria segura. De lograrla, la situación española podría empeorar notablemente con el aumento de las exigencias de los separatistas catalanes y vascos y de la violencia contra los disidentes, violencia de la que han sido víctimas en los últimos meses decenas de figuras que discrepan del discurso unánime nacionalista-izquierdista, sobre todo en el País Vasco, Cataluña y Galicia, sobre todo en los ambientes universitarios.

Por Jaime Ruíz. Columnista del Sistema Atrabilioso.

Crisis en desarrollo III

El gobierno colombiano está seguro de las pruebas que encontró en el campamento en el que fue abatido el terrorista ‘Raúl Reyes’. Esta conclusión se desprende de dos hechos concretos que se presentaron en las últimas horas: El anuncio que hizo el presidente Uribe de denunciar a su homólogo de Venezuela, Hugo Chávez, ante la Corte Penal Internacional y la fuerte intervención del embajador Camilo Ospina ante la OEA.

Resulta evidente que, a juicio del gobierno, las pruebas recaudadas en el primero de tres computadores (según el embajador Ospina son cuatro) del número dos de las FARC son lo suficientemente sólidas para lanzarse a una aventura jurídica ante la CPI. Según el Presidente, el gobierno busca que Chávez explique el por qué de su financiación a grupos genocidas y agregó: “No queremos que país alguno se solidarice con el terrorismo”.

Básicamente el gobierno Uribe denunciará a Chávez por el patrocinio y financiación de terroristas, basado en los documentos que indican que el mandatario venezolano pactó con las FARC un aporte de 300 millones de dólares, cincuenta de los cuales ya habrían sido entregados al grupo terrorista según un comunicado que envió el cabecilla ‘Iván Márquez’ a todo el secretariado de las FARC. El aporte restante se haría mediante la participación de los terroristas en negocios relacionados con el petróleo y a través de la adjudicación de contratos en el vecino país.

El anuncio tiene serias implicaciones en la crisis con Venezuela. De un lado, el gobierno colombiano concentra sus acciones en el plano jurídico internacional y sienta un precedente sobre las pretensiones de Chávez de expandir sus dominios más allá de las fronteras venezolanas. De igual forma, más allá de la posibilidad real de instaurar el proceso, Colombia asume un liderazgo regional al llevar el pulso de las alianzas políticas con las FARC a una instancia de enorme visibilidad mundial.

Además, con esta decisión, algunos gobiernos que hayan recibido los coqueteos de los terroristas, lo pensarán dos veces ante los problemas internacionales a los que someterán a sus países, no solo por el escándalo sino también por las consecuencias para la estabilidad de sus respectivas naciones, pues las FARC son sinónimo de terror, narcotráfico y violación de derechos; acciones con las que ningún gobierno coherente querría verse vinculado.

Sin embargo, la polémica por el anuncio de Uribe apenas comienza. Algunos expertos señalan que la denuncia sería válida si se tiene en cuenta que el genocidio es una forma de cometer terrorismo, lo que constituye un crimen de lesa humanidad. Además, el Estatuto de Roma no contempla inmunidad para los jefes de Estado.

No obstante, el Estatuto de Roma también es claro sobre las competencias de la justicia de cada país, por lo cual Colombia tendría que entrar a demostrar que en Venezuela se hizo una investigación fraudulenta frente a los hechos que se le quieren imputar ante la CPI. Esto significa a la postre, que la denuncia como tal no tendría asidero, pero si sentaría un precedente muy importante en el concierto internacional.

Mientras tanto en la intervención ante la OEA de Camilo Ospina, embajador colombiano ante la Organización, salieron a relucir los datos encontrados para demostrar que Venezuela y Ecuador están brindando su apoyo al grupo terrorista de las FARC.

Algunos de los datos que fueron encontrados en el computador de ‘Raúl Reyes’ fueron expuestos por el embajador Ospina, lo que evidencia la absoluta confianza que tiene el gobierno colombiano en las pruebas recaudadas. La demoledora intervención de Ospina, que despertó los aplausos de muchos asistentes a la reunión, tuvo además de las menciones de las evidencias, fuertes cuestionamientos y afirmaciones en contra de la actitud de los gobiernos de Ecuador y Venezuela frente a las FARC.

A continuación transcribimos algunos apartes de la
contundente intervención del embajador Camilo Ospina ante la OEA:

Es cierto que helicópteros colombianos con personal militar ingresaron a
territorio ecuatoriano para registrar el campamento terrorista, razón por la cual el Gobierno colombiano ha pedido disculpas públicas al Gobierno del Ecuador y lo hace de nuevo en el día de hoy.

El gobierno de Colombia cuenta con información precisa que le permite aseverar, sin temor a equívocos,que el campamento hallado en territorio ecuatoriano no era un lugar de tránsito, sino, por el contrario, un campamento permanente.

El abundante material que se anexa contiene comprometedoras revelaciones de acuerdos entre las FARC y los gobiernos del Ecuador y Venezuela.

Algunos han afirmado que se atacó a ciudadanos indefensos mientras dormían. Señores Embajadores, eso es una falta de respeto con el pueblo colombiano; referirse de esa manera a unos terroristas que han cobrado miles y miles de vidas de ciudadanos de todas las nacionalidades resulta inadmisible para la nación que represento.

Presentamos documentos que no solo afectan la seguridad nacional de mi país, sino también la de la región, y hacen imperativas las explicaciones por parte de las autoridades ecuatorianas y venezolanas sobre sus vínculos con las FARC; sobre la presencia permanente de campamentos del grupo terrorista en territorio ecuatoriano; sobre el adoctrinamiento ideológico de la población de frontera; sobre el tráfico ilícito de drogas y de armas por dicho grupo bajo la protección de los gobiernos de Ecuador y Venezuela, y sobre el tránsito de secuestrados por esos territorios.

Sorprenden las declaraciones del Ministro Larrea cuando afirma que los contactos que mantenía con las FARC eran conocidos por el Gobierno de Colombia. No es cierto.

Las declaraciones del Presidente Correa y su ministro Gustavo Larrea confirman que sí existió la reunión a la que hace referencia el terrorista Reyes en las cartas encontradas en su computador. El acuerdo que estarían negociando con las FARC sería un acuerdo con fines políticos, con decisiones compartidas en el nombramiento de comandantes militares en la zona y para ejercer actividades proselitistas en el Ecuador. Esto no tiene relación con la justificación que ha dado el Gobierno ecuatoriano que estaría adelantando acciones humanitarias. Lo que revelan los documentos tiene más bien las características de tráfico de secuestrados con fines políticos. Temas por los que tiene que responder el gobierno del Presidente Rafael Correa.

En el proceso de examen del material contenido en los computadores, han aparecido hasta el momento otros datos vinculados directamente con la entrega de armamento y dinero por parte del Presidente Hugo Chávez a las FARC. Este hecho configura una violación a la ley penal internacional y será denunciada por Colombia ante la Corte Penal Internacional para que investigue al presidente Hugo Chávez Frías por el delito de financiamiento directo de grupos terroristas.

El gobierno colombiano había informado por la vía diplomática sobre la presencia de las FARC en territorio ecuatoriano. Así consta en las notas (Ospina referenció 10 notas diplomáticas) enviadas al gobierno del Ecuador.

Que no quepa la menor duda de que los gobiernos de Venezuela y Ecuador han venido negociando con terroristas narcotraficantes. Las pruebas están a su disposición.

Permitir que grupos terroristas tengan campamentos en la frontera de un país vecino y que desde ellos se planeen y ejecuten actos terroristas es en sí un acto criminal.

Lo que hoy pedimos es una posición clara frente al terrorismo. Ofende al pueblo colombiano que algunos de nuestros vecinos sigan creyendo que las FARC representan los intereses del pueblo. Mi país reclama que las cosas sean llamadas por su nombre: Las FARC son una mafia narcotraficante, que para nada representan los intereses del pueblo colombiano. Son una mafia sin patria, que delinque, bien en Colombia o en el exterior.

Sorprende que mientras ahora se nos quiere condenar por una acción que liberó a nuestro pueblo de un yugo de 40 años de terror, en Venezuela se le rinden homenajes a un criminal y genocida.

Ahora la discusión se centra sobre 1.800 metros más allá de la frontera, pero nadie habla de los miles de colombianos secuestrados y masacrados por las FARC. Nadie habla del prontuario criminal de Raúl Reyes. Nadie habla del derecho a la libertad de los colombianos.

¡Qué valor han mostrado los presidentes de Ecuador y Venezuela para expulsar a nuestros embajadores, dignos representantes de una democracia legítima! Ojalá mostraran similar valor para expulsar a los terroristas de su territorio.
En las primeras horas de la mañana de ayer, ocurrió otro hecho importante: La
declaración del presidente de los Estados Unidos frente a la crisis diplomática y militar urdida desde Caracas. Bush expresó su completo apoyo a su colega colombiano y a la democracia del país: "Nuestro mensaje a Colombia es que apoyamos a nuestro aliado democrático". Sin embargo lo más importante de la declaración del mandatario estadounidense es que “su país se opone a cualquier acto de agresión que pueda servir para desestabilizar la región” al tiempo que acusó a Venezuela de hacer “maniobras provocadoras”.

Estas declaraciones oficializan, por lo menos en el papel, el respaldo de los EE.UU. ante las pretensiones de Hugo Chávez de expandir su dominio a territorio colombiano. Ese apoyo es, en lenguaje diplomático, una advertencia de intervención directa de Estados Unidos en caso de una agresión militar contra Colombia.

Más simple: Bush confirmó el apoyo militar a nuestro país y ese es un anuncio que puede disuadir al arlequín de Miraflores de escalar la crisis y pasar de las palabras a los hechos. Ahora a Chávez le corresponderá evaluar si quiere una confrontación directa de su aparato militar contra el poderío estadounidense, simplemente para tratar de frenar la vertiginosa caída de su popularidad en Venezuela.

Eso si: El anuncio no puede generar falsas expectativas y creer que en caso de una escaramuza entre los ejércitos de Colombia y Venezuela, de inmediato se verían los cielos llenos de cazas y bombarderos norteamericanos, o los puertos dando albergue a decenas de portaaviones y la frontera plagada de marines.

El apoyo consistiría en permitir que los recursos y equipos entregados mediante el Plan Colombia sean utilizados en la defensa del país. Claro que si el desequilibrio de fuerzas fuera muy grande, seguramente se daría una intervención de mediana escala aunque de alto impacto, con tecnología militar de última generación y el despliegue de algunas unidades de fuerzas especiales, algo muy parecido a la primera etapa de la operación que adelantó el gobierno norteamericano en Afganistán.

Solo han transcurrido cerca de 80 horas desde la caída de ‘Raúl Reyes’… muchas cosas quedan pendientes en esta crisis que parece estarse orientando, por lo menos por parte de Ecuador, al tema diplomático y jurídico internacional. La gran incógnita es el paracaidista y su desesperación por quedar en evidencia sus intenciones, no solo ante Venezuela sino también ante el mundo entero. El desespero conduce al error y este puede costar muchas vidas.

martes, 4 de marzo de 2008

Crisis en desarrollo III

Han pasado un poco más de 72 horas desde el operativo en que se dio de baja al terrorista ‘Raúl Reyes’. Mientras los vecinos continúan escalando la crisis diplomática y militar, en Colombia se siguen conociendo los hallazgos de uno de los computadores que tenía el terrorista al momento de ser abatido.

A las denuncias sobre las relaciones entre el gobierno ecuatoriano con las FARC, específicamente a través de Gustavo Larrea, ministro de seguridad del vecino país, en las últimas horas se dieron a conocer algunos datos sustantivos en los que se da cuenta de la alianza entre el gobierno venezolano y el grupo terrorista.

En un comunicado de alias ‘Iván Márquez’ al Secretariado, el terrorista informa del aporte de 300 millones de dólares que hiciera el gobierno Chávez a las FARC. A esta información, el canciller Maduro respondió que "era motivo de burla la declaración", pues según el funcioncionario venezolano, 300 millones de dólares ocupan mucho espacio y resulta difícil transportarlos. Uno se pregunta si Maduro no conoce el sistema bancario y sobre todo si ignora la existencia de las redes de blanqueo de dinero, que de paso sea dicho, son muy utilizadas tanto por las FARC como por los narcotraficantes que tienen en Venezuela no solo un paraiso sino un gobierno asociado al negocio. Total: Lo risible es la justificación que ofrece el gobierno venezolano a la gravísima acusación.

En torno a este asunto, el acuerdo de los 300 millones de dólares fue planteado por el gobierno Chávez como una participación de las FARC en negocios petroleros basados en la compra de crudo a Venezuela, a muy bajos precios, para venderlo en Colombia o en otros países. Incluso ‘Iván Márquez’ habla de las enormes ganancias que obtendrían con ese modelo, aunque el Secretariado no descartó otras formas de participación en las tajadas de corrupción del narcoestado venezolano, como la adjudicación de contratos para las FARC.

Además, en otro documento, el protector del terrorismo Hugo Chávez agradece la ayuda que le brindaron las FARC en 1992, cuando estaba en la cárcel. De igual forma, el general Naranjo informó sobre el ofrecimiento de armamento por parte del gobierno Chávez a las FARC. Dicho ofrecimiento encaja perfectamente en otro dato encontrado en el computador de ‘Reyes’: La creación de un ejército conjunto de las FARC y Venezuela para derrocar al gobierno colombiano. Esto a su vez coincide con la propuesta que le hizo Piedad Córdoba a 'Simón Trinidad' para impulsar la caída de Uribe y la creación de un gobierno de transición en el que tendrían participación las FARC. La senadora "colombiana" lo negó y anunció una denuncia por calumnia, lo que nunca ocurrió... ¿por qué no instauraría la noticia criminal ante la Fiscalía?

El eje de todas las gestiones venezolanas tiene un denominador común: Ramón Rodríguez Chacín, el oscuro ministro que en la tarde de ayer reconoció que efectivamente se había reunido con ‘Reyes’ y había mantenido contactos con las FARC. Según Chacín, eran contactos para la paz, (lo que quiera que ese término signifique para un gobierno armamentista que ordena el traslado de 10 batallones, tanques y aviones a la frontera); y para la liberación de los secuestrados… ¡Qué disparate! Fueron 300 millones de razones verdes las que lograron la liberación, es decir, la simple fórmula de pagar el rescate de un puñado de secuestrados a un grupo terrorista, para que Chávez fortaleciera su posición continental y buscara salidas para el deterioro internacional de la imagen de las FARC.

Toda esta información resulta fundamental para entender la dinámica de las relaciones entre el mandatario venezolano y el grupo terrorista, pues demuestra que desde hace más de 15 años, las FARC cooptaron a Hugo Chávez en el proyecto totalitario y de aniquilamiento con el que siempre han soñado y que estuvieron a punto de alcanzar durante el gobierno Pastrana.

Resulta obvio que el arlequín de Miraflores no veía con malos ojos la alianza que pactaba con las FARC. Por el contrario: Se estableció una relación simbiótica que se ha fortalecido con el tiempo, aunando esfuerzos en la lucha por imponer el modelo que incluso ha sido plataforma de gobierno de la izquierda “democrática” colombiana.

Horas antes, y frente a las evidencias el vicepresidente de Venezuela, Ramón Carrizalez, dijo: “Nosotros estamos acostumbrados ya a las mentiras del Gobierno colombiano, entonces para mi no tiene importancia cualquier cosa que digan, ahora pueden inventar cualquier cosa para tratar de salirse de esa violación del territorio ecuatoriano que hicieron”, posición que sorprende de un gobierno a cuyo caudillo tienen que decirle “!por qué no te callas!”.

Ciertamente Chávez sufre de incontinencia verbal y
esa actitud el aparente desprecio por los graves señalamientos indica que en Venezuela no saben qué responder y recurren a una fórmula que nadie les cree: El silencio frente a las gravísimas denuncias. Solo se presentó la oficialización de la ruptura de relaciones y el anuncio de la expulsión del cuerpo diplomático colombiano en ese país, lo que fue aplaudido a rabiar por los despreciables miembros de la Asamblea Nacional de Venezuela, los mismos que aprobaron el estatus político para las FARC.

Claro que el silencio fue roto también por Ramón Rodríguez Chacín. En uno de esos espectáculos de circo pobre al que nos tienen acostumbrado los funcionarios venezolanos, sacó un computador portatil supuestamente del asesinado noarcotraficante Wilber Varela y aseguró que en el aparato hay “indicios” sobre nexos del general Naranjo con el narcotraficante.

Uno se preguntaba, antes de escuchar el contenido de los hallazgos ¿Por qué, con semejante información en su poder, Venezuela guardó silencio y no hizo un escándalo monumental, justo en el momento en que crecía la tensión entre Uribe y Chávez? Resulta útil recordar que el extraño asesinato de alias ‘Jabón’ ocurrió en la misma época de la pataleta de Chávez por la decisión de Uribe de suspender su mediación con las FARC.

Es más:¿Cómo es posible que un documento de esa naturaleza no se haya dado a conocer en medio de los señalamientos que se han venido haciendo contra el gobierno venezolano que amparó al narcotraficante alias ‘Jabón’, cuya relación y posterior ruptura con las FARC eran conocidas de tiempo atrás?

Pero la información de “inteligencia” terminó en un chorro de babas: Las destrezas en inteligencia de Chacín le alcanzaron para encontrar algo que la mayoría conocía en Colombia: La captura en Alemania de Juan David Naranjo, hermano del General, y quien según Chacín, era miembro del clan Varela. !Qué inteligencia! Chacín descubrió lo que todo el mundo conocía y de paso le incluyó una de esas calumnias que desde Caracas saben armar. Lo cierto es que el ladrón juzga por su condición y cuando el gobierno de Caracas habla de montajes, seguramente están evaluando sus propias acciones no solo en este caso, sino en todo lo que tiene que ver con el desgobierno que padece Venezuela.

Sin embargo todo esto parece un libreto muy bien estudiado y acordado entre Chávez y Correa, pues ambos gobiernos se escudaron en el mismo discurso que señala el supuesto intento de desviar la atención de la violación a la soberanía ecuatoriana. En el
anuncio del rompimiento de relaciones diplomáticas, Correa señaló: "Las infundadas acusaciones constituyen un deliberado intento para desviar la atención del hecho de la violación de la soberanía territorial ecuatoriana”. Esto no es una coincidencia y demuestra que hay una sola cabeza maquinando la crisis y estrechando el cerco contra Colombia... y esa cabeza está en Caracas.

De igual forma, la posición de Rafael Correa, quien envió el comunicado al embajador de Colombia en Ecuador (sí, al que expulsó el domingo en la noche y cuya sede está rodeada de policías) informando el rompimiento de relaciones diplomáticas, resulta facilista y contradictoria: Si el propio gobierno colombiano reconoció la violación a la soberanía de Ecuador, no tiene sentido afirmar que quiere desviar la atención de un hecho admitido como grave, al punto de ofrecer excusas y asumir las consecuencias anunciando el pago de posibles indemnizaciones a los ecuatorianos afectados por la operación.

En cambio, la crisis diplomática y militar que han elaborado los gobiernos de Ecuador y Venezuela pueden considerarse una enorme distracción de los hechos que están saliendo a la luz: Basta con señalar que
el ministro de Seguridad de Ecuador admitió que en enero se reunió con ‘Raúl Reyes’. Si efectivamente se realizó la reunión clandestina en una flagrante violación a la soberanía colombiana y a las resoluciones de la ONU y en una evidente intervención en los asuntos internos de nuestro país, ¿cuáles son las acusaciones infundadas?

Es más: Si los gobiernos de Quito y Caracas no fueran culpables de los hechos que se están conociendo, lo sensato hubiese sido el señalar a los directos responsables de los documentos: las FARC, pues fue el homenajeado ‘Raúl Reyes’ el que escribió eso y el que tenía guardada la información en uno de sus computadores. Pero el rabo de paja es enorme y las evidencias demuestran que las alianzas son reales y por eso el talante y tamaño de la crisis generada desde Venezuela y Ecuador.

Lo peor de todas las justificaciones mediocres de Venezuela y Ecuador, cual de todas más disparatada, se basan en la suerte de los secuestrados por parte de las FARC. El ministro Larrea anunció que estaban a punto de conseguir la libertad de 12 secuestrados, lo que evidencia una contradicción sumamente grave si se tiene en cuenta que las FARC dijeron, pocas horas después de la liberación de los últimos cuatro secuestrados canjeables, que suspendían las liberaciones hasta que se estableciera la zona de despeje en Pradera y Florida.

Entonces o las FARC están mintiendo o lo están haciendo los funcionarios de Ecuador y Venezuela... todo indica que es lo segundo, pues Larrea se atrevió a decir que había informado sobre sus reuniones al gobierno colombiano, cosa que evidentemente nunca ocurrió, pues no hay ningún registro sobre la autorización al ecuatoriano para adelantar tales encuentros. Simple: Tratan de ocultar los verdaderos motivos de las reuniones y las alianzas que han tramado con el terrorismo.

Sin embargo el documento más importante tiene que ver con el tráfico de Uranio en el que intervinieron las FARC. Dentro de las evidencias se encontró que los terroristas habrían recibido 50 kilos de Uranio, material para la fabricación de armas de destrucción masiva. En ese sentido la Policía creo un grupo especializado para hacer seguimiento a ese material bélico, pues no hay certeza de si ya fue ingresado o no al país por parte de las FARC. Las autoridades colombianas consideran que el hallazgo de este material es una prioridad de seguridad Nacional, ya que ese hecho consolida a las FARC como un "agresor global de alta peligrosidad".

Básicamente el Uranio en poder de las FARC ha salido del robo de equipos médicos que utilizan ese material radiactivo. Incluso hace algún tiempo se registró una extraña oleada en la que fueron robadas varias fuentes de poder de aparatos para el diagnóstico clínico. Las autoridades, en ese momento, solo atinaron a prevenir a los ciudadanos sobre las consecuencias para la salud de estar en contacto con el elemento.

Hoy esos robos cobran vital importancia, pues las FARC estarían tratando de incursionar en el mercado negro para la fabricación de bombas sucias, que son artefactos que expanden material radiactivo mediante el uso de un explosivo convencional. Las bombas sucias pueden ser utilizadas para provocar daños a la salud de las personas e impedir la habitabilidad de un territorio.

En las próximas horas se realizará una reunión extraordinaria de la OEA para analizar la situación, pues Ecuador y Venezuela piden un compromiso por escrito de Uribe de "no seguir con las prácticas dictadas por Bush". Seguramente para el círculo terrorista sería preferible que Uribe siguiera, como cachorro de Chávez, las indicaciones demenciales del arlequín de Miraflores.

En solo 72 horas, ya estamos ante un grupo terrorista que quiere jugar en las ligas de BinLaden, un par de gobiernos que se ofenden por las imputaciones y las califican como falsas, mientras que los protagonistas reconocen que los hechos efectivamente se produjeron.

Por Jaime Restrepo.
Director Sistema Atrabilioso.