martes, 9 de diciembre de 2008

Tercer canal y prórrogas

La semana anterior la CNTV divulgó dos noticias importantes para la industria de la televisión: la primera, que se otorgará una nueva licencia mediante el procedimiento de subasta: un instrumento (por su transparencia y objetividad, cada vez mas usado en las concesiones) que permite que el mercado (los oferentes) que son quienes conocen la industria, calculen y en puja determinen el precio máximo que pueden pagar.

La segunda, fijó el valor de las prorrogas a los dos canales privados de televisión en 82 millones de dólares (en promedio, casi 1.600 millones de pesos mensuales) mas el 7.8% de los ingresos antes de deducir cualquier egreso, que deben ser enormes, porque los costos de la industria también lo son, y que tienen que ser deducidos de las utilidades, sin afectar la viabilidad del negocio.

Lo primero que llama la atención es que en el primer caso se utilizó un mecanismo de mercado (objetivo) y en el segundo uno arbitrario, cuando el resultado de la subasta debió ser el indicador del valor de las prórrogas. Como uno está amarrado por decisión administrativa, y el otro expuesto a las leyes del mercado (tratándose de lo mismo) el resultado inevitable será la iniquidad.

Aunque al momento de escribir esta no se ha publicado el estudio, que al decir de los comisionados fue contratado con dos firmas de expertos que llegaron “independientemente” a la misma conclusión, personas que tienen que saber de esto porque están muy cerca de la CNTV, me han comentado que el principio es obtener de los privados los recursos que se requieren para sostener la TV pública. O sea que el costo de operar la TV pública, es astronómico: casi 4.800 millones de pesos mensuales, mas el 7.8% de los ingresos brutos de los canales privados.

Si algo queda claro es que el negocio de la televisión es muy bueno en manos de los particulares, pero en las del gobierno, en parte por cumplir una función social y no vivir a expensas del “rating” ni siquiera es auto sostenible. Allí habrá que hacer alguna reingeniería.

Uno no tiene por qué defender a los poderosos (ellos se defienden solos) pero, primero, esa fórmula no estimula la eficiencia de costos en el sector público, y segundo, si entendemos que los ingresos de esta industria provienen en gran medida de la publicidad, tenemos que aceptar que el “manotazo” de la CNTV a los recursos de la industria, impacta negativamente la competitividad del país. Funciona como una barrera que protege a los grupos de empresas con mayores ingresos; afecta los precios al consumidor, de los bienes y servicios que se pautan; y reduce la competencia al mantener al margen a los pequeños empresarios.

Lo anterior da para pensar que, en lugar de gravar a unos pocos, seria más saludable para la economía abrir más canales y reducirles el gravamen individual sin necesidad de afectar el recaudo; levantar la absurda prohibición de pautar en la televisión por cable, lo que muy seguramente haría reducir el costo de la pauta, que aumentaría; como aumentaría también el empleo en el sector, y la libre competencia en la economía.

Al margen de todo esto, la nueva concesión se otorga para televisión análogica, lo que estaría obligando al nuevo operador, a invertir en tecnología que luego tendrá que chatarrizar.

Por: Miguel Yances Peña. Columnista de El Universal de Cartagena. myances@msn.com

1 comentarios:

Atrabilioso dijo...

1 Comments:



At <$Comentarios$>, Anónimo

Los 4.800 millones de pesos salen de multiplicar el equivalente mensual de
las 3 licencias, asumiendo que al tercero también le toque pagar 82 MM USD (es una buena aproximación).

Lo que no se han dado cuenta es que esa suma, 82 MM USD, actuará como techo en la subasta. Ahí
esta la brutalidad, porque a las subastas se les coloca piso (punto de arranque) mas no techo.