lunes, 28 de julio de 2008

¿Volver a la política pura y confiable?

Si no le hicieran tantas venias. Si no la catalogaran como una investigadora social. Si sus “trabajos investigativos” - que no incluyen metodología ni trabajo de campo y sí muchas opiniones y sesgos- no fueran tan aclamados por algunos sectores, uno podría pensar que se trata de una estudiante universitaria promedio sin posibilidades distintas a ocupar un cargo público cuando termine su carrera.

¡Pero no! Es la irrefrenable Claudia López, la misma pseudo investigadora
cuestionada incluso por respetables académicos. La misma que no oculta su sesgo y participa en asonadas como la ocurrida en abril en la embajada de Costa Rica. Esa misma “académica”, la típica intelectual latinoamericana, hizo una de las más reveladoras afirmaciones de los últimos tiempos.

En su
columna del 22 de julio, Claudia López pregunta: “Si no es judicializando la criminalidad en la política, ¿cómo cree el Presidente que vamos a volver a una política más pura, que dé más confianza?

La pregunta parece formulada por alguien que ha visto, conocido y leído la historia de Colombia desde una lúgubre habitación en algún rincón europeo. No de otra manera se puede interpretar que una persona se atreva a plantear la necesidad de VOLVER a algo que NUNCA ha existido, es decir, a una política más pura.

¿Cuándo hemos tenido una política más pura? ¿A mediados de los años 40, cuando un congresista incitó a los palurdos que pertenecían a su partido a enfrentarse y
eliminar a su adversario político con gran éxito en su convocatoria? ¿En los años 50, cuando el abuelo del alcalde de Bogotá decidió establecer la censura, después de que ese mismo país político “puro” lo convenciera de dar un golpe de Estado? ¿En los años 60, cuando se repartieron el país dos supuestos partidos para ser “equitativos” en la posesión del poder en Colombia? ¿En los 70 con las dietas parlamentarias y fraudes electorales? ¿Acaso fue en los 80 con Pablo Escobar en el Congreso de la República? ¿Se referirá a principios de los 90, cuando, por ejemplo, el senador conservador Elias Matus Torres fue procesado por sus vínculos con el ELN? ¿O en los 90, con el proceso 8 mil?

Resultaría incomprensible que un investigador social, uno de verdad, planteara el tema de volver a la política de antaño. Sin embargo en Claudia López es algo perfectamente comprensible, pues ella y su camarilla quieren justamente regresar y ojalá profundizar el modelo según el cual los electores, una vez hayan cumplido con la función de idiotas útiles amenazados por las armas, se aíslen de aquellos que dicen representarlos. Ella quiere regresar al país en que ningún político cumple lo que promete, pues si algo les molesta es que el país nacional apoya a Uribe porque ha sido uno de los pocos políticos colombianos que ha cumplido su principal promesa de campaña… eso es un mal precedente para los políticos colombianos y es mejor regresar a la época de los cocteles, del buen whisky, del turismo parlamentario, de las claudicaciones frente a los violentos y del poder para no trabajar.

Aunque es de suponer que la señora López no tiene una visión tan distante como lo descrito anteriormente. Ella simplemente anhela regresar a los tiempos de la Zona de Distención, cuando el país político se embriagaba con los cabecillas del terrorismo. Ella quiere que el país vuelva a los tiempos de las romerías en el Caguán, a que los políticos que tanto extraña, salgan en la foto abrazados al camarada ‘Raúl’ o charlando amigablemente con el “académico” ‘Cano’.

En esa época el país político estaba de plácemes y llegaba a San Vicente del Caguán en avión, no fuera que de repente en el camino se encontrara con una fila de secuestrados de esos que olían mal y tenían cara de amargura, la misma que teníamos la mayor parte de ciudadanos colombianos que integramos el verdadero país, el país nacional.

Para Claudia López todo tiempo pasado fue mejor y aquellos momentos de simpatía entre los dirigentes políticos y los terroristas son solo gratos recuerdos en su mente intelectual.

Es cierto que esa política generaba más confianza, pues todos los desmanes, las alianzas con criminales y terroristas, y los
negocios de tierras con personas al margen de la ley eran barridos por debajo del tapete para que no se vieran y los ciudadanos pudieran seguir disfrutando de un país político que les generaba confianza por su pureza… ¡Qué estupidez!

Era preferible, dirá Claudia López, que solo hubieran salido unos cuantos escándalos convenientes para el sector totalitario colombiano, pues las cosas se debieron quedar en la parapolítica y no pasar a la incómoda farcpolítica que tanto daño puede causar a la credibilidad y pureza de los “baluartes” de la democracia.

Claudia López es la representante más cruda de aquellos que creen que los ciudadanos son un montón de cretinos que creían en la pureza de la política y ahora se sienten defraudados. Corta de miras, otra vez, la señora López olvida que, por ejemplo a principios de los 80, el gobierno de la época ordenó despedir a Fanny Mickey de un programa de televisión que ella presentaba. Uno de los participantes llevó un serrucho y logró sacarle unas buenas notas musicales. Al final, Fanny agarró el serrucho y dijo que había que llevarlo al Congreso, ese mismo al que la señora López quiere volver por ser confiable y puro.

Un investigador social de la situación colombiana no podrá afirmar jamás que la política ha gozado de confianza y que fue pura hasta la cooptación de los paramilitares, pues sería evidenciar un sesgo tan grande que simplemente lo descalificaría como investigador, científico o académico. Pero no ocurre eso en el país político que quiere ver a la López como vocera de la moralidad y además, como defensora de una justicia parcializada y politizada, es decir, cooptada por los intereses totalitarios.

Por Jaime Restrepo. Director Sistema Atrabilioso.

1 comentarios:

Atrabilioso dijo...

16 Comments:



At <$Comentarios$>, jaime ruiz

Excelente punto, el mito de que los problemas comenzaron con este gobierno o de que antes las cosas iban correctamente es particularmente un disparate. Hace ocho años todo el que podía se largaba a cualquier parte, y no había ningún indicador de nada que no fuera peor que ahora (salvo el de políticos presos, pero eso es sólo la persecución de otros políticos más perversos, capaces de infiltrar la judicatura para ejercer la justicia de parte, que de por sí es una contradicción en los términos).


At <$Comentarios$>, la colombia inclaudicable (lci)

Don Atra, como siempre un gusto pasar por aqui.

Para decir lo de siempre estamos ante un GOLPE DE ESTADO dado por los hp de la rama judicial, (que tal el salvamento de voto de hijueputa dizque magistrado de la Corte Constitucional Araujo Renteria, traido por MIR en su columna del domingo en el Tiempo.)Que hambre de poder a toda consta, que ganas de estos totalitarios de tumbar el sistema democrático. Patético.

Con los congresistas es lo mismo, pero lo que no entiendo es porque le comen cuento a la tal justicia y no son lo suficientemente hombres ( o mujeres o la mezcla de ambos) para anteponer su dignidad ante este atropello transvestido de justicia. Como se dejan arrastrar ante tanto micrófono sin tan siquiera vociferar un madrazo dirigido a estos mal nacidos. De verdad, lo sigo esperando, eso o cualquier otro acto de dignidad y de respeto hacia el voto que el pueblo les dio.

Hombre don jaime y Pensar que es pieza fundamental del "proceso judical" seguido a los congresitas esta opera bufa y ridicula que tan bien desvistes y que cómicamente la hacen llamar estudio académico cuando no es más que una deposición de prejuicios del mamertismo sazonado con algun numerito.


At <$Comentarios$>, Anónimo

BRABONEL.

Si, “fenómenos” como Claudia López son exclusivos de países como Colombia. Si no existieran intereses poderosos detrás de la supuesta vinculación de las extintas AUC con Políticos, personas como Claudia López no existieran. Ella es producto de la necesidad de buscar “Argumentos” para destruir la Democracia o ¿Cómo es que alguien con tan pocos argumentos puede ser referencia constante para los principales medios de comunicación del país? Igual pasa con las Universidades y círculos intelectuales.

Claudia López solo es posible en un país donde la democracia se encuentre muy amenazada.


At <$Comentarios$>, ERAGON

Que será lo que anhela esta periodistucha de los gobiernos anteriores? Que no le dió Uribe? Esta señora esta lo mismo que la Dussan respirando odio contra Uribe y alabando al presidente-elefante. Que jodas que todavia quedan corneteros del bojote ese que anda ahora con la bandera del desastre humanitario, que jodas.


At <$Comentarios$>, Atrabilioso

JAIME RUIZ:
La falta de memoria es uno de los grandes males de la nación, lo que es aprovechado por los oportunistas. Pensar que todo tiempo pasado fue mejor que en la actualidad, es un absurdo de enormes dimensiones, una más de las arengas aprendidas por los de siempre.

Es bueno recordar una desagradable anécdota cuando ocurrió la acción terrorista contra el Palacio de Justicia… mucha gente decía: ¡Se equivocaron! Debieron correrse unos metros más al sur. Pero eso se olvida, el proceso 8 mil pasa de largo y la farc-política la quieren enterrar en toneladas de testimonios sin sentido. Mientras tanto a otros los investigan por un anónimo o por el testimonio de un tipo que estaba en la cárcel pero, por arte de magia, presenció una reunión a kilómetros de la cárcel. Si uno fuera ingenuo pensaría que las cortes están en transe de ilusionistas… pero ¡Qué va! Los ilusionistas son los de la muralla de los togados.

Un abrazo y gracias por todo.


At <$Comentarios$>, Atrabilioso

LCI:
Siento la misma indignación ante lo conocido de Jaime Araujo.

Mucho de estos procesos fue estructurado con las contribuciones de la añorante(sic) Claudia López. Pero la “investigación” se le va a caer y el estudio de plena refutación está en camino.

Un abrazo y gracias por sus comentarios.


At <$Comentarios$>, Atrabilioso

BRABONEL:
Completamente de acuerdo. Yo percibo la amenaza contra la democracia en una etapa de aletargamiento, pero eso ni es bueno, ni alentador y por el contrario, es una evidencia de que vienen cosas nuevas y desfavorables, patrocinadas por Venezuela y llevadas a la práctica por los lacayos internos y externos.

Un abrazo y gracias por sus comentarios.


At <$Comentarios$>, Atrabilioso

ERAGÓN:
Usted ha puesto sobre el tapete un tema importantísimo que me ronda desde hace algunas semanas: el poder de Samper, las huestes que representa y los hilos que sigue moviendo convenientemente en los medios y en los sectores claves de la vida nacional.

Parece que usted percibe lo mismo que yo: Ramiro Bejarano, Felipe Zuleta, Alfredo Molano y muchos más, fueron servidores de Samper durante su administración. Incluso creo que algunos de los ahora flamantes senadores del PDA ocuparon cargos en ese funesto gobierno.
No se que estaba haciendo la señora López en esa época (supongo que en todo caso no estaba en proceso de formación, porque de eso nada) aunque percibo que los hilos los maneja Samper con la petrochequera administrada desde Caracas.

Un abrazo y gracias por sus comentarios.


At <$Comentarios$>, elizquierdoso

Sr. Atrabilioso, reciba un cordial saludo.

Me animo a opinar de nuevo en este espacio porque hoy, como cosa rara, tengo tiempo, y porque encuentro una cercanía interesante con los argumentos de su presente escrito. Debo comenzar por decir que la Sra. López merece mis respetos como ideologizadora, no tanto como columnista o investigadora. Es una incendiaria. Pero no una investigadora social.

Quisiera comentar primero que todo esta aseveración, objeto también de su análisis: Si no es judicializando la criminalidad en la política, ¿cómo cree el Presidente que vamos a volver a una política más pura, que dé más confianza?. Le abono a la Sra. López el hecho de señalar una vez más las intenciones del ejecutivo por minimizar la injerencia del poder judicial en sus asuntos, polémica todavía no resuelta, de largo aliento, teñida de parapolítica, farucopolítica, narcopolítica, y que puede enceder muchos anímos.
Le critico el tono y la forma, pues convierte su artículo en un ataque -evidente y por lo tanto poco elegante- al presidente, y en un memorial de agravios contra el congreso, con lo que convierte un punto neurálgico de discusión en un innecesario caballo de batalla de una prentendida posición política. De otro lado, creo que la Sra. López no se ha enterado del mundo en el que vive; sencillamente, no es posible "volver" a una "política" más "pura", ni en Colombia ni en América Latina ni en el Mundo, por dos razones:

1. Es imposible, en pleno 2008, volver a un modelo de control político del planeta, porque el modelo actual es de suyo corporativo y monetarista, y lo es desde que en 1913 la FED, los banqueros y Wall Street comenzaron a controlar la economía mundial, al punto que Woodrow Wilson (OJO, que no es el Sr. Petro, ni el Sr. Gaviria, ni la Sra. Córdoba, es el mismísimo Woodrow Wilson) en un discurso presidencial de ese mismo año (y posteriormente en un libro llamado "The new liberty"), dio por sepultada la era de las libertades indivuales a manos de las libertades económicas. La Sra. López no se da cuenta que hace más de ochenta años ni en el Mundo, ni en América Latina, ni en Colombia, los hilos del poder pasan a través de las instancias políticas. La tan mentada Democracia está secuestrada hace mucho tiempo. Las decisiones de peso, las que cuentan para el futuro de los pueblos, se toman a puerta cerrada, entre un selecto grupo de accionistas, y en ellas pesa más la relación coste-utilidades que la dignidad humana. Pregúntele a Bildelberg, o al G8, o al Club de Roma, o a Chatham House, al Council on Foreign Relations, pregúntele si quiere a Pascal Lamy, Ben Bernanke, o Ardila Lulle, y encontrará la misma respuesta: "Deme el control de emisión y circulación de moneda de una nación, y no me importará quien haga sus leyes". Si les suena, queda de tarea averiguar quién hizo tal afirmación, muy vigente en la actualidad.

2. No sé qué querrá entender la Sra. López por una política "pura", dado que quienes se inventaron la política, la hicieron surgir como un modelo para repartir el poder y controlar ciertos sectores de las masas populares en Grecia, no como un medio "puro" para vivir en una sociedad de utopía. En otras palabras la política (más exactamente, las prácticas sociales derivadas de, o conexas con, la institución llamada Senado) nació corrupta, pues fue un modo de ceder un poco de poder con el objeto de no perderlo todo. Y si en sus orígenes la política fue una estrategia para mantener el poder, no hay allí ningún tipo de pureza, nisiquiera de altruismo. En ese orden de ideas, la Sra. López no sólo pide un imposible, sino que piensa desde el romanticismo dieciochesco más alejado de nuestra realidad que se pueda concebir. Recogiendo la pregunta que la Sra. López le hace al gobierno, me permito responderle: no hay vuelta a una política más "pura" porque tal cosa no existe (ni la pureza, ni la política), no sea ingenua.

Coincidimos entonces, Sr. Atrabilioso, aunque desde ópticas divergentes, en que la política in strictu sensu, no existe, menos en Colombia; es interesante el recorrido que usted hace de la historia colombiana, pues muestra cómo, de verdad, se gobierna para unos intereses (los económicos particulares, no los públicos). Sobre todo a partir del Frente Nacional, nuestros poderes se convierten en cajas menores desde las cuales ciertos siniestros personajes "legislan" con referencia a sus propios bolsillos, o actualmente, con referencia a la prebenda o dádiva (canonjía, para recordar al Sr. Ruiz) que ofrece la corporación más influyente del momento.

Sin embargo, la frase del presidente que motiva (al parecer) el artículo de la Sra. López, esa según la cual la reforma debe evitar la politización de la justicia y la judicialización de la política, me parece grave, además de una ilación ingeniosa, que precisamente por ingeniosa, oculta un llamado preocupante: una reforma política que vaya contra el relativo equilibrio de poderes, es en sí misma una reforma del Estado Social de Derecho, o en palabras más gruesas, una constituyente de facto, o de bolsillo, lo que prefiera.

Para finalizar, creo importante anotar que cada vez más, en América Latina las dos caras de la moneda parecen una sola y la misma: el totalitarismo acecha en discursos comunistas inviables (caso Castro), en socialismos de subsidio (caso Chávez) o en relucientes análisis de tecnócratas que nos venden la ilusión de un mundo mejor, pero no nos dicen que tal mundo está confinado a sus propios bolsillos (caso Uribe). Y aunque sea romanticismo dieciochesco, Lo que necesitamos es un nuevo tipo de poder, no uno que "emane" del pueblo, sino que sea ejercido directamente por él.

Reciba un cálido saludo.


At <$Comentarios$>, Camilo Andrés

El sesgo político de Claudia López y su poca inteligencia hace que haga ridículos monumentales que solo aplauden las focas del terrorismo (como las denomino ahora).

Una muestra más de lo poco académico y "riguroso" de su estudio es este artículo: El Puente de Martínez

Ese artículo resume lo poco profesional y académica de la señora López.

Recuerdo que el Colombiano le hizo una crítica y ella salió con insultos y descalificaciones.Igual como insultó a Rodrigo Lara.

Ahora, que un magistrado exponga un salvamento de voto tan violento y nada constitucional, es alarmante.

Ese señor propone un golpe de estado y debería ser castigado con el delito de traición a la patria.

Es una falta total al derecho, a la Constitución.

Cuando Salud Hernández habló de un pirómano en la corte, se quedó corta.


At <$Comentarios$>, Atrabilioso

EL IZQUIERDOSO:
Su comentario merece un análisis párrafo por párrafo, pero solo me voy a detener en la frase del Presidente: "No politizar la justicia ni judicializar la política".

Creo que el concepto parte de un asunto purista equivocado y es que la justicia obra independiente de la política, cuando lo cierto es que cualquier decisión judicial tiene componentes políticos básicos de los cuales no se puede desprender: una decisión de la Corte Constitucional SIEMPRE será una decisión política que analiza y determina el curso a la luz de un documento político como la Constitución Nacional.

Pero no creo que Uribe haya hecho la afirmación desde la ingenuidad. Por el contrario, considero que lo hizo a la luz de los acontecimientos que vienen ocurriendo en las decisiones de la Corte Suprema y el sesgo descarado que han mostrado entre los procesos de parapolítica y los de farcpolítica.

A los primeros los atienden con prontitud, cualquier cosa sirve de prueba y frente a una mínima sospecha indirecta, se procede a la captura. Todo lo contrario ocurre con la farcpolítica, pues las pruebas son puestas en tela de juicio por los mismos acusadores, intentan sepultar los procesos con miles de testimonios y la gravedad de los hechos no les parece suficiente para ordenar la captura de algunos encartados que a la hora de la verdad, además de respresentar un riesgo para la sociedad, pueden huir y refugiarse en un país vecino.

El caso de la yidispolítica es una monstruosidad, pero sirve de comparación para afianzar el punto: Piedad Córdoba fue denunciada hace un año y hasta el momento no ha sido citada a indagatoria. Entre tanto, el escándalo de Yidis Medina se destapó en abril y un mes después, tres personas estaban detenidas por el proceso.

A lo anterior hay que sumar el salvamento de voto del magistrado de la C.C. Jaime Araujo, una acción grosera y completamente partada de la órbita legal.

Es decir: hay una politización de la justicia (en parte lógica) y en parte dispuesta y servicial al propósito de desligitimar al gobierno. Y existe una judicialización de la política al sesgar sus decisiones y hacer una persecusión excluyente contra unos, mientras los otros no reciben un tratamiento ni parecido por parte de quienes deberían aplicar justicia.

En cuanto al mensaje oculto de una constituyente, se que en esto seguramente diferiremos, estaría plenamente de acuerdo en que Uribe lo hiciera y estableciera un verdadero equilibrio de poderes que hoy evidentemente no se da.

Un abrazo y gracias por su tiempo.


At <$Comentarios$>, Atrabilioso

CAMILO ANDRÉS:
Me parece refrescante que un hecho de semejante magnitud salga a la luz, pues quedar tan expuestos, daña a los totalitarios y fortalece al gobierno.

Un abrazo.


At <$Comentarios$>, elizquierdoso

Sr. Atrabilioso, reciba un atento saludo.

Me hace elogios inmmercidos. Yo quisiera simplemente responder a ciertos puntos de vista expresados en su comentario. En primer lugar, cito esa frase que dice que lo cierto es que cualquier decisión judicial tiene componentes políticos básicos de los cuales no se puede desprender, con la que estoy totalmente de acuerdo: el equilibrio de poderes no significa ausencia de injerencia de uno en otro, por el contrario, el equilibrio está en la relación de fuerzas dadas por la capacidad de intervenir / ser intervenido, inherente a cada poder. Secularmente se ha practicado la existencia de tres ramas del poder Estatal con el ánimo de llegar a consensos más completos y fundamentados, a decisiones políticas con respaldo legislativo y judicial, o, como en el caso que nos ocupa, a decisiones judiciales con transfondo político y legal.

En segundo lugar, no le niego, y quiero enfatizarlo, que las Cortes están obrando según sus propios cálculos políticos, y están usando su poder para minar -o propulsar- el accionar del gobierno, eso es claro y evidente; pero al tiempo, no podemos olvidar que el gobierno quiere imponer (y lo va logrando con creces), también de modo claro y evidente, una agenda unanimista orientada a la concentración de poder presidencial, que consiga los mínimos impedimentos para adelantar las reformas ideadas en los escritorios de Washington y los Think-Thank de Massachusets, y publicar las cifras de gestión que se le antoje. En tal clima de polarización y presidencialismo como el que vivimos, lo que están haciendo las cortes puede ser hasta necesario, pero en verdad, yo no sé qué es peor: un gobierno que busca imponer el totalitarismo disfrazado de democracia, o unas Cortes que tratan de impedirlo recurriendo a las mismas sucias artimañas. De uno y otro lado existen intereses, sesgos, posturas, y ningun bando, aunque invoque a Dios y la Virgen para probarlo, representa, real y consecuentemente, el interés general o social, de eso podemos estar seguros todos.

Quisiera además invitarlo a considerar dos factores que diferencian profundamente los procesos de la parapolítica y la farucopolítica. Por un lado, la parapolítica está conectada con la posibilidad de comprobar la existencia de dos fraudes electorales mayúsculos, que es la meta última de las investigaciones (si se prueban, la dimisión presidencial es un hecho); la farucopolítica, y su componente de Terrorismo y Traición a la patria, está por el contrario sostenida como posibilidad, hecho y delito, en la doctrina de la Seguridad Democrática y la Amenaza Terrorista, y en la ausencia de estatus político para "las FAR"; no hacer avanzar este proceso es un modo (bastante torpe, lo acepto) de desestimar tales doctrinas. También, usted y yo sabemos que el acervo probatorio de la parapolítica supera con creces al de la farucopolítica, cuyas pruebas más concretas provienen de una caja de Pandora; en ese sentido, la existencia de mayores recursos probatorios, y de mayor facilidad para darles base, ha favorecido el desarrollo de la parapolítica (y las intenciones de las cortes).

Sobre la Yidispolítica, reirá si le digo que no me ha sorprendido para nada, siempre tuve mis sospechas sobre la aprobación de la reeleción y su lobby previo. Lo sorprendente es la reacción de un poder judicial que con diligencia emite un concepto sin tener claros los antecedentes, ni el funcionamiento de la Ley: básicamente, si se trata de la figura de "cohecho", la Corte comete un error inestimable al condenar a la Sra. Medina, sin haber fallado con referencia a los casos de Teodolindo, y las investigaciones que se le siguen actualmente al Sr. Palacio y al Sr. Pretelt. La lógica jurídica lo dice, se trata de un co-hecho, y tal cosa sólo se puede probar, y juzgar, cuando se tiene la certeza de que hubo co-participación de varias personas en el hecho. En otras palabras, un proceso por cohecho, correctamente llevado, habría tardado por lo menos un año más para llegar a un fallo, pero se necesitaba el golpe mediático y político, y pronto, así la Corte quedara por el suelo ante los juristas y el país; creo que la mayor burrada legislativa del último decenio fue compulsar copias del fallo contra la Sra. Medina a las demás Cortes, sobre todo a la Constitucional, que sencillamente está maniatada (como lo manifestó) para proceder, por el mismo mecanismo mediante el que funciona la Ley. Es un absurdo. Y una muestra clara de las intenciones que subyacen al fallo. Si quiere mi opinión, creo que la Yidispolítica, de principio a fin, ha sido el más craso error legal, judicial, de proceso y de forma que han cometido las cortes en varios años, tal vez más craso que la aprobación de la reelección presidencial.

La idea de una constituyente de Uribe, me eriza los pelos de la nuca. Supo usted interpertarme a la perfección.

Finalmente, Debe existir la politización de la justicia y la judicialización de la política, pero no como parte de un entramado de prebendas, intereses económicos particulares y parcelas burocráticas; en el caso último, politización y judicialización degeneran en lo que estamos presenciando: el enfrentamiento entre dos facciones que buscan SU beneficio enmascarándolo como el sentir o el clamor general de un pueblo. Por eso es que, como usted afirma, no se da el equilibrio de poderes, pues ellos y la Democracia que sostienen están secuestrados por el poder económico y mediático, sea cual sea su filiación ideológica. Y aquí, creo que hay que decir que el punto no es si Uribe quiere y la Corte no lo deja, o si el uno está mal y la otra bien; el punto es que existe una pugna interna por la administración del poder de la cual los ciudadanos somos convidados de piedra o televidentes, sin el mínimo poder de acción, protesta o injerencia, y eso que el poder "emana" de nosotros. Lo que más me indigna es que este choque de poderes que estamos presenciando nos afecta profundamente, demanda nuestra acción, pone en entredicho nuestra importancia como ciudadanos, pero preferimos tomar partido antes que pensar. Eso sí que es escandaloso, asqueroso, vil, y hasta triste. Es la Democracia del simulacro por donde la mire.

Reciba un cordial saludo, y gracias por su respuesta.


At <$Comentarios$>, Atrabilioso

EL IZQUIERDOSO:
Yo no creo que el gobierno quiera imponer una agenda unanimista. Por el contrario, veo una actitud deliberante (toda deliberación es necesariamente incluyente porque tiene un interlocutor) en el alto gobierno, aunque si admito que hay sectores radicales que preferirían el unanimismo que las voces disidentes.

Ocurre, sin embargo, un fenómeno particular: durante los últimos seis años Colombia ha tenido Presidente, situación que prácticamente había olvidado la Nación. Eso genera una alta exposición mediática (Pastrana figuraba por sus esporádicas visitas al país, Samper solo, de vez en cuando, únicamente por el escándalo, Barco duró 18 meses sin querer aparecer en los medios y sin ninguna relación con la prensa y cuando hablaba tenía que ser editado para que la gente pudiera entenderle algo, Gaviria trabajó pero sus apariciones se dieron con mucha fuerza por el apagón, las barcazas y la situación de Escobar y así sucesivamente) que se une a la ausencia de noticias de alto impacto como las tomas guerrilleras, la muerte diaria de decenas de policías y militares, las pescas tenebrosas, la zona de distención y otra cantidad de hechos que ocupaban el espacio mediático. Esos dos asuntos, un Presidente que trabaja más la reducción considerable de hechos de sangre, influyen indiscutiblemente en la mayor exposición mediática de Uribe.

Entonces no veo la concentración de poder presidencial sino otros asuntos que llevan la interpretación que usted plantea.

Tampoco coincido con usted en que exista un clima de polarización, pues eso sería consecuencia de la radicalización de dos bandos concretos que alcancen un nivel similar de apoyo popular. Pero eso no ocurre en Colombia, en donde hay una minoría opuesta a las políticas del Presidente y una mayoría que las respalda en diferentes grados.

De igual forma, no veo el totalitarismo por parte del gobierno sino una intensa lucha para erradicarlo: no creo que se pueda hablar de totalitarismo en un país en el que se han logrado importantes y necesarias privatizaciones, en donde se ha evolucionado en la persecución contra los elementos que impiden el goce de libertades, en el que la oposición puede abusar de su libertad de expresión y lanzar cuanta infamia se le ocurre para golpear la credibilidad del gobierno que usted califica como totalitario; en el que existen medios de oposición claramente definidos y en el que muchos que habían emigrado por amenazas han regresado y radicado nuevamente en el país. De igual forma, si existe algo claro es que Uribe no tiene partido político y son coaliciones oportunistas que se cobijaron a su sombra, aunque en esto es importante admitir que a Uribe le faltó rechazar esos apoyos.

En cuanto a las pruebas sobre la parapolítica, recuerde que el proceso tuvo su génesis justamente en un computador: el de ‘Jorge 40’ y, difiero de usted, ha buscado en primera instancia la demostración del concierto para delinquir basados, por ejemplo, en un pacto como el de Ralito que es muy similar al pacto de La Julia, acordado con las Farc por algunos que están siendo investigados lentamente.

Un abrazo y gracias por sus comentarios.


At <$Comentarios$>, Icarus_

Pues ya que están hablando de Claudia López, los invito a leerse el famoso libro sobre la expansión del paramilitarismo en Colombia.

El único capítulo medio escrito -ya explico por qué- por esta señora, consiste básicamente en comentar sobre otro trabajo previo hecho por una investigadora de la Universidad de los Andes y omite convenientemente algunos datos sobre las elecciones en Antioquia. Por ejemplo no menciona en absoluto la influencia de la guerrilla en ese departamento ni cómo la guerrilla "influenció" los resultados electorales antes de la aparición del paramilitarismo.

¿Cómo se puede decir que los resultados electorales son atípicos de unos cuantos años para acá si hace por lo menos 25 años atrás la guerrilla dominaba esa parte del país y ponía a su gente en cargos públicos y privados donde se le antojaba?

Se podría decir que los resultados eran atípicos ya desde mucho antes de que el paramilitarismo entrara a disputarse el botín con la guerrilla. Incluso se podría decir que en esa zona del país el paramilitarismo apareció en buena medida como consecuencia de la guerrilla.

En fin, aparte de que la parte del capítulo que ella escribió está llena de sesgos y se limita a comentar una investigación hecha por otra persona, otra buena parte del capítulo lo escribieron otro par de colaboradores de Claudia y ella sólo se limitó a darle la bendición y a "editarlo", como dice el pie de página al comienzo de esa sección.

Las investigaciones de esta señora son mediocres en el mejor de los casos, y mal intencionados y llenos de sesgos ideológicos en el peor.


At <$Comentarios$>, Atrabilioso

ICARUS:
No he leído el libro, entre otras razones, porque me dolería que un peso de mi bolsillo fuera a pagar los derechos de autor de semejante doctora.

Pero es evidente que tendré que comprarlo, seguramente de segunda en San Victorino, para poder pronunciarme sobre lo que afirma.

Un abrazo y gracias por sus comentarios