jueves, 31 de julio de 2008

Coprosociedad colombiana

Atónito. Con el corazón hecho jirones. Con rabia, mucha rabia. Así quedé después de escuchar al terrorista paramilitar Enrique Banquez, alías ‘Juancho Dique’.

El monstruo, uno de los tantos engendrados por la guerra y por los abusos de las Farc,
confesó sin remordimiento alguno que en la masacre de El Salado, departamento de Bolivar, colgaban de los árboles a las víctimas y las degollaban, mientras algunos tocaban algún instrumento musical.

En algún momento el criminal se atrevió a sugerir que las tamboras, gaitas y violines eran interpretados por puro ocio.

Sin embargo lo peor de su declaración estaba por venir. En algún momento un grupo de sus tropas decidió emprender el saqueo de viviendas y comercios del caserío, mientras los demás ejecutaban a sus víctimas. Entonces ‘Juancho Dique’ explicó que airado: “amenacé a mis hombres por estar robando televisores, licuadoras y víveres. Les dije que nosotros no vinimos a eso, que nosotros no vinimos a robar”.

Supongo que ya era aburrido para esas tropas de monstruos el escuchar los gritos de las víctimas, o el clamor de madres, esposas, hijos o padres que impotentes, veían y escuchaban como eran torturados y aniquilados sus seres queridos. Por eso preferían cantar y escuchar música para distraerse mientras se realizaba la atroz masacre.

Pero el fondo del asunto es de una gravedad enorme que por desgracia, dibuja una parte del comportamiento de la sociedad colombiana: para ‘Juancho Dique’ era terrible que sus asesinos se dedicaran al saqueo y por eso los amenazó y les dejó en claro que ellos no estaban ahí para robar… le faltó completar la frase y decir que su asunto en el lugar era matar y derramar la sangre de supuestos colaboradores de las Farc. Incluso colgaron a una niña de 14 años por ser supuestamente la amante de un cabecilla de las Farc.

A ‘Juancho Dique’ le parece que era mucho más grave robar que asesinar, saquear que torturar, pues en esa escala de antivalores que se vive en la guerra, el asesinato es válido, pero no el hurto de propiedad de las víctimas, como si en esa demencia en la que se sumergen los terroristas, quitarle algo a alguien resultara peor que arrebatarle la vida a un ser humano indefenso con una bayoneta o con una motosierra.

Pero viéndolo bien, no se le puede exigir a alguien que actúe diferente a la sociedad. De hecho a Pablo Escobar lo señalan más por el narcotráfico que por las miles de vidas que cobró en su enloquecida guerra contra el Estado.

Y ni hablar de los totalitarios, a quienes les parece mucho más grave que cerca de 30 colombianos sigan padeciendo la aborrecible práctica del secuestro a que cerca de 100 mil colombianos queden en poder de las Farc. A esos les resulta abominable que el gobierno no claudique a favor de unos cuantos que acabarían con la vida, la tranquilidad y la libertad de millones de colombianos.

A esta sociedad le parece mucho más grave la respuesta militar a una acción terrorista como la toma del Palacio de Justicia, que la acción terrorista que fue el origen de la respuesta. Es más: Colombia ve complacida como son juzgados los mandos militares de la época, mientras que aquellos que integraban el comando central del M-19, disfrutan de libertad y amnistía.

Para que una sociedad se cohesione, por lo menos se debe tener una escala de verdaderos valores, de prioridades y de principios que permitan establecer los mecanismos para las relaciones sociales y faciliten la recomposición del tejido social.

Sin embargo, mucho me temo que en la escala de anti-valores seguirá siendo más grave el robo que el homicidio, el acuerdo para liberar a unos terroristas que la vida, seguridad y libertad de millones de colombianos; las nóminas paralelas nombradas a última hora para comprar una elección que una supuesta negociación de un voto en una comisión de la Cámara de Representantes que no le aseguraba nada a nadie. Y claro, seguirá siendo más importante el efecto que la causa, más importante la justificación “altruista” que la judicialización y condena de criminales y terroristas que han usufructuado el poder del as armas para mantener sus parcelas políticas.

El panorama social colombiano es aterrador, no solo por las carencias y necesidades insatisfechas, por los millones de desplazados, sino por la particular escala de “valores” que los violentos y sus aliados han impuesto a una coprosociedad, es decir, de una sociedad de mierda.

Por Jaime Restrepo. Director Sistema Atrabilioso.

1 comentarios:

Atrabilioso dijo...

29 Comments:



At <$Comentarios$>, galactus

Ni un solo comentario sobre los miembros de las bancadas uribistas que hicieron pactos con esos sen~ores?


At <$Comentarios$>, jaime ruiz

Galactus, casi todos eran miembros del Partido Liberal y socios de Ernesto Samper y Horacio Serpa, los mismos que daban cargos a Alfredo Molano y Daniel García-Peña. Los tipos que hicieron eso son pobres idiotas tan desvalidos casi como las víctimas, los que lo ordenaron directamente son criminales, muchas veces arrastrados a esa condición por haber perdido a toda la familia a manos de los peones de García-Peña y Molano (y en fin de todo el clero universitario, que es la cúspide secreta de la sociedad). De modo que ningún político hizo pactos con quienes hicieron eso, como mucho con quienes lo ordenaron, y eso como parte de una lógica en la que se llega a ganar sueldo de congresista representando a quien manda en las regiones: del mismo partido y de la misma facción dentro de ese partido eran los que hacían acuerdos con las guerrillas en Arauca y varias regiones del sur del país.

Hay que ser una criatura muy baja, más baja aún que esos tristes sicarios, para andar explotando el gore de esas atrocidades a fin de ver si es posible recuperar un poco la correlación de fuerzas de antes de esas masacres. Antes de que esos criminales hicieran eso, a las regiones les llegó la guerra encargada por personas de las que usted sólo es como un superviviente, una especie de fósil. Claro que como se llamaba "revolución" no había ningún problema, una vez instaurada la "revolución" todo era presión para conseguir "desactivar el conflicto", es decir, reconocer el poder obtenido por la peonada de la clase de personas como usted a punta de proezas semejantes a las anteriores (tal vez menos espantosas, del modo en que fue menos espantosa la conquista de Austria, el país de los sudetes y aun Polonia por Hitler que la conquista de Alemania por los aliados). Mucho más responsables que esa masa primitiva de desharrapados rurales que se ven envueltos en atrocidades son los que hacían todas esas presiones para impedir que se hiciera nada por aplicar las leyes. Casi todos los doctores y poderosos en Colombia, pues la guerra de ustedes los Hombres Poderosos es contra los pobres, para mantener la esclavitud, para anular el sufragio y reemplazarlo por la intimidación: no otra cosa significa la revolución ni fue el esfuerzo que hicieron durante todos esos años para impedir que las fuerzas institucionales tuvieran recursos y un mandato definido para proteger a la población.

De hecho, las orgías de sangre les encantan, ahí se lo ve a usted dichoso tratando de explotar esos hechos a ver si hay quien pica y termina apoyando a los socios de Chávez y de Ortega. Los crímenes de esos idiotas son la sombra de la deformidad moral de personas como usted. Sólo que algo es cierto: esa deformidad moral es el fondo de la vida colombiana, y se requiere una labor de crítica dilatada y profunda para tratar de limpiarse eso. Para que los colombianos del futuro tengan de ustedes la vergüenza y el asco que tienen la mayoría de los alemanes de Himmler y Göring.


At <$Comentarios$>, Lanark

Pobrecitos los paras, hombre, tan desvalidos como las víctimas. Y no, don Jaime Ruiz no los defiende.

¿No estaba bien, entonces, que los señores respetaran el derecho a la propiedad? ¿ese no es importantísimo? Yo me confundo mucho con esas prioridades.

Mil perdones de antemano si yo resulto culpable por la masacre, por alguna cosa que piense o crea con mi cabecita de colombiano deforme.


At <$Comentarios$>, Atrabilioso

GALACTUS:
Gracias por demostrar mi punto. Para usted es más grave que algunos políticos hayan pactado con los paramilitares que la deformidad moral que genera la guerra y uno de cuyos actores es consecuencia de la barbarie del otro.

Como lo dije... a usted le parece monstruosa la consecuencia, pero ni se inmuta frente a la causa.

Gracias por su comentario.


At <$Comentarios$>, Atrabilioso

JAIME RUIZ:
De acuerdo con sus comentarios y no tengo nada que agregar.

Un abrazo.


At <$Comentarios$>, Atrabilioso

LANARK:
Yo no veo defensa ninguna de Jaime Ruiz a los paramilitares. Tampoco a aquellos que quisieron cooptarlos para sus negocios particulares y para tener el poder del control territorial.

Ocurre que su comentario responde perfectamente a la escala de "valores" de algunos sectores de la oposición, en la cual el paramilitarismo es lo peor y lo demás es excusable mediante el discurso "altruista".

Gracias por sus comentarios.


At <$Comentarios$>, Lanark

Atrabilioso: Primero que todo, le aplaudo su iniciativa de denunciar la canallada de esta masacre. Incluso me parece bien que haya dejado de lado las implicaciones políticas de estas prácticas aberrantes, que a mi me parecen una arandela menor.

Sin embargo me entra la curiosidad... ¿a cuál escala de valores responde mi comentario?

Pensaría que lo que usted está diciendo es que la "oposición" valora muchísimo el derecho a la propiedad, lo cual me suena bastante extraño. La oposición al gobierno, se entiende, pero en realidad se refiere, supongo, a la oposición a quienes detentan en este momento el control de la rama ejecutiva. Me imagino que los jueces que se le atraviesan al presidente también son de "la oposición", igual que los directivos del Banco de la República que no le siguen su paso errático.

Yo lo que creo es que la "oposición" más caricaturesca que representa por ejemplo Piedad Córdoba, comparte con el uribismo esa percepción de "los buenos contra los malos" donde el valor moral de un acto (como torturar y matar, por ejemplo) depende de la motivación ideológica. Mediante un juego de manos, los crímenes de pensamiento se vuelven más graves que los crímenes de hecho.

Si uno es un activista de cafetería, le parecerá que los que le alborotan la úlcera diciendo cosas muy reprobables son peores criminales que los que asesinan, pero a los campesinos sin blog que están expuestos a los segundos probablemente les cueste un poco entender que esos señores que organizan masacres bailables no tienen en realidad la culpa de lo que hacen, sino un señor que escribe una columna en un periódico a la vista de todo el mundo.


At <$Comentarios$>, vulturno

Yo vi anoche a Claudia Gurisatti dar la noticia con su frívola expresión de "imagínate". Hace unos meses también la noticia acerca de una de estas declaraciones era que A. 'Camilo Morantes' (a quien Castaño mandó matar porque le parecía muy asesino y lo consiguió después de que la brigada le limpió sus anillos de seguridad) ordenó borracho la masacre de Barranca en mayo del 98.
Y son tan frívolas y rápidas las evocaciones, precisamente por la música que pusieron entonces los medios. Entrevistas telefónicas a Castaño, quien les reportaba a los periodistas que las víctimas eran guerrilleros, versión acogida con respetuosa sumisión por los profesionales de estas empresas. Esa era la tonada del "por algo sería", rematada por el verso de "así tenía que ser".
Visto que esas muertes y esas mutilaciones no fueron resultado de un azaroso encuentro entre grupos armados, queda para la conciencia apologética la suposición tácita de que la guerrilla hizo cosas peores (sin necesidad de enumerar ni demostrar cuáles). Puestas en evidencia las otras agendas (como la de la incursión paramilitar en
San Pablo, Sur de Bolívar, en enero de 1999, cuando los tiros corrieron contra miembros del partido conservador en la antesala de unas elecciones municipales), el conformismo sanguinario se envalentona e insiste en el mal necesario, no ya solamente contra las huestes de Stalin sino contra el pasado corrupto y clientelista (y blando con la subversión). No importa si el gato es blanco o negro si gana elecciones.
Las audiencias de justicia y paz son la recreación criolla de lo que hace Michael Corleone en la segunda parte de "El Padrino", donde consigue que sus andanzas queden como cosa juzgada y así dar el salto necesario de toda mafia que se cansa de que su poder y su influencia tengan el precio de la clandestinidad. Así lo hizo una famosa familia de contrabandistas, la cual tras 'limpiar' su pasado pudo acceder a clubes, producir artistas y hasta tener un famoso ministro (confeso receptor de dineros del narcotráfico), cuyo abogado defensor se escandaliza aun de que un fallo de la corte interamericana ordene poner un monumento a la memoria de unos contrabandistas.
Por eso mismo las noticias acerca de las audiencias hablarán de lágrimas, de anécdotas, de calzones sucios, pero no de intereses ni de otras honduras inconvenientes. El poder resultante de todo eso no será llamado a juicio.


At <$Comentarios$>, Atrabilioso

LANARK:
Las canalladas son muchas y las barbaridades casi que innumerables.

La escala de “valores” a la que me refiero, como se lo respondí anteriormente, es la que señala que el paramilitarismo es lo peor y lo demás es excusable mediante el discurso “altruista”.

En cuanto a los “jueces” que usted señala como palos en la rueda del Presidente, no pueden ser incluidos por ese motivo en la oposición. Sin embargo aquellos que tienen agenda política, que a unos los juzgan con anónimos y a otros les dan gabelas con pruebas contundentes, que dejan fenecer los procesos contra los “altruistas” en los archivadores, que sobrepasan sus funciones constitucionales, que se ocultan en una especie de infalibilidad llamada la muralla de las togas que les otorga la impunidad de no ser cuestionados por sus relaciones y presuntos delitos relacionados con recibir dádivas de personas controversiales… todos esos si son miembros activos y representativos de la oposición.

En cuanto al Banco de la República creo que ha hecho lo que tiene que hacer de acuerdo a la misión constitucional y atacar al Emisor es buscar el muerto río arriba. Entonces, su imaginación procaz se queda en eso, en imaginación.

Finalmente, los activistas de cafetería o aquellos que usted describe como los que escriben una columna en un periódico a la vista de todo el mundo, vienen siendo lo mismo en cuanto a la escala de valores. Pero desconocer que desde las columnas se dan órdenes, se presiona a favor de los intereses terroristas y se difunde propaganda totalitaria es ignorar elementos contundentes de la historia como el caso de ‘El Cóndor’ en los años 50 y muchos más de reciente aparición.

Gracias por sus comentarios.


At <$Comentarios$>, Atrabilioso

VULTURNO:
Nunca se sabrá cuántos de los asesinados eran guerrilleros, cuántos eran colaboradores y cuántos eran inocentes o vinculados a la fuerza… y eso no importa, como usted bien lo anota. Es más: creo que una de las deformidades sociales más grandes de Colombia es justamente esa presunción de que toda persona asesinada se lo merecía, cuando se afirma “por algo sería”. Esa es una grosería, un insulto enorme que también el gobierno, con la difusión de sus mensajes, está profundizando. Ahora toda muerte se debe a “ajuste de cuentas” o disputa entre “bandas delincuenciales”, lo que demuestra un facilismo sin límites, una mediocridad aterradora y una autorización para la impunidad, pues se está sugiriendo desde un principio que la investigación no tendrá muchos elementos para avanzar.

No creo que existan cosas peores, pero la guerrilla tiene su prontuario como Machuca, Tacueyó, La Chinita, El Nogal y Bojayá, entre otros.

En cuanto a su descripción de Corleone, es la misma predicción que hago de lo que ocurrirá si algún día se presentan ante la justicia los promotores y combatientes de las Farc.

Gracias por sus comentarios.


At <$Comentarios$>, jaime ruiz

Lanark, en efecto, pobres paramilitares y pobres guerrilleros y pobre gente del país tórrido y miserable que mueren y matan asquerosamente para que asquerosos imbéciles como usted puedan darse aires de intelectuales.

Vulturno: dos puntos, el primero es el del "mal necesario". El mal necesario es la fuerza que aplica las leyes, precisamente lo que la universidad ha estado desactivando de forma incesante a medida que su tropa de niños crece y crece y crece, primero con recursos soviéticos y cubanos y después con las grandes industrias del secuestro, el tráfico de drogas y el sindicalismo estatal.

Y la otra: claro que todo el poder derivado del crimen no debería quedar impune. Podría evaluarse el patrimonio de todos los que han pertenecido a organizaciones de la izquierda democrática desde los años setenta, lo que han sido las rentas estatales fabulosas que han obtenido gracias al terror que produce la tropa de niños (pues las atrocidades de que habla el post de Atrabilioso tenían esa misma función de crear terror). Sería muy interesante: en los años noventa, sobre todo, la CUT produjo en el erario público un daño mayor que el que han ocasionado las guerrillas, aun si se cuenta el enorme gasto militar. Dirigida por el entonces miembro del Comité Ejecutivo Central del Partido Comunista, Luis Eduardo Garzón, que recibía un salario estatal de más de 40 salarios mínimos gracias a su cargo sindical, la CUT supo aprovechar el poder de la tropa creciente para imponer huelgas de maestros o de petroleros y despojar a gusto a los colombianos, a tal punto que la mitad de los empleados estatales se incluyen en el primer decil de renta (la otra mitad la forman los policías, los soldados, los barrenderos y las señoras de los tintos).

Es un poder parecido al que pueden haber obtenido los rivales de la izquierda democrática gracias al terror, poder que también debe ser controlado. En todos los casos la responsabilidad última la tiene la sociedad que se tragó los cuentos de la universidad (como la guerra entre la guerrilla y el ejército, igualmente legítimos, en la que los ganaderos perdían a los hijos y todo su patrimonio para que los profesores llegaran a embajadores). Afortunadamente todo eso cesó gracias al triunfo electoral de un señor resuelto a impedir la tiranía del hampa y al que los distintos patrocinadores y usufructuarios del terrorismo intentan llevar al fracaso con toda clase de insidias.

Hablar de todo eso siempre es difícil: los crímenes de los terroristas "paramilitares" no eran en absoluto ningún mal necesario, pero sí algo que por fuerza ocurriría según las leyes de la vida: no hay derecho, no hay instituciones, reinan unos asesinos, ERGO: es lícito y correcto matar gente y no faltan los que prefieren matar que morir o que ser esclavos. ¿Eso contraría las previsiones basadas en la promesa de la ciencia del materialismo histórico? Seguramente: es una ciencia al alcance de estúpidos que fácilmente creen que los demás tienen que dejarse secuestrar. Una ciencia que explotaban otros, como Gilberto Vieira y como los verdaderos patrones de la revolución (el combo de Alternativa), unas personas cuyo poder nadie pretende desactivar pese a la evidencia de que es extraordinario gracias al imperio del crimen.


At <$Comentarios$>, ERAGON

Quiero trasmitir un hermoso mensaje con la venia de don atra, ya que nos concierne a todos y más a muchos que van haciendo daño por la vida sin inmutarse y sin siquiera sonrojarse.
"La inteligencia sin amor, te hace perverso.
La autoridad sin amor, te hace tirano.
La justicia sin amor, te hace implacable.
El trabajo sin amor, te hace esclavo.
La diplomacia sin amor, te envilece.
El éxito sin amor, te hace arrogante.
La oración sin amor, te hace introvertido.
La riqueza sin amor, te hace avaro.
La ley sin amor, te esclaviza.
La docilidad sin amor, te hace servil.
La política sin amor, te hace ególatra.
La pobreza sin amor, te hace orgulloso.
La fe sin amor, te hace fanático.
La belleza sin amor, te hace ridículo.
La cruz sin amor, se convierte en tortura.
La verdad sin amor, te hace hiriente.
La vida sin amor, no tiene sentido."
Espero que recapacitemos todos para tener una mejor Colombia.Yo soy el primero en recapacitar.


At <$Comentarios$>, galactus

Atrabilioso, no sabia que condenar las relaciones entre congresistas y paramilitares era ser un deforme moral. Gracias por la clarificacion.


At <$Comentarios$>, jaime ruiz

Uno ya no sabe cuáles son realmente las relaciones de los congresistas con los paramilitares, por ejemplo después de que la CSJ procesa a la presidenta del Senado tras una entrevista de una señora relacionada con los paramilitares con Piedad Córdoba: ¿cuántos de los procesados han tenido alguna relación verdadera con criminales? Es muy dudoso todo.

En cambio la presión para que se premien las proezas de las FARC siempre ha estado ahí: ni son "nexos" ni son "pensamientos", sino una actividad política deliberada, consciente y muy eficaz. La relación de la izquierda democrática, la prensa y la universidad con los crímenes de las FARC y con su resultado lógico (una vez desactivada la posibilidad de restaurar el derecho) es la misma que la de quien echa burundanga a un parroquiano y quien lo despoja. ¿Qué pasa si no se conocen y no se puede establecer ningún nexo entre ellos?

Hay un crimen que figura en el código penal y lo cometen los pobres, pero sólo es el resultado de las gestiones que no figuran en el código penal y que hacen los ricos en su propio provecho. Sólo es una forma ingeniosa de contratar los sicarios. Mientras Colombia no sea capaz de reconocer el crimen de todas las presiones para cobrar las masacres los criminales seguirán riéndose, felices con sus copiosos patrimonios y preparando nuevas insidias.


At <$Comentarios$>, Atrabilioso

GALACTUS:
¿De dónde puede deducir usted la afirmación que planteó anteriormente?

La deformidad está justamente en que para algunos es prioridad exclusiva la relación entre polìticos y paramilitares y les resulta "altruista" el que unos (la izquierda y sus palurdos armados) hayan sido la causa y ejemplo de lo que ahora condenan.

Gracias por la oportunidad de aclarar mejor ese punto.


At <$Comentarios$>, Atrabilioso

ERAGÓN:
Gracias por su aporte.


At <$Comentarios$>, ERAGON

Don Jaime Ruiz:
"La política sin amor, te hace ególatra."


At <$Comentarios$>, Javier Moreno

Jaime Restrepo: ¿Por qué dice que al Galactus preguntar por la ausencia de mención a las relaciones entre políticos uribistas y los autores de las masacres paramilitares "le parece monstruosa la consecuencia, pero ni se inmuta frente a la causa"?

Que yo sepa, Galactus no está defendiendo a los guerrilleros ni apoyando su proyecto político, simplemente le parece curioso que usted, al hablar de la degradación moral que produce el conflicto, convenientemente omita mención alguna a uno de los ejemplos más paradigmáticos de esa degradación: La connivencia entre políticos regionales y los autores de las horrorosas masacres que confesó este señor "Dique".

Su respuesta a la pregunta genuina de Galactus me parece bastante pobre. Creo que la intención de su respuesta es insultar y alinear a Galactus en algún sector que desprecia más que realmente dar una respuesta sincera.

Yo creía que el propósito de este blog era la discusión y el intercambio de ideas. Me decepciona. Pareciera que hoy no.


At <$Comentarios$>, Atrabilioso

JAVIER MORENO:

Comenzaré por el final: ¿Cuáles son los elementos de debate de su defendido? ¿Cuál es la idea que plantea frente al contenido del post? ¿En serio usted cree que él está planteando algo distinto al señalamiento de una supuesta falta de mención? ¿Acaso su defendido se centra en el texto del post y plantea por lo menos un argumento o sencillamente se queda en el intento de detectar una falencia?

A no ser que usted sea su propio defendido, resultará difícil que responda la mayoría de preguntas que planteo, y las suposiciones o “creencias” de lo que usted considera que esgrimió su defendido, resultará imposible que consiga una respuesta distinta a la que yo expuse.

Voy a algunos puntos de su comentario:

¿Por qué dice que al Galactus preguntar por la ausencia de mención a las relaciones entre políticos uribistas y los autores de las masacres paramilitares "le parece monstruosa la consecuencia, pero ni se inmuta frente a la causa"?

RTA: Porque en ningún momento menciona la génesis del problema, pretende desviar la atención con una pregunta-afirmación para tratar de focalizar el asunto en las consecuencias y no en las causas. Además, su defendido cuestiona algo que no es verdad: ¿o es que esos políticos no son parte de la sociedad a la que hago referencia en todo el texto? ¿No son ellos la consecuencia de una causa suficientemente conocida en Colombia que es la combinación de todas las formas de lucha? ¿En ese ejercicio aprendido no cooptaron a esas fuerzas terroristas para atender sus propios intereses?

Que yo sepa, Galactus no está defendiendo a los guerrilleros ni apoyando su proyecto político, simplemente le parece curioso que usted, al hablar de la degradación moral que produce el conflicto, convenientemente omita mención alguna a uno de los ejemplos más paradigmáticos de esa degradación: La connivencia entre políticos regionales y los autores de las horrorosas masacres que confesó este señor "Dique".

RTA: Que “usted sepa” no representa ningún hecho real… simplemente es una suposición de la intencionalidad de su defendido. Pero quiero llamar la atención sobre una parte de su comentario: uno de los ejemplos más paradigmáticos de esa degradación: La connivencia entre políticos regionales y los autores de las horrorosas masacres que confesó este señor "Dique".

Desde SU perspectiva es uno de los ejemplos paradigmáticos de la degradación, pero desde la mía, lo paradigmático está en los orígenes de esa connivencia que es la réplica del modelo de la combinación de todas las formas de lucha. Esos políticos copiaron el modelo de maridaje entre la izquierda y la guerrilla que se ha mantenido hasta nuestros días.

Ahora bien: una acusación gravísima de su parte es que es conveniente para mi el no mencionar a los políticos vinculados con el paramilitarismo. ¿Cuáles son las razones para que sea conveniente para mí esa situación? Eso merece por lo menos una aclaración sustentada. Por el contrario: para mi sería lo más sencillo escribir sobre el tema que a la mayoría ocupa y que ha sido desarrollado desde todas las aristas posibles.

Evidentemente usted abordó el texto y mis respuestas desde una predisposición que no obedece a la realidad.

Un abrazo y gracias por sus comentarios.


At <$Comentarios$>, DieGoth

El autor ha eliminado esta entrada.


At <$Comentarios$>, DieGoth

Qué pereza el sabotaje estilo "me hago el tonto que no entiende".

Sobre todo cuando se hace con torpeza y al final uno termina creyendo que sí son tontos.


At <$Comentarios$>, Atrabilioso

DIEGOTH:
Si, da pereza y habla muy mal de quienes realizan esa práctica.

Un abrazo y gracias por sus comentarios.


At <$Comentarios$>, galactus

Esta discusion me alegra enormemente. Cualquier lector desprevenido que pase por aqui y lea las reacciones que levanto mi pregunta en Jaime Ruiz y Atrabilioso no puede menos que quedar convencido de que se trata de un par de locos.


At <$Comentarios$>, Atrabilioso

GALACTUS:
Fíjese que coincidimos. Me alegra enormemente la discusión, pues su "pregunta" que era una afirmación descalificatoria de plano, demostró el grado de deformidad social que padecen muchos colombianos en el exterior que pretenden difundir ideas falsas sobre la situación colombiana.

En cuanto al calificativo de locos, de mi parte lo recibo como lo que es: un simple insulto de impotencia que en nada favorece a los desdichados que han entrado con la intención de defenderlo. Pero los insultos se valoran de acuerdo a la fuente y en este caso, es lo único que usted realmente está en capacidad de entregar y por eso también me alegra, pues la evidencia sobre su deformidad es tan grande que solo alguien que siente por usted un extraño afecto, puede entrar a defender a un individuo de su pelambre.

Muchas gracias: usted ha servido de evidencia para mostrar lo peor de la degradación de la sociedad colombiana, en especial, en aquellos que desde Europa pregonan la propaganda deformante de las Farc.

Un loco abrazo lleno de alegría por encontrar tan rápido a una comprobación de lo escrito.


At <$Comentarios$>, Lanark

Yo no creo que estén locos, creo que simplemente se arrepintieron de tocar un tema del que quisieran que todo el mundo se olvide.


At <$Comentarios$>, Atrabilioso

LANARK:
Ojalá NADIE SE OLVIDE de lo que ha ocurrido, pues de esa memoria dependería, con una sociedad relativamente sana, la no repetición de la barbarie.

Jamás me arrepentiré de contribuir a la memoria, así algunos pretendan sesgarla y dejar de lado el elemento más importante para buscar la no repetición: LA CAUSA.

Y cómo arrepentirme si el post llamó la atención sobre la barbarie y en el foro quedó consginada no solo la evidencia de lo denunciado sino la ratificación de los hechos que motivaron, originaron y se convirtieron en causa de unas consecuencias aterradoras en lo social y en lo político.

Muchas gracias por sus comentarios.


At <$Comentarios$>, DieGoth

Galactus, siga creyendo tanto y se volverá creyón.


At <$Comentarios$>, vulturno

Por años el recurso de la violencia en las izquierdas invocó causas precedentes y excusas de escala con recursos simbólicos. "Es la oligarquía la que escoge cómo entregará el poder", "es el Estado el que nos ha obligado a esto", "esta mutilación no se compara con la cantidad de dolor causado por el sistema a los niños sin pan", etc. Los recursos retóricos para explicar las felonías de sus contrapartes no fueron muy diferentes. El primer golpe siempre lo dio otro y excusó de antemano cualquier desborde. Se decapitó la niña por culpa del Estado que no quiso decapitarla antes, se puso la tonelada de cocaína en La Florida porque al comandante fulano le secuestraron el papá, en fin...
Esa melodía de la fatalidad, de los hechos inevitables y determinados por el contrario, más que una secuencia lógica de causa efecto parece una declaración de esencia. Por supuesto esas plumas al viento sí escogen armas y métodos, excesos, alianzas y subterfugios, sobre todo pretextos.
Aun el más deplorable narcobandolero puede terminar contándonos cómo se metió en lo que se metió por no dejarse. Peor no todo vengador nocturno tiene a la mano un ejército ya conformado y financiado que le reciba su rabia. No todo hijo de secuestrado asesinado tiene a la mano batallón, helicópteros y mercenario israelí para que lo ayuden a no dejarse. Esos aparatos ya constituidos trascienden la explicación simplista de la retaliación y descansan sobre intereses mucho más establecidos.
Por supuesto el abusador (del credo que sea) se ofusca cuando no encuentra mansedumbre ante su abuso. De hecho lo encuentra inexplicable, pues su verdad es tan natural como la lluvia. Cuando ni siquiera la intimidación funciona la perplejidad lo omnubila. De ahí en adelante le parece razonable aun exterminar a esos insensatos que no entienden, que no comulgan; o recurre a sucedáneos de lo mismo, ponerse metas procentuales de composición de la opinión.


At <$Comentarios$>, jaime ruiz

A ver. Vulturno, según usted ya poco me falta para ser "paramilitar": y usted mezcla muchas cosas. Por ejemplo, un gran terrateniente no necesita tener motivos de venganza porque le basta la amenaza, y a nadie se le ocurriría que ningún traficante de cocaína entró en el negocio por venganza. Son todas cosas diferentes, y yo no estoy acusando a los guerrilleros sino a sus jefes, que tampoco son los jovencitos radicales sino, cuanto más se lo mira más claro resulta, los clanes poderosos ligados a las clases altas del pasado. Ellos crearon la tropa que destruía el derecho y crearon el boquete por el que entró el apoder criminal rival. No es lo mismo la "violencia estructural" que el dominio de las guerrillas, su comparación resulta sumamente vulgar y deshonesta, pues entre los promotores del terrorismo hay una búsqueda de pretextos para vulnerar la legalidad y la vida humana (en aras de la revolución, entre los que proclaman eso se cuenta por ejemplo Julio Cortázar), mientras que los terroristas no subordinados a esos clanes-sectas de pseudointelectuales aspiraban sobre todo a enriquecerse y eran en vigor igual de enemigos de la legalidad e igual de amenazantes para quienes terminaron muriendo: usted reproduce el tic según el cual hay una fractura entre izquierda y derecha, entre la aspiración revolucionaria y la codicia asesina, y la única fractura que hay separa el derecho a la vida a un lado y quienes la amenazan en el otro. No quiere decir que estén subordinados, y es que la universidad sí lo ve así: quien estorba a la tarea redentora del foco revolucionario a la guerra popular prolongada es por fuerza socio de Bush, lo cual es como si Carlos Castaño o Pablo Escobar vieran a la universidad que organizaba a sus rivales como una agencia de la policía.

Yo no dudo de que usted quiere razonar con la mayor objetividad, pero esa tarea puede exigir dosis de desprecio (es decir, de admiración y amor por lo opuesto a lo que se desprecia) que no todo el mundo tiene. El ejército no es el mismo bando que las bandas de asesinos que rivalizaban con la izquierda democrática, eso es como si un africano situara a América en Europa. Nadie podría dudar de que muchos militares colaboraron con esas bandas, bien por venalidad, bien por incapacidad de hacer frente a tantas amenazas. Pero la misión del ejército es otra, y no es ciertamente, como pretende la ingeniosa cháchara de la universidad, facilitarle las cosas a las tropas doctoriles ni entrar en un juego en el que pierde seguro.

Bueno: diferenciarse de esas pretensiones es muy difícil, lo entiendo. Pero no se puede andar creyendo que la abolición del derecho no va a generar más daño que el que pretenden los vulneradores. Como si Mohammed Atta deseara que la planta 35 del World Trade Center no se cayera. El que busca la guerra es responsable de las atrocidades, ningún atracador podría pretender seriamente que sus víctimas tienen la culpa de sus problemas por no haber ido a buscarlo a ver si tenía necesidades. Ese igualamiento entre las aspiraciones de la universidad, que abiertamente contaban con miles de asesinatos (yo estuve allí, nadie me lo contó), y las causas que se invocan para emprender esa tarea infame, me parece típica deshonestidad intelectual. No sé por qué me recuerdan los argumentos de los violadores, seguramente porque oí decir que las leyes eran como las mujeres, para violarlas, y en un país campeón en violaciones no es raro que proliferen los revolucionarios.