viernes, 28 de septiembre de 2007

Atando cabos

Por: Miguel Yances Peña. Columnista de El Universal de Cartagena
myances@msn.com

El pasado lunes 24 de septiembre el ministro de defensa Juan Manuel Santos le informó al país sobre un articulo publicado en comment is free, un blog asociado al diario ingles The Guardian, en el que el presidente del POLO se expresaba del presidente de la republica, en los mismos términos deshonrosos que lo hace Justice for Colombia (JFC) en su pagina de Internet.

Su supuesto autor negó la autoría, y JFC que fue asociado con la publicación por la similitud del lenguaje utilizado, afirmó que los términos de ese artículo habían sido acordados previamente con el PDA. Bien es sabido que algunos personajes delegan la redacción de sus escritos en otros, y es posible que esa práctica haya causado el penoso incidente. El escrito fue retirado tan pronto se armó el escándalo.

Finalmente JFC no tuvo otra opción que reconocer que por “un error administrativo” había suplantado al presidente del POLO.

Lo que quedó claro (nadie lo desmintió) es que el POLO mantiene estrechos vínculos con Justice for Colombia, una ONG establecida en Londres que con el objeto de lograr que el gobierno británico suspenda la ayuda militar, difunde una deshonrosa imagen del presidente de Colombia.

Y a partir de este hecho me surgen algunas reflexiones: ¿Qué interés puede tener una ONG inglesa en que se le suprima la ayuda militar a Colombia? Ninguno, pienso yo, no obstante podrían hablar de solidaridad internacional, sin explicarnos qué tipo de solidaridad. ¿Será que esa ONG es financiada por colombianos? Podría ser, pero ¿que colombianos estarían interesados en eso? Tal vez quienes se perjudican con esa ayuda, o sea ¿la guerrilla? Entonces ¿la guerrilla colombiana podría estar financiando a JFC? Imposible afirmarlo, pero tendría mucha lógica: primero tienen el dinero para hacerlo; y segundo, el desprestigio del país les favorece tanto como reducir la capacidad militar del ejército colombiano.

¿Quién mas podría estar interesado en lograr qué se suspenda la ayuda militar? El senador Borja ha dicho que el POLO, porque suprimiendo la ayuda se acaba la guerra en Colombia, como si eso se lograra debilitando el ejercito y no a la guerrilla. Qué metida de patas.

Ahora, ¿por qué el POLO tiene afinidades con una ONG que no solo deshonra a nuestro presidente, sino que suplanta el nombre del de ellos? Y si la tiene con la ONG, ¿no la tendrá también con la guerrilla, a quienes estarían favoreciendo con la congelación de la ayuda? Romper con la guerrilla implica también romper con todas las personas y organizaciones que de una u otra manera estén apoyando esa causa. Eso se exige en el caso de los “paras”.

Un conocido principio de la guerra dice que “los amigos de mis amigos son mis amigos” y si JFC por Colombia estuviera financiado por la guerrilla -como parece ser según la argumentación anterior- o al menos tuvieran objetivos comunes, y al mismo tiempo como está demostrado por los hechos, tiene lazos de colaboración tan fuertes con el POLO, bien pudiera ser –siguiendo el principio de la guerra y los amigos- que estos últimos y las FARC también los tuvieran. Hasta aquí mis especulaciones intelectuales (reflexiones dije al inicio) propias de quienes pretendemos descubrir verdades que suelen estar ocultas.

Qué será, ¿que en la lucha por el poder político todo se vale, hasta de manera solapada las armas? ¿Qué la democracia tolera el desprestigio del contrincante y del país como arma de lucha, y que basta con mostrar –o hacer parecer- al otro como malo, para erguirse por contraposición en bueno?

No señor, está demostrado en las urnas, que esa es la peor manera de hacer política. El pueblo quiere ver dirigentes capaces en si mismos, no crecidos a punta de opacar a los demás.

miércoles, 26 de septiembre de 2007

El pertinaz magnetismo de los fierros

Por Jaime Ruiz. Columnista Sistema Atrabilioso.


Finalmente, el episodio de la polémica de Petro con los comandantes de las FARC sólo sirvió para mostrar que el PDA sigue siendo el aliado natural de la banda, por mucho que los medios intentan convencer a la gente de que se dio un rechazo enérgico a la banda. Por el contrario, lo que ocurrió fue que del proyectado debate sobre la relación de las FARC con la política colombiana nadie volvió a hablar.

Particularmente repugnante ha resultado al respecto la salida del ex ministro Rudolf Hommes, una muestra más de algo que no debería pasar inadvertido para nadie: la sospechosa adhesión de toda la camarilla de César Gaviria a los intereses de Chávez desde la crisis de abril de 2002. El artículo de Hommes termina con esta perla:

El Polo nos ha dado una lección de cómo se resuelven los problemas: en una sola sentada se pusieron de acuerdo sus dirigentes en lo principal, que era conservar a Petro y a Carlos Gaviria, repudiar a la guerrilla y trabajar juntos por la paz. ¿Podrá el país llegar a un acuerdo político para pasar de la "seguridad democrática" a la seguridad que se deriva de paz, prosperidad y justicia social? No podemos seguir patinando indefinidamente sobre lo mismo, y que todo a nuestro alrededor progrese, mientras aquí todo sigue igual.

Es un artículo mediante el cual se intenta convencer a la gente de que el gasto en seguridad es un error porque estaría mejor invertido en promover el desarrollo económico, como si el notable crecimiento de los últimos años no fuera el resultado precisamente de ese gasto en seguridad. Es muy llamativa la justificación de la guerrilla que hay en ese texto: no es que la seguridad provenga del esfuerzo por contener las amenazas de los criminales, sino de la paz que aparece ligada a la "justicia social". ¿Es la guerrilla el fruto de la "injusticia social"? ¿O es la tropa de los López y los Samper y los Santos y Santodomingo, junto con lo más granado de los linajes oligárquicos para asegurarse el dominio? La respuesta de Hommes es la misma que daría un Jaime Caycedo.



Pero respecto a que los líderes del PDA se pusieron de acuerdo para "repudiar a la guerrilla" y "trabajar juntos por la paz", nada mejor que prestar atención a la Declaración firmada por el Comité Ejecutivo Nacional y la bancada parlamentaria en la que según Hommes se repudia a la guerrilla. Aunque, ¿cómo puede alguien ponerse de acuerdo con quien recomienda no llamar "criminales" a las FARC porque es como pasarse de la raya y complicar las cosas? Tal prodigio es obra de la ex candidata a la vicepresidencia, Patricia Lara Salive.

DECLARACIÓN DEL COMITÉ EJECUTIVO NACIONAL DEL PDA
El Comité Ejecutivo Nacional del POLO, reunido en Bogotá el día 19 de septiembre expide, por unanimidad, la siguiente declaración:

1. El POLO es un partido pluralista, democrático y civilista en el cual conviven diversas tendencias unificadas en el acatamiento al Ideario de Unidad, los estatutos y los demás documentos programáticos que enmarcan su acción en el Estado Social de Derecho, y que rechazan el uso de las armas para acceder al poder o como instrumento de acción política para buscar beneficios en alianza con el narcotráfico, la guerrilla y el paramilitarismo.


[La redacción es torpe y el sentido es absurdo, pero parece que se trata de salvar la ambigüedad, es decir, no se lee "condenamos el uso de armas para acceder al poder", que sería una condena a las guerrillas, sino "el uso de armas para acceder al poder en alianza con las guerrillas", lo cual corresponde a un viejo asunto: "nosotros no usamos armas". Eso es completamente claro, el PDA se niega a usar armas para acceder al poder, nadie los ha acusado de eso, pero si rechazan el uso de armas para acceder al poder, ¿se debe entender que renuncian a la "solución política negociada del conflicto social y armado"? personajes como Rudolf Hommes aplauden la declaración, pero ¿acaso esa solución negociada no es la aceptación del uso de armas para acceder al poder? Queda claro, rechazan el uso de armas pero no van a prohibirles a otros usarlas. Es lo que han hecho siempre, no hay ninguna novedad.]

Reafirmamos la unidad del POLO como un partido con opción de poder. Existen bases sólidas ideológicas, políticas y organizativas que garantizan su unidad. El presidente Doctor Carlos Gaviria es garantía de esta unidad y símbolo ante el país, de nuestro compromiso con la institucionalidad democrática.

[Es decir, declaran que no se dividen y que como símbolo de su compromiso con la institucionalidad democrática escogen a un señor que dice que en Colombia no hay democracia y que quienes se levantan en armas y matan a decenas de miles de personas para imponer un régimen como el cubano tienen "motivaciones altruistas". Nadie debe esperar que pidan la desmovilización de las FARC, ya han declarado que siguen unidos, ya han desilusionado a los enemigos que querían que se dividieran.]

2. Respecto de la utilización de formas violentas de acción con propósitos electorales lo único que no puede ocultarse ante el país y el mundo es el hecho judicialmente probado de que la elección del Presidente Uribe, y sus amigos en el Congreso, estuvo acompañado de apoyos del paramilitarismo.

[Es decir, no hay motivos de división por afinidad con las guerrillas sino de unidad en torno a la denuncia de la afinidad del paramilitarismo con Uribe en procesos electorales. ¿Dónde está eso judicialmente probado? ¿Qué pasó en la última elección en el Tolima, en Nariño y en La Guajira? Ahora el problema de la unidad de fines con las FARC se reduce a las presiones armadas en las elecciones, y ante ese hecho más que evidente en zonas urbanas azotadas por las milicias, se responde con lo "judicialmente probado". Los que vienen a reconocer la rectitud del comunicado desde una supuesta veeduría cívica terminan asqueando más que los pobres niños castra-policías.]

3. De igual manera, es parte del ideario político del POLO el rechazo de los métodos utilizados por distintos protagonistas de la confrontación en el conflicto armado interno tipificados como infracciones a las normas del Derecho Internacional Humanitario, crímenes de guerra o de lesa humanidad. El POLO condena todas estas prácticas atroces, así como la toma de rehenes, reclutamiento de menores, actos de violencia sexual, ejecuciones extrajudiciales, desapariciones forzadas, retenciones arbitrarias, torturas, uso de armas y explosivos de acción indiscriminada, ataques a bienes e infraestructura, servicios públicos, a la población civil y todo acto de terrorismo.

[Qué pérdida de tiempo leer todo esto: ¿dónde está el rechazo al levantamiento armado? No se condena el hecho de que las FARC existan y pretendan imponer un régimen de esclavitud, sino los "métodos" que se emplean. Hace falta mucho cinismo para no ver en ese párrafo el llamado a matar soldados y policías, conducta que no infringe el DIH y que ningún sector del PDA ha condenado nunca. Realmente, los motivos de Hommes han de ser muy viles (y copiosos) para llegar a encontrar "repudio" de la guerrilla en semejante texto.]

4. Nos oponemos una vez más a la violencia, al terrorismo y a la guerra. Reafirmamos nuestro apoyo a la solución política del conflicto armado. Condenamos el homicidio de los once diputados del departamento del Valle. Señalamos la responsabilidad de sus captores, las FARC, en su trágico final. Rechazamos la práctica del secuestro, exigimos la libertad de todos los cautivos y presos políticos, y respaldamos las iniciativas de la comunidad internacional y de Jefes de Estado por el intercambio humanitario y el cese de la violencia y de la guerra.

[Pero ¿cuáles son los presos políticos? ¿En Colombia hay presos políticos? ¡Se está diciendo que los asesinos de las FARC que están presos por matar gente son presos políticos! ¿Piden la libertad de los secuestrados? NO: hace falta dirigirse a colombianos para que les quepa en la cabeza que se pida la libertad de los secuestrados y al mismo tiempo el "intercambio humanitario". El "rechazo de la guerra" es también típico, tras la masacre de El Nogal salieron a gritar "Ni un peso más para la guerra"; en cuanto al "cese de la violencia y la guerra", ¿alguien duda de que también es un objetivo del Secretariado de las FARC? Simplemente hay dos opciones, o las FARC desisten o se las premia. El PDA declara estar por el premio de la labor de las FARC, nadie debe entender otra cosa, decir "Acójanse a la Ley de Justicia y Paz", por complaciente que esta ley les parezca con el crimen, no es nada difícil. El PDA es claro, ve el conflicto como un hecho consumado y quiere su solución negociada de forma que se reconozca a las FARC igual legitimidad que al Estado; el problema es la moralidad de los demás colombianos, no sólo de los que mejoran sus ingresos gracias a su credulidad.]

5. No aceptamos y condenamos las declaraciones hechas por miembros de las FARC en contra de Gustavo Petro, María Emma Mejía, Luis Eduardo Garzón y Antonio Navarro y otros dirigentes del POLO, así como los señalamientos del jefe del Estado y otros funcionarios contra los integrantes y líderes de nuestro partido como “guerrilleros de civil”; y las amenazas a candidatos y candidatas de nuestro partido y de otros partidos, por parte de cualquiera de los actores armados ilegales y cuerpos de seguridad del Estado, a quienes les exigimos el respeto y la no interferencia en el proceso electoral que se avecina.
De la misma manera, rechazamos el montaje y las acusaciones falsas y temerarias contra el Senador del POLO Alexander López, hechas por un integrante activo de grupos paramilitares, preso en la cárcel de Palmira.


[Pero, ¿dónde están las amenazas de los cuerpos de seguridad del Estado? Sólo se pretende convertir a las instituciones en algo equivalente a la tropa de asesinos a los que apoyan la mayoría de los miembros del Polo. Lo de "exigir respeto" es otro paso de legitimación: ¿se está contra los asesinos o se "exige respeto" de ellos? ¿Se les pide su renuncia a imponer su programa o se lidia con ellos aceptando su papel? No debería pasarse por alto que según ese párrafo las FARC resultan igual de legítimas que el ejército.]

6. El POLO ratifica la condena a las políticas antidemocráticas, guerreristas y antipopulares del presidente Alvaro Uribe, porque ellas son contrarias a los intereses económicos sociales y políticos de los colombianos y al programa del POLO.

[Es decir, el intento de brindar seguridad, como habitualmente, es "guerrerismo" y es "antipopular".]

La ausencia de denuncias por parte de los políticos afines al gobierno de esa declaración y en general de toda la trayectoria del PDA y de los medios amigos (toda la gran prensa), que NUNCA han pedido la desmovilización de las guerrillas, sólo es muestra de algo que denunció Octavio Paz hace varias décadas: la derecha en Latinoamérica no tiene ideas, sólo tiene intereses. Pero la sociedad colombiana no debe dejarse engañar: todo el poder de las guerrillas deriva de la solidaridad que obtienen de sectores sociales y políticos influyentes. Sin esa solidaridad no tendrían la menor esperanza de llegar a ninguna parte.

Y es lícito mantenerse en algo que hemos dicho hace años: apoyar mediante el voto a quienes promueven la continuación de los asesinatos y no su fin es una forma de ser cómplices de esos crímenes. Si se tiene en cuenta que el poder político que esperan obtener de una negociación que significa simplemente la abolición de la democracia irá a parar a manos de los dirigentes del PDA y no de los pobres rústicos que forman parte de las guerrillas, esa complicidad se hace más clara y más repugnante.

lunes, 24 de septiembre de 2007

La mediación de Chávez y la esencia de su política

Por Wilfredo Moreno. Columnista invitado al Sistema Atrabilioso.

Si existe una palabra apropiada para describir a Chávez esa palabra tiene que ser "impredecible". Después de que entrara como mediador para el canje, invitado por Piedad Córdoba, eran pocos los que le apostaban a que al “catedrático” bolivariano se le ocurriría hacer todo lo contrario de lo que le convenía.

Venezuela vive momentos tensos: cada vez más se cercenan las pocas libertades que quedan y por ese motivo era de prever que el semi-dictador bolivariano aprovecharía la vitrina internacional que le daría intervenir como mediador entre la guerrilla de las FARC y el gobierno colombiano para lavarse un poco la cara. Contrario a todos los pronósticos, a Chávez le ha dado por querer balancear las cosas a favor de las FARC de una forma demasiado evidente, dirigiendo una estrategia muy peligrosa y que tiene como objetivo responsabilizar al gobierno colombiano por un eventual fracaso, entre otras cosas.

"A Chávez no lo entiende ni Mandrake", asegura Luis Miquilena, su mentor y gran responsable de la tarea de enmascaramiento que lo llevaría al poder, pero ésa podría ser una definición desesperada motivada por la dificultad de encontrar la naturaleza que empuja al coronel golpista.

Chávez conoce el arte de la manipulación y conoce las motivaciones mas profundas de su pueblo, eso hace demasiado difícil predecir su próxima jugada y fácilmente convierte al cazador en cazado. Ese sentimiento fue posiblemente el que experimentó Miquilena, quien cuando ya estaba seguro de haber construido la jaula que encerraría a Chávez para controlarlo se dio cuenta de que quien la estaba habitando era él.

Chávez no es impredecible para quienes conocen los sentimientos mas profundos del pueblo venezolano, Chávez es el pueblo y el pueblo es él. Por esa razón Chávez tiene que neutralizar el progreso de su rival más cercano que en este caso viene siendo Colombia. Cualquier colombiano que haya vivido por lo menos una temporada corta en Venezuela se habrá sorprendido en primer lugar del gran conocimiento que poseen los venezolanos sobre Colombia, sin que nadie quede fuera de esa fiesta, gente tan diversa que es difícil a primera vista entender la motivación que oculta ese vasto conocimiento.

Colombia es la palabra materializada del despojo de que se han creído victimas los venezolanos, el despojo de su nombre y del sueño de sus próceres. Colombia: despojo de su tierra, disputas limítrofes con diferentes naciones y en cierta forma de sus riquezas, zarrapastrosos del otro lado de la frontera que los invaden..., despojo hasta de su bandera. Colombia es el gran enemigo a vencer, en una guerra con la que sueña gran parte de la sociedad venezolana. Mientras llega esa guerra se decide en los campos deportivo, científico, cultural y económico.

Chávez conoce los sentimientos de su pueblo y a ese mismo pueblo le resultaría inamisible que el país zarrapastroso de otrora les llegara a superar, les llegara a triplicar su renta per cápita en década y media, entonces Chávez tiene que aliarse con los enemigos internos de Colombia para desviar su progreso cortando las políticas iniciadas por el gobierno Uribe.

viernes, 21 de septiembre de 2007

Edificios de interés social

Por: Miguel Yances Peña. Columnista de El Universal de Cartagena.
myances@msn.com

Si en los estratos altos la infraestructura de servicios y bienes públicos colapsa por la alta densidad poblacional, en los estratos bajos sucede exactamente lo contrario: la baja densidad hace inviable extenderlos para dar cobertura.

Parece una paradoja, pero la realidad es que se trata de dos extremos que se agudizan por falta de planeación urbana: en el primer caso el problema es de capacidad y en el segundo de extensión

En las áreas de mayor valorización donde todos quieren poner su plata, (es la lógica capitalista) se construye sin ningún tipo de control urbano (después se verá como se adecua la infraestructura vial y de servicios parece ser el pensamiento de los urbanistas), y en los estratos bajos o de poca valorización, donde la construcción tiene que ser subsidiada para incentivar la demanda y asegurar la actividad constructora, tampoco la racionalidad urbana se proyecta en procura de una mejor utilización de la infraestructura existente.

Habría que encontrar la medida justa que permita construir dentro de unos límites urbanos sin saturar los servicios, y expandir las ciudades de manera que sea viable recuperar los costos de la expansión.

Por eso es razonable que el gobierno nacional proponga la construcción de edificios (en lugar de casas) de interés social, incrementando la densidad poblacional que actuaría como imán de la inversión privada en locales comerciales, lo que a su vez ayudaría a descongestionar muchas de nuestras vías y el centro de la ciudad.

También es razonable que el gobierno local se preocupa por la habilitación de nuevas áreas para la construcción de vivienda de estrato alto (Tierrabomba, Barú y Zona Norte), donde los servicios públicos se autofinancian.

Pero vivir en edificios requiere de una alta dosis de cultura social y tolerancia, que escasean en la medida en que se desciende de estrato, y que si el diseño arquitectónico no ayuda –y eso tiene un costo- pueden ser imposibles de alcanzar.

No es lo mismo vivir en la intimidad e independencia de una casa, con patio y ventanas en los cuatro costados, que en un edificio con limitaciones físicas y culturales. Algunos de los criterios que los arquitectos tienen presente en las construcciones de estratos altos, como privacidad, intimidad, amplitud, iluminación y ventilación en todos los espacios interiores (más difíciles de cumplir en edificios que en casas) deben ser respetados también en los edificios de interés social. La calidad de los materiales y de los acabados, sin esperar que sean lujosos por supuesto, deben asegurar el mínimo de mantenimiento (fachadas lavables, por ejemplo) y una larga vida de la edificación.

Vivir en edificios tiene además sus costos fijos representados en administración, mantenimiento y servicios públicos y privados de las áreas comunes. Estos costos disminuyen por unidad, en la medida en que mayor sea el numero de viviendas, y se convierte en un criterio a tener presente al momento de aprobar los proyectos, porque no se puede esperar lo que es propio de gente experimentada, en los mas pobres; y si no se reducen al minino posible –o se asume con recursos públicos- podrían incrementarse los niveles de violencia ya altos, y terminar las edificaciones destruidas en pocos años.

Y para terminar hay problemas de autogobierno, leyes y dinero que deberán ser manejados por unos pocos, lo cual introduce una complejidad adicional.

De manera que bienvenida la edificación de interés social, tiene su atractivo y conveniencia pública, pero ojo con la sociedad que se propiciaría si no se respetan las condiciones mínimas necesarias para crear comunidades sanas que vivan en paz.

miércoles, 19 de septiembre de 2007

La “coherencia” y solidaridad del Polo con el Polo

Por Jaime Restrepo. Director Sistema Atrabilioso.

El escándalo aparentemente divisionario del PDA, por el enfrentamiento entre el senador Gustavo Petro y alias ‘Iván Márquez’ (cabecilla del grupo terrorista FARC) ha permitido hacer una verdadera colección de frases esclarecedoras y que demuestran el talante antidemocrático de la organización política.

Comencemos con la fuente del último enfrentamiento. Alias ‘Iván Márquez’ publicó una nota en la que fustiga a Petro por su aparente posición contra la organización terrorista: “En abierto apoyo al Plan Patriota del South Command de los Estados Unidos, dispara contra las FARC desde su fatua trinchera un desatinado francotirador, desmovilizado del M-19, de nombre Gustavo Petro.”

¿Acaso fueron disparos las declaraciones de Petro a Clarín de Buenos Aires? No. Por el contrario, Petro se despachó en elogios y congratulaciones para con los terroristas.

Posteriormente Márquez dice: “Y esos disparos no vienen del Polo; estamos seguros.” Interesante frase: las FARC están seguras que los disparos no vienen del PDA, es decir, saben de antemano que los ataques contra la organización narcoterrorista no podrían proceder de aquellos que califican como “atractiva” la sarta de elogios que despachó el panzón terrorista y oligarca escondido tras el alias de ‘Raúl Reyes’.

La frase de ‘Márquez’ no deja dudas: está seguro de que el objeto de simpatías de las FARC, el PDA, no atacaría a esos “camaradas” que en el monte combinan todas las formas de lucha.

A continuación el cabecilla terrorista desnuda el motivo de su enorme disgusto con Petro: “ahora anuncia con bombos y platillos un debate contra las FARC, dizque para desenmascarar los nexos de los políticos con la guerrilla.”

Lo curioso es que la verborrea de ‘Márquez’ no le alcanzó para desmentir esos nexos y más bien se va por las ramas recurriendo al exterminio de la UP y a los desplazados… ¿Por qué no lo niega? ¿Por qué les molestará tanto a las FARC que anuncie el debate? Evidentemente hay una frase que describe la situación: RABO DE PAJA.

Finalmente el terrorista reconoce que al interior del grupo político vienen trabajando revolucionarios (todos sabemos lo que significan para las FARC los revolucionarios) AFINES EN LA APLICACIÓN DE TODAS LAS FOMAS DE LUCHA: “No podemos sentir celo frente a la admirable labor de tanto líder democrático y revolucionario que hay en el Polo”.

¿COINCIDENCIAS?
Es bueno aclarar que primero escribió el cabecilla de las FARC y luego el líder del PDA repitió la idea, un poco más refinada y con citas, como le gusta a Gaviria para descrestar incautos.

Alias ‘Iván Márquez’ : “Petro es de esos arrepentidos que hoy llaman guerra al terrorismo de los fuertes y terrorismo a la respuesta de los débiles. Pareciera avergonzado de la lucha de Bateman y de Iván Marino.”
Carlos Gaviria Díaz “Petro puede tener el síndrome del converso, lo mismo que Lucho Garzón. Lucho fue comunista, entonces ahora quiere borrar los rastros y reliquias de la mala vida pasada como diría el padre Astete. Petro fue guerrillero y quiere convencer a todo al mundo de que nada tiene que ver con las armas.”

¿COHERENCIA?
Gustavo Petro: "No les damos avales a mafiosos ni a los amigos de los mafiosos".

Sin embargo no habla de los hermanos de los narcoterroristas como el avalado candidato del PDA al Concejo de Bogotá Carlos Roberto Sáenz Vargas, con cédula número 3’228.948, hermano de alias ’Alfonso Cano’, uno de los comandantes de las FARC.

¿SOLO CUESTIÓN DE INTENSIDAD?
Gustavo Petro: "Si las Farc quieren acabar con la libertad de pensamiento, todos los demócratas tienen que levantarse contra la guerrilla".
Carlos Gaviria Díaz: “En lo que si no estoy de acuerdo es en que la intensidad con que yo deplore esa lucha armada me la tenga que dar el doctor Petro.”


SOLIDARIDAD POLÍTICA… ¿CON QUIÉN?
Carlos Gaviria Díaz no dice una sola palabra de solidaridad con su compañero atacado por las FARC, pues el pronunciamiento de ‘Márquez’ convierte a Petro en objetivo militar de la organización narcoterrorista… pero eso parece no importarle ni a Gaviria Díaz, ni a Wilson Borja ni a Robledo.

Gustavo Petro: "No se pide permiso para pensar, no se pide permiso para criticar la iniquidad, el debate en este momento es que las Farc critican a Gustavo Petro porque las está atacando".
Carlos Gaviria Díaz dijo a EL TIEMPO que veía "atractivo" que una organización como las Farc hablara de política.

Pero el asunto va más allá: el ideal de una organización jerárquica, con restricciones estalinistas y sin posibilidad de que alguien piense distinto, y sobre todo ante el público, se les ha disuelto en las manos a Gaviria y a sus socios de aventura:

Gustavo Petro: "Esos partidos jerarquizados llevaron en la Unión Soviética al GULAG y en Camboya a Pol Poht". Quiero recordar que ésta no es una discusión entre compañeros, sino entre unos alzados en armas, como las Farc, y un civil, como yo, que opina desde la izquierda democrática".
Carlos Gaviria Díaz: “Dentro del Polo hay tendencias, matices, discrepancias, pero eso nunca nos ha molestado. Una de las grandes riquezas que tiene el Polo es su pluralismo, siempre que sepamos tramitar nuestras diferencias, pero eso no está pasando. La primera condición para que eso sea así, es que se planten e dentro del Polo y no a través de los medios como una voz más de las que constantemente censura al Polo. “
“Él es libre de opinar pero cuando uno ingresa a un partido tiene que saber el alcance de lo que dice y sobre todo, si lo hace a nombre del partido. Fundar una iglesia luterana dentro del catolicismo, sería como fundar el ala uribista del Polo.”


SI PERO NO
Mientras unos hacen esfuerzos desesperados para que se marque distancia, otros, como Dussán, salen con cargas de profundidad que destrozan la intención de los primeros.

María Emma Mejía: “Es necesario que el Polo claramente se distancie de las Farc".
Jaime Dussán: "El Polo condena toda forma de violencia como acción política, pero nuestra postura no es declararles la guerra a las Farc; no son nuestros enemigos, pero tampoco son nuestros amigos".

¿Y A ESTE LO QUERÍAN VENDER COMO PRESIDENTE?
Al primer problema, al menor atisbo de inconvenientes solo anhela salir corriendo y esconderse en el lugar del que nunca debió salir:

Carlos Gaviria Díaz “No veo la hora de volver a mis cosas, a mi biblioteca, sin la responsabilidad que ahora tengo, pero seguiré siendo militante del Polo.” ¿Qué tal esta posición en la Presidencia?

lunes, 17 de septiembre de 2007

Las FARC en defensa del Estado

Por Jaime Ruiz. Columnista del Sistema Atrabilioso.


1. Invercolsa como síntoma. En una columna reciente dedicada a comentar los planes de las FARC para asesinarlo, Fernando Londoño cita unas frases encontradas en el computador de Carlos Antonio Lozada, entre las cuales me llamó la atención ésta: "... [Londoño] siempre ha estado del lado de los intereses del capital y en contra de los del Estado y el pueblo". Es verdad que esto se puede relacionar con el papel del ex ministro como litigante en procesos en que se demandaba al Estado, o aun con el famoso episodio de Invercolsa, pero esa interpretación ligera es más bien propia de quienes lo desconocen todo sobre el marxismo y de la disciplina ideológica de las FARC.


Pero el episodio de Invercolsa es sintomático de ese sentido de "Estado" que según las FARC está en el mismo lado del "pueblo" y tiene como opuestos al "capital" y a Londoño: el de la corporación de las personas que ocupan cargos públicos y viven de la máquina estatal. El delito (según Salomón Kalmanovitz, delitos) de Londoño produce una indignación generalizada porque compró unas acciones sin ser empleado de la empresa. El hecho de que esas acciones se vendieran muy por debajo de su valor a los empleados de la empresa no molesta a nadie. Puedo haber leído mil comentarios al respecto, y aun haber escrito decenas de veces que la sustracción de recursos comunes habría ocurrido igual si quien comprara las acciones fuera un empleado, pero eso resulta invisible para todos los comentaristas. Peor, en el caso de Kalmanovitz la explicación que se da es de un cinismo que supera con creces a Londoño: vender muy por debajo de su precio las acciones a los funcionarios estatales tenía por objeto ¡"democratizar la propiedad accionaria"!

2. Concepción del Estado. El Estado surge en todas partes como organización destinada a mantener un orden cuya esencia es la dominación. Casi siempre esa dominación tiene al principio características étnicas, la determina la conquista de un territorio por una comunidad guerrera que puede tener o no organización estatal previa. En el caso de la América española la labor de los representantes del Imperio era la administración del saqueo y la esclavización de los conquistados, respecto de los cuales las diferencias culturales eran tan rotundas que la asimilación sólo era posible a costa de destruir las sociedades tradicionales. De ese modo, la Corona española era la propietaria legal de las riquezas del continente y en los territorios sometidos sus agentes se constituyeron en la clase dominante. Es en esa organización, en sus valores y estructuras, aun en las personas que ocupaban los cargos de mayor jerarquía, donde está el origen del Estado colombiano. La independencia no alteró ese orden, salvo por la expulsión de los peninsulares.

El crecimiento de esa organización y la ampliación de sus tareas siguiendo la estela de las sociedades europeas y de las demás de Latinoamérica comportó una ampliación considerable de la masa de funcionarios. Eso aseguró la creación de posiciones de mando para la mayoría de los descendientes de los poderosos de antaño, salvo los que llegaron a ser suficientemente ricos para emigrar. Esa masa de funcionarios, es decir, de personas que contaron con "palanca" para conseguir los puestos o aun con la información y la instrucción que se requerían configuran una clase social específica cuyos intereses son muy diferentes a los de los demás grupos sociales. Por eso no hay una oposición significativa entre "el Estado" y los "trabajadores al servicio del Estado"; estos últimos requieren que haya provisión de recursos y siempre tienden a estar a favor de la expansión de competencias para la organización que les paga el sueldo. Los ¡trabajadores! al servicio del Estado son la clientela de las FARC, por eso uno nunca encuentra ninguna protesta de las personas que profesan la ideología socialista por atropellos como la venta de acciones de Invercolsa, sólo por la intrusión de un farsante que no era verdadero ¡trabajador!

3. El proyecto comunista. La forma de obrar del Partido Comunista a lo largo de su historia es típica: creación de organizaciones sectoriales de masas, de un núcleo de cuadros muy formados en la doctrina y con mucha frecuencia profesionalizados, en su día gracias a los recursos soviéticos; formación de guerrillas campesinas e infiltración y dominio de todas las organizaciones sindicales. En cualquier parte los comunistas habrían hecho lo mismo, pero en Colombia se encontraron con que el único sector de asalariados potencialmente interesados en la organización sindical y la presión de todo tipo eran los empleados estatales, es decir, los beneficiarios del sistema que en teoría el comunismo pretendía destruir, los amigos de los políticos de los partidos tradicionales, las personas de las clases acomodadas de las ciudades que podrían aspirar a obtener cómodas sinecuras gracias a su condición de privilegiados.

Grupos sociales como el magisterio, los empleados de empresas como Telecom y Ecopetrol, de las entidades públicas de salud, como el Seguro Social, etc., encontraron en las habilidades organizativas de los comunistas una verdadera mina para asegurarse privilegios y formas de presión irresistibles. Tanto por el afán de control de los comunistas como por la eficacia de la lucha sindical, la existencia de guerrillas relacionadas con el mismo partido fue de una utilidad extraordinaria. Gracias a esa fuerza fue posible convertir la minoritaria CSTC de los años setenta en la hegemónica CUT de los noventa. Y ciertamente los administradores y directivos no estaban para oponer mucha resistencia a esa presión. Si todo el mundo ha oído hablar de la ineficacia de las entidades públicas, en Colombia eso se multiplica; y con la perspectiva de una toma del poder por los comunistas, aún más. Los altos cargos siempre han estado pendientes de enriquecerse mientras ocupan sus puestos, no faltaría más sino que los arriesgaran o incluso se jugaran la vida para impedir la expansión del sindicalismo comunista.

4. El partido de los amos. De ese modo, sean cuales sean las creencias de los militantes, sin apartarse de la doctrina, el comunismo en Colombia lejos de ser una fuerza de rebelión que aprovecha el descontento de los excluidos es el principal frente de organización de la clase que desde siempre domina a la sociedad a través del Estado. El aspecto de explotación del resentimiento de gente humilde sólo funcionó con una minoría ínfima de campesinos desplazados a las zonas más inhóspitas y fue primero alimentado por los sueños de emular a Castro que prosperaron en las universidades y después por los recursos del narcotráfico. La capacidad de presión de los comunistas habría sido insignificante sin haber alcanzado la representación de los ¡trabajadores! estatales.

5. ¿Por qué necesitan la guerrilla? Esto es de la máxima importancia para entender por qué la llamada izquierda democrática no puede romper realmente con las FARC: a diferencia de Venezuela, falta el gran botín que repartir entre los pobres y por eso un triunfo electoral es realmente imposible. Quien pretenda hacer frente a la fuga de capitales, al aumento de cargos parasitarios y de prebendas para la base de asalariados estatales (y por tanto del gasto), al rechazo de la mayoría de los militares y de muchos otros sectores sociales, etc., no puede basar su aspiración en promesas y buenas palabras, necesita un elemento de disuasión eficaz. Es más o menos como si en Sudáfrica de después del apartheid se presentara un partido blanco con pretensiones de ganar las elecciones con el voto de los negros. Siempre perdería.

Así, lo que llegó a ser el comunismo en otros sitios (una sociedad de esclavitud generalizada en provecho de una casta) en Colombia sólo necesitó la resistencia de la sociedad tradicional a cualquier reforma liberal. La doctrina comunista partía del sueño de crear una sociedad sin clases y sin Estado, pero en Colombia ha significado la imposición más inicua de la jerarquía de "estratos" gracias al saqueo que se ejerce sobre todos los que trabajan a través del Estado, siguiendo la costumbre de la encomienda.

6. Guerra fría para rato. Pero la retórica comunista les sigue siendo necesaria: la vida intelectual en Colombia es tan precaria que la creencia en una superación del capitalismo por el socialismo es unánime, y por eso la afirmación de un orden de esclavitud sin la salmodia anticapitalista resultaría intolerable, sobre todo para los descendientes de los que exterminaron y esclavizaron a los aborígenes con el pretexto de la evangelización. No es que la guerra fría se mantenga por enquistamiento de odios, como supone un comentarista de El Espectador, sino que la gastada retórica comunista ayuda a mantener el dominio de la misma casta de siempre.

7. Divertimentos académicos. El episodio de las críticas de José Obdulio Gaviria a un profesor comunista de la Universidad Nacional que predica la violencia permite ver hasta qué punto por una parte el sentido de esa universidad es proveer rentas a los divulgadores de la doctrina y por la otra formar a los futuros activistas, cuya participación en la lucha dependerá de su estrato. Desgraciadamente en Colombia quejarse de esos proyectos se traduce en censurar el pensamiento y la larga ristra de amenazas que ha recibido el asesor presidencial se presentan como defensa de la libertad de expresión.

Los lectores deberían por ejemplo prestar atención a esta revista que publica escritos de profesores de la Universidad Nacional. ¿Quién había de protestar por el contenido de estudios académicos? Para poner un ejemplo, este artículo, verdadera salmodia satánica que habría hecho sonrojar a Jojoy termina con esta belleza:

El contexto de la economía política colombiana analizado en este artículo, posibilita una gran respuesta popular en contra de este modelo de dominación, explotación y expoliación, tal y como viene ocurriendo en la mayor parte de los países de América Latina. Esta resistencia de los explotados y oprimidos debe proyectarse hacia gobiernos verdaderamente alternativos que empiecen a confrontar esta tiranía política y social del capital globalizado desde una perspectiva socialista.

Es lo que en sentido colombiano se llama rigor académico, por eso el profesor que predicaba la violencia, colaborador de la misma revista, fue defendido por decenas de columnistas con el cuento de que se trataba de una discusión académica. Lástima que esa violencia teórica se interprete de otro modo según la revista:

ESPACIO CRÍTICO es un proyecto de intelectuales e investigadores sociales que a través de sus trabajos de investigación en diversos campos de las ciencias sociales, la cultura y el pensamiento político, así como de sus análisis de la coyuntura política y económica, nacional e internacional, pretende contribuir a la causa del movimiento social y popular, constituirse en punto de apoyo de sus discusiones, de sus luchas y movilizaciones.

8. La larga conquista del Estado. A nadie debe caberle la menor duda: el que amenazó a Londoño sabe por qué pretende hablar en nombre del Estado: sólo les hace falta tener suerte mandando cilindros y masacrando soldados, la parte principal del control estatal ya la tienen y la sociedad colombiana no quiere salir del sopor y darse cuenta de que las FARC son la fuerza de choque de ese clero millonario y linajudo que en gran medida domina el Estado y simplemente ha heredado de sus antepasados encomenderos el mando y el hábito de mentir. Es tanta la ceguera que otro profesor de los que colabora en esa revista y escribe la misma retórica comunista ¡dirigía el Instituto para el Desarrollo de la Democracia!

9. Después del 91. De hecho, recientemente Eduardo Pizarro se felicitaba del gran triunfo de la "izquierda" que fue la Constitución del 91. Si se evalúan sus particularidades y lo que ha ocurrido después, por ejemplo con la Corte Constitucional, se puede ver que ni siquiera hace falta cambiar las leyes, sólo eliminar a quienes ven con temor el ascenso del paraíso socialista (que todo el mundo ha rechazado, salvo países más atrasados que Colombia como Venezuela, Bolivia o Nicaragua). Puede que el esfuerzo de los dos gobiernos de Uribe haya sido eficaz contra las FARC, pero el control del Estado por las redes de la llamada izquierda democrática no ha menguado. Y por otra parte es una tendencia demasiado profunda, con demasiado arraigo para que el Estado esté a salvo: sólo un programa audaz que reduzca el gasto público, sobre todo el destinado a adoctrinar terroristas, permitirá esperar que en Colombia se afiance la democracia liberal.

Pero es bien difícil.

viernes, 14 de septiembre de 2007

Bienes públicos en subasta


Por: Miguel Yances Peña. Columnista de El Universal de Cartagena.
myances@msn.com

El lote de tierra existente entre el Fuerte del Pastelillo y la Calle Real de Manga, donde funcionó por muchos años la Electrificadora de Bolívar y hoy en día se encuentran ubicadas algunas oficinas de Electrocosta, será subastado este viernes 14 de septiembre en la ciudad de Bogotá.

La subasta la realizará el Banco Popular, por encargo del IPSE (Instituto de Planificación y promoción de soluciones energéticas para zonas no interconectadas) el antiguo ICEL, actual propietario, y el precio base es de 21 mil millones de pesos.

El lote en cuestión que en sus inicios perteneció al Municipio de Cartagena, fue vendido en 1961 a las Empresas Publicas Municipales de Cartagena, que en esa época prestaba también el servicio de energía eléctrica en la ciudad, y posteriormente en 1970, al Instituto Colombiano de energía eléctrica (ICEL) hoy IPSE.

En 1988 los terrenos fueron declarados como de Utilidad Pública por el Consejo Municipal de Cartagena, pero en 1997, por vencimiento de dicha declaratoria (pura decidía de nuestros gobernantes) se ordena su anulación, según el Art. 37 de la Ley 9 de 1989 que establece que “Toda afectación por causa de una obra pública tendrá una duración de tres (3) años renovables, hasta un máximo de seis (6)…. La afectación quedará sin efecto, de pleno derecho, si el inmueble no fuere adquirido por la entidad pública que haya impuesto la afectación o en cuyo favor fue impuesta, durante su vigencia.”

El cambio de uso de esa franja de tierra que bordea la Bahía de Cartagena era algo que la ciudadanía pedía a gritos de tiempo atrás. No es el sitio para patios, bodegas, u oficina de una empresa de energía eléctrica, se decía. No solo por aspectos de tipo urbanísticos (allí estuvo ubicada hace muchos años hasta una planta de generación térmica) sino por logística, y si se quiere por el mismo costo de la tierra.

Por lo tanto en buena hora el IPSE ha decidido deshacerse de esos terrenos, pero como es apenas lógico los vecinos del barrio se preguntan, ¿y qué construirán allí?

Si un inversionista se le mide a la subasta, lo hará con la intención de obtener el máximo de rentabilidad de él, y eso solo se logrará edificando. El temor por lo tanto, no es que se construya otra central térmica, eso ya no es negocio, y las normas no lo permitirían, si no que se levanten enormes torres de oficinas, comercio y/o vivienda multifamiliar que es lo que renta, y que de paso se tiren el Fuerte de El Pastelillo, la Marina del Club de Pesca y el barrio.

Los vecinos asociados en ASOMANGA han manifestado que “… el deseo primario de nuestra comunidad es la construcción de un parque auto sostenible, integrado armónicamente al amoblamiento urbano del Barrio”.

Lo mas expedito para evitar la consumación de esta nueva privatización del espacio público seria detener el remate mediante una orden del Ministerio de Minas y energía y/o Presidencial, y devolver el lote a su dueño original, pero no sobra la divulgación de normas urbanísticas (deben existir) que limiten su usufructo comercial, para desestimular la participación en la subasta, o que el Distrito lo adquiera, no a precios de la puja, sino declarándolo nuevamente de utilidad pública.

miércoles, 12 de septiembre de 2007

Entre la inteligencia y la sospecha

Por Jaime Restrepo. Director Sistema Atrabilioso.

Con la captura de alias ‘Don Diego’, el gobierno Uribe asestó un duro golpe a las estructuras del narcotráfico que operan en los departamentos de Tolima y Valle del Cauca.

Un hecho que pasó desapercibido es que Diego León Montoya tenía el control de el cañón de Las Hermosas, zona que durante años controlaron las FARC. Esa misma región, “próspera” para el negocio del narcotráfico, fue recuperada por la acción de las Fuerzas Armadas y especialmente por el trabajo del batallón de Alta Montaña ubicado en la región.

Sin embargo, cuando las FARC perdieron militarmente el control del cañón, al poco tiempo salió el gobernador del Tolima, Fernando Osorio, a intentar recuperar para los terroristas dicho control, es decir, conseguir desde el escritorio lo que perdieron en el campo de batalla.

Es más: el cañón de Las Hermosas es tan importante para la organización terrorista que el grupo de criminales que la encabezan, bautizado como el Secretariado, ha venido desplazando varias cuadrillas para intentar recuperar el manejo de la región y de paso intentar hacerse nuevamente con el control estratégico de La Línea.

No obstante el Comandante del Ejército, el general Mario Montoya, aseguró que alias ‘Don Diego’ tenía el control del cañón de Las Hermosas y esa información, trascendental por demás, resulta novedosa a la luz de los propios anuncios del gobierno nacional en el sentido de la recuperación del Cañón.

Ciertamente las FARC han querido volver a ejercer su dominio en la zona, y evidentemente todavía mantienen reductos importantes que son capaces de golpear militarmente, como ocurrió hace unos días con el asesinato de varios soldados de un batallón de Alta Montaña.

Era tanto el control de ‘Don Diego’ que el propio general Montoya informó que el Ejército realizó operativos de distracción justamente en esa región, para llamar la atención de los anillos de seguridad del narcotraficante.

Entonces surge una situación inquietante: si las FARC operan en la región y si mantienen capacidad de combate, ¿qué relación tenían con Diego León Montoya?

Evidentemente Montoya mantenía bajo su tutela una parte importante de la zona, y era conocido como “el señor de la guerra”, por lo cual el enfrentamiento entre los terroristas y el ejército privado del narcotraficante habría detonado ante el público. Sin embargo, salvo el asesinato de los militares hace unos días, en la zona no se habían reportado enfrentamientos.

Todo lo anterior merece una evaluación más profunda, pues lo que podría estar ocurriendo es una alianza de narcotraficantes para el control territorial del Cañón, relación que ha sido ocultada hasta el momento por la corrupción y por los militares que estaban al servicio, no del país, sino de “el señor de la guerra” y por ende de las FARC.

Es inocultable la desconfianza que existe en el Gobierno Central frente a las unidades de las Fuerzas Armadas destacadas en el Valle y en la región del Cañón de Las Hermosas, al punto de que la operación que finalmente terminó con la captura del narcotraficante no le fue informada ni a la Tercera Brigada con sede en Cali, ni a las unidades acantonadas en las zonas impactadas por la operación Simeón.

Y lo anterior no es de poca monta si se tiene en cuenta que al no informarse sobre el desarrollo de un operativo se corre el enorme riesgo de un combate entre tropas amigas. Peor aún si una de esas fuerzas amigas podría tener intereses claros en defender justamente al objetivo de la operación, como ocurrió en Potrerito, Valle del Cauca, en donde fueron ejecutados diez de los mejores policías antinarcóticos del país por parte de unidades del Ejército Nacional.

Todo lo ocurrido con Diego León Montoya debe llevar a varias reflexiones inmediatas: la depuración de las Fuerzas Armadas desde Buenaventura hasta Ibagué, pues resulta absurdo que el propio Estado no pueda confiar en sus militares y mantenga sobre esas unidades la espada de Damocles de la sospecha… así no se puede combatir con eficacia a ningún factor de perturbación, más si se tiene en cuenta su enorme poder económico para infiltrar y comprar conciencias como el narcotráfico.

De igual forma el país necesita pensar que las operaciones que han terminado con resultados importantes no habrían sido posibles sin la política de Seguridad Democrática y sobre todo, sin las decisiones duras y cuestionadas sobre el manejo que ha hecho Uribe de las tradiciones en la sucesión de las líneas de mando.

Es que sin la dirección o el comando de oficiales especializados en inteligencia, seguramente el país seguiría reclamando resultados en capturas importantes, pues la única posibilidad que existe para enfrentar tanto al terrorismo como al narcotráfico es el procesamiento adecuado de la información que obtienen los esquemas de inteligencia.

Pero lo anterior no sirve de nada si los elementos operativos están corrompidos o se sospecha de ellos, pues entonces la información se entregará fragmentada y con restricciones, de tal suerte que la ejecución de los planes no será óptima y los resultados serán siempre escasos.

lunes, 10 de septiembre de 2007

El crecimiento mal repartido

Por Jaime Ruiz. Columnista del Sistema Atrabilioso.

Cada vez que se publican en Colombia estadísticas sobre economía los comentarios de los lectores son tan escandalosos como previsibles: nunca falta esa mayoría que dice que no son ciertos, que son cuentas manipuladas. No importa que sean noticias buenas o malas, siempre encontrarán alguna forma de justificar que hay alguna intención perversa detrás de su publicación, si las empresas pierden dinero, sin duda es mentira porque en la realidad están ganando mucho pero se lo están llevando a otros países; si ganan, es evidente que el gobierno trata de convencer a la gente de que todo va maravillosamente y no hay que preocuparse al ver tanto sufrimiento y tanto cristiano desnutrido y harapiento.

Pero la incredulidad es sólo un aspecto: otras veces se acepta la veracidad de los datos, pero la interpretación es el terreno de la creatividad: si las empresas pierden dinero sin duda es resultado de la política gubernamental, comprometida con el gran capital transnacional y servil ante las exigencias del FMI... Ya saben. Pero si ganan resulta evidente que el gobierno anda dedicado a favorecer a los ricos y a despojar sin cesar a los pobres, de modo que en lugar de ceder a una u otra presión sindical permite que los millonarios dueños de las empresas llenen sus arcas a costa del trabajo ajeno.

Así: sólo hay que leer o escuchar los comentarios de los colombianos ante las estadísticas sobre economía para encarar el rigor con que se hace frente a la verdad en el país. Pero es que de la disposición a mentir y a creer mentiras halagadoras o convenientes a la comisión de actos delictivos sólo hay un paso: perfectamente se puede convencer a los menesterosos de que los inventores de máquinas los despojaron de algo: ¿acaso no son estos últimos muy ricos? De agravios semejantes se nutren las esperanzas de redención que han "florecido" en Cuba, Corea del Norte, Camboya, Etiopía, etc. La miseria en Venezuela todavía no es suficientemente conocida en Colombia.Pero vamos a referirnos sólo a los que llegan a admitir que las estadísticas son correctas y se publican sin mala intención: entre mediados de 2006 y mediados de 2007 la economía colombiana habría crecido por encima del 7 por ciento. ¡Lo malo es que ese crecimiento no está bien repartido!

Desgraciadamente es inevitable repetirse: el contexto de la criminalidad en Colombia está rodeado de una vasta red de falacias de las que salen toda clase de inferencias que inexorablemente conducen al crimen, o lo llevan dentro como sobreentendido de una sociedad de valores primitivos. La de las estadísticas es una típica falacia: como es bien sabido, si el lector tiene dos millones de dólares y yo no tengo nada, en promedio tenemos un millón cada uno. Como se evalúa el crecimiento de la actividad económica, eso que se evalúa resulta formar parte de un mismo organismo. Pero no lo es. Un señor hizo un gran negocio y sus ingresos crecieron un 20 por ciento, otro dilapidó su patrimonio en borracheras y bacanales y redujo sus ingresos en un 80 por ciento, la experiencia de cada uno es diferente pero al contarse ambos va a resultar un probable descenso que depende del volumen de ingresos de cada uno.

De modo que si el dueño del puesto de arepas consiguió un local y dobló sus ventas y le dio trabajo a un conocido suyo que estaba desempleado, los ingresos del primero habrán subido un 50 por ciento (o algo así) y los del segundo aún más. Los de los demás habitantes de su barrio probablemente habrán subido menos, pero al evaluarse el conjunto del barrio va a resultar que ese aumento de ingresos se cuenta. ¿Qué va a pasar con los que no trabajaron o no ampliaron sus negocios o no aumentaron su productividad o no encontraron empleo? ¡Que resultan agraviados por la prosperidad de esos dos personajes! Ese crecimiento está mal repartido.

Esas razones son muy frecuentes entre los colombianos, pero son exactamente las que necesita un atracador para irse con su cuchillo a la esquina a media noche. De nada sirve explicarle que las personas lisiadas, ancianas, enfermas, apocadas, etc., son más pobres y débiles que él. Él siempre se comparará con los que tienen más ingresos y la credulidad que le provee el contexto cultural favorecerá una versión heroica de su arriesgada y aun justiciera labor.

La relación de esa mentalidad con la izquierda democrática es más bien obvia: quien conozca un poco a Venezuela sabrá que el presidente no desaprueba la delincuencia y que los delincuentes desempeñan un importante papel en su base social (en cuanto "poder local", es decir, maquinaria, sólo que aparte de conseguir votos son útiles para intimidar), y quien recuerde la retórica hegemónica en la prensa colombiana, por ejemplo del inolvidable Antonio Caballero, comprobará que para esta gente la delincuencia es el resultado inevitable de la pobreza, que a su vez es culpa del gobierno, pues el único que remediaría la pobreza sería uno en el que la presidencia recayera en cada uno de los airados justicieros que leen con emoción a su adalid.

Esa opinión sobre el crecimiento mal repartido es muy conocida y es característica de las personas que apoyan a los partidos de oposición. Una buena muestra de su objetividad. Podría ocurrir que se registrara un gran crecimiento del conjunto de la economía que sólo consistiera en aumentos de ingresos para los ricos, sin que eso significara ningún despojo para los pobres, sino al contrario, pues las rentas, sobre todo las empresariales pagan impuestos. Pero la realidad es bien diferente. Como comprueba quien analice el cuadro reproducido en este post, la décima parte más pobre de la sociedad ha aumentado sus ingresos en los últimos años mucho más que el resto. La teoría del crecimiento mal repartido no sólo parte de una falacia (el sobreentendido perverso de que los resultados de las inversiones o del trabajo deben repartirse entre los que ni invirtieron ni trabajaron), sino que sus conclusiones son falsas.

Pero es que hay una riqueza que no es producto del trabajo: la de los yacimientos de hidrocarburos y otros minerales. ¡Qué curioso! Esos ingresos sí que están mal repartidos. Ese dinero lo gasta el Estado en pagar sueldos altísimos a sus sindicalistas (la mitad de los empleados estatales están entre el 10 % más ricos de la sociedad; la otra mitad está formada por policías, señoras de los tintos, aseadoras, soldados, etc.). La riqueza repartida de forma inicua, qué curioso, está mal repartida a favor de los que se quejan de que el crecimiento está mal repartido.

Pero hay muchos otros caminos por los que esos recursos se gastan en beneficio de los ricos a costa de los pobres. La educación superior gratuita es sólo uno entre muchos ejemplos de cómo la gente excluida no recibe nada porque todo se va en proveer privilegios a sus defensores. Cosas de la mentalidad colombiana, del hatajo de mentiras con que se convive.

viernes, 7 de septiembre de 2007

Vergüenza pública

Por: Miguel Yances Peña. Columnista de El Universal de Cartagena
myances@msn.com

Podrán decir que este comentario es extemporáneo, que ya Transcribe no tiene reversa, que es muy fácil criticar a posteriori, que es plata en un alto porcentaje regalada y a caballo regalado no se le mira el diente, en fin, que es un comentario inoficioso.

Y tendrán razón en todo, pero es que a uno le da rabia -y de alguna manera hay que expresarla- que en Transcribe se estén gastando medio billón de pesos en resolver de manera parcial e ineficiente un problema menor, cuando la ciudad no ha superado aun problemas mas graves como el déficit de vivienda, el saneamiento básico, y la salud y la educación de cobertura universal.

Destruir una vía en buen estado relativo, para volver a construirla con mayor espesor y colocar buses más largos no es la solución a nada. Buses más largos (y el peso que transmiten a la vía a través de las llantas también) es lo mismo que dos buses, uno detrás del otro: eso no va a cambiar, pero la vía, por la que hoy en día circulan toda clase de vehículos, quedará restringida en gran parte para el tráfico de los nuevos buses, creando problemas adicionales al resto de vehículos.

Los trancones que se presentan hoy en día en el mercado de Bazurto, en Zaragocilla y en la bomba de El Amparo, tienen soluciones de tipo tecnológico y/o administrativo, mucho más económicas y efectivas que Transcribe. Entre otras, ponerle a los buses automatismos e inteligencia artificial que permita un control centralizado; modificar el esquema de propiedad y de administración del servicio; ampliar la vía a Olaya y la Pedro Romero; terminar la vía perimetral, o trasladar el mercado de Bazurto recuperando esa valiosísima tierra para vivienda multifamiliar, con lo cual se recuperarían parte de los costos, y se reduciría la necesidad de mayores inversiones en movilidad.

Con 500 mil millones de pesos, se podrían construir 10 mil viviendas de 30 millones cada una (ese es el déficit de vivienda en la ciudad según datos recientemente publicados), y quedaría plata para terminar la vía perimetral, o ampliar la vía a Olaya y la Pedro Romero, o reubicar el mercado publico, soluciones que por si solas, mejorarían el trafico vehicular y la movilidad ciudadana.

El costo de terminar la perimetral, no supera, a precios de ineficiencia de la contratación Estatal, los 150 mil millones de pesos, pero esa vía tampoco serviría de nada si no se invirtieran los 350 mil millones restantes, en hacerles sus casitas a quienes viven en la zona sin sacarlos de allí.

Las casuchas que supuestamente recuperaría la vía perimetral, aun están ahí metidas en las aguas putrefactas y estancadas de los caños (solo algunas pocas se reubicaron). Allí viven las personas con las que tenemos contacto a diario: el frutero, el jardinero, el celador, el carpintero, el todero, la empleada domestica, el mototaxista, el informal y también por supuesto, los que tienen que recurrir al delito para subsistir.

Y nosotros gastando medio billón de pesos de los impuestos, en buses articulados, vías de 30 cmts de espesor (querían ponerle 50, porque así salían mas caras) y otras tonterías. Y aun así quieren que esas personas salgan a votar. ¡Vergüenza debería darnos!

De nada sirve la democracia si estas inequidades no están resueltas. Las luchas por el poder corresponden a un nivel superior de la escala de las necesidades humanas, o a un acto desesperado de los más sufridos por cambiarlo todo. La democracia requiere de un mayor grado de desarrollo social.

La única forma de reparar el error (la manipulación, diría yo, porque fueron decisiones de las cuales nuestros gobiernos están exentos de culpa) es solicitar otro medio billón, para hacer lo que si se debía hacer. Quienes cometieron el error, tienen que dar la solución.

miércoles, 5 de septiembre de 2007

La muerte del ‘Negro Acacio’

Por Jaime Restrepo. Director del Sistema Atrabilioso.

Como el apóstol Tomás: ver para creer. Hasta el momento las celebraciones por la supuesta muerte del narcoterrorista Tomás Medina Caracas han tratado de ocultar situaciones que deberían ser abordadas sin apasionamientos.

La primera de ellas es que no hay cadáver para constatar la caída de uno de los terroristas más importantes para la estructura operativa de las FARC. Hay que recordar que en el país, los que mueren sin que se vean sus cadáveres se convierten en mitos para amedrentar.

Es que incluso viendo los despojos, muchos colombianos se resisten a creer que esos seres despreciables hayan sido finalmente alcanzados por la justicia elemental que señala que el que a hierro mata, a hierro muere: El país entero vio los cuerpos sin vida de Gonzalo Rodríguez Gacha y de Pablo Escobar y todavía es frecuente escuchar a algunos incrédulos que niegan sus muertes y les dan vida a través de la imaginación.

Otro punto para reflexionar tiene que ver con las contradicciones: el Comandante de las Fuerzas Militares, el General Freddy Padilla de León informó que los militares involucrados en la operación vieron a varios guerrilleros arrastrando tres cadáveres.

Esa declaración deja un enorme interrogante: ¿Si estaban en combate por qué razón no abrieron fuego? En la visión militar, 23 dados de baja representan un éxito mayor que 14 y por lo tanto no se entienden los motivos misericordiosos que tuvieron esas unidades para no abrir fuego pues finalmente los éxitos militares siempre se han medido por el número de bajas.

Pero lo más delicado de esa declaración es que hay contradicciones serias pues Padilla de León dice que los vieron, pero la información del ministro de Defensa señala que “la certeza de que el insurgente murió se basa en comunicaciones interceptadas a miembros de las FARC que hablan de que el jefe nos dejó”. Al fin qué ¿Los vieron o captaron las comunicaciones del frente 44 del movimiento terrorista?

Sin embargo, es innegable que el gobierno Uribe necesitaba un positivo de esta naturaleza para afianzar su Plan Consolidación y este asunto quedará como un enorme interrogante, pues difícilmente se encontrará el cadáver de alias ‘El Negro Acacio’ para constatar el éxito de esa operación.

Eso si: el ministro Santos tiene razón cuando afirma que “no cree que haya cadáver porque, al igual que sucedió con alias J.J., para ellos es una humillación mostrar el cuerpo. La gente que estaba por fuera del anillo de seguridad se llevó el del Negro Acacio, el de su radio-operador y su jefe de escoltas”.

Pero sin el cuerpo, la duda permanecerá por varios meses en la mente de los colombianos, tanto como el amañado asesinato de Carlos Castaño.

No obstante, y por desgracia, el tiempo demostrará si efectivamente el gran capo de las FARC (porque era un narcotraficante consumado) murió en las selvas del Vichada.

De ser cierta la información, las FARC han perdido al hombre que sabía manejar los hilos del narcotráfico y poseía los contactos y los conocimientos profundos en cuanto al negocio criminal. Además, por cuenta de Medina Caracas, las FARC fortalecieron su aparato financiero y se enfocaron en el lucrativo negocio.

Sin el ‘Negro Acacio’, el movimiento terrorista perdió también al que era prácticamente su máximo jefe de finanzas. A lo anterior se suman las toneladas de cocaína y pasta de coca que las FARC tienen represadas en el sur del país y por las cuales necesitan a toda costa el despeje de Pradera y Florida en el Valle del Cauca.

Sumando estas dos situaciones, las FARC se verán enfrentadas a la asfixia financiera por lo cual es presumible que intensifiquen la presión para el despeje de los dos municipios vallecaucanos, pues los narcoterroristas necesitarán, con muchísima más premura, abrir el corredor al Pacífico. No sería raro que fusilaran a más secuestrados para conseguir sus fines.

Así mismo, la muerte de Medina Caracas desembocará en el incremento de acciones terroristas (bombas, voladura de infraestructura, etc.) que buscarán difundir la idea de que las FARC siguen siendo fuertes y que los golpes del Estado contra sus estructuras han sido simples situaciones de guerra.

Lo peor, sin embargo, es que con los golpes a las estructuras de narcotráfico de las FARC posiblemente se vean abocadas a fortalecer la otra fuente de financiación: el secuestro, aunque esa decisión, desesperada en la actual coyuntura, los enfrentaría a un escenario complejo en el que medirían fuerzas directamente con los avances de la Seguridad Democrática. Adicionalmente, sin zonas de despeje, las acciones de secuestro terminarían por golpear sus estructuras urbanas y quedar peor ante la comunidad internacional.

De paso, políticamente, el intensificar las acciones criminales terroristas y de secuestro les reportaría pérdidas irreparables, pues dejarían al paracaidista en un dilema entre imagen e impotencia frente a sus pretensiones de liderazgo en el contexto latinoamericano. Y eso indudablemente afectaría a los favoritos políticos de las FARC.

Así las cosas, por desgracia para Colombia, la confirmación de la muerte del ‘Negro Acacio’ la veremos con dolor, destrucción, víctimas y muerte en el futuro inmediato.

lunes, 3 de septiembre de 2007

El bando de los ricos y el de los pobres

Por Jaime Ruiz. Columnista del Sistema Atrabilioso.
Voy a empezar con dos citas de un artículo de Armando Montenegro aparecido el domingo 26 en El Espectador. Respecto a Luis Eduardo Garzón y a sus posibilidades de éxito electoral en 2010 dice:

Ya no atemoriza a los estratos más altos y tiene por delante más de dos años para ganar adeptos en "el establecimiento”, sin correr el riesgo de perder el apoyo de las bases de su partido.
Más adelante cita un simposio prospectivo sobre esos comicios:
... un grupo significativo [de participantes] sostuvo que la derecha usará el “coco” del ascenso del Polo y, posiblemente, de la victoria de Samuel Moreno para asustar a los ricos y a las clases medias y pregonar la tesis de que “sólo Uribe puede salvarnos”.Es verdad que quien dice eso no es Montenegro, pero también que en ningún momento lo cuestiona. Es muy llamativo porque se trata de una figura intelectual respetable y la concesión implícita en esas frases a la propaganda estatista-colectivista es francamente monstruosa.
Se podría partir de una verdad universalmente aceptada: Colombia es una sociedad que sufre una desigualdad extrema en el ingreso y es deseable una reducción de esa desigualdad. Lo raro es que, dado que Montenegro, como casi todos, da por sentado que la "izquierda" es el bando de los pobres, por mucho que en la realidad los pobres apoyen mayoritariamente al presidente Uribe.
Bueno, podría irse a la definición de "izquierda". La realmente existente en Colombia se puede reconocer por su antiamericanismo y su adhesión al régimen cubano. A la economía centralizada y a la amplia intervención estatal. Siendo éste el bando de los pobres, es muy raro que los pobres de los países en que se han aplicado esas políticas sean más pobres que los pobres donde se han aplicado políticas favorables a los ricos (según Montenegro y compañía). ¡A que estos neoliberales consideran la pobreza un vicio y encuentran razonable que los pobres busquen más pobreza, como los basuqueros o los ludópatas!
Pero aun aceptando todo eso, ¿de dónde sacan que en Colombia la gente pobre podría apoyar a la llamada izquierda? Ésta en conjunto es una facción de la gente rica que coopta a algunos sicarios y niños engañados de entre los pobres. Si se mira el conjunto de las políticas que podrían favorecer a los pobres, siempre resulta que se encontraría con la hostilidad del bando que apoya a Garzón:
· Privatización de las universidades públicas sin reducción del gasto en educación superior. Esto permitiría ampliar de forma incesante los cupos y proveer créditos a todos los que pueden y quieren estudiar una carrera. La gratuidad o cuasigratuidad actual es sólo una transferencia de recursos de los pobres a los ricos y una seguridad para los sectores parasitarios que tranquilamente obtienen sueldos del primer mundo por explicar sus opiniones políticas. Lo que pasa es que Montenegro pertenece a esa clase "intelectual" y no ve por ninguna parte el absurdo de favorecer a los pobres robándolos.
· Supresión de la parafiscalidad y contención del salario mínimo. Esto reduciría la reserva de desempleados que pueden ser útiles en las campañas de intimidación o en los saqueos, en caso de que la solución negociada vaya avanzando y sean necesarios "argumentos" para la negociación. La "izquierda" necesita gente desesperada y hambrienta para mandarla a matarse para implantar su dominio. Necesita que los ingresos no deriven del esfuerzo productivo sino del decreto o la "movilización", de lo que se encargan las redes "sindicariales". Si la izquierda que se opone a una política semejante, la creación de empleo es interesante sólo para los potentados. Cuando Montenegro dice otra cosa está incurriendo en una contradicción.
· Introducción de elementos de competencia en la educación básica. Si por algo merece Peñalosa volver a ser alcalde de Bogotá, aparte del grave peligro de seguir dejando las rentas municipales a gente que no condena las masacres de quienes comparten su programa político, es por la creación de los colegios en concesión. En contraste, el programa de la "izquierda" es la preservación de los privilegios de una casta que no vive de enseñar sino de protestar y en realidad de la intimidación que es capaz de ejercer. Cuando se dice que la educación reduce la desigualdad casi siempre se calla que los pésimos resultados de la educación en manos de una organización criminal como Fecode sólo multiplican la pobreza. Lo dicho: para Montenegro la pobreza es un vicio, a los pobres les gusta que sus hijos no aprendan a leer sino a odiar y que los adoctrinadores obtengan pensiones dobles y muchas otras prebendas por su capacidad de mandar a sus hijos (de los pobres) a matar policías para asegurarse sus rentas (de los fecodistas).
· Tributación alta para los ingresos altos. Casi todo el mundo en Colombia habla maravillas de los gobiernos socialdemócratas del norte de Europa. Sólo basta que se plantee que las personas que se ganan digamos 50 millones de pesos al año (unos 25.000 dólares) pagaran lo mismo que quienes ganan esa cantidad en esos países, no hablemos de los porcentajes que pagan quienes ganan eso en Colombia respecto de la gente pobre (que ganaría 25.000 dólares en esos países). Es decir, que alguien que se gane diez veces el ingreso medio pagara lo mismo que en esos países pagan quienes se ganan esa proporción. Eso provocaría miles de atentados con bomba, porque sencillamente la "izquierda" es el bando de esas personas y la fórmula de cobrar impuestos sólo a las empresas sencillamente conlleva el que quienes pagan impuestos sean los que producen, no los empresarios, que invierten según la rentabilidad, sino los asalariados de bajos ingresos, que siempre encuentran pocas oportunidades.
Pero hay más, la revista Cambio publica un artículo sobre las posibilidades de Enrique Peñalosa en el que se lee:
Por ejemplo, sus críticas al vehículo particular caen mal en la clase media, que el año pasado fue la gran compradora de los casi 100.000 automóviles vendidos en la ciudad. "El carro en Colombia es más que un medio de transporte -afirma un partidario del ex alcalde-. Es un símbolo de avance social y a la gente no le gusta sentirse atacada después de hacer el esfuerzo de adquirirlo". Al mismo tiempo, temas como la expropiación de la cancha de polo del Country Club fueron una bofetada para miembros de los estratos altos que consideran a Peñalosa como una especie de traidor a su clase.
De más está decir por quién van a votar esos propietarios de automóviles y los millonarios del Country. De más está decir cuál es la experiencia de los pobres en Venezuela, condenados al desempleo mientras los recursos se van en pagar a los médicos cubanos que son intermediarios en la tarea de dominio del tirano y que se van haciendo dueños de la supervivencia de sus víctimas. De más está recordar la infinidad de testimonios que muestran que en ese país la desigualdad aumenta día a día, al contrario de lo que ocurre en Colombia. La pobreza es un vicio y por eso los pobres tienen que apoyar a políticos que los hacen más pobres y no los dejan solos con su pobreza sino que crean otra gran cantidad de pobres para que nadie se sorprenda de su destino.
Naturalmente, dado que es lo que les gusta, pues ¿por qué iban los ricos a quitarles ese placer? No tiene nada de raro que el establecimiento, es decir las familias de ex presidentes y de gente rica apoye casi unánimemente a la "izquierda". ¡A tal punto que para un informe sobre Buenaventura el periódico de Santodomingo encarga nada menos que a Alfredo Molano el reportaje, y el autor naturalmente no deja de culpar cualquier proyecto de desarrollo y empleo! Bueno, cada día se aprende algo: en realidad no es que a los pobres les guste la pobreza, sino que les debe gustar.
Por eso casi todos, por no decir todos, los colombianos con "educación" y buenas rentas improductivas son partidarios del sector político que asegura la multiplicación de los pobres. No importa que sea el mismo sector político que promueve el exterminio de esos pobres en aras de la "solución negociada" (pues si las bandas de asesinos sencillamente renunciaran a sus pretensiones de imponer la tiranía no habría nada que negociar). Es que aparte de gustarles la pobreza les gusta que los maten y matarse entre ellos. Mejor dicho, les debe gustar, porque la verdad es que la "izquierda" necesita todavía muchas masacres y muchos millones de petrodólares para ganar sistemáticamente elecciones. Mucha gente hambrienta que necesite el almuerzo asistencialista y dependa de quienes empobrecen a la sociedad para mantener a su tropa, a la que en cualquier momento mandan a matarse como siempre lo han hecho.
Pero la verdad es que sin divulgar prejuicios obscenos tampoco sería posible tener columna en el periódico de Santodomingo.