lunes, 30 de julio de 2007

Lucho Garzón al desnudo

Por Jaime Restrepo. Director Sistema Atrabilioso

¡Quién lo diría! Paralizar una ciudad de siete millones de habitantes es muy fácil: basta con bloquear unas cuantas avenidas, gritar arengas, vociferar contra la policía y tener un alcalde pusilánime.

Lo ocurrido el viernes pasado en Bogotá es la muestra palpable de dos de las grandes fallas del gobierno de Luis Eduardo Garzón: la movilidad y la seguridad.

La noche del viernes 27 de julio fue asesinado el taxista Mario Orlando Velásquez González, de 39 años. Este crimen colmó la paciencia del gremio de la mancha amarilla que decidió protestar por la difícil situación de seguridad que vive la ciudad, lo que ha dejado como resultado la muerte de ocho taxistas y por lo menos treinta conductores asaltados en lo que va corrido del año.

Y como ya es sabido, las protestas de la mancha amarilla se traducen en el cierre de las principales vías de la ciudad, violando los derechos de todos los bogotanos: en esta oportunidad bloquearon los portales de Transmilenio y algunas vías principales en todos los puntos cardinales.

Como de costumbre, la policía fue incapaz de enfrentar la situación, pues están maniatados ante la absurda posición de la administración distrital según la cual hay que privilegiar la protesta por encima de los derechos fundamentales de siete millones de ciudadanos. Solo al finalizar la tarde, por fin el Alcalde tomó la decisión de acabar con los bloqueos y hacer respetar los derechos violados a la mayoría de bogotanos.

Ni más faltaba que los taxistas no pudieran manifestarse por la creciente inseguridad de la Capital, pero ese derecho a la protesta no puede estar por encima de las garantías que tienen los demás ciudadanos para movilizarse, producir, trabajar y estudiar.

Ya se volvió un sello distintivo de Garzón el permitir la parálisis de la ciudad: durante el paro que organizó FECODE contra el Plan de desarrollo y contra la modificación del régimen de transferencias, la administración, sin ningún pudor, autorizó la toma de avenidas principales de la ciudad como la autopista sur, la Primero de mayo, la autopista norte y la avenida El dorado. Total: Bogotá quedó paralizada y una semana después, nuevamente el Alcalde le dio el visto bueno al taponamiento de la ciudad.

Es increíble que además de los problemas cotidianos de movilidad generados por el pésimo mantenimiento de la malla vial, la absoluta ineficiencia en la chatarrización de viejos vehículos de transporte, la ausencia de iniciativas y la corrupción de la antigua Secretaría de tránsito que permitió que miles de taxis cedieran el cupo y fueran matriculados como carros particulares; la administración distrital no vea inconveniente alguno en dejar que la ciudad sea bloqueada por manifestaciones y marchas políticas.

Garzón reconoce que una de sus mayores debilidades es el tema de movilidad, pero eso no parece importarle a la hora de alcahuetear el desbordamiento de unas minorías que anuncian protestas y terminan bloqueando y violando los derechos de las mayorías.

Sin embargo, parece que a Lucho Garzón siempre lo sorprenden los paros y las protestas: Hace un año el Alcalde se levantó (quien sabe si después de una de sus acostumbradas noches de parranda) con la ciudad paralizada y solo hasta el medio día tuvo el atino de tomar algunas medidas. Mientras el despertaba y aterrizaba en sus funciones, Bogotá era un caos de pedreas, bloqueos y mareas de caminantes apurados por llegar a sus sitios de trabajo.

El viernes pasado ocurrió lo mismo: los taxistas comenzaron a bloquear las vías desde la media noche y en una muestra de ineficiencia e incapacidad para tomar decisiones, la administración permitió que la mancha amarilla taponara los portales y las vías de Transmilenio, dejando a millones de bogotanos varados y a la ciudad paralizada en todos los aspectos.

Así las cosas, el viernes quedaron al desnudo varios lunares de la administración Garzón: la inseguridad, la movilidad, la permisividad y la incapacidad para elegir bien a su equipo de trabajo.

Es que resulta incomprensible que el Alcalde haya decidido hacer un revolcón en la estructura administrativa de la capital para concentrar varias dependencias en la Secretaría de Movilidad y haya cometido el desatino de nombrar para el cargo a una periodista, buena persona y muy carismática ante los medios, pero sin el menor conocimiento de un tema tan complejo como la movilidad de una ciudad de siete millones de habitantes.

Ese, señor Garzón, es un cargo técnico para el cual hay personas que han estudiado y tienen una amplia experiencia en el tema, y no es un puesto para la improvisación: ella puede manejar muy bien a sus colegas lambones de City Tv y a sus súbditos de Canal Capital… ella puede asesorarlo con acierto en el manejo de la pauta para que no le den tan duro, pero ni Armando Calle (el personaje creado para vender en los medios la mediocre reparación de las vías) lo salva de la crítica situación de movilidad que padece la capital.

De paso, si usted atiza el problema con permisos e indecisiones para que bloqueen la ciudad, pues la situación es negra, tan negra como ha sido su administración.

viernes, 27 de julio de 2007

Jaque a la paz

Por: Miguel Yances Peña. Columnista de El Universal de Cartagena
myances@msn.com.

Una reciente sentencia de la Corte Suprema de Justicia, negó la condición de sediciosos a los paramilitares, lo cual determinará que sean juzgados como criminales, y hará mas graves las penas que se les impongan, poniendo en Jake el proceso de desmovilización.

Como se recordará el acoso de los paramilitares fue una de las causas –entre otras- del fracaso del proceso de paz con las FARC, durante la administración de Andrés Pastrana, por lo tanto el éxito de este proceso de desmovilización se ha convertido en una condición indispensable para enfrentar otros similares con las guerrillas del ELN y las FARC.

Para aclarar la sentencia el presidente de la Corte, César Julio Valencia Copete explicó que la sentencia no solamente cobija a los integrantes de las autodefensas, sino a todos los miembros de los grupos armados ilegales, incluyendo a los grupos guerrilleros.

Creo que aun queda el recurso de la Tutela, que elevaría la decisión a la Corte Constitucional, y hasta una nueva Ley, o un referéndum que le haga el by pass a la sentencia. Pero lo importante es que este no es un debate jurídico, no tiene porque serlo. La paz de un país que la busca como el mas preciado de sus bienes, desde hace mas de 50 años, y que lo ha intentado todo, no puede dejarse en manos de la jurisprudencia, ni en las de un manojo de expertos que deciden en últimas que es lo correcto y que no.

La paz nos compete a todos, por lo tanto los procesos que nos puedan llevar a ella, desbordan las leyes (se elevan al nivel de lo más conveniente dentro de lo posible) y su único requisito es asegurar que realmente se logre la paz y que perdure.

En un enfrentamiento armado solo hay dos posibles desenlaces: que uno de los dos bandos derrote y extermine (condición indispensable para evitar su posterior levantamiento) al otro, o que se sienten a negociar unas condiciones que les permitan vivir y lograr sus objetivos de vida en paz.

El primero, el exterminio, es el ideal pero solo se logra cuando el enemigo no ha logrado fortalecerse, o ha sido debilitado. En la practica es utópico; requiere también acabar con las causas que lo hicieron posible, que en el caso colombiano son: el abandono del campo, la extrema pobreza, las grandes desigualdades, el tratamiento dado al trafico de droga, el trafico de influencias y la corrupción, entre otras. Además, fortalecer el Estado, tanto en sus instituciones como en la capacidad de defender el orden vigente.

Utópico, primero que todo porque estos siempre serán objetivos a mejorar; segundo, porque los ilegales han puesto también en Jake al país; tercero porque en el tratamiento dado al trafico de drogas confluyen otros actores –a la vista y en la sombra, nacionales y extranjeros- que merman la soberanía; y cuarto porque con derrota parcial, se corre el riesgo de que el enemigo vuelva a surgir, con ánimos de venganza.

Y el segundo, los procesos de paz, solo serán fructíferos en la medida en que en la mesa de negociaciones ambas partes logren mas de lo que pierden (o podrían perder de continuar en la lucha) lo cual dependerá del poder que aun conserven los bandos enfrentados. El que tenga mas poder –de destruir o intranquilizar al otro- obtendrá los mayores beneficios, y en el hipotético caso de igualdad, no queda otra que repartirse equitativamente las pérdidas y las ganancias.

Aquí no caben las leyes existentes, sino que se crean al ritmo de los acuerdos. Como lo mencionaba en la columna del lunes anterior, “…la ley escrita nunca podrá superar la que las organizaciones sociales van creando y aceptando en su cotidianeidad.”

No tiene sentido pues que el Estado sea mas benévolo con los que combaten el régimen, que con quienes lo defienden; y eso es lo que se deduce del pronunciamiento de la Corte, sino para el futuro (ese no se conoce y los magistrados cambian) si cuando se mira con el espejo retrovisor.

miércoles, 25 de julio de 2007

Infamia

Por Jaime Restrepo. Director Sistema Atrabilioso



La Iglesia Católica de Los Ángeles tomó la decisión de aceptar su responsabilidad en las acciones depravadas que cometieron algunos de sus miembros en su jurisdicción contra 508 víctimas y anunció la venta de ALGUNOS de sus bienes para cubrir las indemnizaciones por cerca de 660 millones de dólares.

Sin embargo la Iglesia Católica colombiana se ha burlado una vez más de las víctimas de los pederastas y, fortaleciendo el muro de las sotanas, decidió exonerar a Efraín Rozo Rincón por los crímenes que cometió y confesó.

Al anunciar la decisión, el presidente del Tribunal Eclesiástico aseguró, en un insulto a los colombianos, que después de un estudio serio "llegamos a la conclusión de que no hay manera de proceder en el Tribunal, porque no podemos inferir nada y además al hablar de más de 40 años ante la justicia civil y el código de derecho canónico, estos delitos de ser verdaderos o falsos ya prescribieron”.

Posteriormente señaló que el caso “se trata de una persona que habla y otra que desmiente: Los dos videos quedan en la misma circunstancia. Alguien afirma y alguien desmiente. Hubo una manipulación al principio", dijo el presidente del Tribunal.

Otra justificación del Tribunal es que Rozo es inocente porque los denunciantes hablaron después de 40 años y eso los hace pensar que las acusaciones tienen un aparente interés económico.

Indigna, en primer término, que el Tribunal Eclesiástico recurra a la infamia de declarar inocente a Rozo Rincón con el argumento de que los crímenes ya prescribieron: esa es una mentira, una repugnante falsedad que el público no puede admitir.

Es cierto que en los códigos penales colombianos los crímenes de Rozo Rincón ya prescribieron, pero el Tribunal Eclesiástico no está sometido a las leyes penales del país y debe acogerse a las disposiciones de la Iglesia frente a los delitos denunciados.

Esto significa que el Tribunal debió seguir el ejemplo valeroso de sus colegas de Los Ángeles y enfrentar el asunto con dignidad y decencia, algo de lo que evidentemente carecen. Nadie puede entender que un Tribunal, con sus códigos propios y exclusivos, decida apegarse a una legislación que no les corresponde, para prorrogar la impunidad de un pederasta.

Otro aspecto relevante es que el propio vocero del Tribunal anuncie la inocencia de Rozo Rincón, pero más adelante ponga en duda esa misma inocencia cuando afirma que “estos delitos de ser verdaderos o falsos ya prescribieron”… Al fin qué: ¿es inocente y las acusaciones son falsas o es culpable y los delitos son verdaderos? Lo cierto es que esta afirmación deja mucho que desear de las verdaderas motivaciones y sobre todo del rigor con el que fue analizado el caso, pues no de otra manera se puede entender que uno de los jueces manifieste en público semejante duda sobre la decisión tomada.

Así las cosas la determinación del Tribunal Eclesiástico es un insulto para el país y para las víctimas que siguen siendo vapuleadas por las sotanas colombianas. No es comprensible que ante las abrumadoras pruebas, incluida la confesión grabada y escrita del criminal, la Iglesia Católica colombiana se burle de la justicia, demostrando que su supuesta superioridad moral es solo una repugnante confirmación de que la Iglesia Católica colombiana está cínicamente por encima de las normas, de las leyes y de la justicia.

Ojalá, a futuro, el proyecto de cadena perpetua a los violadores, impulsado por los congresistas Simón Gaviria y David Luna, sea aprobado y ponga fin a la impunidad y a la desfachatez de los depravados que incluso se esconden detrás de las sotanas católicas.

lunes, 23 de julio de 2007

Coincidencias esclarecedoras

Por Jaime Restrepo. Director Sistema Atrabilioso.

Mientras en Colombia los ciudadanos salimos a protestar contra el secuestro y contra las FARC, algunos “hermanos” latinoamericanos parecen desinformados y buscan legitimar a los violentos de nuestro país.

En Ecuador el Movimiento Popular Democrático MPD ratificó el apoyo, el respeto (y diría que la admiración) que sienten por todas las formas de lucha de los pueblos, entre ellas la de los movimientos “insurgentes” de Colombia.

Además de las venias y aplausos a las FARC, el director del MPD Ciro Guzmán indicó que las FARC no son terroristas, muy al estilo de lo que dijo e hizo Carlos Gaviria Díaz en España.

Las declaraciones del ecuatoriano se produjeron después de la realización de un seminario de fuerzas de izquierda latinoamericanas en el que se expidió una declaración de solidaridad con las FARC y con el ELN.

Según Guzmán, la declaración (¿de amor?) no fue firmada por los sindicatos colombianos que participaron en la cita: eso es cierto, pero por ninguna parte se encuentra, por parte de los participantes colombianos, ni una protesta, ni una postura enfática (ni tímida, ni tangencial) de RECHAZO a la declaración a favor de los terroristas.

Los sindicatos nacionales que asistieron al seminario fueron el Sindicato Nacional de Trabajadores y Empleados Universitarios de Colombia (Sintraunicol), Nacional de Trabajadores de Telecomunicaciones de Bogotá (Sintrateléfono) y de Trabajadores de las Empresas de Cali (Sintraemcali).

Aquí hay una primera coincidencia: el Sindicato de Trabajadores de las Empresas de Cali fue presidido por el congresista del Polo Democrático Alternativo Alexander López y es de público conocimiento que mantiene una gran influencia en ese movimiento sindical.

Ahora resulta que el Sindicato de López asistió a un seminario CONVOCADO TAMBIÉN POR LAS FARC Y EL ELN (en la página web del MPD está la invitación al seminario entre cuyos citantes se encuentran los dos grupos terroristas) y en cuya síntesis final se hizo una declaración a favor de las FARC y del ELN. ¿Tendrá algo que decir el Senador del PDA al respecto?

De igual forma, el sindicato del Senador del PDA ratificó con su silencio (el mismo de sus colegas sindicales), la postura de simpatía por los asesinos y secuestradores de las FARC: es que si hubieran estado en contra, obviamente su posición hubiese sido determinante para evitar el exabrupto, pero simplemente se limitaron a no firmarla, pero al guardar silencio solo honraron una vieja frase: el que calla otorga. ¿Alguien podrá explicar la relación entre sindicatos y revolución latinoamericana en la que se aplauden las acciones terroristas de las FARC?

La segunda coincidencia es que el evento fue convocado también por el Partido Comunista Colombiano del que Wilson Borja ha dicho y gritado hasta el cansancio que es miembro y representante en el Congreso: ¿Borja tendrá algo que decir para ratificar su simpatía por las FARC? ¿Esto le molestará al Polo o para sus dirigentes será menos grave que la carta de Petro?

Otra coincidencia es que el seminario solidario con el terrorismo se efectuó en la universidad Central del Ecuador, uno de los centros académicos que más han apoyado al presidente ecuatoriano Rafael Correa en su controversia contra Colombia por la fumigación con glifosato. De paso, ese apoyo les ha traído beneficios a los terroristas de las FARC al encontrar una zona problemática para la erradicación y muy propicia para los cultivos ilícitos.

Es más: el gobierno Correa ha basado su campaña contra la aspersión aérea en una supuesta investigación de esa Universidad sobre los daños del glifosato a la salud humana. Ahora los mismos que le ofrecen a Correa el caballito de batalla para protestar por las fumigaciones contra los cultivos de las FARC en la frontera colombo-ecuatoriana, le abren sus puertas a un seminario en el que se firma una declaración de solidaridad a favor de los narcoterroristas de las FARC.

En este sentido también llama la atención un aparte de la declaración del ecuatoriano: “Son terroristas los que andan regando de sangre a Iraq, Afganistán, Colombia (…),diciendo que combaten el narcotráfico”.

Resulta interesante que para Guzmán son terroristas los que dicen que combaten el narcotráfico, es decir, los que fumigan y evitan que lleguen los enormes recursos de la droga a los violentos al tiempo que encabezó un evento en la misma Universidad que ha “investigado” los estragos del glifosato en la salud de los vecinos de los cultivos de las FARC.

De otro lado, Ciro Guzmán aseguró que ningún miembro de las FARC o del ELN estuvo en el encuentro. Eso puede ser cierto, pero no hacía falta si se tiene en cuenta que en el evento se leyeron las ponencias de los grupos terroristas: ¿para qué mandar a un terrorista si hay idiotas útiles que difunden sus ideas en el seminario?

Esto no solo está pasando en Ecuador: en Canadá unos chilenos participaron en un programa radial en el que se dedicaron a elogiar a las FARC y a ocultar las acciones de terror, los crímenes y los abusos que los terroristas han cometido en sus más de cuarenta años de historia, los mismos años que en Chile celebraron con bombos y platillos.

viernes, 20 de julio de 2007

Debate de pancartas

Por: Miguel Yances Peña. Columnista de El Universal de Cartagena.
myances@msn.com

La toma de decisiones colectivas es uno de los aspectos más complejos de la vida ciudadana. Mientras mayor sea el número de personas afectadas mas difícil es lograr el consenso, y al incrementarse el número de inconformes, crece su capacidad de desestabilización.

Las democracias han resuelto este problema adoptando el querer de las mayorías; pero no siempre es posible consultar a las masas, y las decisiones quedan en un pequeño grupo de personas que representan al conglomerado, y por lo tanto tienen que cuidar que sus decisiones sean entendidas, aceptadas y acatadas por los demás, como única forma de lograr que sean sostenibles y generen un clima de paz ciudadana.

En esta dinámica se mueve la que tiene que ver con la suerte de los secuestrados, el querer de sus familiares y la conveniencia nacional.

En medio de la reciente movilización ciudadana en rechazo al accionar de la guerrilla, además de las pancartas exigiendo la liberación incondicional de los secuestrados, y la entrega de los cuerpos de los que han sido asesinados, que es la posición oficial, también hubo las que exigían un acuerdo que permita el intercambio humanitario, que es la contraria.

Contraria, porque al contrario de las mayoritarias, estas parecían dejar bien establecido que el intercambio humanitario no era haber liberado mas de 150 guerrilleros que estaban en las cárceles y reintegrarlos en la sociedad, sino ceder a todo lo que las FARC propongan, lo cual no deja de ser una posición desesperada de quienes tienen –qué difícil decirlo- familiares secuestrados, y oportunista de quienes hacen demagogia en víspera de elecciones.

Aunque por lo doloroso cueste decirlo, el país tiene que entender y aceptar, que la única manera de evitar que el secuestro siga siendo utilizado como “chantaje”, es precisamente no negociando con los secuestradores, salvo dentro de un proceso más amplio que incluya acuerdos de paz, entrega de armas, desmovilización y aceptación del régimen democrático y de libertades vigentes.

En esto tenemos que estar todos unidos, porque pareciera que los guerrilleros presos no son el objeto de la negociación, sino la obtención de zonas desmilitarizadas. Si el país cede a este chantaje, les reafirma el poder que otorga un secuestrado, y seguirán haciéndolo y exigiendo cada día más; sería preferible seguir excarcelándolos unilateralmente, hasta dejarlos sin argumentos.

Por lo tanto las pancartas exigiendo un acuerdo humanitario, fueron la “contra manifestación” que le restó contundencia al clamor general por la paz y la liberación incondicional de los secuestrados. ¡Necesitábamos una sola voz, no un debate de pancartas! La izquierda nunca lo habría permitido en las manifestaciones que organiza.

Pero a pesar de ello, y del discurso de uno de los huérfanos que -cegado por el dolor- señaló al gobierno como “cómplice” de la muerte de los 11 diputados, la manifestación fue un éxito, y una muestra de civilidad, democracia y tolerancia, que sirve de ejemplo y de presión a quienes quieren aún imponerse por las armas.

Los analistas de estos fenómenos, coinciden en afirmar que el terrorismo y el secuestro son las armas de los grupos que se saben militarmente inferiores y minoritarios, pero una condición imprescindible de quienes aspiran llegar al poder político y gobernar, es el de ganarse la simpatía de las masas: ahí está la contradicción que nos indica que ni siquiera pretenden gobernar.

Aunque otros dicen que buscan provocar en el gobierno reacciones desesperadas, que generen el rechazo popular, con el fin de desprestigiarlo. ¡Qué eso no suceda!

miércoles, 18 de julio de 2007

Genealogía de cierta filantropía

Por Jaime Ruíz. Columnista del Sistema Atrabilioso.

La guerrilla existe en Colombia porque en amplios sectores de las clases altas floreció durante varias décadas el ideal de una sociedad como la cubana, que a la vez es la que más notoriamente encarna valores atávicos del viejo orden colonial: la esclavitud fue abolida varias décadas después que en el resto del continente y la independencia relativa sólo se alcanzó un siglo después. Durante ese siglo la jerarquía racial que subyace al orden social latinoamericano era mucho más marcada: los verdaderos poderosos eran los que tenían que ver con la península y en últimas con la Corte. La sociedad del castrismo mantiene todas esas diferencias sociales y en lugar de la camarilla que mantenía palancas en la Corte reina la de sus descendientes, que mantiene palancas en la nomenklatura y el entorno del tirano.

Esa facción de los ricos colombianos se conoce como "la izquierda" y últimamente como "la izquierda democrática" y su conducta respecto a la guerrilla, por cuyo triunfo trabaja, reproduce esas mismas características de jerarquía social. Resumiendo un poco se podría decir que Madame Lagauche, una dama pretenciosa y grotesca, sintió el anhelo de conjurarse para ganar protagonismo y para eso contrató un servicio doméstico cuya compañía no podía soportar sin maldecir la ordinariez de su medio. Ni siquiera le llamó la atención que las muchachas se llamaran Yersinia y Variola. Años después, ya envejecida y frustrada, en ciertos momentos de tristeza y aburrimiento, Madame Lagauche se preguntaba si era eso lo que había querido.

Pero Madame Lagauche era la heredera del prestigio de las estirpes dueñas de Colombia durante siglos, por eso su voz seguía impresionando y quienes la criticaban no podían ocultar el temor y la secreta admiración. De ahí que no le fuera difícil laborar de consuno con Yersinia y Variola sin que los de abajo se dieran cuenta o se atrevieran a establecer la relación. Esas malas muchachas hacían de las suyas y la gran dama socorría a las víctimas y propugnaba por ideales bellos y sentimientos amables, sin que los súbditos dijeran nada.

Los testimonios eran numerosos: a Yersinia y Variola se les reconocía la nobleza de querer matar a todos y no sólo a unos pocos ricos, según imponía Madame Lagauche por lo que era necesario darles reconocimiento y ceder en lo posible a sus pretensiones, lógicamente gratas para Madame Lagauche, pero sin que los demás establecieran ninguna relación. También se reconocía su poder como medio para imponer la justicia, según un PhD en economía que enseñaba en la universidad de los ricos.

Pero el mejor era el deseo de reducir el sufrimiento de la operación, ideal que siempre acompañó a las proclamas de las muchachas. La infinidad de agentes de Madame Lagauche proponían con la mejor cara de yo no fui el deber de proteger a los desarmados para que Yersinia y Variola sólo afectaran a los armados que los podrían defender, y ese prodigio conceptual (la legalización del asesinato encubierta como ilegalidad de algunos asesinatos) se consideraba la mayor obviedad "humanitaria".

Es que con el tiempo a Madame Lagauche se le olvidó que esa dulce propuesta había corrido primero por cuenta de Yersinia y Variola: cierto escritor muy relacionado con ellas lo declaró en un panegírico de un patricio muy amigo de Madame Lagauche:

En los años 80 otra vez se cruzaron el ex-mandatario y el Eln. Los 'elenos' se habían reorganizado y fortalecido y habían iniciado una campaña por la aplicación del derecho internacional humanitario.
Hablaban de la necesidad de hacer un acuerdo para la humanización de la guerra. En estas lides le enviaron una carta a López. El dirigente liberal no la respondió de manera directa, pero asumió el reto de buscar la aprobación por parte del Estado colombiano del protocolo dos de los Tratados de Ginebra, que contiene estas normas humanitarias.


El hermoso gesto humanitario era, como bien lo dice el escritor, una manifestación de la fuerza de los voladores de oleoductos que pronto dejarían una gran enseñanza en un pueblo de Antioquia. Pero las víctimas seguían mirando para otro lado, convencidas de que Yersinia y Variola eran lo contrario de Madame Lagauche a pesar de que pretendían lo mismo y decían lo mismo. ¿Cómo iban a establecer alguna relación entre lo que ellos querían ser y lo que querían dejar de ser?


En Colombia los asesinatos seguirán mientras no haya un rechazo resuelto a las falacias de los socios de la guerrilla. Pero ese rechazo no es nada fácil porque el fenómeno del comunismo armado y sus proyecciones entre los ricos no es el resultado de una infección exterior sino precisamente la resistencia del orden de siempre, de los doctores en economía y los sacerdotes jesuitas y las familias presidenciales, a la tranformación que llega de fuera.

Y Yersinia y Variola seguirán reinando junto con su patrona porque la infección es inadvertida para quienes no conocen la profilaxis. Y es que ésta implica un cambio de las costumbres bastante difícil de asumir.


(Yersinia y Variola son los nombres de la peste y la viruela)

lunes, 16 de julio de 2007

La niebla se aclara

Por Jaime Restrepo. Director Sistema Atrabilioso.

Un gesto, una orden y una oleada de secuestros. Tres situaciones que aparentemente no tendrían mayor conexión hoy aparecen enlazadas e interdependientes.

Cuando Uribe tomó la decisión de excarcelar a cerca de 200 guerrilleros, perdón ex guerrilleros según las FARC, unos y otros atacaron la medida por inconveniente y sobre todo, porque no atendía los requerimientos ni respetaba la jerarquía que tienen las FARC y que, según una columnista, se han ganado a pulso en 45 años de violencia.

El gesto unilateral les causó un enorme disgusto a los promotores de las FARC al punto de publicarse unos días más tarde una especie de declaración de guerra en la que Claudia López, la “brillante” investigadora que no sabe usar una calculadora, emite una grave descalificación contra el Presidente y parece dar una orden a los rústicos del monte.

La señora López indica que los terroristas no piensan que el secuestro sea un delito de lesa humanidad y llama la atención (les da moral) partiendo de que esa agrupación terrorista ha “tenido el poder económico y militar para imponer su propio pensamiento.” Además, su arenga destaca una gran mentira que a fuerza de repetirla quiere que sea verdad: “El decidido esfuerzo nacional, y de este gobierno en particular, por exterminar militarmente a las Farc ha fracasado.”

El mensaje es claro: ustedes muchachos tienen el poder económico y militar para IMPONER su propio pensamiento… ya desde este campo de batalla nos encargaremos de repetir hasta el cansancio la mentira de que el exterminio militar ha fracasado a ver si, de repente, eso se convierte en verdad para el público.

Luego la señora López les recuerda a las FARC que “son una organización criminal y mafiosa, pero con pretensiones de poder político y una estructura de mando jerarquizada” y más adelante indica que no se puede permitir que el Gobierno vulnere o pase por encima de esa jerarquía: “Los secuestrados están en poder del secretariado de las Farc, no de sus guerrilleros presos”.

Pero va más allá y emite una exhortación algo disimulada: “Cualquier acto que desconozca al secretariado como instancia de mando y negociación radicalizará su ya intransigente posición frente a los secuestrados y frente a una posible negociación de paz.”

Esto, ni más ni menos, parece una orden para que las FARC emprendan una nueva jornada de secuestros, de sangre y muerte, porque es inadmisible que el Gobierno produzca un acto que desconozca al secretariado. Además la señora López indica que semejante osadía presidencial va a radicalizar la intransigente posición frente a una posible negociación de paz, lo que significa una escalada terrorista que debe producirse como respuesta a semejante bofetada de Uribe.

Y esa orden se cumplió: unas horas después de publicarse la arenga de la señora López fue secuestrado un capitán de la Policía mientras descansaba en una finca ubicada en la vía que conduce de Florida, Valle a Miranda, Cauca. Unos días más tarde, tres policías del Gaula fueron secuestrados en el Caquetá. Antes de esto, dos militares fueron asesinados en Carepa, Antioquia, cuando las FARC intentaron secuestrarlos.

¿Será coincidencia todo esto? No parece. Lo que evidencian estas tres situaciones es que el gesto unilateral del Presidente causó una fuerte indignación en los sectores simpatizantes del movimiento terrorista al punto de expedir una orden pública que las FARC acataron con secuestros de policías desarmados y de civil.

Eso demuestra que si por menos de 200 la respuesta va a ser el secuestro de cuatro o cinco colombianos, los gestos unilaterales, incluso los que cumplan con las exigencias de las FARC, no se pueden volver a repetir, porque se estaría condenando al país a un círculo vicioso de gestos y liberaciones que más tarde se convertirán en nuevos secuestros para tener un instrumento de presión y así IMPONER otras exigencias y conseguir otros gestos de liberación de terroristas de las cárceles colombianas.

La estrategia de Uribe funcionó también en ese plano: dejó en evidencia lo que las FARC piensan realmente sobre los secuestrados y el poco interés que tienen por liberarlos, pues solo les sirven en la medida en que puedan despejar dos municipios para desahogar sus cargamentos de droga y recibir armas como paga por los narcóticos.

viernes, 13 de julio de 2007

Desesperados

Por: Miguel Yances Peña. Columnista de El Universal de Cartagena.
myances@msn.com

El país se encuentra atónito, consternado, desconcertado y conmovido con la muerte de 11 diputados que permanecían secuestrados por las FARC.

Aunque ellos han tratado habilidosamente de culpar a las fuerzas armadas y al gobierno, hay muchos indicios que hacen pensar que fueron asesinados: entre ellos, el hecho de que no haya habido más bajas en ninguno de los dos bandos, lo cual muestra que fue una acción selectiva y por lo tanto premeditada; y qué solo 10 días después se comuniquen los hechos, que divulgados a tiempo pudieron ser utilizados contra el gobierno.

Pero aun si hubieran muerto en un cruce de fuego, todo indica que habrían sido utilizados como escudos humanos, o expuestos a la guerra (son muchos los grupos armados en combate) sin ninguna posibilidad de huir, esconderse o defenderse, y eso es lo mismo que asesinarlos.

No hay ninguna justificación, ningún atenuante. Matar personas indefensas y en cautiverio, con el propósito de culpar al gobierno y desprestigiarlo, debilitarlo, o chantajearlo, es el acto más cruel e inhumano que uno pueda imaginar. Uno se pregunta si rota esa barrera moral, seguirán matando selectivamente secuestrados, para evitar que el gobierno los siga combatiendo, y si resistirá el gobierno esa presión.

Afortunadamente la opinión internacional, que en este caso si nos sirve, aunque a ellos poco les importe, han creído y aceptado las explicaciones oficiales, y han condenado a las FARC y los asesinatos.

Nunca podremos entender por qué este grupo, a diferencia de todos los demás, no ha querido aceptar un proceso de paz, ni siquiera vigilado por organismos internacionales como se les ha ofrecido. ¿Por qué han desperdiciado tantas oportunidades de dialogo que se les han propuesto durante los últimos 30 años; y por qué ni siquiera fue posible con Pastrana, siendo que estaba dispuesto a todo; poco le importaban las consecuencias de una paz mal negociada con tal de conseguir una postulación al premio Nóbel?

Ya el país perdió la confianza, y comenzaron las especulaciones. Lo que realmente persiguen (dejando de lado el argumento, de que la guerra y el narcotráfico, son su forma de vida) es tomarse el poder por las armas para implantar una dictadura, e imponer un modelo de vida y de gobierno que de antemano saben que por las vías de la democracia no van a lograr, porque el mundo ya no cree en ese tipo de soluciones.

Y si ese es el propósito –seguimos especulando- saben que en la mesa de negociaciones no lo van a lograr. Tendrán que seguir secuestrando, boleteando, extorsionando, matando, y destruyendo la infraestructura económica del país. Y por su lado el gobierno tendrá que seguir combatiéndolos por todos los medios que sea posible, hasta exterminarlos. Yo mas bien creo, que a ellos -y a su modelo de vida y de gobierno- no le sirve la democracia, ni como forma de llegar al poder, ni como forma de gobierno.

Pero también hay indicativos de que tampoco quieren tomarse el poder. Ni siquiera están atentando contra él. La historia ha demostrado (Chile y Cuba, son dos ejemplos a la mano) que el poder se lo tomarán el día que se tomen el Palacio de Nariño, y logren que las fuerzas armadas se les subordinen, y ese día esta muy lejos todavía.

Y la alternativa de tomarse el poder desde los municipios hasta las ciudades, para luego llegar a las capitales y al Palacio de Nariño, les fracasó, porque allí fue donde surgieron las AUC, como un movimiento paramilitar que los derrotó y los expulsó, obligándolos a regresar a las montañas.

La verdad es que lo ocurrido con los 11 diputados, es una muestra del estado de desesperación en que se encuentra el grupo guerrillero, y de que la paz, ya sea exterminándolos o llegando a acuerdos con ellos, está próxima. Pero también es un presagio de que antes de lograr la tan anhelada meta, seguirán recrudeciendo los actos de violencia.

Debemos estar preparados para ello.

miércoles, 11 de julio de 2007

El cinismo del 'Rey del despeje'

Por Jaime Restrepo. Director Sistema Atrabilioso.

Justo en el momento en que los colombianos nos manifestábamos contra el secuestro y contra el asesinato de 11 diputados del Valle del Cauca, Andrés Pastrana, el turista que presidió al país por cuatro largos años, señaló que era posible hacer un acuerdo humanitario con las FARC.

Dijo Pastrana, el rey del despeje, que “en Colombia ya hay una experiencia que fue la que hicimos en nuestro Gobierno cuando logramos el canje de 440 soldados y policías por 15 guerrilleros enfermos (...) con eso quedó demostrado que se puede hacer”. Paradójicamente la “gran” experiencia Pastrana se produjo seis años y un mes exacto de la gran marcha, motivada por el fusilamiento de 11 colombianos plagiados y también por la nueva modalidad de secuestro de las FARC que retienen los cadáveres quién sabe con qué propósito: entre los cadáveres secuestrados está el de Julián Ernesto Guevara.

Claro que Pastrana olvidó mencionar algunos “detalles” de ese acuerdo humanitario del que tanto se ufana. Por ejemplo pasó por alto que en esa experiencia las FARC le hicieron trampa al país anunciando el intercambio de TODOS los militares y policías secuestrados por un grupo de terroristas condenados y recluidos en las cárceles colombianas.

De ese acuerdo humanitario, las FARC (¿y Pastrana?) decidieron excluir a un grupo de uniformados que tenían algún rango como oficiales o suboficiales. El resultado es que después de ese canje, del que saca pecho el 'Rey del despeje', varias decenas de militares y policías continúan secuestrados y algunos han muerto en poder de las FARC.

La historia de ese acuerdo humanitario comenzó el 19 de agosto de 1998, cuando el jefe terrorista 'Manuel Marulanda Vélez', conocido también con el alias de Tirofijo, le envió una carta al Presidente del Congreso en donde oficializaba su deseo de canjear soldados y policías por guerrilleros. Un mes antes las FARC habían secuestrado a 149 soldados y policías en los asaltos a Miraflores en el Guaviare y a Riosucio en el Chocó.

Tres años después, el 2 de junio de 2001, el entonces Comisionado de paz Camilo Gómez le anunció a Marleny Orjuela que el Gobierno acababa de firmar el acuerdo humanitario y que volverían a casa los soldados y policías: el 5 de junio de ese mismo año comenzaron las liberaciones, que las FARC realizaron durante tres semanas y terminaron el 28 de junio.

Lo cierto es que el acuerdo humanitario que firmó el gobierno Pastrana, que se desconoce hasta el momento como tantas cosas que se acordaron en el Caguán, terminó siendo una frustración para el país y para muchos de los familiares de los uniformados secuestrados.

El relato de Marleny Orjuela a los autores de Diario íntimo de un fracaso es contundente:
“Cuando terminaron todas las entregas, el 28 de junio, nos dimos cuenta de que no todos nuestros jóvenes habían sido dejados en libertad. Allá en la selva quedaron 48.”
Pequeño detalle el que olvidó mencionar Pastrana: las FARC no honraron el acuerdo, se deshicieron de los soldados y policías sin rango (toda una carga que no tenía mayor influencia en el chantaje al Estado) y dejaron en cautiverio a los que representaban un mayor botín. ¿Eso es un acuerdo humanitario exitoso? ¿Es el ejemplo que quiere poner el rey del despeje?

La otra posibilidad, todo cabe con Pastrana, es que su gobierno haya acordado el trueque de unos cuantos y a sabiendas de que dejarían en los campos de concentración a casi 50 secuestrados, firmó el acuerdo y engañó al país y a los familiares de esos plagiados.

Detrás de la algarabía nacional por la liberación de cerca de 400 secuestrados, el gobierno Pastrana y las FARC ocultaron su deleznable pacto.

Sería útil que el ex Presidente le explicara al país porqué pactó y dejó a 48 secuestrados en poder de las FARC y ahora tiene el descaro de salir a exigir un nuevo acuerdo humanitario que sería, entre otras cosas, una enmienda a la traición que cometieron él y las FARC contra el país.

De igual forma resultaría interesante que los promotores del acuerdo humanitario explicaran porqué ahora si va a funcionar el canje, cuando en el pasado esos mismos seres humanos que hoy, seis años después, continúan pudriéndose en la selva, fueron valorados como mercancía más fina tanto por el “distinguido” Pastrana como por los terroristas de las FARC. ¿Acaso quieren un nuevo engaño para el país?

Al mismo tiempo sería trascendental que el ex Presidente le explicara a la madre del capitán Julián Ernesto Guevara porqué su hijo no fue canjeado y beneficiado por el acuerdo humanitario versión Pastrana, lo que a la postre significó que muriera (¿fusilado?) en poder de las FARC.

¡Claro! Quedó demostrado que la versión particular de un acuerdo humanitario si se puede hacer, siempre y cuando ganen las FARC y pierda el país.

lunes, 9 de julio de 2007

El si condicional

Por Jaime Restrepo. Director Sistema Atrabilioso

Dice la Real Academia que la palabra si, en uno de sus usos, denota condición o suposición en virtud de la cual un concepto depende de otro u otros. En otras palabras, que un hecho depende específicamente de que ocurra o no otro. A eso lo conocimos hace años (ignoro si ocurre actualmente) como el si condicional.

La carta de Gustavo Petro a Carlos Gaviria puede ser interpretada de muchas maneras, pero hay una parte que merece un análisis por ser una carga de profundidad contra el mismo Polo Democrático Alternativo.

Petro dice al finalizar la carta,: “Las FARC deben entender que ningún militante de la izquierda democrática de Colombia y el mundo les apoya si continúan su marcha de violencia y de muerte.”

El si condicional puede pasar desapercibido después de la andanada del actual Senador contra los violentos, contra el Gobierno e incluso contra el mismo PDA. Sin embargo ahí está, en todo su esplendor, para describir una de las grandes preocupaciones de los colombianos frente al Polo.

Dice Petro que ningún militante de la izquierda democrática apoya a las FARC si (el si condicional) continúan con la violencia en el país. Esto significa que si las FARC decidieran abandonar la violencia y el secuestro, entonces de inmediato recibirían el apoyo de la izquierda democrática colombiana.

Ni más ni menos: el Polo entraría a respaldarlos por dejar de cometer crímenes y seguramente ese apoyo incluiría el acoger las doctrinas antidemocráticas que han promulgado las FARC durante más de cuarenta años. De hecho el Polo recogió, en el programa de gobierno de Carlos Gaviria, los planteamientos de las FARC. Así mismo, en su Congreso programático recibió con los brazos abiertos a Yesid Arteta, terrorista de las FARC que cumplió su condena pero NUNCA se desmovilizó ni renegó de la agrupación terrorista.

Total, al Polo no le queda difícil oficializar “acuerdos programáticos” con las FARC ni mucho menos convertirse en una tribuna para que asesinos que hicieron un receso en sus brutalidades, tengan espacios para sus planteamientos políticos.

Preocupa además la actitud que asumiría el Polo frente a un hipotético abandono por parte de las FARC de la violencia y del terrorismo que han practicado durante décadas, pues que decidan de un momento a otro dejar de cometer crímenes, no implica que el país vaya a borrar de tajo la historia de las atrocidades que el grupo terrorista ha cometido en Colombia.

De igual forma, que las FARC hagan un receso criminal no implica bajo ninguna circunstancia que la justicia colombiana deba suspender sus indagaciones y los procesos que adelanta en contra de los terroristas, pues eso implicaría de inmediato que el Tribunal Penal Internacional abocara el conocimiento de los crímenes de lesa humanidad que han cometido.

Lo evidente es que el si condicional de Petro a las FARC es una autorización tácita para que el grupo terrorista siga delinquiendo, secuestrando, asesinando y torturando, pues finalmente con el solo anuncio de la suspensión de los crímenes podrían hacer parte de una fuerza política y optar por el poder antidemócrático en cuya búsqueda han regado de sangre, destrucción y muerte al país.

Dice Petro en la carta que “la absurda política adelantada por los violentos está a punto de hundir la Constitución”: ¿será que ese apoyo que él promete en caso de que dejen la violencia no es arrasar con la Constitución y con el país?

Posteriormente el senador del PDA señala que “cree que para la opinión pública no es suficientemente clara nuestra posición respecto a las FARC. Pese a que en nuestros estatutos condenamos la violencia como forma de resolver los conflictos sociales y políticos del país, la sociedad colombiana no encuentra definidos totalmente los hechos que nos separan de las FARC”. Pero el si condicional, y el párrafo que lo incluye, deja más clara la posición respecto a las FARC y distancia al Polo de la supuesta condena a la violencia que tiene en sus estatutos, pues no es solo el discurso de condenar, sino la actitud que se asume en el castigo a los culpables de crímenes de lesa humanidad y evidentemente, por lo menos, esa actitud es complaciente.

Además, ese si condicional ubica al Polo, y a Petro concretamente, en una posición de pasar por alto más de cuarenta años de historia de violencia y terror en que han sumido las FARC al país y deja un sabor de impunidad y de mentira que contrasta con la supuesta búsqueda de la verdad que tanto proclama.

Lo que si hay que reconocerle a Petro es su voluntad de adelantar un debate sobre las relaciones FARC con la clase política del Caquetá: ojalá en ese debate también se incluyan las reuniones que se produjeron en 1998 de algunos políticos con los altos dirigentes de las FARC, SIN AUTORIZACIÓN DEL GOBIERNO, para torpedear iniciativas populares que en esa época se estaban ambientando en el país.

Eso también deberá formar parte de la verdad.



El liberal colombiano: ¿Adiós a María Emma?
El hormiguero de Cali: Samaritanos de la calle.

viernes, 6 de julio de 2007

¡Por fin!







Colombia se pronunció: libertad inmediata y SIN CONDICIONES para TODOS los secuestrados. Este es un comienzo, pero despierta la esperanza en medio del dolor.