viernes, 22 de junio de 2007

Tv, desregular

Por: Miguel Yances Peña. Columnista de El Universal de Cartagena.
myances@msn.com

Hasta no hace mucho, la televisión era uno de los botines mas preciado de la torta del poder político en Colombia, y hubiera continuado así, de no ser porque la tecnología e intrépidos empresarios, rompieron el esquema.

A mediados de la década de los 80, un aumento de la potencia de transmisión de los satélites de comunicaciones y la reducción de la temperatura de ruido de los amplificadores (LNA) de microondas, hicieron posible sintonizar canales internacionales de radio y televisión con antenas parabólicas pequeñas y de bajo costo, y en consecuencia, los canales nacionales comenzaron a perder sintonía y poder político.

Las antenas individuales, comunitarias y colectivas fue el boom del momento y pusieron en evidencia, entre otras cosas, que el espectro –la excusa más común, por el misterio que encierra- ni los costos de capital, eran la barrera de ingreso a la industria, sino la fuerte regulación que impedía la creación de un mercado.

Recuerdo a Jaime Rendón, un inquieto ingeniero eléctrico, transmitiendo con la antena del televisor y sin amplificación adicional, películas de Betamax. Y a un grupo de radioaficionados (Jorge Vélez y Nicanor Buelvas) partidos de baseball, que recibían en una antena parabólica que ubicaron en Turbaco.

El fenómeno se generalizó tanto, que la presión estadounidense reclamando derechos de propiedad intelectual, forzó al gobierno a tomar cartas en el asunto. No hubo otra que organizar un mercado: se otorgaron licencias a dos operadores para que prestaran el servicio de TV satelital directa; se legalizaron empresas de televisión por cable que habían surgido; se creó la televisión regional y comunitaria, y se entregó en concesión la prestación del servicio terrestre de televisión, con cobertura nacional, a dos operadores.

Ante tanta competencia, las programadoras de la Televisión Nacional quebraron, y los espacios fueron llenados con programación cultural e institucional producida en el país, lo cual representó el inicio de una revolución educativa y cultural. Surgieron maestros, escuelas y nuevos empleos, entre otros, para camarógrafos, escenográfos, luminotécnicos, ambientadores de sonido, actores, productores, directores y libretistas; cayeron los precios y se incubó una gran industria nacional de producción de contenidos, que ya tiene fama y buena acogida a nivel continental,

Claro que se preservaron algunos privilegios, porque derrocar el poder de los monopolios es nada fácil: uno de ellos, permitir la integración vertical de la industria (infraestructura y contenido), pero se dio un gran paso a favor de la industria y el consumidor.

Pero la televisión no ha sido superada aún como medio para transmitir mensajes publicitarios, y eso actúa como un poderoso estimulo al desarrollo de nuevas técnicas que permiten abaratar costos, y multiplicar las formas de llevarla hasta los hogares. Nuevamente, cómo hace 20 años la reducción de la temperatura de ruido de los LNA´s produjo el primer revolcón, hoy la digitalización, la compresión, y el protocolo de Internet (IPTV) -si no se utiliza la regulación para crear barreras de ingreso- producirán uno mayor.

Para empezar, la nueva ley debería desregular al máximo; propiciar la ampliación de cobertura y de servicios, a los operadores de telefonía, cable e Internet, de manera que confluyan hacia la convergencia; obligarles a los operadores nacionales de televisión –si fuera necesario con cargo a las nuevas concesiones- a modernizar sus equipos para que por la misma portadora asignada, puedan transmitirse más canales, y en consecuencia forzar la separación entre propietarios de red, y programadores (una integración que nunca se debió permitir); y finalmente reducir la CNTV a lo que debe ser una Junta de Honorables Ciudadanos.

jueves, 21 de junio de 2007

No somos los psiquiatras de las Farc

Por Wilfredo Moreno. Columnista invitado al Sistema Atrabilioso.

Después de la excarcelación unilateral de guerrilleros, las FARC no podían seguir ocultando su verdadero rostro y dejaron al descubierto que son una organización criminal inflexible, con un sistema de jerarquías rígido heredado de los regímenes totalitarios del siglo XX.

Las FARC siguen actuando como si la guerra fría no hubiera terminado y aún se pudiera inventar justificaciones para los vejámenes que a diario infligen a los colombianos que caen en sus redes.

Lo peor de todo es que la tragedia que significa esa organización totalitaria aun percibe el mundo en blanco y negro no terminará hasta que se entregue su último integrante. Para las FARC la liberación de guerrilleros no significa nada porque ellos le declararon la guerra a Colombia desde que nacieron, una guerra de tierra arrasada aprendida de Stalin, una guerra en la que el sacrificio de prisiones o aliados significa una jugada más en el tablero de ajedrez en que han convertido al país.

Las FARC nacieron en una época en que el mundo se había divido en dos a causa del fin de la segunda guerra mundial y, como todas las agrupaciones armadas comunistas, hicieron propias las tácticas políticas y militares del estalinismo. Desde entonces, la guerrilla colombiana no ha evolucionado un solo centímetro, sufren de un estancamiento total y desconocen los cambios que ha sufrido el mundo. Ésa es la principal razón por la que cualquier gesto que conduzca a un posible acercamiento con esa guerrilla termina rebotando como una bofetada.

En su prologando autismo, las FARC han creado un simulador que los aleja de la realidad y los ponen a soñar con un mundo que los acepta a pesar de todo, a pesar de la sangre y dolor que derraman a diario. Ese mundo imaginario los convierte en una especie de ángeles de la muerte que se enfrentan a un Estado opresor que domina a millones de esclavos, y para acabar con un sistema degenerado de cosas que alucinan, no han encontrado otra alternativa que no sea prodigar dolor y muerte como vía de escape para las supuestas victimas que defienden.

Un mundo imaginario macabro, no existe otra frase para describir el mundo de las FARC y esas dos visiones tan diferentes hacen que donde las FARC ven luz los demás colombianos veamos sangre y dolor.

Las FARC son unas pandillas de psicópatas, en eso los ha convertido un encierro casi eterno en la selva, pero no es la única causa, sus mentes se quedaron en tiempos en los que los métodos estalinistas eran todas unas promesas para la parte del mundo bárbaro y gracias a ello y al aislamiento del mundo real han creado una moral diferente de la del resto de los colombianos, un escape de la realidad con el que ya el país no puede lidiar.

Ésos son sus síntomas y seguir buscando acercamientos con ellos no pueden llamarse de otra forma que la obsesión de un psiquiatra con un paciente desahuciado que no tiene remedio y que está destinado a pasar el resto de sus días encerrado en un manicomio.

miércoles, 20 de junio de 2007

La cultura microondas

Por Jaime Restrepo. Director Sistema Atrabilioso

Todo lo queremos ya. Pareciera que los colombianos tuviéramos la certeza de que no amaneceremos al día siguiente y necesitáramos que lo que anhelamos, muchas veces sin hacer nada para lograrlo, aparezca de inmediato.

En algunos países ese hábito de la inmediatez se denomina la cultura del microondas y en Colombia, muy adaptados a nuestra realidad, la denominamos la cultura del narcotráfico.

Si alguien crea una empresa, en un año (y eso es mucho según algunos empresarios) tiene que ofrecer suficientes utilidades para adquirir el mejor carro, la casa más hermosa y el viaje mensual a uno de los tantos paraísos que tenemos en nuestra geografía, pues ellos consideran a Miami como las mejores playas del país.

Muchos jóvenes, recién egresados de la universidad, aspiran a los cargos más altos y que requieren mayor experiencia, y resultan frustrados ante el panorama de tener que escalar, paso a paso, en la pared muchas veces resbalosa de una carrera profesional.

Ante esto, esos mismos jóvenes buscan salidas rápidas para adquirir en semanas, lo que en un camino honrado les costaría años de esfuerzo y trabajo.
Una de las ciudades que se vio más afectada por la cultura del microondas (o del narcotráfico) fue Medellín: a finales de los 80 y principios de los 90, contratar a un joven por un salario mínimo en esa ciudad era una utopía: ¡qué va!... eso me lo gano con un “muñeco”*, decían mientras lanzaban la silla a cualquier parte y se retiraban indignados.

Los pocos jóvenes que sobrevivieron a esos turbulentos tiempos han sido la base para que esa sociedad, cuyo tejido estaba prácticamente destruido, lograra cohesionarse nuevamente y retomar la senda del trabajo como posibilidad y fórmula única para crecer y progresar.

Es que la cultura del microondas está íntimamente ligada con las frustraciones y la desesperanza que padecen varias generaciones: lo inmediato para esos jóvenes fue obtener una buena calificación para pasar la materia y no para adquirir conocimientos, emprender el camino de la competencia extrema, sumergirse en la mediocridad del desaliento y soñar con una revolución que, sin trabajar o a lo mejor en un cargo público, les otorgue rápidamente lo que con esfuerzo se hubieran tardado en conseguir mucho más tiempo.

Sin embargo, muchos colombianos siguen inmersos en la cultura del microondas, en especial cuando se trata de construir un capital: ¿para qué trabajar 20 años si llevando un cargamento de droga a su destino se consigue más? ¿Para qué trabajar y esforzarse si en un cargo oficial solo se necesita cumplir un horario (a lo sumo) y recibir una buena calificación del jefe para seguir recibiendo un salario que muchas veces no se merece?

Esa cultura del microondas es un cáncer que destroza al país, dejándolo prácticamente condenado a no tener un futuro, pues sin el esfuerzo de todos los colombianos para crear y producir, el país estará siempre con la Espada de Damocles sobre su cabeza.

*Persona asesinada por un sicario.

martes, 19 de junio de 2007

Tres indicios que no pueden pasar desapercibidos

Por Jaime Restrepo. Director Sistema Atrabilioso

Desde diciembre del año pasado se han presentado tres graves denuncias contra el presidente Uribe que ameritan la atención de los colombianos.

La primera se produjo el 19 de diciembre, cuando la revista Cambio publicó una entrevista con los narcotraficantes Miguel Ángel y Víctor Manuel Mejía, en la que informaron que los paramilitares financiaron la campaña del entonces candidato presidente, Álvaro Uribe Vélez.

Así mismo los “Mellizos” aseguraron que “el ex ministro de Interior, Sabas Pretelt, se acercó a los paramilitares para pedir ayuda económica 20 días antes de las elecciones”.

Rápidamente las declaraciones de los “Mellizos” fueron refutadas por alias ‘Ernesto Báez’ quien negó que esa organización haya negociado con el gobierno del presidente Álvaro Uribe que sus jefes no sean extraditados a cambio del sometimiento a la justicia y un aporte económico para la reelección del jefe de estado.

‘Ernesto Báez’ dijo que "esas afirmaciones no corresponden de ninguna manera a la verdad. Decir que aquí se trató el tema de la reelección y que a cambio de ello se ofreció la no extradición es absolutamente falso", dijo Báez a la radio Caracol.

Fabio Enrique Ochoa Vasco
La revista Semana publicó una entrevista a quien consideran uno de los mayores narcotraficantes del mundo. En esa entrevista Ochoa hace denuncias graves que se relacionan con las afirmaciones que hicieron en diciembre los hermanos Mejía Múnera a la revista Cambio.

Dice Ochoa Vasco que a finales de 2001 se hablaba ya de un arreglo con el gobierno. También asegura que llegaron dos señores de Medellín a reunirse con Mancuso para proponerle un proceso de paz muy favorable para las autodefensas. Según Ochoa Vasco, las AUC empezaron a reunir a todo el mundo, porque los votos tenían que ser para Uribe.

Esto significa que evidentemente pudo existir un acercamiento entre algunos miembros de la campaña Uribe Presidente a finales de 2001 para concretar los puntos de una agenda de paz con los paramilitares. Y también, que esa jugada pudo generar un respaldo incondicional de las AUC a las aspiraciones de Uribe.

En este sentido, Ochoa Vasco cuenta que en marzo de 2002 fue testigo de una reunión entre dos antioqueños con Mancuso que terminó cuando el jefe paramilitar ordenó que les entregaran tres maletas llenas de dólares.

Sin embargo, aquí surgen dos preguntas: ¿los dos emisarios eran los mismos que menciona sobre los acuerdos de finales de 2001 o son otros? ¿Cómo supo que ese dinero era para la campaña de Uribe? Ochoa Vasco dice que desconoce el rumbo de ese dinero y no sabe si llegó a la campaña, o si la entregaron a los políticos regionales o si Mancuso se quedó con ella.

De igual forma, Fabio Ochoa Vasco asegura que se comprometió a movilizar en Antioquia a unas 5 mil personas y la orden era que tenían que votar por Uribe.

Posteriormente afirma que Mancuso le entregó dos millones de dólares a Andrés Angarita para que los repartiera en Montería, en donde Uribe perdió en el 2002. Sin embargo esto tampoco se puede constatar, porque como lo reconoce el propio Ochoa Vasco, Angarita no puede ser testigo porque él (Mancuso) lo mandó matar.

Al final de la entrevista manifiesta que se siente traicionado por Mancuso porque “habla más fácilmente de los muertos que de los vivos”, pero cosa curiosa, Angarita, uno de los hombres que podrían confirmarlo o negarlo todo, también es un muerto que no puede hablar.

El video de Uribe
El video de Uribe, en una reunión realizada en Puerto Berrio, el 31 de octubre de 2001, es otro indicio que merece la atención de los ciudadanos. En ese entonces, el candidato a la Presidencia se reunió con cerca de diez personas en lo que parece ser un salón de reuniones.

Uribe preside la mesa y dialoga con varios líderes comunitarios de Barrancabermeja, quienes le piden que vaya a la capital petrolera de Colombia. Parado en la esquina de la mesa, a la derecha del entonces candidato, hay un hombre con una bufanda blanca, quien no musita palabra y a quien Uribe no determina. Al final de reunión, como siempre, Uribe se despide dándoles la mano a todos los asistentes, incluso al de bufanda blanca, que parece ser el comandante Esteban de las AUC.

En este sentido se podría hablar de la cercanía, como convidado de piedra, de un sujeto que acompañaba a unos líderes comunales y que resultó ser un cabecilla criminal.

En ese momento, es bueno recordarlo, Uribe tenía el 2% de popularidad y se reunía con quien lo solicitara, como hacían TODOS los políticos de nuestro país. Lo que vale es preguntar: ¿Supo Uribe siquiera que ese hombre callado era un comandante paramilitar? ¿Cómo se presentaría… como Esteban o con su nombre real, Frenio Sánchez Carreño; o con un nombre cualquiera?

El informe de El Nuevo Herald señala que el video no indica que Uribe estuviese al tanto de que uno de los participantes fuese un líder paramilitar.

Sin embargo el abogado Daniel Kovalik, que trabaja para la central sindical United Steel Workers y representa a tres empleados de la Drummond que fueron asesinados en 2001, no piensa lo mismo: "Es razonable pensar que Uribe debería saber que se estaba reuniendo con miembros de las AUC, incluyendo el comandante Esteban, dada su amplia notoriedad".

Sería interesante que nos explicara los motivos que tiene para asegurar que es razonable que un candidato que tenía el 2% del apoyo electoral debería saber que estaba reunido CON UNO O VARIOS PARAMILITARES. Dice Kovalik que dada la amplia notoriedad del comandante Esteban es razonable la situación. ¿Es que ahora hay que exigirles a los candidatos que dediquen buena parte de su tiempo a revisar y memorizar las caras de los delincuentes para no reunirse con ellos? Parece que en la próxima campaña presidencial, los asesores deberán incluir un curso intensivo y efectivo de fisonomía, para que el candidato no salga en alguna foto o en algún video con un delincuente.

Es cierto que el comandante Esteban era conocido entre los líderes sindicales de Barrancabermeja, pero Uribe NO ERA LÍDER SINDICAL NI POLÍTICO EN ESA REGIÓN DEL PAÍS. Pero ¿qué se conocía de él? La respuesta se desprende del mismo informe del Herald: firmó un comunicado (¿le anexaría la foto a ese comunicado para que todos conocieran su rostro?) en el que declaró como objetivo militar a todos los líderes sindicales de la región.

Pero la voz más autorizada que encontró el Herald fue Hernando Hernández, entonces presidente de la USO, quien confirmó que los comunicados de las AUC eran firmados por el comandante Esteban. Cabe preguntarse: ¿se puede reconocer a alguien por la firma y extraer de ella los rasgos faciales? No. Tampoco es de suponer que el convidado de piedra se haya presentado siquiera ante Uribe, como se desprende del video.

Todo junto
Los indicios son graves y el público no puede calificarlos o descalificarlos así no más. Por el contrario: estos indicios deberían bastar para que la Comisión de Acusaciones de la Cámara iniciara una indagación seria y con garantías de imparcialidad, ojalá con acompañamiento de la Fiscalía, para investigar más a fondo, llenar los grandes vacíos que existen en cada una de las piezas presentadas y determinar si esta serie de eventos se constituyen en pruebas concluyentes sobre los vínculos de Uribe con el paramilitarismo.

Si es necesaria la intervención de un organismo internacional que supervise el proceso, pues bienvenida, porque los colombianos queremos saber, más allá de las dudas y de las manipulaciones, si Álvaro Uribe Vélez tuvo nexos y se favoreció de ellos en sus campañas presidenciales.

Claro: eso será simple información y conocimiento de un hecho histórico, porque para muchos esa relación no afectará la buena imagen que tiene Uribe en el país y no cambiará para nada el apoyo que le han dado en las urnas y en cuanto escenario se presenta.

viernes, 15 de junio de 2007

A dos bandas

Por: Miguel Yances Peña. Columnista de El Universal de Cartagena.
myances@msn.com

Está claro que los guerrilleros presos nunca han sido una gran preocupación para las FARC, menos ahora que su excarcelación no ha sido el resultado de una negociación, sino un acto voluntario del gobierno.

¿Por qué esa diferencia, entre si el gobierno pide o no algo a cambio, si a la larga es mejor recibir sin tener que dar? La explicación está en que presos, eran guerrilleros; producto de una negociación también, pues regresaban al monte; pero excarcelados a voluntad del gobierno, son desmovilizados y considerados por la FARC traidores a la causa.

Ese es el sofisma de la FARC y al mismo tiempo su dura realidad. Sofisma, porque encierra la doble moral de medir con diferente rasero la excarcelación producto de una negociación, y la misma como un gesto unilateral, siendo que la segunda tiene mayor valoración moral (es un acto de confianza), y por lo tanto digna de ser imitada.

A diferencia de los secuestrados, para las FARC la excarcelación no es una acción humanitaria: lo importante no es la libertad de las personas, sino la posibilidad de tenerlas o no como combatientes. Eso quedó en evidencia.

Y su dura realidad, porque ahora son ex guerrilleros desmovilizados que difundirán una imagen negativa del movimiento, y de las atrocidades de sus crímenes; y porque pone en evidencia que el reclutamiento de guerrilleros no es ni voluntario, ni idealista, sino forzoso.

Pero no hay duda que con la excarcelación, las FARC se quedan ante el mundo sin argumentos (la verdad nunca los han tenido) y estratégicamente no tienen otra opción que liberar a los secuestrados: si lo hacen, lograrían equilibrar las cuentas (ganan) y si no, quedarán desprestigiados y legitimada ante el mundo la acción de rescate por parte del gobierno (pierden). Quedaría así demostrado, qué poco les interese la opinión internacional, salvo cuando sea contra el gobierno.

Por otro lado, y de ahí el titulo de la columna, a partir de ahora, Francia no podrá hacer mas criticas ni peticiones al gobierno, al fin y al cabo tomó partida y se le permitió imponer una condición que la convierte en responsable de sus consecuencias.

Francia perdió autoridad para criticar nuestro proceso (¡eso de que la liberación de Granda era necesaria, pero no suficiente, no tiene ninguna presentación!) y hasta para exigirle al gobierno colombiano que gestione la libertad de Ingrid. Ese asunto ahora está en sus manos, y tiene que exigírselo directamente a las FARC.

Me pregunto: ¿reaccionarían los guerrilleros de igual manera que el gobierno con Granda, a un pedido de Sarkozy, por la liberación de Ingrid?

Sin saber aún la respuesta a esa pregunta, aunque ya algo se sabe de sus comunicados, el otro gran perdedor –después de las FARC- ha sido Francia. Quedó como el deudor moroso, que no puede pedir más préstamos.

Entonces el balón cambió de manos, y ahora el gobierno colombiano, y el mundo, estarían en todo su derecho de exigirle no solo a la guerrilla la liberación de los secuestrados, sino explicaciones a Francia. ¿Por qué Granda? Uno no puede intervenir, empeorar las cosas y retirarse como si nada hubiera pasado. No entre gente responsable.

Desde ese punto de vista, la jugada fue una carambola a dos bandas: Uribe sacó del debate a un contradictor, y hasta se pudo haber ganado un aliado, y desnudó los verdaderos sentimientos de las FARC. Lo de humanitario les quedó grande, persiguen un botín (¿igual que los políticos?) pero sin ningún condicionamiento de tipo moral.

Así tiene que verse la jugada de Uribe ante los ojos el mundo. Otra cosa es si lo que el mundo piense, va a cambiar las cosas en Colombia. Seguro que no, pero ahora si podemos echar mano de la frase del gobernante Francés: ¡la opinión del mundo es importante, pero no suficiente!

jueves, 14 de junio de 2007

El propósito: desincentivar la inversión

Por Jaime Restrepo. Director Sistema Atrabilioso

Dos noticias económicas, publicadas hace pocos días, resultan interesantes para entender que en Colombia la oposición no aporta al fortalecimiento de las debilidades del Estado, sino que apunta sus armas a tratar de debilitar las fortalezas actuales.

La primera información da cuenta de los países de Latinoamérica más atractivos para invertir en infraestructura. Según el informe de World Economic Forum, titulado “Benchmarking National Attractiveness for Private Investment in Latin American Infrastructure”, Chile, Brasil y Colombia son los países más atractivos para la inversión privada en infraestructura de América Latina.

En el índice aparece en primer lugar Chile, seguido de Brasil, Colombia y Perú, países que según el informe, “tienen un fuerte desarrollo en estabilidad económica, facilidad de acceso a la información, desarrollo de mercados financieros y aptitud del gobierno para la inversión privada, entre otros puntos”.

Señala el informe además, que “el factor común entre estos tres países es que sus gobiernos y emprendedores se encuentran frente a un desafío de ejecución e innovación, para resolver las barreras específicas de cada país y lograr un incremento en el flujo de proyectos exitosos".

Al otro lado del espectro, dice el mismo estudio, están Argentina, Bolivia y Venezuela, pues las condiciones generales de inversión son pobres, debido, entre otros factores, al clima desfavorable para la inversión en general. Además, puntualiza, “el uso de la inversión privada para proveer bienes públicos en los años recientes es limitado”.

Este es uno de los tantos indicadores que sitúan a Colombia como un país interesante para la inversión, con unas reglas del juego que han mejorado y con una disminución en la percepción de riesgo político.

Pero justamente es a esas fortalezas a las que la oposición está disparando su andanada internacional. La ingenuidad podría llevar a muchos a pensar que la intención de las acciones de la oposición en el exterior tienen que ver con un verdadero deseo de mejorar la situación interna del país. Pero los hechos demuestran que ese propósito no está en la agenda de Petro y compañía.

Lo que si está en esa agenda, y resaltado, es golpear la percepción de la disminución del riesgo político, mostrando el bochornoso escándalo de la para-política como si en Colombia gobernara y tomaran las decisiones el narcotráfico y los violentos de derecha.

Además, cuando internacionalmente se responde sobre la ausencia de críticas al otro sector violento, las FARC, y se pide a gritos en el exterior la verdad COMPLETA y no parcializada como la que promueve Petro, se termina fortaleciendo la estrategia de la oposición, pues la apariencia es que en Colombia se está dando un debate entre dos carteles de la droga: el de los paramilitares y el de las FARC y eso obviamente aumenta la percepción negativa del riesgo político.

La segunda noticia tiene que ver justamente con los beneficios que trae la inversión para una nación. Una noticia de Dow Jones Newswires indica que la inversión extranjera que llegó a Costa Rica en 2006, permitió la creación de 5.600 nuevos empleos, como consecuencia de la instalación de por lo menos 27 empresas que invirtieron en el país centroamericano cerca de 412 millones de dólares.

La mayor parte de esos nuevos empleos corresponden a los sectores de alta tecnología y son muy bien remunerados, pues la mayoría de las nuevas inversiones extranjeras en Costa Rica pertenecen a los sectores de servicios especializados en software, centros de contacto como PeopleSupport, dispositivos médicos y consultoría para el cumplimiento de regulaciones.

Y no es que en Costa Rica todo esté solucionado. Por el contrario: su infraestructura de transporte es débil, no existe aún una definición sobre el futuro de las zonas francas y está retrasada la ratificación del TLC entre Centroamérica y Estados Unidos, lo que afecta, según el informe, la llegada de proyectos de mayor tamaño en los sectores de manufactura.

Resulta evidente que la inversión genera empleo, y que ese es el primer objetivo de una economía, pues repercute en el mejoramiento de la calidad de vida de la población.

Sin embargo, cosa curiosa, es justamente la posibilidad de esa inversión la que están atacando los opositores colombianos, lo que significa que el golpe finalmente es recibido por aquellos que no tendrán acceso a los empleos y por ende al bienestar que trae consigo la inversión.

No hay que apartarse del hecho de que la inversión no es perfecta, que trae consecuencias, a veces nefastas, para el medio ambiente y para algunas comunidades, pero es justamente en esos puntos que la oposición debería trabajar, no para obstaculizar sino para buscar fórmulas de solución y promover normas que permitan frenar o disminuir esas consecuencias negativas y así permitir que los ciudadanos tengan una mejor posibilidad de empleo y bienestar.

Referencia:
El informe Benchmarking National Attractiveness for Private Investment in Latin American Infrastructure.

miércoles, 13 de junio de 2007

Dos cosas de Uribe

Por Jaime Restrepo. Director Sistema Atrabilioso

Hay situaciones que resultan inadmisibles y que han quedado desnudas en las últimas semanas: la primera es que el Presidente no puede hacer lo que le venga en gana, pasando por encima de la ley y del equilibrio que él mismo debe garantizar en el debate electoral que se avecina.

Me refiero a la llamada que hizo Uribe durante la convención de Cambio Radical para felicitar a los que ya formalizaron su candidatura a nombre del movimiento político. En primer lugar, esa llamada no se debió producir, pues no tiene presentación que el Presidente llame a un evento de un partido, así sea de la supuesta coalición de Gobierno, para aplaudir las decisiones y para informar sobre obras y presupuestos que ya se tramitaron para que los nuevos gobernantes locales y regionales emprendan.

Uribe olvidó que es el Presidente de todos los colombianos y, por tal motivo, no puede andar como politiquero barato, dando espaldarazos telefónicos ni mucho menos anunciando que ya hay partidas en el presupuesto para que se ejecuten en esas regiones.

Qué Uribe haga las cosas de frente es una cosa, pero de ahí al descaro hay una distancia que el país no puede permitir. El Código Único Disciplinario, ley 734 de 2002, es claro en el artículo 48, numeral 39: Utilizar el cargo para participar en las actividades de los partidos y movimientos políticos y en las controversias políticas, sin perjuicio de los derechos previstos en la Constitución y la ley.

Aunque Uribe no señaló a ningún candidato en particular, ese sería solo un engaño, pues señaló en general a todos los que lograron hablar con el Mandatario y dejó en evidencia su predilección por el movimiento de Vargas Lleras: una llamada de ese estilo parece ser el pago al apoyo dado por Cambio Radical a Juan Manuel Santos en la moción de censura, lo que significaría que Uribe pasó por encima de la ley para pagar un favor político.

De otro lado, el país está sumergido en una estrategia que resulta alarmante: la imposición de la agenda informativa que se hace desde la Casa de Nariño. Uribe retomó la iniciativa desde hace unas tres semanas y desde ese momento los hechos importantes pasaron a un segundo plano: anunció y luego cumplió con la liberación de los presos de las FARC, lo que ocupó los espacios informativos del país. Ahora, con su participación en el Congreso de Cambio Radical, los medios e incluso la oposición estarán dedicados al asunto y olvidarán varios temas que siguen vivos y que EXIGEN RESULTADOS INMEDIATOS del Gobierno.

El país no puede olvidar que el tema de las interceptaciones a los jefes paramilitares es grave, porque lo revelado por Semana indica que siguen delinquiendo desde la cárcel e incluso que desde Itagüí están repartiéndose las regiones, políticamente hablando, para las elecciones del 28 de octubre, como ocurre en el congresito de La Picota, sin que la Fiscalía, ni el INPEC, ni el propio Gobierno digan una sola palabra.

Frente a esto el Gobierno en pleno ha guardado silencio durante un mes y la oposición ayudó a tapar el asunto con lo que más les mortificó: las interceptaciones a funcionarios, periodistas y políticos. Incluso, favoreciendo el silencio y la distracción, convocaron una moción de censura, cuando lo cierto es que debieron actuar de inmediato y exigir que se cumpliera la ley de Justicia y paz… ¿Porqué el Congreso también ha guardado silencio al respecto?

Si los paramilitares siguen delinquiendo, el Gobierno TIENE que decirlo, romper los acuerdos y enviar a los que ya han sido pedidos a una cárcel en los Estados Unidos, porque semejante burla no la va a pasar por alto el país.

¡Qué bueno que haya un plan en marcha para enfrentar el tema internacional de Colombia! Ojalá funcione. Pero este manejo de la agenda no podemos aceptarlo, en especial los que somos uribistas, o uribistas críticos como en mi caso, porque mientras el país se distrae con la agenda impuesta desde la Casa de Nariño, los asuntos graves como los delitos de los jefes paras, después de acogerse a Justicia y paz, seguirán ocurriendo mientras el país no haga un reclamo airado por el silencio y la ineptitud para resolver el asunto.

martes, 12 de junio de 2007

¿Y de la reforma política qué?

Por Jaime Restrepo. Director Sistema Atrabilioso

El Congreso de Colombia se debate entre la impopularidad, el señalamiento y la sospecha… pero no hace absolutamente nada para que esto mejore. Semanalmente se pueden presenciar los debates de control político, las mociones de censura y la obstaculización de las poquísimas iniciativas que se plantean, pero de lo otro, quizás de lo más importante, se olvidaron por completo.

En este sentido el Congreso se ha convertido en la tribuna exclusiva para que unos vociferen y vomiten su rabia e impotencia contra el Gobierno mientras que los otros (sin ninguna diferencia en la forma) se dediquen a desprestigiar y a descalificar a los adversarios. ¡Todo un espectáculo de indigencia mental y laboral!

Mientras tanto el país espera que legislen (para eso les pagan), que propongan salidas para las diferentes problemáticas que subsisten en Colombia, pero evidentemente es pedirles mucho a los “padres de la patria” que parecen regodearse en la putrefacción en la que los percibe la Nación.

Cuatro debates sobre el paramilitarismo y ni una sola mención de la guerrilla, como si estos no existieran o hubieran abandonado la realización de actos terroristas y de secuestros… pareciera que el mensaje es que Colombia tiene que aceptar no solo convivir con los terroristas sino también acatar sus imposiciones y mirar para otro lado cuando emprenden sus embestidas criminales, que por lo que dice la oposición, han sido sobredimensionados por la prensa… ¡Pobrecitos los de las FARC, tan calumniados ellos!. A lo anterior se suma una moción de censura por pedido expreso de un dictador fascista que quiere ver a Colombia sometida también a la triste realidad que viven los venezolanos.

Pero no solo es la dedicación exclusiva de la oposición “democrática” al control político: también está la obstaculización radical a cuanta iniciativa se presenta, no porque sea buena o mala, sino porque la propuso el Gobierno o la supuesta bancada de Gobierno.

Es que siempre se espera (ingenuo que es uno) que la oposición –excepción honrosa del partido Liberal- haga algo más que criticar, torpedear y cuestionar: se les paga para que piensen y sobre todo, para que propongan fórmulas alternativas que mejoren o cambien lo que se ha propuesto. Pero no: la oposición no llega a tanto y solo siguen envueltos en la militancia revoltosa y saboteadora que los llevó al Congreso.

Y no distan mucho de lo anterior los que son miembros de la supuesta bancada de Gobierno: se suman convenientemente a iniciativas que les pueden otorgar unos votos regionales, torpedean la gestión y los pocos que presentan iniciativas legislativas son una gaviota intentando hacer verano. Y ni hablar de buscar lo mejor para el país, pues desde el mismo momento en que Uribe fue reelegido, ya estaban pidiendo puestos y reestructuración del gabinete.

Es que la situación del país en materia legislativa es gravísima. La justicia está en crisis, con un Fiscal teniendo que ir a Estados Unidos a pedir limosna para emprender algunas tareas urgentes, los despachos judiciales son unas bodegas de documentos apilados en cuanto rincón se pueden ubicar, a la espera de varios años en que el juez tenga la oportunidad de revisar el caso.

Ni hablar del Consejo de Estado, pues si alguien interpone un recurso en ese Tribunal, tendrá que esperar por lo menos entre 8 y 10 años. Además la estructura legal (por ejemplo en lo penal) es un caos que solo beneficia a los delincuentes y les ha dado nuevas formar para cometer los delitos, como la utilización de menores de edad que, por la ley, salen rápidamente de la cárcel.

En cuanto a la parte económica, la revaluación del dólar tiene en graves aprietos a empresarios y por ende a miles de trabajadores. Ni hablar de la reforma laboral que hizo de buena fe el Gobierno y que solo ha beneficiado a los empresarios, quienes no han repartido el incremento de sus utilidades en la creación de más puestos de trabajo: ¿Qué espera la oposición para presentar un proyecto de ley que cambie la pésima reforma laboral del primer gobierno Uribe?

Hay situaciones urgentes que TIENEN que ser abocadas en el escenario natural que es el Congreso, pero evidentemente las necesidades y rectificaciones estructurales en materia legal no son prioridad para el actual Congreso despreciable.

Pero hay algo más: se anunció con bombos y platillos la reforma política que pretendía blindar el sistema electoral. Sin embargo, esta reforma solo se ha dejado para última hora (la debatieron a toda carrera el jueves e incluso en una comisión fue aprobada SIN LEERLA) porque a los más de 300 incapaces que ganan, cada uno, cerca de 20 millones de pesos, no les alcanzó el tiempo para analizar una reforma que es crucial para el país. Y ojo: porque esos 300 incapaces fueron ELEGIDOS, algunos por presión o por lo que se quiera, pero fueron puestos allí con votos, los que han defraudado en materia grave.

Parece que la oposición no quiere perder el caballito de batalla de la corrupción y por eso poco les interesa la reforma política. En cuanto a la supuesta bancada oficialista, parece que carecen del menor interés para impulsar una iniciativa que de repente les quitaría hasta la personería jurídica a sus partidos.

Nadie va a negar la importancia del control político, fundamental en cualquier democracia… pero esa no es la única misión constitucional que tienen los congresistas y lo que muchos anhelamos es ver una oposición que proponga, que se concentre en algunos de los problemas del país, y lance iniciativas que intenten solucionarlos: pero ver a la oposición asumiendo la función exclusiva de policías, y de malos policías a decir verdad, es uno de los tantos espectáculos deplorables que se ven semanalmente en el Congreso.

¿Por qué, si hacen tanta alharaca sobre la actual coyuntura de la para-política, no le han metido el acelerador a la reforma política? Es que, como lo dice Semana, no les interesa pensar en cómo recuperar su legitimidad, y dedicados a procrastinar, han dado el pupitrazo para que esa iniciativa no muera, pero sin estudio, sin anexarle temas más fuertes y blindar la iniciativa contra las triquiñuelas que se ajustarán a la vieja usanza de “hecha la ley, hecha la trampa”.

El proyecto de ley 252 de 2007 incluye el voto obligatorio por 12 años, el aumento del umbral al 3% y la pérdida de curul para los candidatos que pierdan su investidura por nexos con grupos armados, entre otros.

Además, el proyecto indica que con la mitad de condenados, el partido pierde la personería jurídica, lo que obliga a los partidos a ser muy cuidadosos al otorgar los avales. De igual forma se propone el voto nominal y público para evaluar el comportamiento de los congresistas. Pero claro: todo esto no le conviene ni a la oposición ni a la supuesta bancada de Gobierno. Sin embargo, esto le conviene al país y es hora de comenzar a debatir asuntos tan cruciales como el voto obligatorio.

Más que la ley de Transferencias, absolutamente necesaria para la viabilidad financiera del Gobierno central, más que incluso el TLC, la reforma política debió ser el proyecto más debatido, el más difundido y el más apoyado por unos y otros, porque ciertamente los colombianos no queremos que se repita la historia de unos políticos que llegan al Congreso por la intimidación de las armas y para muchos, la democracia nacional tiene síntomas de inmadurez que hacen pensar en la necesidad del voto obligatorio: esto merecía tratamiento de primera por parte del Congreso y no el trámite a las carreras que le dieron la semana pasada.

viernes, 8 de junio de 2007

Enredado

Por: Miguel Yances Peña. Columnista de El Universal de Cartagena.
myances@msn.com

Son muchos problemas juntos, tantos que ya la oposición no sabe en cual centrarse para atacar.

El precio del dólar, la inflación, la liberación de guerrilleros para propiciar la de secuestrados, y la excarcelación de paras para facilitar las confesiones y equilibrar las cargas con la guerrilla. El paro de maestros y estudiantes, el acto legislativo que regulará las transferencias a los entes territoriales y para terminar el enredo del ministro de defensa por cuenta de la conspiración contra el gobierno de Ernesto Samper (ese cuento está en “Mi confesión” el libro sobre las declaraciones de Carlos Castaño publicado en el 2001), el escándalo de la chuzadas de teléfonos, la solución implementada y su pobre defensa en el Congreso de la Republica.

Como el espacio no da para mirar todos estos problemas y algunos ya han sido tratados en esta columna en las últimas semanas, me referiré a los dos últimos: el de las transferencias y el del ministro.

El tema de las transferencias viene siendo tratado con solapadería por parte de la oposición, pues no se hace referencia a la situación actual, sino a la prevista en la constitución, que deja en manos de la ley de vigencia quinquenal, su distribución. Respecto a la situación actual las transferencias suben, respecto a lo previsto en constitución pierden discrecionalidad.

Igual cosa pasa con el asunto de las universidades, pues lo que se ha hecho es enviar una “muy débil señal económica” para que racionalicen el asunto de las pensiones. Según datos entregados por el gobierno el 25% de ellas están mal liquidadas, en contra de la nación, lo cual hace pensar que corrigiéndolas se liberarían algunos recursos. El estudiantado se ha sumado a la protesta con el engaño de que les tocaría subir las matriculas (su parte mas sensible) y de que la calidad académica se vería afectada al tener que racionalizar los gastos.

Respecto al ministro, estas cosas se veían venir. Yo lo había vaticinado al menos en dos columnas anteriores: “Pragmatismo”, 4 de julio del 2005, y “Me lo temía”, El Universal, 5 de junio del 2006.

En la primera de esas columnas celebré la posibilidad de que el presidente aspirara a la reelección sin partido: “Las intenciones de armar un partido alrededor de la figura presidencial (imaginamos que con fines estratégicos y no para hacerse al derecho de un cargo burocrático o a algunos contratos) fracasó, y ahora el panorama está claro: el Presidente aspirará a otro período sin partido político –lo cual le dará mucha libertad de acción, aunque tal vez no gobernabilidad.”

Y en la segunda columna, me lamentaba de que no hubiera sido así, “Recordemos que hace cuatro años Uribe llegó a la presidencia sin el respaldo de los partidos políticos; ni el del suyo, el liberal. Algunos partidos se le sumaron de manera oportunista, cuando su triunfo ya era inevitable.

En esta ocasión, sin embargo, hasta se crearon partidos con el propósito de ayudar a su elección, y ahora reclaman la autoría y los meritos, sabiendo que el triunfo del presidente se debe a él mismo y tiene que reclamarlo el pueblo, no cualquiera de los partidos que le apoyaron. Si de pasar cuentas de cobro se tratara, seria el pueblo el que deba pasársela a Uribe, y este a los congresistas y partidos que se cobijaron bajo su sombra.

La verdad es que el apoyo real que le darán esos partidos a las iniciativas del gobierno, dependerá ahora de otros factores –la repartición burocrática, por ejemplo- como empieza a vislumbrarse.”

Lo malo del presidente, entonces, fue darle burocracia a los partidos Uribistas (el ministro en cuestión presidía el de la U), siendo que ellos salieron elegidos fue porque se cobijaron bajo la imagen del presidente. Ahí se enredó Uribe.

jueves, 7 de junio de 2007

El antiuribismo

Por Jaime Ruíz. Columnista invitado al Sistema Atrabilioso.

Nada explica mejor la popularidad de Uribe que el antiuribismo. Y eso se puede afirmar tanto en alusión a su omnipresencia en los medios como a la calidad de sus argumentos. Pero sobre todo si se piensa que las propuestas positivas de los enemigos del presidente los ponen siempre del mismo lado: el del intercambio humanitario, la solución política negociada, la Constituyente de paz, etc. Es decir, para cualquier observador resulta evidente que la aversión fervorosa de casi todos los columnistas hacia Uribe es una tácita adhesión a esos nobles fines. Desde el comentarista que afirma sin inmutarse que José Obdulio Gaviria era el asesor de Pablo Escobar, precursor de Uribe en el narcotráfico, hasta el comedido analista que se indigna ante tanto populismo, todos desearían un gobierno que hiciera más esfuerzos pacifistas y de reconciliación, o cuanto menos se muestran comprensivos con quienes expresan ese deseo.

Ya en una ocasión expliqué la falacia presente en ese discurso: se intenta convencer a los lectores de que los problemas del país comenzaron con Uribe y de que las cosas estaban mejor antes de 2002. El motivo de tanto atrevimiento es la disposición de la gente a creer que las guerrillas son el parto de los montes o el fruto de la injerencia selenita y no el resultado de una tradición poderosa y la expresión de una facción determinante en la sociedad. Uno de los recursos más socorridos, por ese motivo, es el del paramilitarismo, expresión según el mito que divulgan los medios de una fuerza extraña a la sociedad y hostil a la paz y no de una resistencia, todo lo ilegal e inicua que se quiera, a la lucha revolucionaria que tan alegremente han alentado varias generaciones de universitarios.

De tal nivel es la acusación contra el ministro de Defensa: ¡se lo acusa de reunirse con los socios del PDA en el Foro de Sao Paulo! ¿Quién lo acusa? Los dirigentes del PDA. Es sólo un ejemplo del sentido de esa facción y de sus socios del "liberalismo": son como la oficina jurídica de la industria del secuestro, dedicada a producir un embeleco leguleyo tras otro para convertir en un crimen la aplicación de las leyes y la no rendición a las pretensiones de los líderes. Cuando no están hablando de Uribe y de los paramilitares, callando sobre los asesinatos que cometen a diario sus niños, cuando no alentándolos y justificándolos, resulta evidente cuáles son sus valores y aspiraciones verdaderos.

Aquellos que se suman al coro antiuribista deberían prestar atención a eso tácito que hay en la retórica de la prensa y el profesorado universitario: ¿alguien recuerda alguna condena al régimen cubano? Las condenas a las FARC son una mentira calculada: de una calamidad ocasionada por el paramilitarismo y por EE UU y por cualquiera que se oponga al dominio de los clanes de los López y la camarilla de Alternativa y sus sectas de psicópatas, rápidamente pasan a ser un mal necesario y una vía hacia la justicia social.

De hecho, tras el frenesí de calumnias que llenan los periódicos parece verse el premio de los petrodólares venezolanos y de la industria del secuestro. Para cualquier persona decente antes que la verdad, la justicia y la reparación, más allá del hecho de que se apliquen a una sola de las facciones criminales, está el cese de los crímenes. Para los sicofantas de la prensa, la verdad, la justicia y la reparación pasan por encargar otra orgía de crímenes porque el sentido de esas palabras lo estiran hasta convertirlo ya no en casa, carro y beca, sino en embajada, ministerio y curul.

Y en últimas la disyuntiva es clara para cada persona: más asesinatos o el cese de los asesinatos, elección libre del régimen político y de los gobernantes o imposición de unas bandas de asesinos. Los columnistas ya dicen (aunque en voz muy baja) quiénes son y qué los mueve: basta con buscar respuestas a la dulce propuesta del angelito que está de gobernador del Valle. Son los demás colombianos los que deben saber cuál es su elección. Puede que llegue el día en que las nuevas generaciones de colombianos entiendan que Acacio y Romaña y el mismo Tirofijo sólo son los peones de los antiuribistas profesionales de la prensa y de las universidades.

miércoles, 6 de junio de 2007

¿Caerá Santos?

Por Jaime Restrepo. Director Sistema Atrabilioso.

La pregunta que ronda por corredores y corrillos políticos en todo el país tiene que ver con la permanencia del actual ministro de Defensa en ese cargo. Es de suponer que hasta se deben estar pactando apuestas sobre el tema.

Resulta curioso, por decir lo menos, que la figura de la moción de censura haya sido utilizada en dos oportunidades contra dos ministros de defensa del actual Gobierno: eso muestra una intención clara de golpear no solo al Presidente sino a la política de seguridad democrática, pero no desde la perspectiva militar, sino desde el campo político, “coincidiendo” con las propuestas de las FARC.

Además, no es un despropósito que Cambio Radical, el movimiento de Germán Vargas Lleras, sea uno de los firmantes de la solicitud de moción de censura, pues es de todos conocida la rencilla que existe entre Vargas Lleras y Santos y en la moción se observa un componente oportunista de sacar del camino a un posible candidato a la Presidencia que puede aglutinar a algunos sectores de lo que se conoce como uribismo: Vargas Lleras quiere todo el uribismo para él, y si le queda fácil también a buena parte del liberalismo, asegurándose de derribar a todo el que pueda disputarle esos votos.

Otro hecho es que las FARC, muy creídos de su poder (por algo será), han pedido la renuncia del Presidente: "Si Uribe no tiene la ética de renunciar para aclarar su entorno paramilitar y el origen fraudulento de buena parte de su votación, tenemos que exigírselo con la ampliación e intensificación de la lucha popular", señaló un comunicado del grupo terrorista.

La moción de censura, que se estudiará esta semana en el Congreso, tiene cuatro motivaciones: Las interceptaciones telefónicas ilegales, incapacidad para crear clima de confianza en las elecciones, la ausencia de convicción en los valores democráticos y las relaciones con los vecinos.

Llama la atención que las interceptaciones telefónicas hayan sido explicadas y descritas con detalle no solo por el ministro Santos, sino también por el nuevo Director de la Policía en incluso por la Fiscalía. Así las cosas, parece que al Congreso le molesta profundamente que se haya vulnerado el derecho a la privacidad de los cabecillas paramilitares, siendo que es la misma oposición la que ha señalado que desde la cárcel siguen delinquiendo… ¿cómo detectar la continuidad de las acciones delictivas y criminales de los paramilitares?

Ciertamente, según Semana, hay grabaciones que tienen en su poder que no corresponden a las zonas que el Ministro y el General Naranjo aseguraron que habían sido monitoreadas, pero esas interceptaciones, como lo dice la misma revista, pertenecen a conversaciones de funcionarios del Gobierno. El asunto es relevante y merece explicaciones, pero ojalá de quién ordenó las grabaciones y no de alguien que no tuvo nada que ver en el asunto.

Lo que no piden los promotores de la moción es que se sepa con exactitud cómo llegó esa información a la revista Semana, si le pagaron o no a la Sargento de la DIPOL por las grabaciones, y sobre todo, quién permitió que esa suboficial permaneciera en la central de inteligencia, después de que su hermano, otro suboficial de la institución, fuera expulsado de la Policía. Lo cierto es que en eso se presentó una falla grave en el control y manejo de personal por parte de los altos mandos de la DIPOL.

En cuanto al clima de confianza para las elecciones, las explicaciones del general Naranjo sobre la forma como fue obtenida la información resultan esclarecedoras para entender que esas grabaciones del espectro electromagnético son importantes para el clima de confianza con miras a las elecciones de octubre, pues el objetivo era el monitoreo de las comunicaciones de los paramilitares, primero en Ralito, luego en la Ceja, y finalmente en Itagüí.

Ese control no discrimina líneas específicas, sino que graba todo lo que ocurre en la zona monitoreada, como lo demuestra la grabación insulsa de Claudia Gurissati con Carlos Gaviria. ¿Monitorear a los delincuentes y los alrededores del sitio de reclusión no es un importante aporte para el clima de confianza en las elecciones, sobre todo cuando la misma oposición insiste en que los paramilitares siguen con el control político de algunas regiones del país?

El otro asunto, el de los valores democráticos, resulta interesante a la luz de los “valores democráticos” particulares que Santos atacó en su momento: son, ni más ni menos, los que representaba la institucionalidad samperista con narcotráfico, delitos electorales, fraude y la falta de claridad en varios asesinatos. Pero resulta curioso que la posición y las acciones de Santos fueron conocidas por todo el país y solo ahora, cuando los perros de Miraflores ladran, los lacayos del dictador (entre otros) se lanzan a cazar la presa y a llevarle la cabeza de un ministro colombiano para presentarla en algún standup comedy de Aló Presidente.

Sin embargo, todos estos son motivos que efectivamente se deben debatir para bien del país, pero ¿los cuestionamientos de los vecinos? Es que ese motivo equivale a aceptar que Venezuela quiera imponer una agenda interna, que Chávez intervenga en la política doméstica y que sus alfiles en el Congreso enfilen baterías vengadoras contra un personaje que es antipático para Chávez.

Antes que prestarle atención a las pataletas chavistas, que caza peleas con todo el mundo incluido el Papa, los congresistas deberían analizar el tema primario: la injerencia de Chávez en esta decisión.

Pero además, la motivación es un vistazo al totalitarismo que quiere imponer la oposición colombiana: “No se puede permitir que el conocido antichavismo del Ministro de Defensa obstaculice la normalización de las relaciones diplomáticas, comerciales y de seguridad con Venezuela”.

Esto significa, ni más ni menos, que en el Gobierno COLOMBIANO no pueden estar personas que sientan una profunda antipatía por el chavismo, pues lo ideal, dicen los proponentes, es que todos en Colombia, como ocurre en Venezuela, simpaticen con Chávez y sus políticas dictatoriales, pues es inconveniente que los funcionarios piensen distinto al paracaidista venezolano.
Así las cosas, tres motivos son relevantes y se pueden convertir en talones de Aquiles para Santos, pero el último no solo es una aceptación sumisa de la injerencia chavista en Colombia, sino un acatamiento a las órdenes del tirano venezolano.

martes, 5 de junio de 2007

Las razones del Presidente

Por Jaime Restrepo. Director Sistema Atrabilioso

Solo al final, Uribe pudo describir los motivos que tuvo para la liberación de cerca de 200 guerrilleros de las FARC: “la respetabilidad de las instituciones y de la Seguridad Democrática”.

Es claro que Uribe pretende golpear a las FARC en uno de los frentes en los que había tomado una ventaja histórica, es decir, en el plano internacional.

Al tomar la decisión de hacer un gesto humanitario unilateral, las FARC quedan en entredicho y pierden con cara y no ganan con sello: si no responden al gesto del Gobierno, quedan ante la opinión internacional como intransigentes que no están interesados (¡por fin lo descubrirán!) en acuerdos ni negociaciones, sino en imponer sus exigencias sin ningún tipo de concesión.

Este punto resulta importante, porque la presión internacional, específicamente de Francia, es lo que les ha dado visibilidad y les ha permitido un mínimo juego en la política exterior: si la presión se voltea, como está ocurriendo, las FARC no solo serán señaladas por los gobiernos como terroristas, sino que muchos sectores del público internacional los juzgarán de la misma manera.

El Presidente aseguró que la idea surgió a principios de mayo, cuando expuso ante el ministro del Interior y ante el Comisionado de paz la necesidad de “hacer algo por los secuestrados” sin vulnerar dos elementos fundamentales de la Seguridad Democrática: no a una zona de despeje (como lo exigen e imponen las FARC) y que los guerrilleros liberados no vuelvan a delinquir.

De esa idea, contó Uribe Vélez, nació la decisión de “hacer un gesto unilateral humanitario a tiempo”. La última parte de la frase fue incomprensible, pero Uribe se apresuró a explicarla: A tiempo significa que la disposición fue tomada antes de las elecciones de octubre y tres años antes de las elecciones de 2010.

De igual forma, Uribe Vélez sostuvo que tomó la medida antes de las elecciones en Francia, en un intento presidencial por disminuir el perfil de la influencia de Nicolás Sarkozy en la decisión. Pero fue un intento frustrado, porque gran parte de la exposición tuvo que ver con el mandatario francés y los diálogos que sostuvieron.

Urbe indicó que habló en cuatro oportunidades con el presidente de Francia y ratificó que fue Sarkozy quien propuso la liberación de Rodrigo Granda, conocido como el canciller de las FARC.

De igual forma, el Presidente informó que le había propuesto a su homólogo europeo que Granda fuera acogido en la embajada de Francia en Bogotá, lo que Sarkozy, después de hacer algunas consultas, rechazó por inconveniente. Eso demuestra que hay fuerza para presionar por gestos y acuerdos de rendición pero no existe el interés de comprometerse de verdad con una acción de esta naturaleza.

Además, Uribe admitió que desconoce los propósitos de Sarkozy al impulsar la iniciativa y habló de un acto de confianza. No obstante el propósito de Uribe de debilitar a las FARC internacionalmente, evidenciando ante un mandatario europeo que las FARC solo quieren chantajear al Estado con la vida de un puñado de secuestrados, se ha cumplido y aparentemente quedará ratificado esta semana en la reunión del G-8.

Otro factor determinante para el Presidente fue la historia de Jhon Frank Pinchao, quien logró escaparse de un campo de concentración de las FARC en la selva, trayendo información reciente sobre algunos secuestrados en poder de los terroristas.

Ciertamente la historia de Ingrid Betancur pudo influir en la decisión presidencial, toda vez que los rumores sobre la situación de la ex candidata apuntaban a muchas direcciones: que estaba en Venezuela, que tenía un romance con el cabecilla terrorista ‘Alfonso Cano’ e incluso que se encontraba en una hacienda, con todas las comodidades, simulando el secuestro… típicas especulaciones colombianas. Con las revelaciones de Pinchao, quedó claro que Ingrid Betancur está padeciendo las mismas torturas y las mismas condiciones infrahumanas de todos los secuestrados.

Lo que si es una razón mentirosa es el tema de Clara Rojas y su hijo también en cautiverio, pues eso ya lo conocía el país desde el año pasado y lo único que no se supo en ese momento fue el nombre del menor. Además, porque la información que suministró Jorge Enrique Botero en su libro sobre el hijo de Clara Rojas demuestra que ella escogió continuar secuestrada con el pequeño que se estaba formando en su vientre, como lo expusimos en aquella oportunidad.


Las claridades

A Uribe no le importa la respuesta de las FARC, pues aseguró que un gesto humanitario no puede depender de la aprobación o del rechazo de los delincuentes.

Las FARC imponen para comenzar a negociar, una zona de despeje que el Gobierno no está dispuesto a conceder. Esto se desprende de la decisión de Uribe de hacer un gesto humanitario unilateral que no acepta las exigencias de la organización terrorista.

Lo más grave de la decisión es el tema de Rodrigo Granda, pues dos gobiernos han apostado en esta medida incierta: Paraguay y Colombia aceptaron la excarcelación del “canciller” de las FARC como una apuesta muy alta que Uribe describió como “una esperanza”. Es más: Granda será gestor de paz, pero no se desmovilizará ni renunciará al grupo terrorista.

Tampoco se sabe qué va a hacer, desde dónde y cuáles son los objetivos que cumplirá por fuera de la cárcel: Granda es un enorme interrogante que, sin embargo, se convierte en una ficha sacrificable para cumplir el propósito de la medida: reducir la presión internacional –sobre todo de Francia- y callar a los que en el exterior hablaban de un gobierno incapaz de hacer un gesto humanitario: ahora serán las FARC las que sean señaladas como incapaces de hacer lo propio.

Otro asunto fundamental es que las FARC han respondido mal a la propuesta, dándole al Presidente una justificación de peso para emprender el rescate militar de los secuestrados, pues los terroristas serán los intransigente que no dejaron una opción distinta al rescate a sangre y fuego, y la culpabilidad de los secuestrados que mueran en un rescate será toda de las FARC, por sus imposiciones inflexibles ante los gestos de buena voluntad del Gobierno. Y esto es importante si se tiene en cuenta que actualmente se está realizando una impresionante operación militar en casi 30 mil kilómetros cerca de las fronteras con Brasil y Venezuela, a donde dicen los militares, están tratando de llevar a los secuestrados.

Nada nuevo bajo el sol: las razones de Estado habían quedado claras desde el momento en que se anunció la osada medida del presidente Uribe.

lunes, 4 de junio de 2007

De rodillas ante Chávez

Por Jaime Restrepo. Director Sistema Atrabilioso.

En Colombia resultaría extraño, por decir lo menos, que el Congreso o el mismo Gobierno salieran a defender al Estado de las continuas afrentas que se profieren desde los púlpitos tiránicos del vecindario.

¿Quién ha dicho algo frente a las declaraciones del ideólogo caído en desgracia de la dictadura venezolana? Por el contrario: aquí no solo se guarda silencio, a lo sumo, sino que se hace eco de sus palabras al punto de ubicarlas como justificación para una moción de censura contra un Ministro.

“Santos es enemigo de Venezuela”, es la frase que podría resumir la posición de los gendarmes de la dictadura chavista, que es acogida con fervor por la oposición y por Cambio Radical.

Ciertamente Santos no ve con simpatía al régimen chavista (¿será el único en Colombia y en el mundo?), y tampoco puede hacerse el de la vista gorda frente al crecimiento de rutas del narcotráfico por cielo, mar y tierras de Venezuela. ¿Qué debió hacer el actual ministro de la Defensa de Colombia? ¿Acaso es una imposición para que de ahora en adelante se hable pasito y en privado sobre lo que está ocurriendo en el vecino país? ¿Será que fue Santos el que dispuso la expulsión de la DEA? ¿fue Santos quien no renovó el acuerdo de cooperación con esa agencia de los Estados Unidos?

Lo cierto es que Venezuela bajó la guardia frente al narcotráfico, y es ahora la ruta obligada de las mafias colombianas para sacar su mercancía con destino a los consumidores norteamericanos y europeos. Además del escaso control, la corrupción en los diferentes niveles del gobierno chavista han hecho de Venezuela un paraíso para el narcotráfico.

Pero todo esto tiene que callarlo el gobierno colombiano, no porque sea mentira, sino porque en Colombia, Chávez tiene quién lo defienda o quién aproveche la oportunidad para abrirse espacio con miras a las elecciones de 2010.

El ejemplo de Brasil es claro: el Congreso aprobó una moción contra el cierre de Radio Caracas Televisión. De inmediato el paracaidista salió con su andanada a acusar al congreso brasileño de seguir instrucciones del Imperio. Cuando se enteró, Lula no salió a defender al de la boina roja, sino que respaldó a su legislativo y llamó al embajador venezolano a dar explicaciones. Igual ocurrió con México y Chile en su momento.

Las declaraciones de otros gobiernos, de ministros y funcionarios de alto nivel contra la tiranía venezolana han sido más fuertes y mucho más directas. En el caso de Brasil, la declaración del Presidente del Senado brasileño Renan Calheiros sobre la andanada de Chávez es tremendamente diciente:''Un jefe de estado que no sabe convivir con una manifestación democrática, como fue la del Senado brasileño, es porque probablemente está en la contramano de la democracia''.

Frente a tamaña declaración en la que el político brasileño está señalando directamente a Chávez de intolerante y antidemocrático (¿dictador?) no hemos visto ni escuchado al gobierno Lula descalificando al Presidente del Congreso, ni a sus ministros exigiendo un debate para que Calheiros renuncie a su investidura. Todo lo contrario: el respaldo ha sido importante y si hay alguna molestia de Lula con Calheiros, indudablemente será discutida en privado, pero nadie está dispuesto a entregarle a Chávez la cabeza del Presidente del Congreso de Brasil.

Pero aquí ocurre al revés: hay que entregarle carne de Ministro a los perros hambrientos de Chávez, para que no se enfurezcan y profieran amenazas e improperios, pues hay que mantener la buena vecindad a cualquier precio.

Venezuela escogió su destino al elegir y mantener a Chávez en el poder… pero Colombia no eligió al payaso de Miraflores como el titiritero que mueve los hilos en el Polo Democrático y en un amplio sector del partido Liberal para golpear al que tiene contra las cuerdas a las FARC: si Santos es censurado, que sea por motivos diferentes a la “bonita vecindad” del Chavo del Ocho, pues cuando al genérico de Musolini se le da la gana de gritar e insultar, le está dando a Colombia el derecho de responder en el mismo tono y con la misma fuerza.

Pero aquí la genuflexión de unos a favor de los intereses de capitales extranjeros, y otros a favor de los intereses del tirano paracaidista, hacen que todos guarden silencio, o como dice Uribe, prudencia… no la que hace verdaderos sabios, sino la que convierte a nuestros políticos en vasallos de intereses ajenos a los de la Nación.

viernes, 1 de junio de 2007

Los diez mandamientos de un elector responsable

Antanas Mockus se había perdido por la avalancha de escándalos y por el vertiginoso acontecer nacional. Sin embargo reapareció hace algunos días con un decálogo sobre el voto.

Sería fundamental que los colombianos, y cualquier ciudadano que sea o aspire a ser demócrata, asumiera estos mandamientos como el marco en el que se debe desarrollar cualquier decisión al momento de elegir.

De paso, qué bueno que Antanas haya reaparecido con la congruencia de siempre y manteniéndose fiel a sus principios y a su filosofía. Ojalá el centro, el que Mockus representa, sea una opción para los votantes en 2010, pues sus propuestas, siempre interesantes, se desdibujaron en medio de la pobre y sucia campaña presidencial que vivimos los colombianos el año pasado.

1. Amarás tu voto como expresión de tu fuerza vital. No te quedarás en casa: sería regalar tu voto a los corruptos.

2. No venderás tu voto: de hacerlo ganarías poco y perderías mucho.

3. Votarás en tu pueblo para incidir en él. No botarás el voto votando en otra parte.

4. Votarás con criterio, por quien te convenza de que va a servir a tu comunidad.

5. No apoyarás a los que defienden o apoyan la violencia.

6. No te dejarás engañar, ni seducir, ni emocionar: ni por el bonito, ni por el simpático, ni por el que promete favores personales; apoyarás candidatos serios, bien preparados, con buenos antecedentes y sin sospechas.

7. Mirarás con quien andan los candidatos: si se han metido con gente corrupta o violenta, se van a aprovechar de todos nosotros.

8. Hablarás con los amigos y la familia y discutirás con ellos tus criterios y las razones de tu voto.

9. Verás si los candidatos se comprometen con lo importante: educación y salud de calidad para todos, los problemas graves del municipio. Y si muestran cómo lo van a lograr.

10. En resumen, escogerás tu mismo y no dejarás que los demás escojan por ti. Si dejas que escojan por ti no podrás reclamar si los elegidos salen mal. Y ayudarás a que los demás escojan con máxima libertad y pensando en su responsabilidad. Al fin y al cabo, los políticos que tenemos los hemos escogido entre todos.