viernes, 21 de septiembre de 2007

Edificios de interés social

Por: Miguel Yances Peña. Columnista de El Universal de Cartagena.
myances@msn.com

Si en los estratos altos la infraestructura de servicios y bienes públicos colapsa por la alta densidad poblacional, en los estratos bajos sucede exactamente lo contrario: la baja densidad hace inviable extenderlos para dar cobertura.

Parece una paradoja, pero la realidad es que se trata de dos extremos que se agudizan por falta de planeación urbana: en el primer caso el problema es de capacidad y en el segundo de extensión

En las áreas de mayor valorización donde todos quieren poner su plata, (es la lógica capitalista) se construye sin ningún tipo de control urbano (después se verá como se adecua la infraestructura vial y de servicios parece ser el pensamiento de los urbanistas), y en los estratos bajos o de poca valorización, donde la construcción tiene que ser subsidiada para incentivar la demanda y asegurar la actividad constructora, tampoco la racionalidad urbana se proyecta en procura de una mejor utilización de la infraestructura existente.

Habría que encontrar la medida justa que permita construir dentro de unos límites urbanos sin saturar los servicios, y expandir las ciudades de manera que sea viable recuperar los costos de la expansión.

Por eso es razonable que el gobierno nacional proponga la construcción de edificios (en lugar de casas) de interés social, incrementando la densidad poblacional que actuaría como imán de la inversión privada en locales comerciales, lo que a su vez ayudaría a descongestionar muchas de nuestras vías y el centro de la ciudad.

También es razonable que el gobierno local se preocupa por la habilitación de nuevas áreas para la construcción de vivienda de estrato alto (Tierrabomba, Barú y Zona Norte), donde los servicios públicos se autofinancian.

Pero vivir en edificios requiere de una alta dosis de cultura social y tolerancia, que escasean en la medida en que se desciende de estrato, y que si el diseño arquitectónico no ayuda –y eso tiene un costo- pueden ser imposibles de alcanzar.

No es lo mismo vivir en la intimidad e independencia de una casa, con patio y ventanas en los cuatro costados, que en un edificio con limitaciones físicas y culturales. Algunos de los criterios que los arquitectos tienen presente en las construcciones de estratos altos, como privacidad, intimidad, amplitud, iluminación y ventilación en todos los espacios interiores (más difíciles de cumplir en edificios que en casas) deben ser respetados también en los edificios de interés social. La calidad de los materiales y de los acabados, sin esperar que sean lujosos por supuesto, deben asegurar el mínimo de mantenimiento (fachadas lavables, por ejemplo) y una larga vida de la edificación.

Vivir en edificios tiene además sus costos fijos representados en administración, mantenimiento y servicios públicos y privados de las áreas comunes. Estos costos disminuyen por unidad, en la medida en que mayor sea el numero de viviendas, y se convierte en un criterio a tener presente al momento de aprobar los proyectos, porque no se puede esperar lo que es propio de gente experimentada, en los mas pobres; y si no se reducen al minino posible –o se asume con recursos públicos- podrían incrementarse los niveles de violencia ya altos, y terminar las edificaciones destruidas en pocos años.

Y para terminar hay problemas de autogobierno, leyes y dinero que deberán ser manejados por unos pocos, lo cual introduce una complejidad adicional.

De manera que bienvenida la edificación de interés social, tiene su atractivo y conveniencia pública, pero ojo con la sociedad que se propiciaría si no se respetan las condiciones mínimas necesarias para crear comunidades sanas que vivan en paz.

1 comentarios:

Atrabilioso dijo...

1 Comments:



At <$Comentarios$>, Galo

El modelo de los edificios de interés social ha sido muy exitoso en Medellín, donde por condiciones topográficas no hay forma de expandir la ciudad. Como parte del proceso para casos de reubicación, los futuros habitantes de estos edificios reciben capacitación en convivencia en propiedad horizontal. Estos edificios tienen múltiples ventajas, son planificados por lo que tienen todo tipo de servicios cerca, permiten crear accesos viales y peatonales fácilmente y permiten solucionar un problema latente en Medellín, pueden construirse en las partes bajas de las laderas permitiendo eliminar las viviendas de las partes altas y reforestarlas. Saludos.