miércoles, 6 de junio de 2007

¿Caerá Santos?

Por Jaime Restrepo. Director Sistema Atrabilioso.

La pregunta que ronda por corredores y corrillos políticos en todo el país tiene que ver con la permanencia del actual ministro de Defensa en ese cargo. Es de suponer que hasta se deben estar pactando apuestas sobre el tema.

Resulta curioso, por decir lo menos, que la figura de la moción de censura haya sido utilizada en dos oportunidades contra dos ministros de defensa del actual Gobierno: eso muestra una intención clara de golpear no solo al Presidente sino a la política de seguridad democrática, pero no desde la perspectiva militar, sino desde el campo político, “coincidiendo” con las propuestas de las FARC.

Además, no es un despropósito que Cambio Radical, el movimiento de Germán Vargas Lleras, sea uno de los firmantes de la solicitud de moción de censura, pues es de todos conocida la rencilla que existe entre Vargas Lleras y Santos y en la moción se observa un componente oportunista de sacar del camino a un posible candidato a la Presidencia que puede aglutinar a algunos sectores de lo que se conoce como uribismo: Vargas Lleras quiere todo el uribismo para él, y si le queda fácil también a buena parte del liberalismo, asegurándose de derribar a todo el que pueda disputarle esos votos.

Otro hecho es que las FARC, muy creídos de su poder (por algo será), han pedido la renuncia del Presidente: "Si Uribe no tiene la ética de renunciar para aclarar su entorno paramilitar y el origen fraudulento de buena parte de su votación, tenemos que exigírselo con la ampliación e intensificación de la lucha popular", señaló un comunicado del grupo terrorista.

La moción de censura, que se estudiará esta semana en el Congreso, tiene cuatro motivaciones: Las interceptaciones telefónicas ilegales, incapacidad para crear clima de confianza en las elecciones, la ausencia de convicción en los valores democráticos y las relaciones con los vecinos.

Llama la atención que las interceptaciones telefónicas hayan sido explicadas y descritas con detalle no solo por el ministro Santos, sino también por el nuevo Director de la Policía en incluso por la Fiscalía. Así las cosas, parece que al Congreso le molesta profundamente que se haya vulnerado el derecho a la privacidad de los cabecillas paramilitares, siendo que es la misma oposición la que ha señalado que desde la cárcel siguen delinquiendo… ¿cómo detectar la continuidad de las acciones delictivas y criminales de los paramilitares?

Ciertamente, según Semana, hay grabaciones que tienen en su poder que no corresponden a las zonas que el Ministro y el General Naranjo aseguraron que habían sido monitoreadas, pero esas interceptaciones, como lo dice la misma revista, pertenecen a conversaciones de funcionarios del Gobierno. El asunto es relevante y merece explicaciones, pero ojalá de quién ordenó las grabaciones y no de alguien que no tuvo nada que ver en el asunto.

Lo que no piden los promotores de la moción es que se sepa con exactitud cómo llegó esa información a la revista Semana, si le pagaron o no a la Sargento de la DIPOL por las grabaciones, y sobre todo, quién permitió que esa suboficial permaneciera en la central de inteligencia, después de que su hermano, otro suboficial de la institución, fuera expulsado de la Policía. Lo cierto es que en eso se presentó una falla grave en el control y manejo de personal por parte de los altos mandos de la DIPOL.

En cuanto al clima de confianza para las elecciones, las explicaciones del general Naranjo sobre la forma como fue obtenida la información resultan esclarecedoras para entender que esas grabaciones del espectro electromagnético son importantes para el clima de confianza con miras a las elecciones de octubre, pues el objetivo era el monitoreo de las comunicaciones de los paramilitares, primero en Ralito, luego en la Ceja, y finalmente en Itagüí.

Ese control no discrimina líneas específicas, sino que graba todo lo que ocurre en la zona monitoreada, como lo demuestra la grabación insulsa de Claudia Gurissati con Carlos Gaviria. ¿Monitorear a los delincuentes y los alrededores del sitio de reclusión no es un importante aporte para el clima de confianza en las elecciones, sobre todo cuando la misma oposición insiste en que los paramilitares siguen con el control político de algunas regiones del país?

El otro asunto, el de los valores democráticos, resulta interesante a la luz de los “valores democráticos” particulares que Santos atacó en su momento: son, ni más ni menos, los que representaba la institucionalidad samperista con narcotráfico, delitos electorales, fraude y la falta de claridad en varios asesinatos. Pero resulta curioso que la posición y las acciones de Santos fueron conocidas por todo el país y solo ahora, cuando los perros de Miraflores ladran, los lacayos del dictador (entre otros) se lanzan a cazar la presa y a llevarle la cabeza de un ministro colombiano para presentarla en algún standup comedy de Aló Presidente.

Sin embargo, todos estos son motivos que efectivamente se deben debatir para bien del país, pero ¿los cuestionamientos de los vecinos? Es que ese motivo equivale a aceptar que Venezuela quiera imponer una agenda interna, que Chávez intervenga en la política doméstica y que sus alfiles en el Congreso enfilen baterías vengadoras contra un personaje que es antipático para Chávez.

Antes que prestarle atención a las pataletas chavistas, que caza peleas con todo el mundo incluido el Papa, los congresistas deberían analizar el tema primario: la injerencia de Chávez en esta decisión.

Pero además, la motivación es un vistazo al totalitarismo que quiere imponer la oposición colombiana: “No se puede permitir que el conocido antichavismo del Ministro de Defensa obstaculice la normalización de las relaciones diplomáticas, comerciales y de seguridad con Venezuela”.

Esto significa, ni más ni menos, que en el Gobierno COLOMBIANO no pueden estar personas que sientan una profunda antipatía por el chavismo, pues lo ideal, dicen los proponentes, es que todos en Colombia, como ocurre en Venezuela, simpaticen con Chávez y sus políticas dictatoriales, pues es inconveniente que los funcionarios piensen distinto al paracaidista venezolano.
Así las cosas, tres motivos son relevantes y se pueden convertir en talones de Aquiles para Santos, pero el último no solo es una aceptación sumisa de la injerencia chavista en Colombia, sino un acatamiento a las órdenes del tirano venezolano.

1 comentarios:

Atrabilioso dijo...

6 Comments:


At <$Comentarios$>, Camilo Andrés

Jaime:

¿Caerá Santos? No, si Vargas Llerras se echa a Uribe, hasta ahí llegan sus aspiraciones políticas.

Uribe con un guiño monta su sucesor.

Me gustaría que leyeras la editorial del Colombiano:Aquí.

Y te invito a leer este artículo de Diego Fernando Gómez:
La maldición de Íngrid

Difícil la tienen las Farc en la actual coyuntura. La manipulación política del secuestro de Íngrid Betancourt se les va a devolver de tal forma que perderán todos los espacios de interlocución que mantenían internacionalmente.

El asunto es que a la guerrilla en ningún frente le está yendo bien y el tiempo ahora sí juega más en su contra. Militarmente su situación se pone cada día más difícil, pues su presencia como fuerza activa y con control en las zonas habitadas y activas económicamente del país es prácticamente inexistente. Cada kilómetro de repliegue hacia lugares inhóspitos implica enormes costos: se escalan los precios del material de guerra y de intendencia y políticamente se desarticulan cada vez más de las comunidades. Ya no es sostenible la hipótesis de que se encuentran en un repliegue estratégico. La situación es otra: mantienen una enorme capacidad de fuego y de control pero en áreas que tienen el propósito de asegurar los ingresos del narcotráfico. Lo real es que las Farc pasaron de ser un ejército insurgente a una armada de protección y soporte del negocio del narcotráfico.

En el frente económico muy seguramente mantendrán su viabilidad. La geografía colombiana, donde una tercera parte del país está cubierta de selvas o son regiones casi deshabitadas, hará casi imposible que se logre ganar una guerra de erradicación del narcotráfico. Este negocio se continuará nutriendo de las absurdas y enormes rentas de la ilegalidad. Los "césar", "acasios" o "karinas" por un lado, y "Águilas Negras" por el otro, se mantendrán y quizás se multiplicarán, pero a todos cada vez menos les interesará la guerra y cada vez más se concentrarán en el negocio del que se ocupan.

Políticamente la situación de las Farc es de un absurdo sorprendente, pues se están quedando sin las banderas con las que lograban mantener un proselitismo activo. Una de ellas, la lucha contra el paramilitarismo, dejó de ser de ellos. El país está movilizado en contra de la impunidad con los paras y los políticos que les han colaborado, y lo que fue una exigencia permanente de las Farc en la época del Caguán, ahora ya no es de ellos sino de la sociedad. La segunda, la obstinación en señalar que con Uribe era imposible negociar, quedaría sin piso al concretarse un proceso de negociación con el Eln. La tercera, el que Uribe es inflexible para negociar un acuerdo humanitario, ha quedado también sin posibilidad de ser sostenido internacionalmente con la audaz avanzada unilateral que emprendió el Gobierno con el estímulo y apoyo de Sarkozy.

El asunto se pone más complejo para las Farc porque quedó en una situación en que no tiene forma de sacar algo positivo de la coyuntura. Si no entra en el juego al que le invitan los gobiernos francés y colombiano, quedan en la situación de ser ellos quienes no se facilitan para un diálogo conducente a la liberación de los secuestrados. No les queda nada bien plantear exigencias cuando el gobierno francés está urgido en avanzar y siente que el gobierno colombiano todo lo está facilitando. De momento, ya tiene el problema de haber declarado desertores a combatientes que fueron capturados sirviendo a las Farc por haber acogido la propuesta del Gobierno.

De otra parte, si se concreta el intercambio humanitario tendrán un descrédito irreparable. Lo cierto es que los secuestrados se les vinagraron. El testimonio de cualquiera de ellos, una vez libre, será demoledor para las Farc. Por eso Íngrid se les convirtió en una maldición, será grave si la mantienen secuestrada, pues ya no podrán sostener que es por intransigencia del Gobierno y se vendrán las marchas en Europa proscribiéndoles y exigiendo la liberación. Y terriblemente grave para ellos una Íngrid libre y en su contra, como parece estarlo según la información de Pinchao, declarando en todo el mundo el infierno que le tocó vivir y la inviabilidad de la lucha armada de un grupo degradado, narcotraficante y terrorista.

El escenario puede incluso empeorar, y es tener una Íngrid candidata presidencial recogiendo las banderas de la seguridad democrática e interpretando un país en que el 80 por ciento apoya a Uribe, rechaza a los políticos tradicionales y odia a las Farc.

Ya comprendo porque los foristas de Semana, ante el cobarde y miserable desplante a Sarkozy (acusándole de liderar una guerra psicológica por órdenes de EE.UU, es una bajeza de este caterva terrorista.

Lo único que podían decir: Uribe paraco y nada más. La impotencia ante la estremecedora derrota política sufrida por las Farc el día lunes de este año.

La aniquilación de la política de las Farc es un hecho. Incluso Mélanie la hija de Íngrid le exigió a las Farc un gesto de paz, cuando días anteriores lo acusó de paramilitar y de ordenar la bomba a la escuela superior de guerra.

Lo del lunes es histórico, sin ninguna duda.

Aún no se produje la desmovilización de los 100 hombres de las Farc que dijo Iguarán que que querían acogerse a la ley de justica y paz.
Sí se produce, este será un golpe militar super importante pero además nos dará señales inequívocas de la desmoralización de las tropas terroristas Farc. Cada vez está más cerca el fin del fin. Solo falta que caiga su séquito mafioso en el congreso, las ONG's, periódicos y blogs.


At <$Comentarios$>, Atrabilioso

NOTA DEL DIRECTOR PARA CAMILO ANDRÉS:
En cuanto a Santos, evidentemente está en manos de Vargas Lleras, aunque no se hasta qué punto el jefe de Cambio Radical quiera mantener identidad con Uribe.
Me explico: el desgaste natural de un gobierno durante 8 años es grande, y si a eso se le suman los escándalos y la andanada constante de la oposición, pues lo mejor (en ese escenario) es marcar distancias para que no identifiquen a dos personas con el mismo proyecto.
Es que de todas maneras Santos puede ser visto por Vargas como una amenaza potencial para su candidatura en 2010 y eso cuenta mucho en el cálculo de esta moción de censura que es una manipulación política contra Santos y contra Uribe y no lo que vienen anunciando.
Sobre el editorial de El Colombiano, pues ¿qué le puedo decir? Básicamente es lo mismo que he venido exponiendo (incluso con su regaño respetuoso incluído) y es una buena exposición de lo que ocurrirá aquí y en el exterior.
Sin embargo, tengo serias diferencias en cuanto a Ingrid Betancur: desde mi perspectiva, esa columna deja solo una salida para las FARC, frente a la ex candidata: asesinarla y eso me parece sumamente grave.
Otro punto en el que tengo dudas es que Ingrid salga a condenar a las FARC y a acogerse a la Seguridad Democrática: ni lo uno ni lo otro, creo yo.
Recordemos que ella es de izquierda y no veo como vaya a asumir las banderas de la Seguridad Democrática: por el contrario, desde mi perspectiva, ella saldría a despotricar del actual Gobierno y a adornar la atrocidad de las FARC.
Claro, son hipótesis nada más.

PD: Le envié un correo electrónico del que no he recibido respuesta.

Un abrazo y gracias por sus comentarios.


At <$Comentarios$>, virgilio

En las carteras ministeriales a veces se nota la prepotencia y la mediocridad; adjetivos sellados en la personalidad del ministro Santos. Desde que se postuló a tal distinción, se ha visto un manejo tardo y muy torpe en su cartera. (Un ejemplo está en unas declaraciones que hizo acerca del acuerdo humanitario; en tal sentido de ejecutarlas hasta “por teléfono”). Eso les agrega burla y doblez a un asunto tan delicado y serio.

Yo diría que la censura será derrotada y lo infame de todo es que tendrá mérito para continuar con sus petulancias. El presidente Uribe lo tiene consentido. Tiene a un conspirador en su equipo, y es preciso que lo asiente en otro cargo, si en realidad quiere que sea trampolín para sus disimuladas aspiraciones.

Hay mucha negligencia sobre la moción de censura en contra del ministro y proviene de aquellos que tergiversan la censura como un triunfalismo a las fuerzas terroristas de las FARC. Lo cierto de todo, es que todos los acontecimientos en la que las victimas llevan la peor parte, se están convirtiendo en “fiesta”. Sino miren en Medellín las calles de honor que le rinden al terrorista “el alemán”.


Saludos


At <$Comentarios$>, Jaime Ruiz

Eso de la derrota estratégica de las FARC lo lleva a uno a sacar conclusiones complicadas. Si es así, ¿por qué no las abandonan los ñángaras de ropa cara? Se explica en buena medida por las rentas mafiosas que obtienen. Pero yo veo otro motivo: de todos modos su interés político es defender privilegios (los de los empleados estatales), de modo que para conseguir una mayoría necesitarían engañar a todos todo el tiempo, lo cual es imposible.

Es decir, no pueden pensar seriamente en ganar unas elecciones porque la mayoría no les va a creer que va a ser posible extender los "derechos" que obtuvieron en las décadas anteriores a punta de intimidación. De modo que su éxito les impide engañar a nadie y sólo pueden concentrar apoyos gracias a la amenaza de abolir el sufragio universal.

Yo siempre me pregunto una cosa: ¿qué tienen en la cabeza los colombianos que no ven la obvia complementariedad entre los actos terroristas y el cabildeo "pacifista"? La respuesta sólo puede estar en fenómenos antiguos y complejos: la identificación espontánea con el victimario que se adquiere en un país en el que llegaron de fuera los antepasados de los dominadores actuales hace sólo cinco siglos y hace sólo un siglo se seguía cabalgando gente. La gente no quiere figurarse la situación en que tiene un cuchillo en el cuello y un intermediario razonable le propone soltar la bolsa: en cualquier caso es más grato imaginarse que se es ese intermediario, sobre todo después del acto.


At <$Comentarios$>, Atrabilioso

NOTA DEL DIRECTOR PARA VIRGILIO:
Fíjese que a mi no me simpatiza Juan Manuel Santos, pero en la política colombiana son muy pocos los que se escapan de los calificativos de prepotentes y mediocres. Es más: aparte de Mockus de Rafael Pardo de Cecilia López de Álvaro Uribe y de Rodrigo Rivera, no encuentro nombres adicionales para ubicarlos como excepción.
Tampoco veo un manejo torpe de la cartera de Defensa, aunque ciertamente no ha sido destacable y se ubica en lo que podríamos considerar como ejercicio normal y sin brillo.
Realmente no veo la torpeza en las declaraciones sobre el acuerdo humanitario que se podría ejecutar hasta por teléfono. Es más: estoy convencido que si hubiese voluntad se podría realizar esa acción por ese medio o por correo electrónico, salvo que detrás del acuerdo humanitario hayan propósitos nefastos como lograr la desmilitarización de una zona para ver la posibilidad de hacer un intercambio y al final, por falta de “garantías”, hacerle conejo al que creyó ingenuamente en esa posibilidad y dejar una nueva frustración en la nación.
¿Qué es un acuerdo humanitario? Es el intercambio de prisioneros de guerra, lo que, por principio, es inaplicable a la situación planteada. Entonces hacemos una concesión y decimos que vamos a intercambiar presos por secuestrados. Eso no es decente, pero sería una concesión en aras de buscar la libertad de los secuestrados torturados en los campos de concentración de las FARC.
¿Qué se necesita para un acuerdo humanitario? Dos cosas: la voluntad de realizar esa acción (INTERCAMBIO) y cruzar las listas de presos y secuestrados. ¿Eso, mi querido Virgilio, no se puede hacer por teléfono? Claro que si, salvo que de una situación tan simple, incluyendo el gran sacrificio de la concesión, se quiera sacar una clara ventaja política, estratégica, militar y FINANCIERA para profundizar la guerra.
Entonces el asunto es serio, pero la complejidad que implica sentarse a negociar (¿negociar qué?) para buscar no llegar a un acuerdo sino doblegar al Estado e imponer condiciones es lo que hace que usted vea esto como una burla, cuando lo cierto es que la burla está en la intención y en el propósito de los terroristas y no en proponer un mecanismo simple que sería óptimo si el intercambio fuera el propósito real de las FARC. Pero hay más de fondo y por eso quieren IMPONER una serie de condiciones que hagan de esto un proceso complejo, difícil y claudicante.
No creo que Uribe quiera a Santos como estandarte en 2010… eso se lo imagina Santos, pero hay declaraciones del Presidente que apuntan en otra dirección.
Finalmente, las calles de honor podrían mostrar una realidad que muchos nos negamos a aceptar: que el paramilitarismo era bien visto por muchos sectores de las regiones del país y que los consideran como emancipadores y no terroristas.
Gracias por sus comentarios.


At <$Comentarios$>, Atrabilioso

NOTA DEL DIRECTOR PARA JAIME RUÍZ:
La derrota estratégica de las FARC está planteada: militarmente arrinconados, políticamente aislados, con poquísima credibilidad y en jaque internacional. Es cierto que siempre podrán poner una que otra bomba, enviar una que otra carta-bomba, asesinar a aserradores en el Chocó, secuestrar a uno que otro ciudadano, porque la naturaleza terrorista contiene factores decisivos como la escogencia de modo, tiempo y lugar para ejecutar sus atentados y acciones de lesa humanidad.
Pero este jaque lo han cobrado caro los que usted llama ñángaras de ropa cara, pues cada día ven con impotencia que su credibilidad es menor y que cada paso que dan para atacar, resulta siendo un boomerang que arremete finalmente en su contra.
Gracias por sus comentarios.